Arenilla
Contacto: alejandromolinaritorres@gmail.com
domingo, 6 de abril de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN NOMBRE TECNOLÓGICO
Querida Mariana: me gustaría decir que tu nombre es el más pronunciado. No es así. En estos últimos tiempos otro nombre ha aparecido en el imaginario colectivo. El nombre de Alexa lo pronuncian miles y miles (¿millones?) de personas en el mundo entero. Sí, en todo el mundo se escucha que en una casa alguien dice: ¡Alexa!, y un chunche tecnológico ¡despierta! y se pone al servicio de esa voz humana. Ese chunche es otro prodigio de la tecnología actual. Yo no he caído en tal grieta luminosa, pero en la oficina ¡ya llegó Alexa! Cuando Roberto Carlos termina de subir la escalera nos saluda y, de inmediato, dice: Alexa, y da el nombre de una canción de Maná (parece ser su grupo favorito), se sienta, se pone a trabajar, mientras Alexa le hace su gusto. ¡Le hace su gusto! Alexa, dice Paty, baja volumen, y el sonido se apacigua. ¿Qué es esto?, pregunto.
Ahora, la novedad es que Alexa ya llegó a la casa, a través de mi Paty, ella pensó que a mi mamá le servirá escuchar música de una estación de radio que sólo música selecta provee. Ayer (nunca lo hubiera imaginado) mi Paty le estuvo enseñando a mi mamá y ésta ya pronunció el nombre que todo mundo pronuncia: Alexa, ¿qué hora es?, y escuché la voz cibernética que, como si fuera un reloj parlante, dio la hora exacta, la hora Haste, HASTE, la hora de México, la hora del mundo (no exagero, en China era otra hora). Ahora mismo un amigo mío está de vacaciones en Estambul, él está viviendo una hora diferente, el otro día me contó que se despierta a las seis de la mañana de allá, porque desde las mezquitas escucha el grito del muecín, que desde el minarete de la mezquita convoca a la oración. Debe ser impactante ese grito. Pensé entonces que una de estas mañanas le hablaré a Alexa (Dios mío, no sé qué estoy escribiendo), desde una orilla de la sala diré: Alexa, pon el sonido del muecín. ¿Me lo dará? Probablemente sí. En caso contrario dirá: no entiendo tu orden y se pondrá en modo Dormir, dormir, descansar, descansar, hasta que otra voz reconocida la despierte. Esto de Alexa es todo un tema. Parecería que debió ser nombre femenino la aplicación de este chunche. ¿Por qué Alexa? El Internet dice que por su sonoridad, por su “cercanía a un nombre humano” y en honor a la biblioteca de Alejandría. ¡Pucha! Alexa es una palabra sonora, dicen los expertos. Ahora casi casi me siento chento, porque pienso cómo me dicen mis cercanos: Álex. Pucha, casi pariente de la famosísima Alexa, casi casi homenaje permanente a la biblioteca de Alejandría; casi casi cercano del gran Alejandro Magno. ¡Dios mío, el tema de Alexa ya me está haciendo derrapar sobre el pantano pegajoso de la imaginación desbordada!
Mi Paty dice que Alexa será acompañante de mi mamá. Cuando ella y yo estemos en la chamba, mi mamá “hablará” con Alexa, le dirá el nombre de la estación de radio y, de inmediato, Alexa le cumplirá el deseo. Cuando mi mamá quiera saber qué hora es (lo hace en forma constante) ya no irá a la sala a checar el reloj, le bastará pedir la hora a Alexa y ésta, con su vocecita metálica, le dirá: son las tantas horas del día y mi mamá volverá a dar una indicación y Alexa le hará caso. Dios mío, Alexa se volvió un nombre repetido constantemente. Sabés que yo creo en el poder inmutable de la palabra. ¿Qué tanto se modifica el ritmo del universo con la repetición de este nombre? El nombre de Dios es uno de los más repetidos desde que el ser humano tuvo necesidad de decirlo, ahora ya apareció el nombre de esta diosa tecnológica, en todo el mundo se dice su nombre: Alexa. Es como si cada ser humano se convirtiera en un muecín y, desde el hogar, mezquita del espíritu, pronunciara un nombre femenino para que el deseo se convierta en realidad, una realidad virtual aún pishcul, pero que ya permite vislumbrar un horizonte como el que mi amigo tuvo cuando se subió a un barco en Estambul y navegó el gran Bósforo y desde la orilla de su barco vio la orilla majestuosa de Estambul y el guía dijo el nombre de la gran mezquita que tenían frente a sí, claro, a otra hora de la hora que teníamos en Comitán. ¿Cómo se pronuncia el nombre de Alexa en Estambul? ¿Cómo en Japón? No lo sé. Sólo sé que por este lado del mundo, mucha gente dice el nombre de Alexa a todas horas, cuando menos en la oficina Roberto Carlos le pide a la amiga Alexa que ponga una determinada canción de Maná y Alexa le hace su gusto. ¡Dios mío!
Posdata: ya te conté que el nombre es tan popular, que el otro día una amiga mía entró a una tienda modesta y pidió un kilo de arroz, la señora, en voz alta, dijo: “Alexa, ¿cuánto vale el kilo de arroz?”, mi amiga se maravilló, pucha, hasta dónde ha llegado la tecnología, pensó; en ese momento salió una muchachita y le dio el precio del kilo de arroz. ¡La gran ciruela, el nombre de su hijita es Alexa! ¡Uf!
¡Tzatz Comitán!
sábado, 5 de abril de 2025
CARTA A MARIANA, CON PERSONAJES DE CÓMIC
Querida Mariana: ¿ya viste el dibujo? Me cuentan que esto se logra con una aplicación de Inteligencia Artificial. Acá está el equipo de Arenilla, al lado del busto de Rosario Castellanos. Este dibujo honra a nuestra escritora en el año que Comitán y el mundo celebran el Centenario de su nacimiento.
Tal vez vos viste una serie de estos dibujos en las redes sociales. A medio mundo le entró la gana de usar la aplicación para que una fotografía “normal” fuese convertida en un dibujo con maravillosos trazos japonés. El término “viral” significa que un suceso se hace famoso en redes sociales; pues, bueno, esta disciplina se hizo viral. ¿Recordás que te mandé el dibujo de una foto de la tía Elena? Su nieto Alan, experto en chunches electrónicos, le regaló un dibujo hecho con el Efecto Ghibli.
¿Efecto Ghibli? ¿Y con qué palillos se come eso? Busqué en Internet y hallé que se refiere a un estudio donde muchos dibujantes hacen animaciones en 2D. Resulta que ahora, gracias a una aplicación electrónica, se “mete” una fotografía y segundos después (no sé cuántos) aparece la imagen transformada, casi casi como si la hubiesen dibujado en el taller artístico. ¡Pucha! ¡Es una genialidad!, pero, a la vez, es algo que da “ñañaras”. Tan es así que Hayao Miyazaki, el director y creador del estudio de dibujo, no estuvo de acuerdo con esta aplicación de la Inteligencia Artificial, porque las imágenes las convirtieron en artificiosas. Pero, asimismo, confieso que cuando vi la imagen donde aparece el equipo de Arenilla me sorprendí gratamente, porque ahí está Paty (editora ejecutiva), luego yo, al centro Carlitos (el ilustrador de los cuentitos), con un brazo sobre la base del busto de Rosario está Cielito (la encargada de la chamba digital) y Roberto Carlos (director de arte y mercadotecnia). El tema se presta para mil comentarios, ya los expertos han comenzado a dar sus opiniones. En principio, la chamba de los dibujantes a mano alzada está en riesgo, porque ahora todo mundo puede lograr imágenes hechas con aplicaciones de Inteligencia Artificial.
El primero que se enojará, sin duda, será nuestro admirado escultor comiteco: Luis Aguilar, porque en este dibujo, el busto de Rosario Castellanos que él diseñó ¡no tiene los vacíos que son parte de su estilo! La Inteligencia Artificial se encargó de llenar lo que Mario Uvence llama “oquedades”.
