domingo, 5 de octubre de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN LIBRO DE BESARES
Querida Mariana: tengo en mis manos el libro “Vuelo sin afán”, del Doctor Marco Antonio Besares. En el prólogo que escribió el Doctor Sarelly Martínez leo lo siguiente: “…es canto y celebración por la pausa y el destello”. ¿Mirás? Canto, celebración, pausa y destello son palabras que Sarelly eligió, porque los grandes escritores eligen las mejores palabras. ¿Se vale decir que las agarran al vuelo? ¡Al vuelo! ¡Como si las palabras fueran las aves que Besares avista y captura en su cámara!
Leí las palabras que Sarelly eligió para formar parte del prólogo. Pensé que Besares no puede elegir.
Mi mamá dijo que ha visto en la televisión cuánto tiempo esperan los fotógrafos de animales, se pasan horas y horas, dijo mi mamá. Lo dijo cuando le mostré el libro de Besares, luego me preguntó cómo estaba él. Bien, le dije, muy bien, gracias a Dios. Besares estuvo en casa, hace años, en compañía de uno de sus hijos. El hijo nos tomó una fotografía, Besares no lo hizo porque no tengo la horma de pájaro.
Besares toma fotografías en los llamados avistamientos de aves. Mientras los muchachitos se dedican a matar pajaritos con sus hondas o tiradoras; mientras algunos viejos se dedican a matar pajaritos con sus rifles; Besares canta y celebra (según el decir de Sarelly) la existencia de las aves, y en su canto y celebración invita a sus lectores a cantar con él y a celebrar la decisión de honrar la vida de todo ser viviente, porque las aves tienen misterios indefinibles que nos transmiten en sus vuelos, en sus gorjeos, a la hora que se posan en la rama de un árbol o en el dintel de una ventana.
Lupita Gómez Ozuna dice que uno se puede perder en este mundo de aves que su pareja nos entrega, Besares completa, dice que tal vez uno puede encontrarse, como él se ha hallado. Yo, al repasar las hojas del libro (sólo lo he repasado, ya luego me sentaré para “avistar” cada una de las aves que Besares me regala a través de sus fotografías) he descubierto un mundo lleno de aire, de gotas de iluminación.
Mi mamá tiene razón, Besares dedica horas y horas al avistamiento de aves y a tomarles fotografías. Siempre he pensado que los lectores somos privilegiados, porque desde casa viajamos a muchas partes del mundo. Los grandes lectores han manifestado que por medio de la lectura viajamos, viajamos mucho, llegamos a lugares distantes y en tiempos diversos.
El libro de Besares es una invitación a pararse a su lado y sentir la emoción de la espera, del avistamiento. Lupita dice que Besares tiene una mirada entrenada, sensible, porque ella tarda un poquito más en descubrir al pájaro en medio de la fronda.
Mi mamá tiene razón, no sé cuántas horas de espera están resumidas en este libro. Son muchas, muchísimas, están llenas de vida. La experiencia de Besares ha sido un recorrido vital. Cuando estuvimos en la oficina y vio algunos de los cuadros que he pintado dijo que las miradas de los personajes que ahí aparecen tienen ecos de mi mirada, lo mismo pensé cuando vi sus ojos, su mirada tiene la ternura que le ha injertado el vuelo de tantas aves en tantas partes del mundo. Pienso que su espíritu ya traduce un poco el lenguaje indefinible de las aves y logra descubrir en los ojos de los seres humanos la mirada animal, la primigenia, la que tiene una cinta que conecta al hombre y a la mujer con las aves. ¿Cada ser humano tiene una mirada de colibrí, de águila, de tortolita, de cenzontle? ¿Nuestras personalidades están marcadas por el vuelo de ellas? ¿Será por eso que algunas personas caminan como palomas y otras como tucanes? ¿Será por eso que nuestro colorido es diferente? El color del espíritu humano sólo lo identifica el gurú, el sabio; sólo el lama que vive en el Tibet alcanza a ver el aura completa de las personas. Digo que tal vez Besares ya está alcanzado tal conocimiento, tal sabiduría. Todo lo debe a su pasión por el avistamiento de aves, al tiempo que dedica a caminar por valles y montañas en busca del máximo hallazgo. Sé que Besares no se sorprende ante la grandeza física de un ave, otros son los atributos para admirar: el colorido, la forma, el canto, la manera en que abre la burbuja del aire y dice ¡acá estoy! ¿Cuál es el diálogo que aparece entre Besares cuando el artista aprehende un cachito del alma del ave?
Posdata: Sarelly eligió las palabras: canto, celebración, pausa y destello. Prodigio de demiurgo narrativo para sintetizar la emoción de Besares al tomar fotografías de aves. Besares retoma la emoción primigenia, el asombro de los primeros habitantes de El Paraíso, al escuchar el canto de un ave, al verla volar, al estar codo con ala. Antes que apareciera el lenguaje de los seres humanos, con toda su belleza y complejidad, las aves ya cantaban, ya celebraban, ya inauguraban la pausa y el destello. Esencias que Besares pepena, ahora sí que ¡al vuelo!
Hojeé el libro de Besares. Honrando las palabras de mi mamá, me sentaré con una limonada en la mano y dedicaré tiempo para admirar lo que él me regala. Le dedicaré tiempo a quien ha dedicado tanto tiempo de su vida en regalarme su pasión, trocitos de vida emplumada.
¡Tzatz Comitán!