lunes, 16 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA FOTO A VISTA DE PÁJARO

Querida Mariana: acá está Comitán, desde la altura. Mi amigo Paco Flores me envió esta foto, tomada por el arquitecto Palacios. Debió tomarla en vuelo de avioneta. ¿En qué año la tomó? Paco no me dijo, el arquitecto debe recordar ese vuelo. ¿Me atrevo a señalar una fecha? Mirá el parque central, ¿ya lo ubicaste? Ya derribaron la manzana de la discordia, el parque está ampliado, lo que significa que la foto fue tomada después de la década del setenta. Y como la arboleda del parque es pishcul se infiere que la ampliación fue reciente. Otro dato a considerar es que el palacio municipal aún no está remodelado, acá se ve que el acceso principal está flanqueado por dos arcos en cada lado. El edificio actual (que igual que el parque fue ampliado) cuenta ahora con tres arcos por lado. Esto quiere decir que la fotografía fue tomada después de la ampliación del parque, pero antes de la ampliación del palacio municipal. ¡Listo! No podemos saber la fecha precisa de la foto, pero sí podemos ubicarla en un periodo aproximado. La ampliación del parque ocurrió a principios de los años ochenta y la remodelación del palacio ocurrió durante el periodo gubernamental de Absalón Castellanos (1982-1988). Gonzalo Ruiz Albores (mi ex jefe) fue presidente de Comitán, de 1986 a 1987, precisamente en ese periodo se hizo la remodelación del edificio municipal. La presidencia se pasó, temporalmente, al edificio de tres plantas donde ahora, en el palomar, está la estación radiofónica Boom. Esto permite acortar la distancia. La foto fue tomada entre 1981 y 1985, por ahí. Así estaba Comitán en ese tiempo. Este es el Comitán de los años ochenta. Supongamos que la foto fue tomada en 1984, hablamos, entonces, de que han pasado cuarenta años. Muchas transformaciones se han dado desde entonces, transformaciones arquitectónicas y sociales. ¿Cuál era la población de Comitán en los años ochenta? El censo de 2020 nos dijo que en Comitán vivíamos más de ciento veinte mil habitantes. El otro día, el Doctor Besares me comentó que en 2024 Comitán tiene un poco más de ciento cincuenta mil habitantes. ¿Mirás el crecimiento del pueblo? En apenas cuatro años hubo un incremento de treinta mil personas. Aunado a que las comitecas y los comitecos son arrechos, lo que propicia muchos nacimientos, el crecimiento se debe en gran parte a un alto índice de personas que han llegado a vivir acá, provenientes de otras zonas de la república. Si alguien tomara una foto con dron veríamos que al fondo existe una gran zona poblada. No sé qué pensás vos, pero a mí me encanta este tipo de tomas, a vuelo de pájaro. Ya lo comenté el otro día, cuando vas de viaje a una ciudad, difícilmente tenés la oportunidad de vivir esta clase de vistas (a menos que la ciudad visitada tenga un teleférico y en una tu lanchita vayás de un lado a otro, por encima de los tejados). Paco tiene esta foto en su archivo y me envió copia cuando leyó un texto donde hablé de una fotografía excelsa tomada con dron por Roberto Chávez. En el lapso de cuarenta años no sólo cambió la horma de nuestro pueblo, también ha cambiado la forma de hacer su registro fotográfico. Ahora tenemos muchas fotografías a vuelo de pájaro que nos regalan artistas de la lente. Cuando tenemos una fotografía de este tipo podemos dimensionar con mayor precisión el crecimiento poblacional de una ciudad. Nuestra ciudad ha crecido en forma anárquica, sin planeación. Es lamentable constatar que, en tiempos donde la tecnología está a nuestro favor, el ordenamiento urbano es atrabancado, al “ahí se va”. Te invito, querida mía, a que te aventés un vuelo por el centro del Comitán de los años ochenta, que mirés lo que pocos pudieron ver, porque pocos tenían acceso a las avionetas o helicópteros. ¿Se vale hacer un ejercicio de comparación? Se vale para ver las transformaciones y pensar si éstas han sido para bien o para mal. Hoy tenemos un parque arbolado, con sombras prodigiosas, claro, la avenida frente al Templo de Santo Domingo está llena de hoyancos. El corazón de la ciudad está sucio. Este deterioro social es una muestra mínima de los cambios que en nuestro pueblo se han suscitado. No hay poder humano que detenga este hueco oscuro, ¿de verdad no hay poder humano capaz de sembrar de nuevo la grandeza de nuestro pueblo? ¡Tzatz Comitán!

domingo, 15 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE NADIE SABE PARA QUIÉN TRABAJA