No sé qué pensés vos, pero a mí, así en lo íntimo, me gustó la imagen, porque, además de que aparecemos al lado de Rosario, aparece un Comitán idílico, al fondo los techos de teja, la arboleda del parque, la laja de las jardineras, el edificio del palacio municipal, las sombrillas de los boleros, el cielo, las nubes y la bandera de México. La aplicación logra aplicar el estilo del estudio artístico y produce imágenes bellas, como la que te presento. Recuerdo que la fotografía donde se basó la Inteligencia Artificial nos la tomó el gran fotógrafo Jorge Quevedo y Roberto Carlos la compartió en una edición de nuestra revista impresa. Nos preparamos para la sesión fotográfica, por eso nos mirás bien bonitos, la Paty con un blazer azul; el Molinari con su corbatía (como si fuera chofer de la Cristóbal Colón); Carlitos, con una camisa con filos bordados; Cielito con outfit (mudada) en tonos rosas; y Roberto Carlos con un estilo casual “matador”. Estamos en el corazón de Comitán, al lado del busto de nuestra pichita consentida, Chayito. Jamás, en un dibujo, se había visto así a Comitán, nunca, ningún artista plástico nos regaló una imagen tan bella, tan cercana, tan íntima. Acá está Comitán y estamos nosotros. Arenilla tiene mucho que ver con Comitán, es Comitán, y acá está el pueblo en una imagen inédita, que realizó la Inteligencia Artificial, maravilloso artificio.
Porque, vos lo sabés, yo crecí leyendo revistas ilustradas. Equipos de dibujantes se dedicaban a pasar a imágenes las historias que los guionistas habían creado. Los millones de lectores de los hoy llamados cómics y que nosotros, en el pueblo, llamábamos “cuentos” íbamos a la Proveedora Cultural a comprar las revistas de Kalimán, Los Súper Sabios, Chanoc, Memín Pingüín y nos sentábamos en una banca del parque central (el mismo espacio que acá se ve, con modificaciones, por supuesto, pero el mismo lugar, bajo los mismos árboles y el mismo cielo). Pasábamos las hojas de la revista y eso era una forma de ser felices. Las revistas llegaban desde la Ciudad de México, llegaban en los viejos autobuses de la Cristóbal Colón, venían en cajas adentro de las cabinas donde venían también las maletas de los pasajeros. Kalimán, Chanoc, la Familia Burrón y Memín llegaban en los compartimentos oscuros, salían a la luz en nuestro pueblo y quedaban expuestos en las mesas de exhibición donde los lectores las adquiríamos. Los que no tenían paga las hojeaban, había unos tan buenos que las terminaban de leer cada semana; así, cada semana llegábamos los compradores y los que leían sin pagar. Don Rami los toleraba tantito, porque él, viejo maravilloso, fue un señor que, de toda la vida, fomentó la lectura, sabía que eso era el camino para el desarrollo y el progreso, pero, sobre todo, la senda de la felicidad. Sí, querida mía, todos los niños de los años sesenta éramos felices porque leíamos las grandes aventuras donde Kalimán se enfrentaba a momias de Egipto; donde Chanoc subía a la lancha para pelear contra cocodrilos en una población que se llamaba Ixtac, al lado del mar. ¿Mirás lo que escribí? El mar, nosotros, desde Comitán, conocimos historias de mar al lado de Chanoc y de su padrino, el viejo Tsekub Baloyán.
Y ahora la Inteligencia Artificial hizo el prodigio (no se puede llamar de otro modo) de regalarnos una imagen donde nosotros, los Arenilleros, somos personajes de historieta. Acá estamos, acá está Comitán. Ahora, cientos de niños y niñas leen, al lado de sus papás y de sus mamás, los cuentos que publicamos en nuestra revista, cada bimestre esperan la revista y leen y disfrutan las historias que ahí se cuentan. Desde Comitán ¡para todo el mundo! Ahora ya no esperan la revista que llegaba en la Cristóbal Colón. La revista llega desde la editorial, llega en un camión de paquetería y nosotros, que amamos la lectura, vamos a muchos lugares para entregar la revista, que llega a muchas manos gracias a la generosidad de nuestros patrocinadores, personas, empresas e instituciones que saben que la lectura es fundamental en el avance de los pueblos. No es casual que ahora el gobierno estatal, encabezado por nuestro paisano Eduardo Ramírez, esté impulsando el programa “Chiapas puede”, que pretende alfabetizar a cientos de miles de chiapanecos. Nosotros, en Arenilla, desde hace muchos años apoyamos el siguiente escalón, que no haya Analfabetismo Funcional, que es donde los lectores, que saben leer y escribir, ya no practican la lectura. Se dice que ahora se lee menos que antes; se dice que México es un país no lector, las estadísticas lo demuestran; pero nosotros creemos que podemos aportar nuestro granito de Arenilla para que la lectura siga siendo esa burbuja maravillosa donde se estimula la creatividad y la imaginación. ¿Y qué creés? Ahora colocamos ejemplares de nuestra revista en el mostrador de la Proveedora Cultural para que nuestros lectores la encuentren y se la lleven en forma gratuita. ¿Mirás el prodigio? En el mismo lugar (en otra dirección) donde acudía a comprar mis revistas de monitos en los años sesenta hoy está disponible nuestra revista, para que los lectores tomen un ejemplar, vayan al parque, se sienten en una banca y, cerca del lugar donde está el busto de Rosario Castellanos, lean los cuentitos y los demás artículos interesantísimos. ¡Hacemos patria desde un pequeño lugar de la patria! Un lugar que hoy es centro de atención del mundo, porque es el lugar donde vivió la gran escritora que nació el 25 de mayo de 1925, en la Ciudad de México, pero que a la edad de tres meses la trajeron su papá y su mamá al pueblo y acá vivió toda su infancia y parte de su adolescencia. Rosario siempre se asumió comiteca, por eso en esta imagen nosotros nos pusimos al lado de su busto, obra que la recuerda en forma permanente, obra donde los visitantes llegan para tomarse la foto del recuerdo. Nosotros nos paramos al lado de su busto para que Jorge nos tomara la fotografía, en ese momento, ¡lo juro!, jamás imaginé que terminaríamos siendo personajes de cómic. La Inteligencia Artificial, ya nos lo dijeron los expertos, es un chunche tecnológico que rebasa lo que jamás imaginamos sucedería. La IA ya es algo que está presente. Acá está una muestra de su poderío. La IA logra en un minuto imágenes que hasta hace poco llevaba muchas horas de trabajo manual.
Posdata: acá está la Paty, acá el Molinari, acá Carlitos, acá Cielito y acá Roberto Carlos; acá está Rosario. La imagen fue realizada en el año 2025, año donde conmemoramos el Centenario del Nacimiento de Rosario Castellanos Figueroa. ¡Qué regalo para ella! ¡Qué regalo para nosotros! ¡Qué regalo para Comitán y el mundo!
¡Tzatz Comitán!
viernes, 4 de abril de 2025
CARTA A MARIANA, CON VISITA AGRADABLE
Querida Mariana: el Colegio Mariano N. Ruiz celebra setenta y cinco años de vida fecunda. Se han realizado actos celebratorios. El pasado domingo 30 de marzo 2025 se efectuó un conversatorio, donde platicaron el Maestro José Hugo Campos Guillén, director general de la institución, y la Doctora Anabel Gordillo Argüello, experta en Derecho y candidata a Magistrada del Tribunal de Disciplina del Poder Judicial Federal, cuya elección, todo mundo lo sabe, se llevará a cabo el próximo 1 de junio 2025, en una jornada electoral inédita en el país. Los electores tendrán la oportunidad de elegir a los próximos integrantes del Poder Judicial Federal. Hasta antes de esta ocasión, los ciudadanos elegían al titular del Poder Ejecutivo Federal (ahora tenemos una presidenta de la República, debido a que la mayoría así lo decidió) y los integrantes del Poder Legislativo Federal (diputados y senadores). Ahora, el 1 de junio 2025, los electores dirán quiénes integrarán el Poder Judicial Federal. Ahí, el nombre de la Doctora Anabel Gordillo Argüello aparecerá en la boleta color turquesa y los votantes colocarán el número 06 en la parte de arriba para concederle el voto a la comiteca que participa en este histórico momento.
