martes, 21 de octubre de 2025

CARTA A MARIANA, CON PERSONAJES

Querida Mariana: Amanda dijo que su sobrina tenía nombre de personaje de novela. Amanda es gran lectora. Dijo que su sobrina se llama María del Milagro No Visto. ¿En serio? ¿Así se llama?, pregunté. Dijo que sí. Estuve de acuerdo, no es un nombre común. María del Milagro no es nombre común, pero el agregado que tiene su sobrina es algo inédito. Le pregunté la edad de su sobrina. 15, dijo, 15 años. ¿Y ha aceptado el nombre? Por supuesto que sí, dijo Amanda, se siente orgullosa de su nombre. Me contó que desde niña tuvo conciencia de que tenía un nombre extraño, así que junto a su mamá y su papá comenzó a fortalecer su autoestima, porque supo que alguien en la escuela podría burlarse de su nombre, desde alguna compañera hasta una maestra, porque hay gente que disfruta hacer mofa de lo que tiene enfrente, porque su complejo es tan grande como el Cañón del Sumidero. Así que logró transitar por la infancia y pubertad sin problema alguno, al contrario, fue tal su caparazón luminoso que pronto sus cercanos comenzaron a verla con respeto y con admiración, tenía un nombre lleno de energía. Nunca permitió que la gente le dijera María, simplemente María, o María del Milagro, ¡no!, siempre ante la mención de su nombre, ella con una sonrisa de vitral de templo, completaba su nombre. Por lo regular, siempre faltaba el final, ella supo, desde siempre, que en el final estaba el prodigio: María del Milagro No Visto. Ella es como miles y miles de mujeres que se llaman María, como cientos de mujeres que se llaman María del Milagro, pero es única, hasta donde se sabe, con el nombre completo de María del Milagro No Visto. Ella asegura, dice Amanda, que el milagro existe. Muchas personas dicen lo mismo a cada rato, porque han sido beneficiadas de algo sobrenatural que no tiene más definición que milagro. El gran Julio Cortázar dijo (en otras palabras, claro) que a él no le sorprendía el milagro, sino lo que lo antecedía y lo que le precedía. En el caso de María del Milagro No Visto, queda aclarado que el milagro existe, pero que no se logra ver, ella posee el prodigio del milagro que no es visto, pero que, en el gran misterio del mundo, está presente, como el aire, como el arcoíris que no es visible sin la presencia del agua y del sol. Amanda dijo que el nombre de su sobrina parece nombre de personaje de novela, porque ella sabe que los autores de novelas eligen nombres no comunes para que los lectores podamos descubrir nuevas vidas. Sería irrelevante que un personaje de novela se llamara simplemente Alejandro, ¡hay tantos! Tiene razón Amanda, el nombre de su sobrina merece volver la vista para encontrarla en un pasillo de la universidad o en un túnel del Metro o acodada en la barra de un bar o en la primera fila de un concierto. Su nombre es como fruto de árbol hispanoamericano, suena con la fuerza del idioma castellano. No sé cómo sonaría este nombre en otra lengua; no imagino su traducción al inglés o al chino, suena bien en el español, porque este idioma que nos fue heredado tiene una luz que es como de faro en el mar de la confusión. Oí el nombre de la sobrina de Amanda y supe que era un nombre como de olla para reunir agua fresca, supe que era el agua misma, que era agua de lluvia en desierto, porque la gente es muy dada a usar nombres comunes o nombres de moda. Posdata: me gusta mucho el nombre de la sobrina de Amanda, es como un cielo donde, sin aviso, hay una lluvia de estrellas o está tan despejado que logra verse la esencia de la Vía Láctea. ¡Tzatz Comitán!