Querida Mariana: Don Fulano se partió el lomo trabajando, al final su hijo dilapidó toda la fortuna. Hay cientos de casos así. Nadie sabe para quién trabaja. Bueno, en caso de Don Fulano todo lo dejó en manos de su hijo cuando él murió. El hijo hizo ¡viva la flor! Don Fulano supo que trabajaba para el hijo. Lo que él no supo fue que el hijo hizo caca el fruto de tantos años de trabajo. Conocemos cientos de casos similares. Pero no sólo en lo cercano se dan esas historias. El otro día escuché que el Maestro Roberto Ramos dijo que Miguel Hidalgo usurpó un mérito que no le correspondía en realidad. Ahora, Hidalgo es conocido como el Padre de la Patria, cuando antes de 1810 era un simple padre de templo católico, en Dolores, Guanajuato. Una vez fui a Dolores, en compañía de mi papá y de mi mamá. Por ahí tengo la foto del recuerdo que nos tomamos al lado de la estatua de Hidalgo, que está de pie con el estandarte en una mano. Pues resulta que ya investigué en Internet y hallé una publicación de la UNAM que tiene como título el siguiente: “Agustín de Iturbide: verdadero padre de la patria”. ¡Tómala! Acá hablo como un mero escucha y “leedor”. Parece que la Historia que nos contaron en la escuela no es muy precisa. Así que cuando en toda la república, en todas las plazas, los presidentes y gobernadores echan el grito desde los balcones y dicen: “¡Viva Hidalgo!”, el espíritu de Iturbide debe corear: Sí, ¡que viva, por vivo!, porque se le adelantó. ¡Camarón que se duerme se lo lleva la corriente! ¡Iturbide que se duerme se lo lleva el Hidalgo! El texto que hallé fue redactado por José Ángel Valladares, en ese entonces (2018) estudiante de la Maestría en Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Después de todo un choro interesante, donde explica el fracaso de Hidalgo porque “al no tener conocimiento militar ni de estrategia, su ejército era indisciplinado y se limitaba a armar tumultos, masacres y saqueos a los españoles peninsulares, fue fusilado como traidor a la corona y a la iglesia, sin haber visto cumplido su objetivo, y si bien su rebelión es el antecedente de los inicios de los movimientos que dieron pie a pensamientos de independencia por parte de los criollos en la Nueva España, él no debe considerarse como el “PADRE DE LA PATRIA”. ¿Cómo lo ves? Don José Ángel concluye su texto con lo siguiente: ““PADRE DE LA PATRIA” sólo es y habrá uno, Su Majestad AGUSTÍN I, Forjador de México y uno de los pocos personajes de la historia de México que ha triunfado, que ha sido maltratado como villano, exaltando como padre de esta Nación a un Hidalgo que nunca buscó una independencia y solo incitó a la violencia para mantener los privilegios que tanto él como la mayoría de los criollos, gozaban antes de que los franceses detentaran el poder”. Es complicado explicar todo en esta carta, te invito a buscar más información en Internet. Hidalgo, dijo el Maestro Ramos Maza, se le adelantó a Iturbide. Don José Ángel repite una y otra vez las frases que diversos historiadores atribuyen a Hidalgo a la hora de incitar el movimiento armado, todas coinciden en que el supuesto Padre de la Patria echó vivas a Fernando VII (quien era en ese momento el Rey de España, Dios mío), echó vivas a la Virgen de Guadalupe y gritó ¡muera el mal gobierno! Parece (ya lo vimos) que Hidalgo se aventó como El Borras. En su ideario no estaba la prioridad de independizarse, sólo rascó en el hormiguero para que se hiciera el relajito. La verdad, lo sabemos, es que la Historia la escriben quienes detentan el poder y en muchas ocasiones levantan estatuas a quienes no les corresponde el honor. Posdata: hoy el grito ha cambiado, el presidente de la república hace agregados que originalmente no existían, pero siempre aparece el grito de: ¡vivan los héroes que nos dieron patria!, pero quien se lleva el mérito es ¡Hidalgo! Iturbide entra en el costal de “los héroes que nos dieron patria”. Parece que deberíamos hacer una revisión precisa de los hechos históricos y darle el lugar de honor a quien le corresponda. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 13 de septiembre de 2024

OJO DE BÚHO

A veces divido el mundo en dos. Ayer lo dividí en: mujeres que lamentan el fin del día, y mujeres que celebran la llegada de la noche. La mujer que celebra la llegada de la noche posee un espíritu de búho, le encanta vivir la noche. Sabe que la noche tiene muchos rincones donde camina, pero hay espacios que no son sus favoritos. La noche camina por los cementerios, por los antros, por los templos, por los estadios, por los moteles, por las carreteras, por las oficinas, por las plazas, por las tiendas de conveniencia. La noche se viste de lentejuelas o con abrigos raídos, viste chanclas o zapatillas de aguja. La mujer que celebra la llegada de la noche nunca se halla en los oratorios, en las salas de velación, en los templos, en los cementerios. ¡Miento! A veces entra a los cementerios para beber ron con su pareja, bailar sobre una tumba, sobre una lápida que encarcela el cuerpo de alguien que nunca conoció; en ocasiones seduce al amado y tiene relaciones sexuales, porque sabe que la noche tiene un aura de misterio que hace más intenso el momento. La mujer que celebra la llegada de la noche pepena hojas de estrellas, de planetas, de galaxias; sabe que las hormigas más bellas son aquellas que caminan en puntillas sobre los cuerpos de los amados, las hormigas que no muerden, que sólo besan con pétalos de zarzamora. Es una mujer amable, porque sabe que la línea recta descansa en las esquinas donde hay faroles, es como la luciérnaga más pequeña que ilumina la mano de los niños y de las niñas. Cuando tiene un ánimo gacho, como si fuera un muchacho destetado, hace murales en los aires, pinta versos que danzan y eructan flores. No conoce la vergüenza, porque reconoce en el polvo la belleza de la grieta y del grito. Tiene como morada el ánimo de las vírgenes y el deseo de los santos; se refugia en lo más alto de la sombra y en el vestido azul que borda la noche. Es paciente y silenciosa, camina como si levitara y habla con una voz de flama, prende su ánimo con un cerillo de agua salada. A veces divido el mundo en dos. Mañana lo dividiré en: mujeres que se aventuran en la esfera del tiempo, y mujeres que son como el ancla que nunca sirvió para detener el barco de la vida.

jueves, 12 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA COMITECA TALENTOSA