La Doctora Anabel Gordillo Argüello y sus hermanas, la mayor y su gemelita, estudiaron en el Colegio Mariano N. Ruiz, ellas son orgullo de la institución.
El domingo 30 de marzo la Doctora Anabel llegó a su escuela (al ver los árboles del bosque del plantel Los Sabinos, recordó que llegaba con sus compañeros a sembrar arbolitos, alguno de los grandes árboles que ahora son parte del entorno verde lo sembró ella, sin duda alguna). Y si hablamos de siembra, eso llegó a hacer el pasado domingo 30 de marzo, porque sembró nostalgia y recuerdos maravillosos durante la plática con el Maestro Hugo. Ella comentó “una buena primaria hace la diferencia”, dijo que sus cimientos se formaron en el seno de su familia y en los salones del Colegio Mariano N. Ruiz, donde compartió instantes con sus maestros y alumnos.
¿Y durante la secundaria? Recordó a la maestra Vicky con las clases de la hoy extinta materia de Mecanografía, dice que, en su trabajo hace sentencias, y gracias al conocimiento adquirido, hoy escribe muy rápido. Asimismo, dijo que tiene muy buena ortografía y, reconoció, lo debe a las clases del maestro Luis Felipe Gómez Mandujano. Otras materias favoritas fueron Historia y Biología. Dijo que la Educación Cívica fue fundamental, al recordar el Civismo habló de los valores que son parte esencial de su vida, valores que ahora está dispuesta a seguir sembrando si los electores deciden que ella llegue al cargo que aspira, cargo que es uno de los más importantes de la contienda electoral. Será un gran orgullo para Comitán saber que la Doctora Anabel Gordillo Argüello llega a ser Magistrada del Tribunal de Disciplina del Poder Judicial Federal.
Sus maestros de primaria y secundaria del Colegio Mariano N. Ruiz recuerdan que ella y sus hermanas fueron estudiantes de excelencia. La Doctora Anabel Gordillo Argüello ha sido una chica responsable desde siempre.
Ella recordó que al final de clases, con sus amigas subía por la pendiente de San Sebastián e iba al restaurante “El Greco” que su mamá y papá tenían en la planta alta de un edificio. El Maestro Hugo recordó que la mamá de la Doctora Anabel fue presidenta de la Sociedad de Padres de Familia y el Día del Maestro ella ofrecía una comida a los maestros y maestras de sus hijas. Eran tiempos maravillosos. Todo mundo de acá recuerda los exquisitos platillos que servían en “El Greco”. Hoy, la mamá y el papá de Anabel continúan en el área de servicios, porque rentan un espacio magnífico para convivios: “La Casa de Los Abuelos”.
Vos no estás para saberlo, pero yo sí para contarlo. El año pasado que celebramos los cincuenta años de egreso de la Escuela Preparatoria de Comitán, mis compañeros y yo nos reunimos precisamente en “La Casa de Los Abuelos” en un convivio genial, porque el salón es amplio y el jardín es maravilloso. Sin duda que la Doctora Anabel Gordillo Argüello disfrutó la estancia en su pueblo, estuvo rodeada de espacios verdes, el de su colegio y el del salón familiar.
Posdata: al llegar al plantel Los Sabinos vio el área arbolada y recordó que ella, al lado de sus compañeros estudiantes, llegaba a sembrar arbolitos a ese espacio. Sin duda que uno de esos árboles lo sembró ella. Anabel sigue en la siembra. Desde el espacio del Poder Judicial Federal seguirá sembrando valores de la justicia, tan necesaria en nuestro país. Comitán y la comunidad del Colegio Mariano N. Ruiz se sentirán felices cuando se dé a conocer que muchas personas votaron por ella y la eligieron para el supremo cargo de Magistrada. Dije que todo mundo deberá anotar el número 06 en la boleta color turquesa.
¡Tzatz Comitán!
jueves, 3 de abril de 2025
CARTA A MARIANA, CON LA NOVELA “EL ORIGEN DE LA NOCHE”
Querida Mariana: un día me llamó Ornán Gómez, mi amigo escritor. Después del saludo (clásico) llegó la petición. Que presentara la novela “El origen de la noche”, del escritor premiado Mikel Ruiz. ¡Ay, Ornán! ¡Tantos escritores y escritoras que pueden hacer, y hacer bien, esta chambita y vos me la das! Al final acepté. Así que la tarde del 21 de marzo pasé a que me lustraran los zapatos en el parque central (ahí encontré a Mikel también en una silla para que le bolearan los zapatos) y cuando vine a ver estaba trepado en el sitio de honor, al lado de Olivia Bonifaz y del autor para la presentación. Por fortuna llegó gente a escuchar a Mikel, es conocido su proceso creativo. La presentación inició en forma puntual, a las seis y media de la tarde. Te paso copia de lo que dije:
Buena tarde.
Sí, tenemos ventaja ante ustedes. Nosotros ya leímos el libro. Siempre es así en las presentaciones, quienes ocupan las sillas del escenario ya han leído el libro. Ustedes (me ha tocado) están en desventaja ante nosotros. Pienso entonces ¿cuál es el objetivo de una presentación, de esta presentación? Transmitir a ustedes nuestras impresiones de lectores, para que tengan una idea del contenido del libro. Labor complicadísima. Si entendemos que el acto de lectura es un acto íntimo, que no puede darse de una mano a otra ajena. Tal vez algún día, pienso, las presentaciones serán espacios donde habrá mesas con ejemplares del libro en cuestión para que los asistentes tengan la posibilidad de hojearlo, así a ojo de buen cubero, como se dice, y puedan decidir si lo adquieren o no. Imaginen que ahora se diera eso, que ustedes pudieran hojear el libro “El origen de la noche”, de Mikel Ruiz. Que tomaran un ejemplar y le dieran una vueltita, estoy seguro, segurísimo, que les atraería, por el tema, por la forma en que está escrito, como decimos acá, “se picarían”, no desearían abandonar la lectura. Pero como tal posibilidad está lejana, hoy nos toca hablarles de un libro que nosotros ya leímos y ustedes no. ¿Cómo hacer la síntesis de lo leído? Desde el momento que leí el prólogo escrito por Luis de La Peña Martínez, quien es jefe del departamento de publicaciones de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, pensé que era un resumen lúcido e inteligente del contenido del libro. En sus palabras está todo el manantial del libro de Mikel; así que, como si ustedes tomaran el libro y comenzaran a leer el prólogo de Luis, sintetizaré sus palabras. Ah, qué atrevimiento. Deberían leerlo completo, completa deberían leer esta obra, que mereció el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas del 2023; ejercicio puntual ficcional de un hecho histórico que provocó una herida en el mapa de la sociedad chiapaneca.
¿Qué dice De la Peña?
De la Peña dice que la cultura tsotsil ha sido abordada en libros desde las visiones de famosos escritores no indígenas. Bueno, esto fue así, porque ahora es la mirada de un escritor hablante de la lengua tsotsil; Mikel es un escritor bilingüe, su novela está escrita en tsotsil y en español. Esto es un hecho histórico, acá está una mirada a la cultura tsotsil desde la mirada de un nativo, un hijo de ese árbol.
De la Peña dice que la novela breve de Mikel aborda un tema trágico: la matanza de Acteal; lo aborda con “un lenguaje narrativo directo” con la recurrencia de “códigos míticos y poéticos”, que ponen al lector “en vilo (en suspenso diríamos)”.
De la Peña dice que espera no equivocarse en su apreciación de que esta novela “marcará un hito en el ámbito de las literaturas escritas en lenguas indígenas mexicanas y, ojalá, también en la literatura escrita en español”.
¿Ven? Ya leí la novela de Mikel, pienso que el prólogo de De la Peña es esclarecedor, ilumina la senda por donde caminarán los lectores. De la Peña dice que la obra tiene “escenas descriptivas duras”, cómo no, si es testimonio literario de un hecho lleno de mierda, muestra de la miseria humana, de lo sucedido en Acteal hace años.
Robé las palabras de De la Peña porque son brillantes. Por eso, pido aplausos para él y para el autor de esta obra. Gracias.
