jueves, 19 de diciembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON UN GRABADO
Querida Mariana: ¿conocés a Andrea? Andrea G. Meza es una artista plástica comiteca. La conozco desde hace varios años, he seguido su trayectoria, he sido testigo (a la distancia) de sus éxitos. He visto en redes sociales cuando comparte sus triunfos, me da alegría saber que está en tal o tal exposición o que ya obtuvo una beca. Es una chica que, como río, deja que fluya el agua de su talento y de su búsqueda estética.
El 14 de diciembre 2024 la saludé en la Sala Rufino Tamayo, del Museo Hermila Domínguez de Castellanos, montaba su exposición “Impronta Femenina”, al lado de mi amigo Moisés Franco, otro talentoso artista chiapaneco. Andaban en el trajín, con el director del museo y dos empleados. Andrea me dijo que estaba contenta, porque desde hace rato no compartía su obra gráfica en su pueblo, nuestro pueblo. Vos sabés que siempre he dicho que los creadores comitecos tienen la obligación moral de presentar sus obras en el pueblo. Aunque sabemos que la paisanada no es dada a apoyar el talento de los nuestros, los artistas comitecos deben abrir ventanas de la casa común. En la noche de ese día 14, Andrea compartió con los asistentes su visión estética.
Esa mañana saludé al director, Don Fernando Zea Vázquez. Como es tiempo de cambios en direcciones de oficinas de gobierno le pregunté si continuaría en el puesto. La respuesta a mi pregunta llegó horas después, la directora de Coneculta, nuestra amiga Angélica Altuzar Constantino vino a Comitán a dar posesión como nueva directora a la reconocida artista plástica Aurora Argüello, quien domina el arte de la pintura. Así que la exposición de Andrea fue la última que inauguró Don Fernando y la primera que encontró Aurora en la sala Rufino Tamayo.
La exposición de Andrea estará visible lo que resta del mes de diciembre 2024 y durante enero del próximo veinte veinticinco.
La mañana que saludé a Andrea le di una vueltita a toda la obra expuesta. Su buril ha crecido en propuestas. Su dedicación ha permitido que el talento crezca y ahora presenta una obra más sólida, con propuestas sugerentes. Ella es de las pocas grabadoras, ha ido abriendo espacios importantes, que ahora le son reconocidos.
Te pregunté si conocés a Andrea. Tal vez no la conocés, por eso, te invito a que vayás al museo a ver su obra (ahora que estarás en casa por el periodo vacacional, y dejarás de andar de pata de chucho en Guadalajara), pero asimismo te paso esta copia de un retrato de ella que robé de su muro. Acá está la Andrea más auténtica, vestida con traje de carácter, con su delantal de chambeadora, con un tórculo de fondo. Muy coqueta, con el cabello recogido, con dos aretes de argollas, con las manos en las bolsas del pantalón, pero con el delantal lleno de pintura cerca del vientre. Este es el retrato que habla en nombre de su pasión, ella está en el horno donde los artistas grabadores cocinan su obra. Sus manitas en las bolsas, en reposo, después de la fragua, de usar el buril y las tintas para gestar la obra que ahora comparte con los paisanos y con todos los visitantes al museo, que, habrá que decirlo, son muy pocos. Uno de los retos de la nueva directora será precisamente lanzar iniciativas que hagan que el museo se convierta en un museo y no en una simple bodega de obras plásticas. Incluso, otro pendiente para Aurora será dignificar todos los espacios. Te conté que en una ocasión (¡qué pena!) hallé que uno de los cuadros de Rodolfo Morales, ¡el gran Morales!, estaba en penumbra. ¿Cómo era esto posible? Deseo que la nueva directora se distinga por dignificar el museo que lleva el nombre de una hija de Belisario Domínguez.
Posdata: Andrea estaba contenta, después de varios años de no hacerlo, expuso en su pueblo. Ella ya cumplió con su compromiso moral de artista comiteca.
¡Tzatz Comitán!