Querida Mariana: la comiteca Lety Bonifaz Alfonzo recibió un Doctorado Honoris Causa. Lo recibió de manos del Doctor Carlos Natarén Nandayapa, Rector de la UNACH, en un acto luminoso, emotivo. Me contaron que nuestra paisana fue acompañada por sus hermanas y su hermano y muchos amigos cercanos, varios comitecos. Ah, ya imagino la emoción en el momento donde el Rector le colocó una medalla. Por fortuna, el Doctor Natarén es muy alto, así, la Doctora Bonifaz Alfonzo apenas movió tantito la cabeza para recibirla. Ya mirás que luego hay personas que deben doblar la cerviz para que el funcionario chaparrito imponga la medalla. Ya con la medalla impuesta, Lety recibió el pergamino donde queda establecido que la UNACH le otorga el Doctorado Honoris Causa, máxima distinción intelectual que la universidad otorga a los mejores hombres y mujeres. En mi juventud escuché en un acto algo que me sonó como una porra: “¡Sursum corda!”. Por lo regular, esta frase latina se emplea en actos religiosos, pero cuando vi el acto de entrega del Doctorado pensé en la frase, porque significa: ¡arriba corazones! Sin duda que, en Comitán, la tierra de Lety, nuestra sociedad levanta los corazones, por el orgullo de que una de sus hijas haya sido nombrada con tal distinción, distinción más que merecida. Quienes viven en Comitán conocen a Lety y la reconocen por todos sus talentos. El Concejo Universitario de la UNACH destacó la labor que la Doctora Bonifaz ha hecho en favor de los Derechos Humanos a nivel nacional e internacional. Hace años en Comitán, igual que en esta ocasión, se recibió con mucho beneplácito la noticia de que Lety había sido nombrada integrante del Comité CEDAW de la ONU. La CEDAW es la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer. ¿Mirás la importancia del tema? La CEDAW está compuesta por veintitrés expertos, ¡veintitrés!, Lety es una de ellas. Pero, los comitecos y comitecas saben que Lety no sólo es una mujer que se mueve en tapetes internacionales con grandes reflectores. Ella es una comiteca que cuando viene al pueblo (lo hace con frecuencia) abre la puerta de su casa y atiende a la canastera que llega a ofrecerle tzolitos y flor de calabaza; se da el tiempo de tomar su cámara fotográfica y recorre las calles de nuestro pueblo haciendo tomas sensacionales, porque tiene una mirada sorprendente. ¿Sabías que Lety escribe textos narrativos de gran belleza, aparte de los ensayos que publica en su columna en el periódico El Universal? En la revista “Entre Tejas”, cuyo director es Luis Armando Suárez Argüello, ella publicó una serie de artículos con un bordado narrativo sensacional. ¿Sabías que no sólo narrativa escribe sino también tiene unos poemas sensacionales en esa tradición japonesa llamada Haikú, que es como el bonsái de la poesía? En los años setenta (hace ya un ratito) conviví un día con ella, su hermana Marirrós y Ramiro Suárez, en la Ciudad de México, fuimos a Chapultepec, Ramiro dijo un poema de Sabines frente a la Casa del Lago, luego comimos en un restaurante de Avenida Juárez y más tarde fuimos al cine. Fue una tarde sensacional. No sé si has visto cómo muchas personas que conocieron a personajes famosos antes de que la fama los abrazara, dicen que desde pequeños se veía que iban a ser exitosos. Pues ahora caigo en esa burbuja, porque ese día supe que era un privilegiado porque estaba al lado de tres comitecos talentosos, sus conversaciones así lo marcaban. El 10 de septiembre de 2024, todo Chiapas, todo México, tuvo el privilegio de reconocer el talento de nuestra paisana. La UNACH celebra en este año los cincuenta años de su fundación. Gracias a la visión del Rector Carlos Natarén Nandayapa nuestra universidad realiza una serie de actos de trascendencia, uno de los actos más relevantes ha sido la entrega del Doctorado Honoris Causa a la Doctora Leticia Bonifaz Alfonzo, catedrática de la UNAM. El otro día comenté que ha sido una magnífica oportunidad para nuestra comunidad universitaria que el Doctor Natarén esté al frente de la universidad en este momento histórico, porque se celebran los cincuenta años de vida con gran dignidad. Posdata: ¡sursum corda! Levantamos corazones, en la tierra de Rosario Castellanos, mujer que igual que Lety abrió ventanas para decir que hay “otro modo de ser”, uno donde las mujeres de este siglo demuestran que sí existe una “cultura femenina”. La foto es cortesía de la UNACH. ¡Tzatz Comitán!

miércoles, 11 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA EXTENSIÓN DE TIERRA