Posdata: el acto comenzó a las seis y media de la tarde. Calculé una hora para la presentación, así que a las siete y media a casita, tomar mi avena y acostarme. Sabés que me acuesto a las ocho de la noche, porque a esa hora ya se me descargó la pila, cómo no, si me levanto a las cuatro de la madrugada. Todo transcurrió muy bien, tan bien, que la audiencia comenzó a hacerle preguntas a Mikel. Todo bonito, pero mi cuerpo ya comenzaba a pedir esquina, así que, con la pena del mundo, a las siete y media, le dije a Ornán ¡hasta acá llegué! ¡Qué pena! Me bajé del estrado y caminé en medio de la audiencia. ¿Qué pensarían? Lo menos: ¡qué abusivo este tipo! ¡No se esperó al final! Deseé que todo mundo pensara: ¡ay, el viejito Molinari, ya va a desaguar la vejiga! Total, fui al estacionamiento, me trepé a mi tsurito, llegué a casa y ya cumplí con mi ritual de vida, haciéndome la promesa de no aceptar estos compromisos que “comprometen” mi rutina. ¡Hay tantas personas que pueden hacer la chambita de presentación! Siempre pido que aparezcan los nuevos valores, ¿por qué los mismos de siempre? ¡No se vale!
¡Tzatz Comitán!
miércoles, 2 de abril de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN SENCILLO ACTO FASTUOSO
Querida Mariana: parecería que el término sencillo está en la esquina contraria de lo fastuoso. No siempre es así. Lo que sucedió el viernes 28 de marzo, a las seis de la tarde, fue un sencillo acto fastuoso. La exposición colectiva Fe y Tradición, colección visual en conmemoración a los templos de Comitán: San José, El Calvario y Jesusito, conjuntó la sencillez y la fastuosidad, porque nos mostró el trabajo creativo de jóvenes artistas de nuestro pueblo. Ah, qué hermoso constatar que el arte sigue vigente en Comitán en las manos de chicas y chicos de excelencia. Fue uno más de los actos realizados para celebrar el Centenario del Nacimiento de Rosario Castellanos. Mi amigo el regidor Alejandro Caballero Pinto asistió con la representación del presidente municipal, el Señor Fox, en su mensaje confirmó la vocación artística de nuestro pueblo.
Después del acto protocolario de corte de listón, los asistentes hicimos un recorrido sorprendiéndonos gratamente con las obras de Ernesto Falconi, Patty Ramírez, María José Gómez, Karla Gómez, Erika Quintero, Ismael Velázquez, Roberto Chávez, Ángel Luna, Berena Grajales, Nahomi Saldaña, Adolfo Velasco, Fernanda Stephania Guillén y Ángel Alexis Moreno Córdova, savia de la gran ceiba que es Comitán.
Acudí para decir algunas palabras, lo hice con mucho gusto al considerarlo un honor. Te paso copia del mensaje que brindé:
Buena tarde.
La licenciada Grisell Herrera me invitó a decir unas palabras en este acto. Me dijo que se realizaría una exposición de arte, con obras referentes a tres templos: San José, El Calvario y Jesusito.
Me dio gusto escuchar tal noticia. En nuestro pueblo, bueno, en todos los pueblos del mundo, los templos son recintos donde el arte siempre está presente. Hoy, gracias a esta iniciativa, los templos son el pretexto para la reflexión, para la creación, y para la recreación.
En nuestro pueblo, a la derecha de la entrada de Jesusito hay una obra que muestra al Señor de Las Maravillas, esta obra es fruto del talento del maestro Güero, el maestro Javier Mandujano Solórzano; asimismo, también en la pared derecha, al lado del altar de San José, existe otro cuadro del maestro Güero. Y en el templo de El Calvario, en su altar hay tres imágenes soberbias, de tres personajes crucificados: los ladrones Dimas y Gestas y, en el centro, el Señor de El Calvario. Es una pena que la pintura del Señor de Las Maravillas esté deteriorado.
Es bello el cuadro plástico que conforman las tres grandes cruces en el altar de El Calvario. Si pensamos que esas imágenes son sobrevivientes de la campaña nefasta de la quema de santos, ya que lograron ser escondidas, podemos decir que estamos ante una muestra de resistencia. Resistencia es lo que hacen los artistas en la actualidad; el acto de hoy reafirma la libertad de creación de nuestros artistas. Acá sigue presente el triángulo luminoso. Los templos de El Calvario, de Jesusito y de San José están unidos con una cinta artística. Estos tres templos han sido el pretexto ideal para convocarnos. Los templos son recintos donde el arte se manifiesta, porque el arte es parte de nuestra idiosincrasia, parte de la vida plena. ¡Felicidades!
Posdata: la foto que acompaña esta carta me la envió Roberto Chávez, el gran artista de la lente. La obra de Roberto es sencilla y fastuosa, única, sensacional. Comitán es un pueblo luminoso, porque su gente irradia cintas hechas con colores maravillosos.
Las obras presentadas fueron fotografías, maquetas, acuarelas, gouaches, tatuajes sobre piel sintética (jamás había visto obras con esta técnica), ilustraciones digitales, dibujos con estilógrafo, dibujos con carboncillo, mixtas, acrílicos con hoja de oro y mixtas. ¡Todo un collage genial! Entiendo que la muestra estará disponible por varios días más, por si querés darte una vueltita por el Museo de La Ciudad.
¡Tzatz Comitán!
lunes, 31 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, CON CHILE PIQUÍN
Querida Mariana: lo del chile es todo un tema. Hay un dicho mexicano muy empleado: “háblame al chile”, dicen unos; es decir, hablame sin dobleces, con la verdad.
El tío Juan se botaba de la risa, porque él lo llevaba por el lado picaresco, lo decía y se miraba hacia abajo, en la entrepierna: “hablame al chile”.
Jenny también lo festejaba, decía que era como si alguien tuviera que agacharse y agarrar el pene como micrófono: “bueno, bueno, probando”.
¿Por qué “hablar al chile” quiere decir hablar con la verdad? No lo sé, yo qué voy a saber.
Yo sólo sé que en Chile, el país, nació el poeta Pablo Neruda y él siempre habló con su verdad, una verdad con aroma de fruto. ¿Recordás que hace tiempo leímos la novelilla “El cartero de Neruda”, del escritor Antonio Skármeta, también chileno?
Neruda vivió en Isla Negra, hoy la casa que habitó es un museo dedicado a Pablo. Mi querido e inolvidable amigo Memo Del Castillo, que en paz descanse, en uno de sus viajes a Sudamérica, visitó la casa museo y me trajo una tacita de recuerdo. En casa tengo un pedazo de Chile (sin albur, sin albur, niña traviesa).
Y digo, sin albur, porque ya mirás que en México la palabra chile se presta al albur (dije que sin albur, porque eso de “presta” también sirve para el cotorreo).
La palabra chile se emplea como sinónimo de pene, debe ser por la forma. Hay chiles mira pa’rriba, chiles mecos, chiles poblanos (sólo aplicable a quienes nacieron en Puebla), pempenchile (pequeños, pero sabrosos, dicen quienes no fueron bien dotados por natura). Hay también chile ancho, sabroso para el cutis, dicen los malcriados.
A mí ni me quedés viendo. Yo sólo sé que en Chile, el país, nació la gran poeta Gabriela Mistral. Nuestra Rosario Castellanos conoció a Gabriela, en el año 1950. Cuando Rosario y Dolores Castro viajaron a España, como estudiantes del Instituto de Cultura Hispánica, se dieron una escapadita para saludar a la gran poeta chilena.
También sé, así, hablando al chile, que en Chile también nació otro gran poeta: Vicente Huidobro. ¡Pucha! Cuánta joya literaria.
Pablo clavó un clavito, un clavito chileno (sin albur). Y digo sin albur, porque no es lo mismo decir: Mario perdió el clavo de María, que decir: María se perdió que Mario se la clavara. Porque clavar también alude al juego donde el pene es invitado especial. ¡Ay, señor, qué país! Todo es falocrático.
