lunes, 3 de marzo de 2025

CARTA A MARIANA, CON UN FESTEJO

Querida Mariana: la empresa de mi amado amigo Javiercito Gordillo Ballinas cumple veinticinco años, ¡un cuarto de siglo! Es un cumpleaños proverbial. Los seres humanos tenemos varios motivos de celebración. ¿Cuántos años de edad tiene mi amigo? No lo sé. ¿Cuántos años tenemos de amistad? No lo sé con precisión, pero ya llevamos más del cuarto de siglo, mucho más. El afecto que él ha colocado en mi vida se ha extendido en tal forma que su segunda hijita me dice abuelito y no sólo me otorga el privilegio de que yo sea su abuelo, sino que le agrega un mojol de lujo, siempre me dice abuelito chingón. Ah, si ser abuelo de una niña bella es un honor ser calificado como chingón ya es como estar en la cima del Everest del sueño. Conocí hace años a Javiercito (siempre uso el diminutivo por el cariño que le tengo), lo conocí en un salón de clases en el Colegio Mariano N. Ruiz. Fue un estudiante de diez, no sólo en el plano académico, también en su carácter sencillo, respetuoso. Siempre lo he considerado como un chico inteligente y con una memoria sorprendente. ¿Cuántos años de edad tiene? No lo sé. Si hago cuentas de su empresa, puedo atreverme a decir que ya le anda rascando a los cincuenta años de edad. En Comitán decimos que una persona, al día siguiente de cumplir años, comienza a “andar” en la siguiente cifra. Me precio del afecto de Javiercito, como siempre digo ¡es mi privilegio!, porque es una bendición su amistad de tantos años, que se mantiene inalterable. Javiercito estudió su profesión y luego comenzó a laborar. ¿Cuántos años tardó para crear su empresa AE Consultores? Tampoco lo sé. Pero un día inició su trabajo profesional y éste ha ido en ascenso. Cada vez que me entero de sus logros los disfruto como si fueran míos. Cada vez que corro en el patio del Colegio Mariano N. Ruiz para abrazar a mi nietecita linda me lleno de vida, de alegría, porque a pesar de que no tengo nietas de sangre, sí las tengo de cariño y este parentesco es más sublime, porque es elegido por el afecto, por el misterio del don divino. Por esto, y por mucho más, celebro como si fuera mío el logro, los veinticinco años de la AE Consultores, donde (así lo dice el video promocional), junto con Ale y Rodolfo, ofrecen servicios contables y fiscales; recursos humanos; capacitaciones, virtuales y presenciales; servicios mobiliarios e inmobiliarios; servicios gubernamentales y servicios jurídicos. ¿Cuál es la pieza musical que a Javiercito le gusta? Tampoco lo sé. ¡Ay, Dios mío!, qué inculto, qué ignorante soy. Pregunto eso porque ahora me gustaría dedicarle esa canción, porque él es un gran bohemio, en familia y con amigos le gusta escuchar música. Cumplir veinticinco años del inicio de su empresa es un gran logro. Lo que comenzó siendo una pichita ahora es una chica bella, talentosa, ha crecido con la bendición de los rayos de la vida y con el agua que Javiercito le ha regado, ahora es un árbol lleno de frutos, que brinda sombra, que convoca a las aves para construir nidos. Ahora que casi llego al final de esta carta me doy cuenta que sólo he confesado que nada sé. Me veo como un alumno deficiente. Tal vez para borrar esta falsa idea debo confirmar algo que sí sé, que lo he sabido desde siempre: ¡quiero mucho a Javiercito, como quiero a todos los integrantes de su familia! A Javiercito lo quiero desde siempre, desde que platicamos por vez primera, desde que el destino señaló una ruta llena de aire limpio. Posdata: sé lo que significa cumplir años. En la revista Arenilla cumplimos ya siete años y lo celebramos con gran emoción. Cuando cumplo años por mi nacimiento procuro pasar de incógnito, pero cuando celebro los años de nuestra empresa doy gracias a Dios y lo bulbuluqueo a todo lo que da el pulmón, porque sé que ese cumpleaños es fruto del esfuerzo de todo un equipo. Ese cumpleaños es el más cercano, el más venerado. Porque algo similar debe sentir mi amado amigo con el cumpleaños veinticinco de AE Consultores le envío un abrazo y dos palabras que sintetizan la esencia: ¡Tzatz Javiercito!