Querida Mariana: la palabra terrateniente se aplica a quien posee tierra. El tío Joaquín, desde su butac, mostraba sus manos y decía: soy un gran terrateniente, porque siempre tengo tierra en las uñas, y reía, su panza de bebedor se alzaba como una ballena. Al tío le encantaba ir al sitio de la casa y sembrar en el pequeño huerto, rábanos, zanahorias, coliflores y chiles. Era juguetón, decía que el chile siempre debía sembrarse cerca de la coliflor, y agregaba: de la cola de la flor. No era un terrateniente, lo decía sólo como juego, porque los terratenientes son los propietarios de grandes extensiones de tierra. Conozco amigos que poseen ranchos con muchas hectáreas, muchas. Nunca he hallado información acerca del número de hectáreas que tenían las fincas que poseyó Don César Castellanos, el papá de Rosario, pero, sin duda, que fueron grandes extensiones, por lo que Don César fue un terrateniente y, por derivación, Rosario también lo fue. Tampoco he conocido, a ciencia cierta, el destino final de los dos ranchos: El Rosario y Chapatengo. Sus papás murieron en 1948, en la Ciudad de México; es decir, ella quedó huérfana a la edad de 23 años, bien pichita. Su hermano Raúl estaba a cargo de Chapatengo. En el libro “Cartas a Ricardo”, somos testigos de un fragmento de su ruta de vida, el 28 de julio de 1950 le manda una carta desde Tuxtla; el 5 de agosto está en Comitán. Ese año, un mes más tarde se va a España, junto con su amiga Dolores Castro. ¿Por qué te cuento esto? Porque al regreso de Europa, viene a Chiapas, y el 15 de diciembre de 1951 le envía una carta a Ricardo que fue firmada en Chapatengo. Rosario permanece en su hacienda un buen rato, le envía varias cartas a “su” Ricardo, sin saber que él ya se casó, en 1951, con la pintora Lilia Carrillo. Pero ya me metí en el chisme y me desvié de lo que quería decir: Rosario fue una terrateniente, vemos que en 1951 es propietaria de Chapatengo. Ya platicamos el otro día que, cuando aparece publicada su novela “Balún Canán”, en 1957, y llegan algunos ejemplares a Comitán, sus pares, los finqueros, los terratenientes, se enojan. ¿Cómo esta muchachita boba se atreve a contar lo que cuenta? A los finqueros los deja muy mal parados, porque muestra las partes oscuras que se dan en la vida de las fincas. Tras no basta el tal presidente Cárdenas les arrebató sus tierras para repartirlas, y ahora viene la hija de César a echarles lodo. Ah, si el papá viviera, pero el papá ya no vive. La terrateniente Rosario, heredera de las tierras, sabe que la hacienda sirve para incrementar su “hacienda” personal, pero ella no está acostumbrada a vivir en un rancho, ella ya es de la gran ciudad, así que, en algún momento, se deshace de Chapatengo. A la distancia se ve que ella aprovechó su condición de terrateniente, más que por los beneficios materiales, por las imágenes que le proveyó al ser una testigo de las condiciones en que las mujeres y hombres indígenas eran sometidos por los patrones. El otro día leí a Carlos Fuentes. Él dijo que primero fue la encomienda y luego la hacienda. Los encomenderos fueron los conquistadores que se beneficiaron con el reparto de tierras e indios, se agandallaron los españoles. Pero, ya cuando la época de la Colonia terminó, la encomienda dio paso a la hacienda, los españoles se fueron a freír paella y los mestizos dijeron que las tierras eran pa’ ellos. Sí, querida mía, los jodidos fueron los indios, que sólo cambiaron de dueño, uno de esos dueños fue Don César y luego la heredera. ¿La terrateniente modificó las estructuras verticales que heredó? No hay noticias de ello. Posdata: algún día un estudioso o alguna estudiosa de la vida y obra de Rosario nos dirá de qué tamaño eran las haciendas del terrateniente César Castellanos. ¡Tzatz Comitán!

martes, 10 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN VIAJECITO

Querida Mariana: las bocinas replicaron el mensaje: “Bienvenidos a bordo. Que tengamos un buen viaje”. ¿Estábamos en un barco, en un avión, en un autobús? ¡No! Estábamos en el vientre materno. A partir de ahí el viaje inició. Ya sabés que hay una controversia en el tema del aborto. ¿En qué momento inicia la vida? Los que saben dicen que el prodigio de la vida se da en el instante donde el espermatozoide del padre fecunda el óvulo materno. ¡Qué maravilla! Sí, esa conjunción hace que la vida de un ser humano inicie; que debe ser lo mismo para los animales, aunque en el mundo animal hay algo que se llama partenogénesis, donde las hembras no necesitan el esperma del macho para tener crías. La Esperancita, cuando quedó embarazada, juraba que ella poseía el “don” de la partenogénesis, así lo gritaba a todo pulmón. Sí, muda, le dijo la nana, mejor decí que sos como la Virgen María. El viaje inició con la conjunción del esperma y del óvulo, que es el milagro de la vida. Por eso, tía Aurora decía que todos los días se daban milagros en el mundo. ¡Claro! En todas partes nacen criaturas, porque, gracias a Dios, la humanidad es arrecha. Hay mujeres que aseguran saber en dónde se dio esa conjunción, en una playa, en un motel, en un bosque, en una recámara, en el asiento posterior de un auto. Pues sí, es en el cuerpo de la mujer donde se da el milagro de la vida. Siempre pienso en esa maravilla que se da en el agua, donde los peces hembras sueltan los huevitos y los machos los riegan con esperma. ¡Genial! La Esperancita pensó en decir también eso para justificar su embarazo, que era como un pez hembra y que un fulano la había regado con su semen al pasar por un callejón. ¡Ay, Esperancita! ¿Es un viaje la vida? Parece que sí, el viaje más alucinante, el más prodigioso. Por eso, como en cualquier viaje existe el asombro ante lo bello, pero también el asombro ante el peligro, ante lo no advertido. El viaje de la vida tiene muchas sendas, jamás recorre un sendero derecho. A veces, los seres humanos hacemos una parada, en cualquier andén, pedimos una torta y un vaso de café caliente, nos sentamos en una banca y vemos hacia atrás, tratando de hacer una ruta de la memoria, para ver por dónde hemos transitado. No hay vida igual, cada ser humano ha tenido un viaje único, especial, por eso los enamorados dicen que es un privilegio compartir el viaje con la pareja, aunque ese compartir signifique estar unidos sin sentir lo mismo, los dos pueden compartir el asiento del tren, pero uno ve el paisaje por la ventanilla, mientras la otra revisa sus mensajes en el celular, el primero le comenta sobre el caserío que se ve entre la montaña y ella le comenta sobre el mensaje que le envió su tía Adolfina. Comparten instantes, pero cada ser humano tiene experiencias individuales inasibles. Como en todo viaje hay mucho por ver. La maravilla de la vida depende de la capacidad de asombro del viajero, hay cabrones que se duermen en el trayecto, en espera de llegar al destino; hay otros, más listos, que pepenan cada rayo de luz y lo injertan en su alma. Hay algunas viajeras, atrevidas, que se bajan en el primer aeropuerto, ya no toman la conexión, y disfrutan el país donde llegaron, conocen otra lengua (bueno, bastantes), tienen experiencias inenarrables (las guardan en su bitácora de historias secretas), comen y beben comidas y bebidas exóticas, se avientan en parapentes, nadan desnudas en muchas playas, trepan a bicicletas y ruedan por senderos llenos de árboles, pájaros y aires limpios. Cada quien vive su viaje, hay gente que se la pasa leyendo, mientras otras personas juegan voleibol o patinan o echan esgrima; hay gente que pinta, mientras otros visitan museos y adquieren obras en galerías de arte; hay gente que se la pasa rezando en los templos, levantando la vista, pidiendo clemencia a su Dios, oliendo la cera derretida de las veladoras, mientras otros, con la vista nublada, piden otra cerveza y le dan una nalgada a la mesera que viste una falda corta y tiene unos muslos fuertes, morenos, sudados, deseosos. La vida es el gran viaje. Hay quienes se la pasan viajando porque no les alcanza el suelo que pisan, necesitan otros espacios, saben que el mundo está para conocerlo, que nada deben perderse, todo es la gran experiencia; hay quienes viajan desde casa, no salen, todo lo aprehenden en libros, en viajes virtuales, en películas. Piensan que los otros, los intrépidos, han dedicado su vida para compartir lo que han visto o imaginado. Posdata: “bienvenidos a bordo, que tengamos buen viaje”. A veces hay tormentas a mitad del mar o en el vuelo; a veces se caen las escaleras donde subimos; a veces explotan los globos donde trepamos; pero, por fortuna, la mayoría de veces todo fluye en forma espléndida y los atardeceres son prodigiosos, nos llegan hasta la hamaca donde estamos tumbados, con un coco con ginebra en la mano. ¡Tzatz Comitán!