Posdata: en la comida mexicana un platillo muy deseado es el chile de relleno. Los léperos también juegan con estos términos: te relleno de chile.
Digo que no sé, sólo sé que Huidobro escribió: “mis ojos de plaza pública / mis ojos de silencio y de desierto…”
Desierto. El poeta Sabines escribió lo que he venido sosteniendo: “...yo no lo sé de cierto…”
Una cosa es que alguien diga “hablame al chile” a que diga: ¡pelame el chile!
¡Tzatz Comitán!
domingo, 30 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, CON UNA FOTOGRAFÍA ÚNICA
Querida Mariana: quienes conocieron al famoso Nuka lo identificarán en esta fotografía que te mando. Es una fotografía única, de uno de los niños más hermosos de este pueblo. La fotografía se la tomé, en los años ochenta, en su casa de la subida de San Sebastián, lugar donde vivió hasta el día de su lamentable fallecimiento. Sí, mi niña bonita, Francisco Nucamendi Pulido murió hace algunos días. Fue una noticia que conmocionó a la sociedad comiteca, una grieta que lastimó el aire de nuestra ciudad. Mi Paty me avisó temprano, sus amigos de La Chusma corrieron la voz, porque Lili, hermana del Nuka, es amiga de ellos.
Murió El Nuka y cientos de personas se manifestaron en las redes sociales. Todos los mensajes lamentaban su deceso y expresaban mucho cariño, porque Panchito fue un gran amiguero, un hombre generoso, fue uno de los niños más hermosos de este pueblo. Dentro de los mensajes hubo textos sublimes, bellísimos, que uno lamenta hayan tenido como detonante la muerte del amigo. Duele que siempre decimos Te quiero cuando la otra persona ya no lo escucha, por eso muchos dicen que los homenajes deben ser en vida.
Leí textos de gran factura literaria escritos por talentosas escritoras de este pueblo: Mirtha Luz Pérez Robledo, Alba Velasko, Marvey Altuzar, Karina Cancino, ellas, talentosas escritoras, fueron grandes cuncas del Nuka; asimismo, Guillermo Montalvo publicó un texto luminoso en el periódico Al Faro. Me cuentan que la noche de su velatorio, en el Figueroa, muchos neveros y vendedores de raspados llegaron, porque él vivió durante los últimos tiempos de vender raspados (granizados atómicos) y se volvió uno de ellos, todo mundo de acá lo vio por las calles y plazas llevando con ambas manos el carrito con capacete rojo, donde llevaba el hielo y las esencias que él preparaba. Él fue hijo de Doña Lili, pero fue antes que todo hijo de la vida y vivió su vida con los dictados del vuelo en libertad, fue uno de los más intrépidos equilibristas que conoció Comitán, siempre anduvo haciendo equilibrio sobre la cinta de la vida, se entregó a vivir con todo su ser, con todo su cuerpo y con su espíritu, todo lo convirtió en el gran juego de la vida, descolgó estrellas y, también, ensartó muchas de ellas en los cielos.
En esta fotografía está él, siendo niño, puberto, el niño que jamás dejó de ser, el juguetón, el irreverente, el travieso, el pícaro, el desmadroso, el pepenador de esencias sublimes. Me cuentan que El Nuka hacía recetas especiales, lo mismo sucedía con las bebidas, le encantaba probar qué sucedía si mezclaba una sustancia con otra, le encantaba probar, descubrir.
Sí, así lo conocí, fue mi alumno en el Colegio Mariano N. Ruiz, al entrar al salón de clase pedía, a todos los santos, que Francisco no levantara la mano, porque sabía que no solicitaría permiso para ir al baño, sino para hacer una pregunta. Siempre, sus preguntas eran intrépidas, lúcidas, de muchachito inteligente. Pedía que no preguntara, porque mi respuesta siempre era que lo investigaríamos juntos, porque él vivía a años luz de los simples mortales, su mente era prodigiosa.
Falleció muy joven, fue así porque vivió al límite, nada dejó por experimentar, su vida fue una continua mezcla de esencias, tomaba un vaso de sol y lo reunía con líneas de luna reflejada en un lago. ¿Qué producía la mixtura de un diente de ajo con la mermelada de membrillo? ¿Qué un rayo de amarillo con una línea de agua? ¿Qué un puño de emoción con un gargajo de llanto? Siempre fue un innovador, el mundo le quedaba chico, la vida le quedaba a deber. ¿Qué producía la mezcla de una migaja de estrella con los restos de un naufragio?
El Nuka supo que la vida es una pieza rota, él se empecinó (a mitad del camino, sobre la cuerda del equilibrista) en darle forma, en pegar los pedazos, en dejar una vida más completa. No lo logró. Ningún espíritu humano logra que el barquito de papel no encalle en cualquier albañal.
Posdata: Panchito, fue uno de los niños más hermosos de este pueblo. Medio mundo lamentó su fallecimiento, quien no lo lamentó fue él, porque se fue sin dejar ni un gajo por chupar, abrazó la vida con tal emoción que todo mundo se sorprendió con la noticia de que ya no dejaba callejón por caminar. Caminó todas las sendas y, lo más importante, abrió nuevos caminos. A ver quién es el valiente que asume la vida con tal intensidad. Pocos seres en el mundo son predestinados. Él tuvo el destino de vivir a sus anchas y a sus mangas. En esta fotografía tiene las manitas dentro del peto, al rato las sacó para repartir sus dones, para pepenar todas las maravillas de este mundo, de este mundo hecho de pedazos de cristal, de piedra, de fuego.
¡Tzatz Comitán!
sábado, 29 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, CON CHUNCHES TECNOLÓGICOS
Querida Mariana: Doña Lolita Albores cuenta que la construcción de la Carretera Panamericana permitió que Comitán se comunicara, por así decirlo, con el mundo.
Hasta antes de 1950, Comitán era un pueblo aislado, como muchas otras comunidades de Chiapas.
Los chavos comitecos de estos tiempos no logran imaginar cómo fue el pueblo en el pasado; bueno, ni quieren hacerlo, ellos ven hacia el futuro. En cambio, los de mi generación caminan en una línea delgada, territorio donde el pasado es nostalgia de todos los días y el futuro es algo que se lleva como un bolso indeseable pero necesario.
Hoy, todo mundo tiene un teléfono celular, ya los sabios visionarios habían advertido que el futuro estaría definido por este chunche. Muchas actividades se harían a través de él. Bueno, el futuro ya está acá, en nuestras manos. Los viejos hemos tenido que adaptarnos a la modernidad. Hay amigos que se han rebelado ante tal adaptación, no les ha funcionado, porque hoy todo, todo, se realiza con dichos aparatos tecnológicos. Las transacciones bancarias se hacen a través de plataformas que los bancos han diseñado.
Imaginemos a un lector que, como yo, nació en los años cincuenta del siglo pasado, ¡del siglo pasado! Él creció con un libro impreso en las manos, lo palpó, lo conservó en un librero, procuró que no se empolvara, que no se mojara, que no se quemara. Como este lector se aficionó tanto a los libros, poco a poco, adquirió varios y luego más y más. Así que tuvo que ir con un carpintero, de allá por el barrio de La Pilita Seca y encargó un librero hecho con madera de cedro, bien barnizado, bonito. Pero un día, consecuencia lógica, el librero resultó insuficiente, porque el amigo lector compraba más y más libros, así que repitió el ritual y solicitó otro librero y así. Conforme pasó el tiempo, la habitación se volvió como un bosque lleno de libros, era un paisaje donde el lector se sentía a gusto, era su lugar favorito. Más un día, una conmoción llegó en forma de noticia. Ya no sólo había libros impresos, lejos estaba el soberbio hallazgo de Gutenberg, la tecnología logró abrir una ventana difícil de comprender: había ya e-books, libros electrónicos, y con dicha noticia llegó otra: había dispositivos que servían para almacenar libros electrónicos y para leerlos. Los más conservadores lectores se negaron a dar paso a la innovación tecnológica y defendieron su derecho de continuar leyendo libros impresos, que era la forma tradicional, la forma “antigüita”. Un sector, donde está incluido el lector del que hablamos, abrió la puerta a la novedad. Nuestro amigo compró un Kindle (chunche donde se almacenan los libros digitales y dispositivo que permite leerlos), buscó en las librerías “virtuales” un libro de su interés y lo adquirió, lo adquirió en forma facilísima, lo pidió y pagó con la tarjeta de crédito (todo este proceso hecho en el teléfono celular), un minuto después la empresa le informó que el libro adquirido ya estaba en su Kindle. Sin creerlo del todo, el lector prendió el Kindle y ¡halló el libro solicitado! Le bastaron dos minutos para adquirir un libro electrónico. Desde ese momento, el lector comenzó a comprar más libros electrónicos, era tan sencillo, tan práctico. Comitán ya no estaba a mil kilómetros de distancia de una librería con miles de libros, ya no, estaba a dos minutos de distancia. Y ahora, el lector, quien nació en los años cincuenta del siglo XX, adquiere libros electrónicos, los lee, los disfruta y los conserva en su Kindle, aparato que tiene la capacidad de almacenar hasta cinco mil ejemplares. Se olvidó del carpintero comiteco, ya no necesita libreros, le basta el chunche electrónico que es el mayor librero que jamás tuvo, porque tiene una gran capacidad de almacenamiento y es un chunche que mide lo mismo que mide un libro.
