miércoles, 5 de febrero de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN VASO DE AGUA
Querida Mariana: el 5 de febrero de 1950 el cielo comiteco fue más azul, inició el ciclo de un azul sublime, el azul que hoy distingue el uniforme de los estudiantes del Colegio Mariano N. Ruiz, que es un azul tan luminoso como los azules que pintó Van Gogh.
El padre Carlos, emulando a Martín Luther King, tuvo un sueño y, hombre de fe y de principios, el 5 de febrero de 1950 inició los cursos de su escuela primaria para varones, que bautizó con el nombre de Mariano N. Ruiz, en memoria del sabio maestro que le impartió clases en su escuela de Comitán.
En 2025, el Colegio Mariano N. Ruiz (que imparte los niveles de preescolar, primaria, secundaria, bachillerato y universidad) celebra con júbilo ¡setenta y cinco años de servir a la juventud de la patria!
Setenta y cinco años de ofrecer un vaso de agua al sediento de conocimiento, sediento de valores universales, sediento de conocer los misterios de la fe para apuntalar los pilares del espíritu.
Durante estos setenta y cinco años han pasado cientos y cientos de estudiantes en las aulas del colegio. El infinito se ha reunido para las rondas, para la solución de problemas matemáticos, para los juegos en comunidad. La campana ha sonado miles de veces convocando a las diosas del saber, a las diosas del arte.
La mayoría de estudiantes conserva gratos recuerdos de su colegio, cientos y cientos de Marianitos se sienten orgullosos de haber hecho convivencia en esos patios y en esos corredores; cientos y cientos de Marianitas, de igual manera, pepenaron esencias maravillosas.
Es imposible presentar el archivo de todos y todas, así como imposible nombrar a todos los maestros y maestras que ofrecieron el agua limpia de sus ríos para saciar la sed del sediento.
La mayoría de maestros y maestras que acompañaron al padre Carlos al inicio de este maravilloso viaje ya han fallecido. En fecha recentísima falleció el maestro Jorge Gordillo Mandujano, quien fue un ser especial para el desarrollo de la institución.
En el festejo de los setenta y cinco años destacan tres personalidades directivas: la presencia del Maestro José Hugo Campos Guillén, director general y representante legal de la Asociación Civil, quien, durante muchísimos años, ha tenido una entrega ejemplar para el desarrollo de la institución; la profesora María de Lourdes Aguilar García, directora del nivel preescolar; y profesora Verónica Solórzano Vera, quien recientemente fue nombrada como directora del nivel primaria. En sus almas y mentes están los senderos que ahora conducen a la estación del centenario.
El faro luminoso del Colegio Mariano N. Ruiz ha iluminado los caminos de cientos y cientos de chicos y chicas, miles de anécdotas forman el libro de su historia. En sus mentes existen jardines llenos de flores, de vuelo de pájaros, de sonidos sublimes, de colores perdurables. El azul Mariano ha sido un cielo, cielo tan prodigioso como el que pintó Van Gogh, pintor que supo que su camino era impresionista y que hoy pone rayos luminosos en las miradas de miles de espectadores. De igual manera, los estudiantes del Colegio Mariano N. Ruiz, en su práctica profesional imprimen, cada día, notas de excelencia.
En la celebración de los setenta y cinco años de vida, de fructífera vida, el Colegio Mariano N. Ruiz hace el pase de lista a cada uno de sus alumnos y alumnas. ¡Presente! es el grito que resuena en el espacio, ¡presente! la palabra que nombra el porvenir y remoja la nostalgia del pasado.
Honorable fundador del Colegio Mariano N. Ruiz, ¡presente! Maestros y maestras que llenaron sus manos de gis, ¡presentes! Padres y madres de familia que confiaron lo más preciado de ustedes a la institución, ¡presentes! Alumnos y alumnas que pasaron por sus aulas, ¡presentes! El aroma de la tierra los nutre, el espíritu del cielo los acompaña. Todos y todas, siempre, haciendo de lo ordinario algo ¡extraordinario!
Posdata: brindemos con un vaso de agua, con un vaso de agua bendita del Río Jordán, del Río de La Vida. ¡Felicidades por esos setenta y cinco años! ¡Vamos por los cien!
¡Tzatz Comitán!