sábado, 7 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA RIQUÍSIMA PALETA

Querida Mariana: a todo mundo le encanta comer paletas. En Comitán es tradicional bajar al parque de San Sebastián (o subir si vivís en Yalchivol) y comer una paleta de chimbo. Entrás a la casa de Doña Estelita Gordillo de Martínez, pedís una paleta de chimbo, pagás y la tomás ahí, en una sala bien bonita que está en un esquinero o te sentás en una banca del parque y ahí disfrutás del aire y del sabor de esa exquisitez. El otro día tuve el privilegio de platicar un ratito con Doña Estelita y con su hija Geny. Ahí me enteré de una historia de vida fabulosa. Vos sabés que nada es sencillo en lo cotidiano. Todas las personas tienen momentos felices y otros no tan agradables. Doña Estelita me contó que ya casada con el gran maestro de música Roberto Martínez, ya con hijos, viajaron un día al aeropuerto en la capital de Chiapas para recoger a unos familiares y de regreso, ¡oh, Dios mío!, el chofer echó un pestañazo que llevó a dar tres vueltas al vehículo lo que provocó heridas en todos los viajeros. Quien sufrió más el accidente fue su esposo, pues el maestro Roberto tuvo una herida severa en uno de sus brazos. ¡Uf! Imaginá lo que eso significó para la vida cotidiana, su esposo era radiotécnico y ejecutante del piano. ¿Qué hacer para pepenar paga y ayudar al sostenimiento de la casa? Paty Armendáriz en su libro “Alpinista de sueños. Los ocho poderes del emprendedor” dice, en palabras de experta, por supuesto, que la escasez hace que la gente busque la manera de salir del atolladero. Doña Estelita es ejemplo de ello, un gran ejemplo de emprendimiento. Ella puso un mostrador en el zaguán de su casa casi frente al parque de San Sebastián y ofreció las paletas que comenzó a elaborar. Como el zaguán estaba con una ligera pendiente, Doña Estelita le puso piedritas y maderitas para que el mostrador estuviera parejo. No gritó ¡paletas, paletas!, pero sí pintó un letrero donde decía que ahí había riquísimas paletas de diversos sabores. La gente, poco a poco, comenzó a pedirlas y a regresar, porque estaban ricas, sabrosas. Así comenzó a entrar un poco de paguita a casa. ¡Ah, qué historia! Una más de los cientos, miles de historias de emprendimientos caseros. Doña Estelita jamás imaginó en ese momento que estaba colocando los cimientos de lo que ahora es uno de los elementos esenciales de la identidad de nuestro pueblo. Ya dijimos, Doña Estelita también lo reconoce, que el chimbo (así me lo dijo mi primo Paco Zepeda) es un “invento” coleto, pero lo que a Comitán nadie le puede arrebatar es el mérito de ser el primer pueblo del mundo en “inventar” la paleta de chimbo; además, nadie le puede negar ese derecho a Doña Estelita, quien un día pensó que debía innovar sabores y por ahí asomó la historia de la paleta de chimbo, que hoy es toda una maravillosa experiencia. Como si fuera un lugar común, muchas personas dicen que si algún viajero llega a Comitán y no baja a San Sebastián y disfruta una paleta de chimbo, de Doña Estelita, ¡no puede decir que estuvo en Comitán! Y siguiendo con el lugar común se puede agregar: “a que no podés probar sólo una”. El antojo es picazón y hay muchas personas que acá están botando en el basurero el palito de la paleta y piden una más. Como toda historia de éxito, la de Doña Estelita se basó en lo que ella llama “experimentos”, porque primero fue la venta de bolis, luego la de paletas, pero había que dar sabores diferentes, así que ya con la experiencia conseguida probó a incorporar paletas de otros sabores, así se modela el mundo, con “experimentos”. Así, el surtido creció con paletas de coco, de cacahuate. Las de leche valían en aquellos tiempos (años setenta) treinta centavos y las de agua las vendía a veinte centavos. Una bola de muchachitos y muchachitas del barrio pedían una monedita en casa y corrían a comprar su paleta. Dinerito que servía para subsanar las carencias; mientras tanto, el maestro Roberto hacía sus terapias para recuperar la movilidad del brazo, ¡ah, qué difícil!, pero espíritu grande yo lo vi tocar el piano con el brazo casi tieso, en posición chueca, con una destreza genial, su genio fue superior a la desgracia. Ahora, la empresa que inició Doña Estelita ya la continúa su hija Geny y nietas. ¿Mirás? Ya son tres generaciones. En este tiempo han perdurado la calidad y el sabor tradicional, además de la estrella, que es la paleta de chimbo, hay muchos más sabores, para todos los gustos. Tu