miércoles, 1 de octubre de 2008

ORATORIA

Descreo un poco de la oratoria. A veces se me hace un mero artificio. Como si fuera un apantallante fuego artificial que deslumbra la mirada pero que contamina el ambiente. No obstante, creo que el Ayuntamiento Local se anota un DIEZ ahora que "revive" el Certamen Nacional de Oratoria. ¿Por qué? Simple y sencillamente porque los oradores pueden ser ejemplo de la constancia. Cualquier buen orador está preparado para improvisar cualquier tema. Esta improvisación se cimenta en el extremo; es decir, no hay improvisación sino ¡al contrario! Los oradores son, en esencia, gente preparada en temas que toquen el corazón y la inteligencia. Los oradores, grandes lectores, nos dan luces que de lo contrario no es posible advertir en nuestros cielos.
El Concurso Nacional de Oratoria es un gran escuela para decirles a nuestros jóvenes comitecos que el pensamiento logra dar luces cuando la improvisación no se improvisa. La enseñanza es que cada joven debe estar suficientemente preparado en todos los temas que interesan al hombre. Cada joven debe tener un sólido pensamiento, una opinión personal que le dé seguridad.