sábado, 23 de agosto de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN ESPACIO MARAVILLOSO
Querida Mariana: ¿en dónde está la Capilla Sixtina? En El Vaticano. Bien contestado, diría el doctor IQ. ¿En dónde la Capilla Alfonsina? En la Ciudad de México, en la antigua casa del gran escritor regiomontano Alfonso Reyes. Bien respondido. ¿En dónde está la Capilla Valdemarina? ¿Dudaste un poquito al responder? No te preocupés, te ayudo tantito. Está en el barrio de “la lana”, en La Pilita Seca, en Comitán de Domínguez, Chiapas.
¿Por qué lo de Sixtina? Ah, porque es un espacio dedicado al papa Sixto IV, es una obra monumental de arte creada por Miguel Ángel.
¿Por qué lo de Alfonsina? Porque es como el santuario donde vivió el escritor Alfonso Reyes, el argentino Borges (enorme él mismo) dijo que Reyes era el primer hombre de letras de nuestra América. ¡Pucha! ¡Nadita!
¿Por qué Valdemarina? Parece que esto quiere un poquito de historia. Paty Cajcam y yo teníamos una visita pendiente al estudio del arquitecto Marco Antonio Domínguez García, quien es actualmente el presidente del Colegio de Arquitectos de Comitán.
Hace dos o tres días, tal vez cuatro, Paty y yo bajamos a La Pilita Seca, pasamos por la esquina donde venden el riquísimo pan de Las Torres y a media cuadra tocamos el timbre. Estábamos en el mítico barrio “de la lana”, que se conoce así porque muchos vecinos se dedicaban a la elaboración de productos artesanales con hilos naturales. El arquitecto Marco Antonio abrió, de inmediato nos dimos cuenta que el estudio es pequeño en su tamaño, pero enorme en su propuesta artística, porque vimos que las paredes laterales están intervenidas por la mano de un genio comiteco de las artes plásticas: Valdemar Castañeda, pintor que ya falleció desgraciadamente, en diciembre 2022.
Bastó entrar para darnos cuenta del genio de Valdemar, uno de los grandes artistas plásticos de Comitán. Te he platicado que el licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, quien hoy es el presidente del Congreso de Chiapas, siempre ha estimulado el genio creativo, le pidió a Valdemar que pintara un pequeño mural en el interior del Hotel Los Lagos, obra que permanece con gran dignidad. Pues resulta que el arquitecto Marco Antonio hizo lo mismo. El arquitecto Domínguez trabajaba en Desarrollo Urbano del Ayuntamiento comiteco y fue comisionado para supervisar la obra de la Casa Materna, ahí encontró a Valdemar, pintaba un mural que aún existe. El trabajo creativo era ad honorem, cuando el arquitecto se enteró vio la manera de retribuir de alguna manera al artista, su genio no recibía ningún salario. Ahí nació una amistad entre el artista y el arquitecto, así que cuando éste dejó el trabajo del ayuntamiento, se centró en la adecuación de su estudio, ahí nació la idea de que Valdemar pintara retratos de grandes arquitectos de la historia en las paredes: diez retratos, cinco en la planta baja y cinco en la planta alta. Los cinco de la planta de abajo son: Zaha Hadid; Antonio Gaudí; Leonardo Da Vinci; Le Corbusier y Óscar Niemeyer. ¿Quiénes son los cinco de arriba? Frank Lloyd Wright; Luis Barragán; Frank Gehry; Tooyo Ito y Santiago Calatrava. Los retratos son obras únicas en el mundo, están en el estudio del arquitecto Marco Antonio, es un patrimonio cultural. No sólo están los retratos, en la parte inferior hay frases de cada uno, frases inspiradoras. Nuestro paisano Marco Antonio entra a su estudio y ve los rostros de arquitectos destacadísimos y lee frases motivadoras. Su Capilla Valdemarina es el espacio donde realiza sus proyectos profesionales y de vida. En esta capilla está presente el genio creativo del gran Valdemar Castañeda, quien tenía una gran capacidad para hacer retratos, para capturar la esencia del personaje. Tal vez el término retrato no es el adecuado, porque dicho término se emplea con frecuencia en el mundo de la fotografía. No son retratos, son espíritus impresos, ahí está el alma de grandes creadores.
El arquitecto Marco Antonio logró que también el espíritu de Valdemar siga presente en nuestro pueblo, después de fallecido ahí está su obra, resguardada. Digo esto, porque la huella de Valdemar (algún día te lo conté) se diluye en algunos muros expuestos al aire libre. A la vuelta de Telmex hay una barda donde está el trazo genial, dicha obra quedó inconclusa, el sol y la lluvia se han encargado de irla borrando. En cambio, la Capilla Valdemarina protege la obra, es su gran galería.
