martes, 27 de noviembre de 2018

CARTA A MARIANA, DONDE LA TRADICIÓN ES RECUPERADA




Querida Mariana: Podemos pasar de largo. Claro que podemos hacerlo. Pero hacerlo sería tanto como seguir echando tierra a la tradición.
Hubo un tiempo, todo mundo lo sabe, que Comitán se distinguió por tener una hermosa educación musical. Cuentan los mayores, que en muchas casas se realizaban tertulias con emocionante frecuencia. Los amigos y familiares se reunían en las salas y cantaban o tocaban piano o violín y los tríos o cuartetos se lucían tocando las guitarras, guitarrones y tololoches. De igual manera aparecía por ahí un ejecutante sensacional que le sacaba calor a la marimba. Comitán tiene una tradición musical que reúne brillantes nombres de ejecutantes y de creadores de instrumentos musicales.
Por desgracia, esta tradición está entrando a un túnel oscuro. ¿Qué enamorado lleva ahora serenata con marimba? En algún momento se extravió el hilo de las serenatas con marimba. Una noche, un grupo de amigos bolos acompañó al amigo que llevó serenata con mariachi, ¡de ahí para el real! Luego, los novios abrieron las puertas de su auto y le subieron volumen al estéreo; luego, aparecieron los tecladistas. Y todo mundo dijo que era más económico llevar serenata con un tecladista, con un estéreo o con un mariachi. Ah, pobres chicas comitecas. Sus amados dejaron de ser delicados con ellas por cuestiones económicas. Los comitecos se volvieron codos y mezquinos y cambiaron sus gustos musicales. Cambiaron la belleza del amor por la belleza del dólar (bueno, de los pesos sencillos).
¡De ahí para el real! Las marimbas sobreviven gracias (hay que decirlo) a la organizaciones religiosas que brindan marimba el día del santo o virgen, y al buen gusto de los mayores que aún se dan el gusto de pagarlas para que ellas amenicen las bodas de oro o los bautizos de los nietos. ¿Y los constructores de marimbas? Van desapareciendo con la misma rapidez con que los grupos de marimba quedan relegados y con la misma velocidad con que los jóvenes músicos eligen otros instrumentos para aprender y para ejecutar. La marimba creció en prestigio mundial pero perdió la esencia local. Le sucedió un fenómeno similar al tango. Éste salió de las barriadas y se instaló en los grandes salones de Argentina. Bueno, la marimba también dio el brinco altísimo, de las casas de barrios modestos brincó a las grandes salas de concierto. Hoy, la marimba es apreciada en festivales de música a nivel internacional. Acá mismo, en nuestro pueblo, el cuatro de agosto (día de nuestro santo patrono), los comitecos gozan el encuentro de marimbas. Los jueves y domingos, frente al palacio, decenas de personas mueve el bote al ritmo de la marimba municipal. Muchos jóvenes bailan. Esto es así porque el sonido de la marimba está en sus genes, su espíritu reclama esa tradición, aunque ellos, por el lazo aprehensivo de la mercadotecnia, piensen que la banda es lo chic.
La guitarra de esta fotografía es una guitarra de estudio. No está hecha en Paracho, ni en China. ¿Sabés quién las construye? Un artista de Yalumá, que es una comunidad rural de nuestro municipio. Xun Gabriel es egresado de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, es un destacado ejecutante de la guitarra y, también, un delicado luthier, palabra que, me cuentan, significa constructor de instrumentos musicales de cuerda. ¿Recordás al maravilloso grupo musical argentino que se llama Les Luthiers? El nombre significa, entonces, los creadores de guitarras o violines o violas o...
Xun es un hombre prodigioso, en su casa (al lado del horno donde su hermano Manuel de Jesús, otro excelso artista, crea obras de cerámica) construye guitarras, guitarras únicas.
Ya mencioné que los tiempos actuales, de abrumadora mercadotecnia, nos hace dejar de lado el amor y privilegiar el dinero. ¿Quién adquiere las guitarras que Xun crea, cuando las chinas son más baratas?
¡Ah!, podemos pasar de largo ante la belleza y deslumbrarnos ante lo uniforme. Las guitarras de Xun son obras únicas. Xun camina contracorriente, deja el camino donde anda la mayoría en estos tiempos. Dejar solo a Xun sería volver a cometer un equívoco, sería volver a echar polvo a la memoria de los grandes constructores de instrumentos musicales de antaño.
Xun, de manera modesta, pero grandiosa, retoma la tradición de la grandeza musical de Comitán. De nada servirá el reconocimiento si éste no va acompañado del apoyo económico.
Adquirir una de las guitarras que él construye es hacer patria, es recuperar el prestigio de los grandes ejecutantes y constructores de instrumentos musicales de la región; es decir ¡no! a la globalización y decir ¡sí! al talento propio.
Posdata: Podemos pasar de largo, pero no es forma de apoyar a los creadores locales, que hacen un gran esfuerzo en abonar a nuestra tradición musical de excelencia.