sábado, 11 de mayo de 2024

CARTA A MARIANA, CON ALEGRÍA

Querida Mariana: se reconoce que Chiapas es un estado con una gran tradición cultural, pero no siempre hay ofertas. Hay mucha gente que no tiene a la cultura como una necesidad espiritual. Los gobernantes siempre anotan a la cultura en las últimas hojas de su agenda. Sí es un tema que los llena, pero solamente en el discurso. Las autoridades siempre mencionan en sus discursos a Rosario Castellanos y a Jaime Sabines (aun cuando algunos se equivocan y confunden al poeta Jaime con su hermano el político Juan). Por ello, lo que el poeta Arbey Rivera hace en Comitán es de gran relevancia. En este 2024 se celebró el séptimo Festival Internacional de Arte, Literatura y Ecología “Balún Canán”, fue una jornada de tres días, que inició el 3 de mayo y concluyó el domingo 5 de mayo. Como en cada una de las ediciones hubo la presencia de muchos artistas de la ciudad, del estado, de otras partes de la república y de otros países. Siempre he pensado que el esfuerzo que hace Arbey y los integrantes del Puente Cultural del Sur Sureste merece todos los elogios y los apoyos. No es fácil coordinar esfuerzos para recibir a tantos invitados, para llevarlos a diferentes sedes, para ofrecerles alojamiento y alimentación. ¿Cómo le hace Arbey? Lo imagino, nada más. Es un esfuerzo titánico. Lo hace para confirmar lo que anoté al principio: somos pueblos con enorme tradición cultural. Arbey fundó el Puente Cultural del Sur Sureste en 2011 y, desde entonces, realiza una labor cultural infatigable. De 2012 a 2015 realizó caravanas culturales comunitarias, llevando arte a lugares donde siempre están ayunos de estos alimentos espirituales. En 2016 se aventó con la ardua y satisfactoria tarea de organizar los festivales anuales que convocan a muchos artistas, quienes realizan una fértil siembra en Comitán y alrededores. Te he dicho que, en varias ocasiones, Arbey me ha invitado a participar en mesas de lectura. Así he sido testigo de la enorme labor que realiza. En una ocasión fui a una escuela que está en la cima de un montículo, desde ahí se ve todo el valle, más allá no hay casas. Al llegar, los estudiantes nos recibieron con flores y nos invitaron a subir por una escalinata con no sé cuántos escalones. Decliné la invitación, porque estuve seguro que mi corazón no aguantaría el trote, así que un maestro me recomendó que subiera con el tsurito por el sendero, así lo hice. Me perdí la experiencia que los demás compañeros escritores sí tuvieron. En la vida siempre me pierdo muchos instantes luminosos, por ser un tutuldioso, un escaso, pero lo que pepeno, lo tomo con emoción y gratitud. Dije que, a partir de 2016, Arbey y sus colaboradores han organizado el Festival de Arte, Literatura y Ecología “Balún Canán”. La tercera edición tuvo un agregado sensacional, homenajearon a dos poetas: Óscar Bonifaz y Roberto Rico. Arbey me invitó a decir algunas palabras para el maestro Bonifaz, en el auditorio del Centro Cultural Rosario Castellanos. Acepté el honor y ahí estuve. Por ahí tengo la fotografía del recuerdo, donde me boto de la risa por algún comentario chusco que el maestro Bonifaz se aventó. Recordá que él siempre convertía en guateque el acto más solemne, recuerdo cuando le entregaron el Premio Chiapas en el Auditorio Belisario Domínguez, en el momento que dio su mensaje se aventó el poema “Vuelo nupcial”, que es un texto hilarante. Todo mundo de acá conoce el poema como “el del zancudo”, porque el final dice: “…te maté, pinche zancudo, en la pared azul de mi recámara”. Todo mundo lo celebraba cuando él lo decía. En 2019, el Festival homenajeó al narrador y poeta Óscar Palacios y a la artista musical Sonia Conde. La tarde del homenaje saludé a ambos. Óscar Palacios, hace muchos años, me invitó a ser parte de una antología de narrativa que él publicó, cuando me invitó dijo que era una publicación para amigos. Desde entonces le tengo un gran afecto. En tiempo que mi amigo Juan Carlos Cal y Mayor fue director de Coneculta, Óscar colaboró con él y Palacios sugirió que se publicara mi novela breve: “Historia triste de un cuentahistorias”. El escultor Luis Aguilar Castañeda y el investigador Fernando Limón Aguirre fueron los homenajeados en la quinta edición del festival. Ambos estuvieron felices. Si llevás bien la cuenta mirás que este festival ha honrado a escritores, músicos, escultores y académicos; es decir, todo el quehacer humano está en el reflector, toda creación humana es celebrada. Luis se trasladó especialmente desde Playa del Carmen, Quintana Roo, lugar donde actualmente reside. Me invitó a que, una mañana, nos tomáramos un atol de granillo y diéramos una vuelta en el parque central. En la sexta edición, celebrada en 2023, los