Cuando concluyó los diez retratos con las frases, Valdemar le dijo al arquitecto: ¿qué piensa hacer con este gran lienzo? Se refería a la pared que está al lado de la escalera. Juntos decidieron que sería bueno hacer un gran collage con obras arquitectónicas del mundo: que apareciera Palenque, como una obra maestra de nuestra cultura; y poco a poco fueron apareciendo las demás construcciones del genio arquitectónico: el Museo Solomon R. Guggenheim, de Nueva York; el Taj Mahal; las Torres de Satélite; la Muralla China; el Coliseo Romano…
Y Valdemar puso pinceles y pintura a la obra. Casi casi podemos decir que abandonó su casa en el barrio de San Miguel, bajó a La Pilita Seca y ahí se quedó a dormir, mientras realizaba su obra (obra que también quedó inconclusa, se nota que, por ejemplo, el Coliseo quedó boceteado, pero uno puede darse idea de la grandeza creativa de Valdemar al observar Palenque, que está realizado con una gran maestría). El arquitecto llegaba a ver el avance y platicaba con el artista. Una tarde, Valdemar lo invitó a echar unos tragos, dijo que él invitaría, compró una pachita y algo de botana y fue como el acto inaugural de la Capilla Valdemarina, antes de que el arquitecto Marco Antonio hiciera la inauguración oficial.
El arquitecto explicó que los retratos están protegidos con una capa de barniz. La obra de Valdemar está conservada en un espacio que lo honra.
Acá anexo una foto que tomó Paty Cajcam, estoy al lado del arquitecto Marco Antonio Domínguez García, posamos en el mural inconcluso (no tiene firma, pero se reconoce que es el trazo genial de Valdemar). Acá, al lado del famoso “Hombre de Vitrubio”, de Leonardo, donde están las proporciones ideales del cuerpo humano, en un círculo y en un cuadrado. Bueno, ya mirás que Leonardo era un genio sin igual. El arquitecto Marco Antonio me confió que un primo del artista vio el dibujo y dijo que Valdemar se había autorretratado, que la mirada del Hombre de Vitrubio es su propia mirada. ¿De verdad? Lo creo. Lo creo, porque (ya me conocés) en mi memoria no tengo ya la mirada de Valdemar, quien fue mi amigo ocasional. Siempre admiré su talento. Por esto me dio mucho gusto conocer la Capilla Valdemarina, que honra su genio y demuestra que en Comitán existe gente que admira el arte, que coloca ladrillos con tierra de Yalchivol en los cielos más altos.
Posdata: cada frase está escrita con una letra impecable, el artista también era un buen rotulista. De esta manera, quien visita el estudio del arquitecto puede leer frases que, en algún momento, dijeron grandes arquitectos del mundo.
Como mirás, en la Capilla Valdemarina está concentrado mucho del genio humano. En un mínimo espacio de La Pilita Seca, nuestra olla común sigue conservando agua limpia; en una minúscula burbuja el aire de Comitán otorga oxígeno al mundo.
El licenciado Luis Ignacio reconoció el talento de Valdemar y lo impulsó; de igual manera, el arquitecto Marco Antonio le concedió un espacio para desarrollar su talento.
Estuvimos en el estudio más de una hora, platicando, sorprendiéndonos, parándonos para acercarnos a la obra, subiendo y bajando. Valdemar bajó un día del cerro de San Miguel al barrio de la lana, bajó para ascender a través de su arte. Dedicó muchas horas en la elaboración de los retratos y del mural, ahí se quedaba a dormir. Todo muro era una invitación permanente para desahogar su pasión, a Val – de – mar no le bastaba el mínimo bastidor, le seducía la extensión, lo jalaba el horizonte, por eso, en el pueblo hay algunas paredes que conservan sus trazos deslavados, casi sugeridos. Hubo un tiempo que lo vi pintando la barda colindante del templo del barrio del Puente Hidalgo. Ahí ya no queda trazo alguno, sólo el recuerdo permanece. Por eso alabo la iniciativa del arquitecto Marco Antonio, porque logró poner la obra de Valdemar bajo un techito, debajo de un manteado que no daña la lluvia ni el sol. El sol es su arte, de ahí viene la luz.
Te paso copia de tres frases que están en la capilla. Pueden motivar también tu obra creativa.
Niemeyer: “Mi preocupación siempre es hacer una cosa diferente que provoque sorpresa”.
Antonio Gaudí: “Para hacer las cosas bien es necesario: primero el amor, segundo la técnica”.
Leonardo Da Vinci: “Los hombres geniales empiezan grandes obras, los trabajadores las terminan”.
¡Tzatz Comitán!