Esto que acabo de relatar es un sencillo ejemplo de cómo la vida comiteca se ha transformado.
No todo es miel sobre hojuelas, ¡no!, como en todo suceso mundial que transforma la realidad ¡la aparición de estos chunches tecnológicos tiene sus desventajas! Muchas, desde las que mencionan los maestros, porque los alumnos ya no llevan libretas al salón ni toman notas, ahora, el maestro escribe en el pizarrón y los alumnos (los responsables) se paran de sus asientos y toman una fotografía del apunte. Esto, que es una gran ventaja, también es algo negativo, porque los chicos y chicas ya no escriben. Un amigo maestro dice que llegará el día que los jóvenes olvidarán escribir, se convertirán en redactores analfabetos. Además, los críticos de los avances tecnológicos, dicen que nuestro cuerpo comienza a tener malformaciones en la espalda, en el cuello, en los dedos. Igual que vos he visto amigos que llevan unas cintas en las manos, esas cintas les fueron colocadas por médicos expertos para curar dolores musculares. Estos dolores no se daban antes, porque los dedos nunca fueron sometidos a tal actividad repetitiva.
Estadísticas nacionales indican que muchos accidentes vehiculares suceden porque los automovilistas ven el celular mientras conducen. Sí, los he visto en nuestro pueblo. El otro día me senté en una grada del parque central, cerca del busto de Rosario y vi el comportamiento de los conductores, más de cinco, ¡de verdad!, manejaban con una mano mientras en la otra llevaban el celular abierto, hacían lo mismo, bajaban la vista, checaban la pantalla y luego subían la vista para ver qué tenían adelante. Esto me pareció un verdadero peligro. Bueno, me cuentan que hay conductores que hacen lo mismo cuando conducen en carreteras de alta velocidad. ¡Dios mío! Qué osadía.
Nuestra sociedad se ha transformado. Si hacemos un repaso histórico del avance mundial constatamos que jamás se había dado una transformación tan radical, tan impresionante. Ahora nos alertan acerca de la intromisión de la Inteligencia Artificial en nuestras vidas diarias. El otro día (en redes sociales) quedé asombrado por la posibilidad de esta herramienta. El poeta, gran maestro de mi generación y de otras más recientes, Óscar Oliva leyó un poema suyo en francés, todo hecho con inteligencia artificial, la pronunciación es exacta, el movimiento de sus labios es preciso. Días antes, su hija Aurora Oliva, artista experta en danza, quien llevó un curso de IA, leyó un ensayo propio en una lengua asiática. Imaginé que ella jugaba, que ella no tiene el conocimiento de dicha lengua, leyó su texto en castellano y una aplicación digital logró que el video diera la impresión, muy real, de que hablaba dicha lengua, por la pronunciación fidedigna y el movimiento exquisito de sus labios. Alguien pudo pensar que, en efecto, ella estaba hablando en esa lengua asiática. Y digo que esto es como un sencillo juego. La Inteligencia Artificial, nos advierten los sabios, cada vez avanzará más. Y todo esto que parece ciencia ficción también se da en nuestro pueblo, el pueblito que estaba incomunicado en los años cincuenta del siglo pasado. En este siglo XXI todo Comitán tiene acceso al mundo entero. Conozco gente que realiza estudios de posgrado “en línea”, que ha aprendido a hablar inglés u otros idiomas a través del Internet.
¿Qué nos depara el futuro? Por el momento digo que los viejos, los de mi generación, debemos estar abiertos a la posibilidad de integrarnos a tal avance tecnológico, si bien no con la rapidez con que lo hacen ustedes, los chavos, cuando menos para advertir los avances y procurar adaptarlos a nuestra vida diaria.
Yo, igual que nuestro amigo lector, acepté que los libros digitales fueran parte de mi vida, hoy los disfruto; asimismo, me suscribí a varias plataformas cinematográficas y veo cine todas las tardes en mi teléfono celular. Pensé lo que todo mundo decía: “El cine se ve mejor en el cine”, es decir en la sala cinematográfica; hoy pienso que el cine se ve mejor en mi celular, porque ahí tengo a mi disposición cientos y cientos de cintas de todo el mundo. Jamás pensé que en mi pueblito podría tener a mi disposición esta gran posibilidad.
Posdata: hoy todo mundo tiene celular, entra a las redes sociales, se divierte en el TikTok, da opiniones en el Facebook, hace transferencias bancarias, solicita taxis (acá no tenemos servicio de UBER, pero sí solicitamos un taxi a través de una llamada telefónica). Comitán está inserto en la modernidad, mucha gente hace compras “en línea”, puede ser que algún producto no exista en tiendas comitecas, ahora existe la posibilidad de pedir dicho producto en cientos de tiendas del mundo entero.
¡Tzatz Comitán!
viernes, 28 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, DONDE APARECEN LOS DE A PIE
Querida Mariana: tía Josefa caminaba mucho, desde Guadalupe bajaba a El Cedro, a La Pila, a San Sebastián, a Yalchivol. Bajaba y luego subía. Veía a su compadre Heriberto, en su flamante Volkswagen, modelo 64, destartalado, y decía “caso nací con carro, para eso Dios me dio mis pies”. Caminaba, como lo hacen millones de personas en el mundo.
Sabemos que hay más peatones que conductores de vehículos. Yo veo, en el pueblo, a cientos, miles de peatones. Veo a papás y mamás llevando a sus hijos a la escuela. Veo a abuelos que caminan apoyándose con un bastón, veo a abuelas con andaderas. Ahora hay chunches auxiliares. Siempre recuerdo una imagen donde un personaje bíblico se apoya en un cayado.
En término estricto todo ser humano es un peatón. Al bajar del auto, el automovilista retoma su carácter peatonal.
Gateamos al principio, luego (para confirmar la teoría de mono erectus) tatarateamos y caminamos. La mamá nos suelta y hacemos nuestros pinitos en lo de la caminada. Luego hay deportistas que se especializan en la caminata. Recuerdo la Olimpiada que se celebró en México en 1968, la medalla de plata que obtuvo el marchista mexicano, el sargento Pedraza.
Pero los marchistas son excepción. La mayoría camina sin aspirar a recibir una medalla olímpica. Caminamos por la necesidad de desplazarnos de un punto a otro. El destino cotidiano es la caminata, en el campo, en el parque, en la calle. Subimos y bajamos escaleras. Hay una edad en que, sin competir, corremos. Los niños corren en los patios escolares, hay muchos juegos infantiles que tienen como aliada principal a la carrera. Llega una edad donde dejamos de correr, porque las piernas ya no poseen las virtudes de la juventud. Mi primo Enrique, que en edad es un poquito mayor que yo, cuando le preguntó cómo está, me responde: “Estamos, es ganancia”, bien podría decir: caminamos, es ganancia. A veces, digo que a veces, no valoramos la capacidad motriz. Un simple doblón en un pie puede ocasionar una incapacidad, eso obliga a ir al médico y usar una prótesis. No hay peor cosa para una persona vieja que una caída. Es algo dramático. Por eso, ¡nada de carreras, nada de apresuramientos!