tocaya, Mariana, prepara un pastel de chimbo que está para chuparse los dedos. Este pastel se llama Pastel Cositía y está hecho con pan de rompope, relleno de chimbo con una cubierta de manjar. ¿Cómo lo mirás? ¿Se te hizo agua la boca? Repito, Doña Estelita jamás imaginó que en el año 1975 (la empresa ya tiene cincuenta años) estaba creando un referente comiteco, que se agrega a los demás antojitos maravillosos de este pueblo genial. De veras, probar una paleta de chimbo sentado en una banca del parque de San Sebastián es toda una experiencia de vida, que no se da en otro lugar del mundo. ¡Qué París ni qué Budapest! La empresa que fundó Doña Estelita hoy se llama “Paletería La Cositía”, es una marca registrada. La familia quiso que la marca llevara el nombre de la creadora, pero asomó otra Estelita, parece que fabricante de galletas, que ganó el registro. No obstante, en el pueblo todo mundo dice que irá a comer una paleta de chimbo, con Doña Estelita, quien, gracias a Dios, sigue muy activa. El testimonio de Doña Estelita es aleccionador, demuestra que es una mujer que no la detiene abismo alguno, ella es experta en tender puentes. Oí lo que dijo cuando ocurrió la desgracia: “aunque sea piedras, voy a vender”. No hubo necesidad de ello, encontró el mercado en las paletas y conforme el negocio comenzó a crecer ella pensó que debía innovar, que debía ofrecer algo que fuera único en el pueblo y lo halló en la manufactura de las de chimbo, que tiene su receta secreta, dice que hoy en Comitán hay otras empresas que la imitan, pero, como dicen los clásicos, sólo en su local están las auténticas, las que tienen el sabor original. En el accidente ella sufrió también heridas, todavía tiene cicatrices. Esas cicatrices son la señal que la vida no es sencilla, pero cuando el espíritu humano se sobrepone vence todos los obstáculos. Ella confiesa que no prepara el chimbo, siempre lo ha comprado, parte del secreto de sus paletas consiste en que los chimbos originales fueron traídos de San Cristóbal (el lugar creador de este maravilloso dulce), asegura que la fórmula que ella posee no la tiene nadie más. Todas las demás son imitaciones. Las buenas están en “La Cositía”. Geny dice que el chimbo que usan en la elaboración de las paletas tiene un rompope especial, ello le otorga el sabor característico. El rompope está hecho de huevos (sin albur) y con un toque de trago (apenas para dar el tono ambarino al espíritu). Doña Estelita asegura que el chimbo es envinado (el de San Cristóbal), en cambio, el que hacen en Comitán dice que es “marquesote con azúcar” y tan tan. Y yo puedo dar fe de ello, porque he probado el chimbo coleto y es diferente al comiteco. He ido a La Trinitaria y he probado chimbos muy ricos, envinados. Ah, el traguito siempre hace la diferencia, hace el mundo más sencillo, más noble, siempre y cuando sea en mínimas dosis. Doña Estelita dice que compraba las ollas de leche, cuando pasaba el lechero, leche de vaca, sin bautizos de agua. Cuando hervían la leche “sacábamos la natota”, dice. Al inicio compraba un litro, luego ya pidió cinco, ¡cinco!, así fue el crecimiento de la empresa, en forma exponencial. El negocio, gracias a la constancia de la fundadora, fue creciendo como un árbol sanísimo, hoy es una empresa boyante. A todo mundo le encanta disfrutar esas paletas, hechas con cariño, con profesionalismo, con estrictos protocolos de sanidad. Ella sostiene que ha vivido de la paleta durante muchos años, ya casi cincuenta. Cuando los adultos probaron sus paletas fueron los más aficionados, más que los niños y niñas; y como los adultos son los que tienen más paga, eso se reflejó en la alcancía de la familia. Dice la mamá que su hijito Luis Felipe (actualmente un gran artista chiapaneco, el coshito de la familia), estudió la carrera de música gracias a los palitos que ella vendía, cada palito que Doña Estelita ensartaba en las paletas significaba paguita para mantener al estudiante universitario. Hoy, Luis Felipe, y los demás hijos son exitosos profesionales. En la memoria de sus almas debe haber un recuerdo dulce con sabor a chimbo. Posdata: y no sólo hacía paletas, ella también se dedicó a costurar. Geny dice que la imagen que tiene de su mamá es la de una mujer emprendedora. También hizo sándwiches que disfrutaron los chicos y chicas estudiantes del Colegio Mariano N. Ruiz. Ella trabajaba a altas horas de la noche, en ocasiones en la madrugada. Me encanta compartir con vos esta historia de éxito. ¡Tzatz Comitán!

