martes, 1 de octubre de 2019

CARTA A MARIANA, CON UNA FOTO DONDE ESTÁ JOSÉ JOSÉ




Querida Mariana: Sí, acá está José José, en una cama de hospital, en la ciudad de México. A su lado está nuestro paisano Óscar Bonifaz. Óscar abraza al Príncipe, que en ese tiempo aún no era de la nobleza.
¿Tenía alguna dolencia el cantante? No, ninguna. Se ve delgado, porque su complexión física de jovencito fue delgada, y tiene la bata que usan los enfermos, porque él está interpretando a un enfermo. ¿Interpretando? Sí. No vayás a pensar que José José sólo actuó en dos o tres películas, o, ya de grande, en la telenovela “La fea más bella”. ¡Qué título! No, José José también tuvo intermitencias en los escenarios teatrales, actividad en la que no descolló.
En esta fotografía donde aparece al lado de Óscar Bonifaz, José José interpreta el papel del muchacho “enfermo”.
En aquel tiempo, tiempo que fue compañero de clases actorales de Bonifaz, José José no era el famoso cantante en que se convirtió años después. Sus compañeros no sabían de sus dotes como cantante. Era un joven reservado, era un joven que soñaba con la posibilidad de estar en el escenario y tomó clases de actuación. ¿Sabés quién fue su maestro? Nada más y nada menos que Alejandro Jodorowsky (así lo cuenta Bonifaz).
Ahora que todo mundo escribe acerca de la vida y obra de José José, y que se rinde homenaje interpretando sus canciones, porque millones y millones de melómanos reconocen que en algún momento una canción del Príncipe los marcó para siempre, resulta histórica esta foto donde aparece el José José en su faceta de actor.
De las canciones que popularizó José José me gusta “El farolero”. Con esta canción bebí trago en la ciudad de México y chillé por el recuerdo de una muchacha comiteca. “Yo sería farolero, si tú te hicieras farola (…) yo sería barrendero si tú te hicieras escoba…” Pucha, qué canción. Lo bueno es que jamás le llevé serenata a la chica, la comiteca se hubiera enojado si le canto la canción que la termina comparando con una farola, con una escoba y con droga. Hay una estrofa que dice: Yo sería curandero, si tú te volvieras droga. La comiteca se habría ofendido. No habría reconocido el remate bien bonito: “Yo sería curandero si tú te volvieras droga, para curar este mal que al pensar en ti me ahoga.”
Óscar Bonifaz recuerda que él con su equipo debían montar una obra que tenía algo que ver con la envidia. José José no tenía equipo, porque, como era un poco tímido y tal vez llegaba desvelado, cuando llegaba al teatro se cubría la cara con un periódico y despertaba hasta que comenzaba la clase. Así pues, entre el grupo de sus compañeros fue conocido como “El dormilón de la derecha”, porque siempre se sentaba en la esquina de la derecha. Un día, José José se acercó a Bonifaz y le pidió que lo integrara al equipo de actuación. Bonifaz lo comentó con sus compañeros y los demás (¡envidiosos!) no quisieron aceptarlo, porque no lo consideraban un buen actor, pero ante la insistencia del actor (luego famoso cantante) lo aceptaron y le dieron el papel del enfermo, porque ese papel no exigía muchas dotes histriónicas. Así José José participó en el grupo de Bonifaz. Esta fotografía, asegura el escritor comiteco, fue tomada en uno de los ensayos de la obra.
Bonifaz cuenta que una noche celebraron el cumpleaños de la maestra Conchita, asesora en el grupo de teatro, y cuando la bohemia apareció, el tímido actor se paró y comenzó a cantar. Todo mundo se sorprendió ante la grata sorpresa. “Agarrá tu mudo”, dice Bonifaz que dijeron.
Pues sí, su vocación no estaba en la actuación, su futuro estaba signado en el mundo de la música, del canto. Años después de este instante fotográfico, José José se presentó en el Teatro Ferrocarrilero, de la Ciudad de México, y cantó El Triste, en el II Festival de la Canción Latina, y comenzó la historia que todo mundo conoce.
Posdata: Bonifaz, a la hora de la foto, abraza al Príncipe de la Canción. ¿Sabía que estaba al lado de uno de los cantantes más famosos del siglo XX? No, ni siquiera José José sabía que se volvería uno de los cantantes más famosos de Latinoamérica y vendería millones de discos y tendría millones de fans que cantarían sus canciones en muchas partes del mundo, ¡del mundo!
Acá interpretaba el sencillo papel de “El enfermo”. “El dormilón” despertó un día y cautivó a millones de personas. Por desgracia, en los últimos años se enfermó, y como no era actuación, la muerte apagó los reflectores para siempre.