En San Cristóbal de Las Casas hay un dicho simpático que alude a apurarse para hacer un mandado: “andá carrera y regresás corriendo”. La indicación es: no parés un sólo instante, pero es recomendación para niños y jóvenes.
Los viejos que no tienen una incapacidad ¡caminan!, ya no corren. La vejez es una etapa de la vida donde las carreras ya quedaron en el pasado, la caminata es lenta y sosegada. El viejo se vuelve sabio, sabe que la vida se disfruta sin prisas.
Todas las mañanas veo a mamás que llevan a sus hijas de la mano, caminan contentas, rumbo a la escuela. Caminan sin pausas, deben llegar a tiempo a la cita escolar. Las oigo platicar, las niñas se sienten en confianza. La caminata compartida es un disfrute cuando se hace con afectos, con cercanos.
Posdata: si al poeta Sabines le encanta Dios, a mí me encanta caminar. Caminamos al dejar de gatear. Me sorprende que nadie celebre ese instante. Lo del hombre en la luna fue una cosa maravillosa, pero simple y boba; pasar de gatear a caminar ¡eso sí es “un gran salto para el hombre”! A partir de ese instante poseemos el maravilloso don de caminar, esto es un portento.
¡Tzatz Comitán!
jueves, 27 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, CON EL VIAJE DE ABELARDO
Querida Mariana: el árbol de los deseos tiene muchos frutos. Todo mundo tiene diferentes deseos, obsesiones. La tía Manuela soñó toda su vida con ir a la Ciudad de México y visitar la Basílica de Guadalupe. Fue feliz el día que estuvo en la plaza frente al soberbio edificio que construyó el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, que al principio muchos fieles criticaron, porque decían que era como una carpa de circo. ¡No importaba! En el interior estaba la imagen de la virgencita, la milagrosa, la Reina de México.
Abelardo Espinosa, papá de mi amiga Paty, soñó toda su vida con conocer las instalaciones de la B Grande de México, mítica estación radiofónica que escuchaba desde niño en su natal Cajcam, por herencia de su papá, don Noé Espinosa, quien toda su vida estuvo acompañado por un radio. En aquellos años (años sesenta) el mundo de Cajcam se comunicaba con lo demás del planeta gracias a la radio, no tenían televisión, ni salas de cine, mucho menos Internet ni celulares (estos aún no se habían inventado). La única extensión era la radio, desde entonces, Abelardo se volvió personaje de novela, porque (igual que su papá Noé) comenzó a comprar radios cada que tenía paga, en la sala un radio, otro en la recámara, otro amarrado en el pilar de la casa, otro más en el morral para la hora de ir al campo, otro más en la mochila para ir escuchando camino a la escuela, radios, muchos radios, que no hubiera un espacio sin ese maravilloso chunche que le servía para comunicarse con el mundo, pero a diferencia de los sastres que conocí en Comitán, Abelardo no sintonizaba la W, la Voz de América Latina desde México, ¡no!, la estación favorita de él siempre fue (es) la B Grande de México, así que cuando Paty le dijo que viajaran a la Ciudad de México, el papá dijo: sí, vamos a conocer a la B Grande de México. Ese fue su gran deseo y Paty, como si fuese el hada madrina, le cumplió el deseo, porque hizo una llamada, explicó y los funcionarios de la radioemisora le dijeron que sí, que los incluirían en uno de los grupos de visita (de los martes o de los jueves), pero, ¡oh, decepción!, después de revisar la agenda resultó que todos los grupos estaban llenos. ¡No, no, por favor, mi papá siempre ha soñado con conocer las instalaciones y conocerlos a ustedes! Va, dijeron, muy amables, les agendaremos una visita especial ¡y así fue! El día lunes, en cuanto llegaron al aeropuerto de la Ciudad de México, tomaron un UBER y Paty, Abelardo y Gloria (la mamá de Paty) fueron a la B Grande de México. El más emocionado era el niño Abelardo, quien llevaba en su espíritu todos los instantes mágicos que había pepenado en su niñez, en las tardes después de hacer la tarea, la tarea de la escuela y la tarea del campo; en las noches después de tomar el café con una tostada; a la hora de ir a la cama. La B Grande de México, su gran compañera, su amiga eterna, la fiel, la maravillosa, la que siempre le ha dado la mano para llevarlo a viajar por el fascinante mundo de la imaginación. Y de pronto estaban en la casa del mago, en la cabina donde, detrás del cristal, el locutor en turno, Modesto Santos, les dio una emotiva bienvenida:
“Ah, ya, ya platicamos con la visita, muchas gracias, a Dora Patricia Espinosa, “quehacerosa” de la comunicación que viene a presentarnos su revista, además viene con el señor Abelardo Espinosa y con Gloria Vázquez, la familia chiapaneca, ¡viva Chiapas!, viva ese rinconcito verde, lleno de cultura, lleno de amor, por la tierra, por las comunidades indígenas, por las lenguas, por todo lo que se vive ahí, que es parte de nuestro México, gracias por venir a visitarnos, son bienvenidos y que tengan excelente regreso, buen viaje, que haya luz en su camino y regresen pronto. Gracias, Dora Patricia, Abelardo Espinosa y Gloria Vázquez, ¡ésta es para ustedes!”
Posdata: y el locutor “soltó” la canción, que se escuchó en miles de aparatos en medio mundo, porque la B grande tiene un poder de transmisión de ¡cien mil watts! “Quehacerosa”, qué bonita palabra inventó el comunicador. Todos los escuchas del mundo que en ese momento sintonizaban la B Grande de México se enteraron que Abelardo estuvo ahí, estuvo ahí por los que tienen el mismo sueño y aún no lo han cumplido, llegó a cumplir su deseo y el de miles y miles de radioescuchas de todo el país, de regiones lejanas, bueno, con decir que hasta nuestra revista tuvo la bienvenida, el locutor no dijo el nombre de Arenilla porque no les está permitido decir marcas comerciales, pero Arenilla estuvo en la cabina de la B Grande de México, todo este portento gracias a que Abelardo, desde siempre, soñó con conocer la casa de la mujer que siempre le ha acompañado, que ha alegrado sus días Cajcameros desde la Ciudad de México. Abelardo cumplió su deseo. Ya después podría venir lo que fuera, ya el deseo mayor estaba cumplido, ya luego, ese día, fueron a conocer por afuerita la Cineteca Nacional (que, me dijo Paty, está al lado de la B Grande de México); ya luego fueron a la Alameda, al tradicional barrio de Coyoacán (con su fuente de coyotes), Palacio de Bellas Artes, y, en la noche, al Teatro Xola. Nada comparable con la B Grande de México, porque la radio llegaba hasta Cajcam, viajaba por el aire, como un ave soberbia. ¡Ah, cuántas horas sintetizadas en los minutos donde estuvo cerca de la cabina y en el estudio de grabación donde hacen los radioteatros! ¡Soberbio! Ah, qué buen deseo de este personaje de novela, quien siempre lleva un radio con él, debajo del brazo y encima del espíritu.
¡Tzatz Comitán!
miércoles, 26 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, CON GUATEQUE
Querida Mariana: no hay festejo en el mundo sin la música. La música alegra el alma y el cuerpecito. El día del homenaje al doctor Roberto Gómez Alfaro hubo música. Días antes, mi amigo el doctor Luis Ignacio Avendaño Albores me invitó al homenaje que le rindieron a su amigo y maestro. Él asistiría como médico, como amigo y como artista de la música. Me dijo que al lado de amigos amenizarían el acto; al final del mensaje me dijo cele si no aplaudís. Le envié carita de risa y le dije que aplaudiría mucho, para que no me cayera cele. Y asistí y me emocioné con el acto de reconocimiento que organizó la Federación de Asociaciones y aplaudí fuerte y galán al término de cada actuación del grupo musical, no por la afectuosa amenaza del cele sino porque la música, como todo lo demás, obtuvo notas de excelencia.