viernes, 6 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN PULGAR

Querida Mariana: hace años leí el cuento de Pulgarcito. ¿Por qué el nombre? Bueno, parece que no es difícil hallar su origen, se derivó del pulgar, porque el personaje era muy pequeño. Roselia decía que si te medís la mano hallarás que el dedo más pequeño es el meñique y no el pulgar, por eso aseguraba que en el mundo de los cuentos infantiles debería existir un personaje más pequeño que se llamaría Meñiquito, lo decía en son de broma, pero con la seriedad de una científica con bata removiendo sustancias en el laboratorio. ¿Por qué digo esto? Porque a mí me gusta levantar el pulgar cuando me toman una fotografía, un poco para significar que todo está bien a mi alrededor, no sólo yo, sino también el entorno, los cercanos. El mundo es ancho, largo, impredecible, sé que no en todo lugar hay motivos para mostrar el pulgar para decir que todo fluye con armonía, por eso insisto una y otra vez. Acá estoy en el sendero que es como un puente entre los espejos de agua del Auditorio Belisario Domínguez, magno escenario que está edificado en terrenos de la Facultad de Ciencias Administrativas, Campus VIII, de la UNACH, que celebra sus cincuenta años de fundación. El auditorio, gracias a la tesonera labor de la directora, mi admirada Doctora María del Carmen Vázquez Velasco, ahora muestra el pulgar hacia arriba, porque ha vuelto a la vida, poco a poco, porque era como uno de esos llamados “elefantes blancos”, ha comenzado a caminar con pasos lentos pero firmes. Cada vez hay más actividades sociales, culturales y cívicas. No imagino el costo del mantenimiento de ese gran elefante con hermoso cuerpo de marfil, pero el concurso de toda la sociedad puede hacer de este edificio un fastuoso escenario para disfrute de las artes. Al principio hubo un ballet, la gente disfrutó ese espectáculo. No sé en dónde leí que este auditorio tiene capacidad para dos mil personas cómodamente sentadas. ¿Cuántos habitantes me dijo el Doctor Besares que tiene Comitán actualmente? A lo lejos recuerdo que me dijo una cifra que ronda los ciento cincuenta mil personas. Ah, bárbaro, cómo ha crecido el pueblo. ¿Hemos crecido intelectualmente? Digo esta pregunta porque imagino que en una ciudad culta, como la nuestra, hay dos mil amantes de las bellas artes, gente que tiene paguita para el disfrute de la buena vida. Pensá en un movimiento cultural sin parangón en nuestro pueblo que aglutinara a dos mil personas para conformar algo que podría llamarse “amigos y amigas de las artes, en Comitán”, es un mero decir, porque no habría ningún acto protocolario a fuerza. Estos dos mil amigos aportarían paga para que un buen día viniera la Orquesta del Politécnico Nacional a ofrecer un concierto, un magno concierto. ¿Cuánto dinero costaría eso? Ah, una buena paga, mas lo selecto cuesta, pero lo vale. Vos y yo sabemos que sale más caro la miseria cultural. Imaginá que dicha agrupación también contratara a una compañía de ballet, primero una nacional de primer nivel y luego dar el salto para que viniera una europea. ¿No es posible? ¡Por supuesto que sí! En nuestra ciudad hay gente culta, gente con recursos suficientes para darse gustos de primer nivel artístico. El comunicólogo Iván Ibáñez ha deslizado la idea de que para honrar el nombre de Rosario Castellanos en el festival que se hace en su memoria, se debe invitar a grandes escritores, como Mario Vargas Llosa. Alguien podría decir que eso es inalcanzable. ¡No! La posibilidad de hacer grandes cosas siempre está presente, basta un poco, o un mucho, de entusiasmo, de pensar en grande, de abandonar el pensamiento medianón y formular ideas magnas. Comitán, desde siempre, ha sido una sociedad culta, con grandes consecuciones. Basta pensar en el Bicentenario de la Federación para constatar que nuestro pueblo ha sido actor fundamental de los actos históricos que han hecho grande a esta nación. ¿En dónde inició la Independencia de Chiapas que dio pie a la independencia de países centroamericanos? ¡En Comitán! ¿Por quién votó el Partido de Comitán en 1824? ¡Votó por la federación a México! No sólo participación activa sino decisiva, eso ha sido siempre característica de nuestra sociedad. Posdata: debemos regresar a ser la sociedad genial que siempre fuimos, volver a levantar el pulgar como símbolo de que trabajamos con amor y pasión. Con la misma pasión que mi amigo César Pérez realiza sus geniales tomas fotográficas. César siempre es muy amable conmigo, cuando nos topamos en algún sitio me obsequia retratos magníficos. La otra tarde coincidimos en este puente que lleva del área administrativa y demás edificios escolares a la Biblioteca Maya y al Auditorio Belisario Domínguez y dijo: ponete ahí y yo puse mi horma, levanté el pulgar, porque todo era armonía e hizo infinitamente bello el instante, con decir que hasta mi horma se ve bonita, tan bonita como la tarde que nos abrazaba. Gracias, admirado César, gracias, siempre. ¡Tzatz Comitán!

