martes, 17 de marzo de 2009

Guazú


¿A qué hora apareció lo sencillo? Tal vez un día que hallé el cotorro en la casa. Paty me dijo que se llamaba "Guazú". Según ella, en una lengua nunca descubierta, tal nombre significaba "El que vuela".
El cotorro quedó confinado a su jaula. Un día entré a la casa, vi el cotorro y le silbé con el mismo silbido que silbo a La Tacha. Paty me dijo que estaba confundido, que los perros responden a ese silbido pero los cotorros no. ¿Qué estaba creyendo? ¿Que este cotorro era un cotoperro?
Tal vez para llevar la contraria, a partir de ese día seguí silbándole al cotorro como le silbaba a la perra. Un día silbé y el pinche cotorro me respondió con el mismo silbido. Paty no podía creerlo. Yo también me asombré, pero en el fondo me dio gusto que el pajarito contradijera una regla no escrita. El chiflido no era exclusivo para chuchos.
Hace apenas diez minutos pasó el campanero. Paty me gritó que sacara yo la basura. Me dijo que en la bolsa pequeñita estaba el guazú.
Sí, hoy en la mañana, Paty me llamó al trabajo para decirme que el cotorro había muerto. Tenía varios días enfermo. Anoche, me dijo Paty, se estuvo quejando.
Paty ha sentido mucho su muerte. Ella quiere mucho a los animalitos. El guazú era su compañero amado (bueno, en realidad era compañera, porque en su vida puso un bonche de huevos que nunca fueron fecundados).
Paty le cantaba todas las mañanas: "Que cosa tan bonita, tengo yo; que cosa tan bonita, me dio Dios", y el pinche pajarito se trepaba al palito y movía su cabeza al ritmo que Paty cantaba.
Nunca imaginé estar escribiendo la ausencia de un animalito, pero hace rato silbé la tonada, sin conciencia, hasta que caí en la cuenta que no hallaría respuesta. La Tacha nunca ha respondido con ese juego de eco al que le entraba el cotorro.
Guazú se fue. Bueno, tal vez recuperó su condición de vuelo, tal vez recordó el origen de su nombre.