Ah, qué sabroso guateque. El acto protocolario se llenó de notas excelsas. ¡Cómo no! En una esquina del escenario, al lado de la mesa de honor, cuatro talentosos músicos comitecos soltaron la música, lo hicieron como quien suelta palomas al cielo, como viento moviendo las palmeras y las frondas de los árboles. ¡Galán! ¡Sabroso!
Roberto Domínguez, con el sax; Felipe Trujillo, con el teclado; Luis Ignacio Avendaño, con la voz; y la bellísima Stefany Moguel, con la voz, acompañada con la gracia del baile. Ella, siendo maestra de danza tiene la candela y el fuego que contagia a los cuerpos. Estuve pendiente desde mi asiento de gayola, vi la reacción de las personas, la mayoría se veía contenta, algunos movían los pies; alguien de la mesa de honor, con las manos, como si fuera el del bongó, somataba con ternura sus manos sobre la superficie, llevando el ritmo. Porque los cuatro integrantes del grupo musical le pusieron el ritmo al día, al acto sublime.
Escuché a una persona decir: “quiénes son, tocan bonito”. Quería saber el nombre del grupo, pero, ay, cómo explicarle que es el grupo sin nombre, que se da de vez en vez sólo por el gusto de la convivencia. Digamos (si me equivoco me cae cele) que es Luis Ignacio quien los convoca, quien los integra, sólo por el gusto de darse el gusto, el gusto de todos. He visto algunas grabaciones con rolas escritas e interpretadas por Luis Ignacio, donde se dan cita los otros tres artistas, amigos, compañeros del mismo ladrillo, de la misma cuchara, del mismo edificio espiritual que levantan.
Tocaron bien bonito. Todo mundo agradeció el instante musical, porque, vos lo sabés, la música es bienvenida en todo guateque, no hay festejo sin música. Hasta el más tullido mueve lo que le queda; hasta el más sordo levanta la cabecita como pájaro en busca de comida.
Los cuatro artistas dieron la nota de movimiento rítmico al acto. Ah, qué delicia escucharlos, con el mojol de lujo del movimiento de Stefany, quien mueve su cuerpo al ritmo que le impone su alma jacarandosa y rumbera. “¡Jímbalo!”, decía Luis Ignacio y el sonido aparecía.
Luis Ignacio dijo que al doctor Roberto Gómez Alfaro le gustan los corridos (musicalmente hablando), por ello le compuso un corrido y ese día lo interpretaron. No podía faltar, por supuesto, la canción “Un buen comiteco sos”, que también le dedicaron al homenajeado, porque cada vez que aparecía el estribillo: ¡un buen comiteco sos!, Luis Ignacio señalaba a su maestro. Sí, el doctor es un buen comiteco, un gran comiteco, un comiteco de excelencia.
La letra de “Un buen comiteco sos” es síntesis de lo que Luis Ignacio considera da identidad a los habitantes de este pueblo. Están presentes palabras que designan platillos y bebidas propias de este pueblo, que nombran a personajes y lugares, así como el grito que identifica a los comitecos: ¡cotz!
Todo escrito con picardía, con la luz del reconocimiento.
Disfruté la actuación musical de estos cuatro artistas. No estuvieron en el centro del escenario, porque el personaje principal era el homenajeado, pero brillaron con luz propia, y esta luz la repartieron en forma generosa para darle un ramo de flores sonoras al doctor Gómez Alfaro. ¡Qué acto tan bonito, tan emotivo, tan sabroso!
Posdata: le mandé un mensaje al doctor Luis Ignacio, le dije que había aplaudido un madral, que no me había caído cele. Pensé que los cuatro artistas son buenos comitecos, ilustres, soberbios.
¡Tzatz Comitán!
martes, 25 de marzo de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN HOMENAJE
Querida Mariana: merecido homenaje para el doctor Roberto Gómez Alfaro. La mención del nombre del doctor evoca cientos y cientos de actos humanistas. El pasado 22 de marzo 2025 se efectuó un emotivo reconocimiento al doctor Gómez Alfaro. Tal vez, digo que tal vez, la medicina humana es una de las profesiones donde brillan los actos más comprometidos con las necesidades de los seres. Nadie puede cuantificar el bien que el doctor Roberto ha hecho a la humanidad; nadie puede hacerlo porque el bien es incuantificable, como incuantificable el aire que nos bendice día a día. Cuando nadie miraba hacia la zona tojolabal él lo hizo, tomó su maletín y anduvo por la zona llevando un poco de esperanza, sembrando semillas de luz. ¿Podés imaginar el gusto de la mamá y del papá cuando vieron que su criatura volvía a correr por el campo, porque la mano sabia había hecho el milagro de devolverle la salud, en aquellos parajes donde es difícil hallar asistencia médica? Esto es sólo un ejemplo de los cientos, miles, de actos donde fue esencial y prodigiosa la presencia del doctor Gómez Alfaro. Nadie olvida su presencia bienhechora cuando cientos de guatemaltecos huyeron de su país y se refugiaron en nuestra región. Ellos tenían urgencia de cuidados médicos, el doctor Gómez Alfaro siempre los atendió.
El Teatro de la Ciudad, de Comitán, fue el recinto que se llenó en la parte baja con familiares, amigos y médicos, para hacer patente el reconocimiento a un médico generoso.
Cuando hizo uso de la palabra, el doctor Gómez Alfaro dijo que su principal lema y ruta de vida ha sido: amar, dar, servir. Este lema lo ha llevado a la práctica durante toda su vida; por eso, el pueblo de Comitán, su pueblo, lo reconoce como uno de sus hijos más preclaros.
Al inicio del acto, vía zoom, participó el doctor Omar Gómez Cruz, secretario de salud, del estado de Chiapas, hijo del médico reconocido, quien dijo: “él me enseñó a caminar comunidades (…) me dijo que lo más importante es el servicio a los demás”.
Este reconocimiento lo organizó la Federación de Asociaciones y Colegios Médicos del Estado de Chiapas, A. C., y fue dedicado a dos distinguidos médicos: nuestro doctor Gómez Alfaro y al doctor José Alberto Cancino Gamboa, quien no pudo asistir por motivos de salud, pero que en fecha próxima se le rendirá homenaje en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. Quien dedicó el homenaje fue el doctor Didier Gómez Trujillo, presidente de la Federación.
Fue un gran festejo. El teatro ya estaba casi lleno en la parte de abajo cuando llegó el principal personaje: el doctor Roberto Gómez Alfaro, quien llegó en silla de ruedas, acompañado por su esposa, la artista plástica Doña Gloria Cruz de Gómez, y uno de sus hijos. En el vestíbulo del teatro tuve la oportunidad de saludarlo, de manifestarle mi cariño y de darle el saludo afectuoso que le envió mi mamá.
Además de la manifestación de respeto que hizo la Federación de Asociaciones y Colegios Médicos del Estado de Chiapas, A. C., la familia Bonifaz Cordero aprovechó el instante prodigioso para subir al escenario y otorgar un reconocimiento al doctor Gómez Alfaro, acudieron los hermanos Cuauhtémoc, Guayo y Carmelita, cuando Cuauhtémoc (el famoso Cuaty) hizo uso de la palabra mencionó: “es un momento histórico porque estamos festejando en vida al doctor Roberto Gómez Alfaro (…) él transformó al Hospital María Ignacia Gandulfo (…) subió en su calidez humana”.
El doctor Gómez Alfaro comenzó su participación diciendo: “agradezco antes que nada al sector salud, que en este momento dirige alguien que yo conozco mi hijo Omar Gómez Cruz…”, la audiencia sonrió y aplaudió conmovida.
Casi al final de su mensaje, el doctor Gómez Alfaro dijo que los políticos deben “administrar con eficiencia los recursos”. Él, hombre honorable, es referente de honestidad y de compromiso con la sociedad.
Cuando el doctor Gómez Alfaro concluyó su participación toda la asistencia se puso de pie y brindó una serie de emotivos aplausos.
Posdata: el acto fue un momento pleno de vida, el ave de la grandeza humana sobrevoló por el interior del teatro, ahí era reconocido un gran hombre, un profesional pulcro de la medicina.
¡Tzatz Comitán!
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