sábado, 3 de noviembre de 2012


CARTA A MARIANA, DONDE SE CUENTA CÓMO LA AMISTAD ESTÁ ENCIMA DEL HORIZONTE

Querida Mariana: vos y yo somos amigos. ¿Desde cuándo? ¿En qué instante Dios puso tu pan sobre mi mesa?
Arnulfo Cordero Alfonzo ¡es mi amigo! Definir la amistad es difícil. La amistad tiene muchos cordeles donde pueden amarrarse los postes que hacen puentes. Los puentes permiten llegar a otras orillas y salvar vacíos. Rafael Morales Serrano ¡es mi amigo! Arnulfo y Rafa son como puentes, como luminosos puentes.
Un día de octubre, Arnulfo y yo platicamos. “Leí tu Arenilla más reciente”, dijo, mientras sonreía. Gracias, dije. “Patrocinaré la edición de un libro tuyo”, agregó. Entonces fui yo quien sonrió. También Rafa lo hizo al momento de acercarse. “Sí -dijo Rafa- yo también apoyaré la edición”. Arnulfo agregó: “ambas gasolineras patrocinaremos la edición”. Y yo, agradecido con ellos, con la vida y con Dios, sonreí y les tomé la palabra.
Un amigo siempre llega a tu casa, toca la puerta y entra. Claro, jugarás vos, antes alguien debe abrir la puerta, porque si no sería como el hombre invisible. No lo sé bien. Antes, en Comitán, las casas permanecían con la puerta abierta. A Arnulfo y a Rafa los conocí en tiempos de puertas abiertas. A casa de Rafa llegaba y entraba. Él, invariablemente estaba en el patio limpiando su mini moto. Rafa fue el primer comiteco que tuvo una mini moto. Era de color azul con franjas plateadas. Ahora, en tiempos de camionetas 4x4 no sé de qué tamaño era. Pero, por su nombre podrás imaginarla. Era pequeña, apenas cabía él, pero por prodigios de la física no cuántica, yo me trepaba en la parte posterior. Ahora, Arnulfo y Rafa, generosos me dijeron que subiera a su carro y diera una “chica” (que es un poco como decir un aventón).
¿Qué los mueve a patrocinarme la edición de un libro? La amistad tiene muchos cordeles, uno de éstos permite amarrar puentes para la eternidad. Los mueve el gusto de recibir el aire en la cara; el gusto de compartir una manzana en tarde de otoño. No los mueve más que el afecto.
Ahora estoy ocupado en que un fotógrafo profesional tome la foto de portada. Una amiga mía, Isabel (¡ah, qué maravilla! Cuánto cordel tiene este bollo), posará para que la portada se logre. El librincillo contendrá dos libros, será un dos en uno. Como tendrá un tiraje de mil ejemplares y será un presente de navidad que mis dos amigos obsequiarán a sus clientes y amigos, pensé publicar la novelilla breve “Dios también resuelve crucigramas” y el libro de cuentos “Un ángel llamado Pavitto”.
Mi amiga será el rostro que sintetizará este ideal místico. Ella es un ángel, por lo tanto debe ser como una de las líneas de la mano de Dios.
Y el librincillo será un dos en uno, porque dos de mis amigos (como si fuesen Mosqueteros) enlazan sus manos para lograr la presencia de un tercer: ¡el prodigio del libro!
¿Por dónde rueda la carreta del afecto? Desde siempre ha remontado todos los caminos, los de lodo, los de piedra, los de arena, los de terracería y, también, los de asfalto. A veces, en las súper carreteras una carreta avanza y la gente saca la cabeza desde la ventana de sus autos y toman la foto porque se les hace una imagen rescatada del pasado. Así es la amistad. Todos los días los autos avanzan en el rebumbio de los días, pero a veces alguien se detiene porque reconoce al hombre que camina al borde de la carretera: es el amigo. Se detiene y ofrece un aventón, una “chica”.
De manera humilde agradezco la generosidad de mis amigos y doy gracias a Dios por el privilegio de sus manos afectuosas ¡abiertas! Pido al Universo que la novelilla y el librincillo de cuentos constituyan un obsequio que dé luz a sus amigos y clientes de sus empresas. Este año, además de la botella de güisqui habrá un libro en el arcón. ¡Felices fiestas en el corazón y en la mente!