homenajeados fueron el artista plástico Antún Kojtom y la poeta y escritora Mirtha Luz Pérez Robledo. Arbey, de nuevo, me honró para que dedicara unas palabras a la homenajeada. Como (hasta la fecha) estaba temeroso por el Covid le dije que no podía participar en un lugar cerrado, así que al lado del poeta Balam Rodrigo estuve en el parque de La Independencia y desde ahí le manifesté mi cariño y admiración a la poeta. Una tarde, Arbey y otros amigos integrantes del Puente Cultural del Sur Sureste me invitaron a tomar un café en el Centro Cultural, ya sospechaba cuál sería el tema principal. Sí, ellos, generosos, me invitaron a aceptar el altísimo honor de ser, al lado de la escritora Ruperta Bautista, uno de los homenajeados. ¡Uf! ¿Qué decir ante tal abrazo? Dije que sí, de inmediato, ah, por supuesto. ¿Por qué acepté tan de inmediato? Las palabras que mencioné la noche del homenaje justifican mi aceptación. Como no estuviste esa noche conmigo, te paso copia de mi mensaje: “Buena noche. Muchas gracias. Este textillo lo redacté el 23 de enero de 2024, al siguiente día de la notificación de este reconocimiento. El 22 de enero, en el café de la Casa de Cultura, integrantes del Puente Cultural me dieron la buena noticia de que había sido elegido para recibir este honor. Lo acepté de inmediato, con humildad y mucho orgullo. ¿Por qué redacté esta nota con tanta anticipación? Porque dicen que al buen paso mucha prisa, lo escribí, lo dejé en la gaveta y dejé que la pausa se hiciera aire. Porque, si pensaba en este día, en esta noche, no dormiría durante meses. Ser motivo de un homenaje es como cargar una inmensa piedra. Un alud de preguntas asoma: ¿por qué me dan este abrazo tan en público? ¿Lo merezco? No, en realidad no lo merezco, pero Comitán sí lo merece, el grupo de creadores de este pueblo, por supuesto ¡que lo merece! Así, acepto este gajo de luz, lo acepto en nombre de la gran tradición cultural de este pueblo; en nombre de cientos de creadores, de todas las disciplinas, que día a día trabajan para construir una mejor sociedad; lo recibo en nombre de los poetas, narradores, artistas plásticos que, año con año, asisten a este Festival Balún Canán, creación del poeta Arbey Rivera. Acepto esta distinción porque es bueno que, por instantes, la sociedad vuelva su mirada para ver el enormísimo árbol de la creación cultural y del fomento del arte. Un día nos enteramos que el gobierno estatal había eliminado la entrega del Premio Chiapas. Esto significó una afrenta para el medio artístico, nos demostró cómo las autoridades ignoran a sus creadores. Por esto acepté este honroso reconocimiento, porque los propios creadores levantan un faro que le dice a la sociedad que el mundo existe porque existen los que sueñan los más sublimes sueños, los que colocan los ladrillos en la construcción donde nuestros mayores cimentaron los suelos. Con los pies bien puestos en el piso, los creadores de estas y de otras regiones del país y del mundo, volamos, levitamos, escribimos, pintamos, danzamos, esculpimos sobre el muro del aire. La patria vive gracias al alimento espiritual que aportamos los intelectuales. Acepté, con humildad y orgullo, este reconocimiento porque me permite hoy hablar con ustedes; porque me permite, a la vez, reconocer lo que el Festival Balún Canán realiza, cientos de creadores artísticos han participado por varios años, con una gran voluntad, porque saben que la siembra se hace así, con determinación y con gran pasión. El reconocimiento es para ustedes, el premio Chiapas no es del gobierno es una flor que se posa en cada uno de sus espíritus. He participado en otras ediciones del Festival. Fui a una escuela que está arriba de una montaña, ahí fuimos recibidos por decenas de estudiantes, nos ofrecieron flores y ensartas de sonrisas; fui al parque de La Independencia, y en la cancha, donde los chicos y chicas juegan básquetbol, un grupo de creadores leímos textos y poemas a veinte o veinticinco oyentes, no más. El trabajo creador es selectivo. El trabajo de ustedes lo multiplica. Hoy agradezco la gentileza de haberse fijado en mi persona. Sé que honrar, ¡honra! Hoy queda demostrado con creces, por esto honro su labor, con mi trabajo honraré el que ustedes hacen en favor de la patria. Una vez, hace años, el grupo de la Rial Academia de la Lengua Frailescana me impuso su máxima presea: el Sombrero de la Ocurrencia, en la ciudad de Villaflores, fui con gran emoción y con mucho orgullo porque supe que al reconocerme estaban reconociendo a Comitán, ese día ¡fui Comitán!; hoy, soy Comitán en nuestro propio Comitán. ¡Salud!” Posdata: sólo una palabra cabe en esta posdata: ¡gracias! Gracias por todos los festivales y por brindarme el honor de ser homenajeado. ¡Tzatz Comitán!