martes, 17 de junio de 2025

CARTA A MARIANA, CON UN COLEGIO CATÓLICO

Querida Mariana: te he contado que el Colegio Mariano N. Ruiz, en este 2025, celebra setenta y cinco años de su fundación. En el mismo año que se festeja el Centenario del Nacimiento de Rosario Castellanos, el colegio conmemora setenta y cinco años de vida fecunda. En 1950, Rosario y su amiga la poeta Dolores Castro treparon en un barco (el SS Argentina) y viajaron a España, para hacer estudios. En ese mismo año, en Comitán, tierra de Rosario, el padre Carlos J. Mandujano García, fundó el colegio al que impuso el nombre de Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, como homenaje a quien fue su maestro y fue un destacado educador en el pueblo. El otro día, platicando con el maestro José Hugo Campos Guillén, quien es actualmente el representante legal de la asociación civil y director general del Colegio Mariano N.Ruiz, me dijo que el colegio no sólo celebra setenta y cinco años de ser una escuela sino que la celebración es porque es un colegio católico. Ya dije que el fundador fue un sacerdote, así que el colegio ha seguido fiel a su principio, sigue siendo un colegio católico. El pasado 14 de junio 2025, en el templo de San Sebastián, acudió el obispo Luis Manuel López Alfaro para realizar el acto de confirmación de un grupo de chicos y chicas. Cada año, el Colegio Mariano N. Ruiz hace la preparación de esos jóvenes para que en un día puntual reciban el protocolo católico de la confirmación. Se supone que dicho acto es, como su nombre lo indica, para aceptar la religión que les fue abonada por su papá y su mamá. Ya mirás que cuando alguien nace, pasado algún tiempo, los papás de religión católica presentan a sus hijos para que sean bautizados, con tal acto se convierten en católicos; bueno, cuando crecen dichas criaturas y ya tienen capacidad de decisión acuden al colegio, se preparan y luego llega el día que confirman su religión. El pasado 14 de junio estuvo Don Luis Manuel, quien fue sacerdote en el templo de San Sebastián, luego ascendió a obispo auxiliar de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y actualmente, ¡nadita!, es el obispo de Tapachula. Vino y saludó a un gran número de amigos y amigas que tiene en Comitán y celebró el ritual mencionado. El fundador del colegio comenzó en el templo de Santo Domingo, luego fue cambiado a la parroquia de San Sebastián y los últimos años de su vida los dedicó a la atención de este histórico templo. Ya te conté que, en diciembre de 1989, cuando ya estaba mal, antes de fallecer llamó a Artemio (quien, prácticamente, era su hijo) y le dijo que lo llevara al templo, porque debía dar misa, horas antes de fallecer. Pucha. Así era el sentido del deber. El colegio, dice el Maestro José Hugo, es un colegio católico. Fijate que el otro día platiqué con el ingeniero Galindo, quien fue alumno del colegio en la secundaria, hace ya varios años. Cuando le pregunté qué clases recordaba como formadoras de su vida, él, de inmediato, mencionó que el padre Carlos le había impartido la clase de Civismo y que esa prédica le ha servido a comportarse con valores dentro de la sociedad. Ya luego abundó, dijo que los tiempos actuales necesitarían ese tipo de conducción para los jóvenes. En fin. Los tiempos han cambiado. El colegio no ha modificado su sentido de existencia, otorga ciencia y valores católicos a su alumnado, así me lo dijo el Maestro José Hugo. Posdata: los chicos y chicas llegan al colegio y ahí reciben una serie de lecturas bíblicas y a partir de ahí reflexionan acerca de los valores. Ya luego llega el día de la celebración y del festejo, porque terminando el acto las familias festejan que uno de sus integrantes confirmó su religión. ¡Tzatz Comitán!