domingo, 6 de abril de 2025

CARTA A MARIANA, CON UN NOMBRE TECNOLÓGICO

Querida Mariana: me gustaría decir que tu nombre es el más pronunciado. No es así. En estos últimos tiempos otro nombre ha aparecido en el imaginario colectivo. El nombre de Alexa lo pronuncian miles y miles (¿millones?) de personas en el mundo entero. Sí, en todo el mundo se escucha que en una casa alguien dice: ¡Alexa!, y un chunche tecnológico ¡despierta! y se pone al servicio de esa voz humana. Ese chunche es otro prodigio de la tecnología actual. Yo no he caído en tal grieta luminosa, pero en la oficina ¡ya llegó Alexa! Cuando Roberto Carlos termina de subir la escalera nos saluda y, de inmediato, dice: Alexa, y da el nombre de una canción de Maná (parece ser su grupo favorito), se sienta, se pone a trabajar, mientras Alexa le hace su gusto. ¡Le hace su gusto! Alexa, dice Paty, baja volumen, y el sonido se apacigua. ¿Qué es esto?, pregunto. Ahora, la novedad es que Alexa ya llegó a la casa, a través de mi Paty, ella pensó que a mi mamá le servirá escuchar música de una estación de radio que sólo música selecta provee. Ayer (nunca lo hubiera imaginado) mi Paty le estuvo enseñando a mi mamá y ésta ya pronunció el nombre que todo mundo pronuncia: Alexa, ¿qué hora es?, y escuché la voz cibernética que, como si fuera un reloj parlante, dio la hora exacta, la hora Haste, HASTE, la hora de México, la hora del mundo (no exagero, en China era otra hora). Ahora mismo un amigo mío está de vacaciones en Estambul, él está viviendo una hora diferente, el otro día me contó que se despierta a las seis de la mañana de allá, porque desde las mezquitas escucha el grito del muecín, que desde el minarete de la mezquita convoca a la oración. Debe ser impactante ese grito. Pensé entonces que una de estas mañanas le hablaré a Alexa (Dios mío, no sé qué estoy escribiendo), desde una orilla de la sala diré: Alexa, pon el sonido del muecín. ¿Me lo dará? Probablemente sí. En caso contrario dirá: no entiendo tu orden y se pondrá en modo Dormir, dormir, descansar, descansar, hasta que otra voz reconocida la despierte. Esto de Alexa es todo un tema. Parecería que debió ser nombre femenino la aplicación de este chunche. ¿Por qué Alexa? El Internet dice que por su sonoridad, por su “cercanía a un nombre humano” y en honor a la biblioteca de Alejandría. ¡Pucha! Alexa es una palabra sonora, dicen los expertos. Ahora casi casi me siento chento, porque pienso cómo me dicen mis cercanos: Álex. Pucha, casi pariente de la famosísima Alexa, casi casi homenaje permanente a la biblioteca de Alejandría; casi casi cercano del gran Alejandro Magno. ¡Dios mío, el tema de Alexa ya me está haciendo derrapar sobre el pantano pegajoso de la imaginación desbordada! Mi Paty dice que Alexa será acompañante de mi mamá. Cuando ella y yo estemos en la chamba, mi mamá “hablará” con Alexa, le dirá el nombre de la estación de radio y, de inmediato, Alexa le cumplirá el deseo. Cuando mi mamá quiera saber qué hora es (lo hace en forma constante) ya no irá a la sala a checar el reloj, le bastará pedir la hora a Alexa y ésta, con su vocecita metálica, le dirá: son las tantas horas del día y mi mamá volverá a dar una indicación y Alexa le hará caso. Dios mío, Alexa se volvió un nombre repetido constantemente. Sabés que yo creo en el poder inmutable de la palabra. ¿Qué tanto se modifica el ritmo del universo con la repetición de este nombre? El nombre de Dios es uno de los más repetidos desde que el ser humano tuvo necesidad de decirlo, ahora ya apareció el nombre de esta diosa tecnológica, en todo el mundo se dice su nombre: Alexa. Es como si cada ser humano se convirtiera en un muecín y, desde el hogar, mezquita del espíritu, pronunciara un nombre femenino para que el deseo se convierta en realidad, una realidad virtual aún pishcul, pero que ya permite vislumbrar un horizonte como el que mi amigo tuvo cuando se subió a un barco en Estambul y navegó el gran Bósforo y desde la orilla de su barco vio la orilla majestuosa de Estambul y el guía dijo el nombre de la gran mezquita que tenían frente a sí, claro, a otra hora de la hora que teníamos en Comitán. ¿Cómo se pronuncia el nombre de Alexa en Estambul? ¿Cómo en Japón? No lo sé. Sólo sé que por este lado del mundo, mucha gente dice el nombre de Alexa a todas horas, cuando menos en la oficina Roberto Carlos le pide a la amiga Alexa que ponga una determinada canción de Maná y Alexa le hace su gusto. ¡Dios mío! Posdata: ya te conté que el nombre es tan popular, que el otro día una amiga mía entró a una tienda modesta y pidió un kilo de arroz, la señora, en voz alta, dijo: “Alexa, ¿cuánto vale el kilo de arroz?”, mi amiga se maravilló, pucha, hasta dónde ha llegado la tecnología, pensó; en ese momento salió una muchachita y le dio el precio del kilo de arroz. ¡La gran ciruela, el nombre de su hijita es Alexa! ¡Uf! ¡Tzatz Comitán!