jueves, 5 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, EN BACKSTAGE

Querida Mariana: estuve entre bastidores, detrás de cámaras. ¡Ah, qué experiencia tan sensacional! Vos sabés que siempre me gusta andar por la orilla, prefiero la sombrita al reflector. Ayer viví esa emoción. Integrantes de la Fundación UNACH, A. C. estuvieron en Comitán, en la Sala de Usos Múltiples de la Facultad de Ciencias Administrativas, del Campus VIII, de nuestra universidad. Estuvo presente la directora ejecutiva de la Fundación, la Doctora Seyma Cruz Aguilera. ¡Nadita! Además, estuvo mi admirado amigo, el Doctor Marco Antonio Besares Escobar. Vos sabés que él es un gran intelectual chiapaneco, un hombre con una gran experiencia en las vainas de entrevistas en medios, hoy digitales. ¿Recordás que él conducía, con un grupo de compas de Villafores, el programa de la Rial Academia de la Lengua Frailescana, en canal 10 de televisión? Pues ellos vinieron para entrevistar a personas incluidas en el proyecto Memoria 50, que, como su nombre lo indica, consistirá en una serie de 50 testimonios de ex alumnos y ex alumnas de la institución, que será como una síntesis genial de la historia de la UNACH, en estos cincuenta años de vida. He visto las cuatro primeras entrevistas y ha sido un verdadero deleite conocer de voz propia cómo la universidad ha sido fundamental en el crecimiento intelectual de esos chicos y chicas. Pero digo que estuve en el detrás de cámaras, me tocó ver cómo graban este programa. La videoaudiencia siempre ve lo que aparece en pantalla, el trabajo concluido, después que ya pasó por el proceso de posproducción. Pero, la mayoría ignora toda la labor que está detrás y delante de cada programa. Vinieron los productores de la serie Memoria 50 y tuve la oportunidad de ver el proceso de grabación. Por lo regular, el programa se graba en el estudio de Ciudad Universitaria de la UNACH, en Tuxtla, pero la producción hizo excepción y viajó a Comitán, así que en cuanto llegó el equipo se pusieron a realizar el set de grabación, colocar cámaras (tres), lámparas (tres, también), conectar cables, checar iluminación, abrir cortinas hasta cierto nivel, checar el sonido, mientras el entrevistado (que en este caso resultó ser el paisano ingeniero Pedro González Vera, quien está a días de festejar su cumpleaños y comentó que hará una pachanga en Tuxtla para “brindar por la vida”). ¡Una gran pachanga es Memoria 50! La UNACH, mi universidad, celebra la vida, ¡brinda por la vida! ¡Salud, mucha salud! Nunca imaginé que tendría la oportunidad de presenciar el movimiento que se genera detrás de cámaras; ni que aprendería términos que van de la mano con el oficio. Esto fue prodigioso. Mauricio, Angie, Zoan y Carlos conforman el equipo profesional encargado de la realización. Angie dijo que iba a “polvear” a Marco Antonio y a Pedro, quienes estaban sentados al frente preparándose para el inicio de la entrevista. Cuando ellos quedaron “polveados”, uno de los chicos dijo que comenzaría a ”microfonear” y colocó los micrófonos en las solapas de las camisas, escondiendo los cables. Hasta ahí todo normal en cuanto a los actos que se realizan, lo sorprendente fue el uso de términos muy coloquiales. El maquillaje profesional se convirtió en “polvear”, el acto de colocar micrófonos y checar niveles se volvió “microfonear” y, ¡jamás había visto tal acción!, de pronto apareció la palabra “balancear”, que fue colocar una hoja blanca al frente para regular (entiendo) el tono de la grabación. Ah, se me hizo algo sencillo y, a la vez, algo bien complejo. Cuando todo estuvo listo, el cuarto integrante del equipo preguntó a los tres que estaban pendientes de las cámaras si estaban listos: cámara uno, ¡listo!, cámara dos, ¡listo!, cámara tres, ¡listo!, y con una de esas pizarras, que sólo había visto en las producciones cinematográficas, dijo en voz alta los datos que ahí estaban anotados: que la grabación correspondía a lo hecho en Comitán, que era la primera entrevista y dio el claquetazo. ¡Listo! Marco Antonio comenzó la presentación de Memoria 50 y del entrevistado. Veinte o veinticinco minutos transcurrieron en forma apresurada, Mauricio, Angie, Zoan y Carlos estaban pendientes de toda la grabación y, mediante señas de manos, avisaban que todo iba bien, que ya habían transcurrido tantos minutos y que faltaban diez, cinco, tres. Cuando el tiempo se agotó, un chico levantó la mano para avisarle a Marco Antonio que era hora de cerrar el diálogo, y el entrevistador (chucha cuerera en el arte de la entrevista) en forma sutil solicitó un mensaje final y esto fue el broche de la jornada. Al término hubo aplausos del equipo y desde acá yo aplaudo su trabajo genial, que luego se justifica con creces cuando suben cada entrevista ya trabajada a la plataforma de Youtube, a La Nube, donde ahora se conserva la memoria del mundo, la memoria de los prodigiosos cincuenta años de vida de la UNACH, la Memoria 50. Posdata: ya en corto, Marco Antonio Besares Escobar me contó que el proyecto asomó en una plática que sostuvo con el Rector Doctor Carlos Natarén Nandayapa, iniciativa maravillosa, pero eso como dice Nana Goya ¡ya es otra historia!, y te la compartiré en otra carta. La capacidad de trabajo del equipo de la UNACH tal vez puede resumirse en una frase que soltó Zoan, chavo bien prendido: “soy ocho cilindros”. ¡Tzatz Comitán!

miércoles, 4 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON LIBROS

Querida Mariana: recuerdo el día que dijiste que hay de ferias a ferias. Sí. Coincidimos. Hay gente que es fanática de las ferias y hay otras que las aborrecen. Pero, una cosa es la Feria del Nopal y otra cosa la Feria del Pulque. Puse estos ejemplos para que no olvidemos que hay ferias con muchos pretextos. Nuestro país es rico en ferias. En Comitán tenemos las ferias patronales (ay, abundan). A mucha gente le encanta la bulla. En agosto, tenemos la Expo Feria en honor a Santo Domingo, el santo patrón del pueblo. Igual que vos a mí tampoco me gusta ir a las instalaciones donde se desarrolla la feria. No me gusta andar por pasillos, esquivando bolos, viendo locales donde venden chucherías, para comer o para vestir; no me gusta ver vacas ni toros, ni oler el tufo del estiércol. No le encuentro el gusto. Pero respeto a quienes les gusta ese ambiente, veo que lo disfrutan, los veo con vasos de cerveza en la mano; con cantaritos escarchados en los bordes. Hay cientos de paisanos y paisanas que disfrutan los espectáculos donde se presentan grupos musicales. A final de cuentas las ferias se hacen para el disfrute, para la convivencia (aunque en ocasiones todo pierde su esencia). Escribí que hay Ferias del Nopal y Ferias del Pulque. Acá en el pueblo organizan el Festival del Pan Compuesto y el Festival del Tamal. No alcanzaron la categoría de Feria. ¿Cuál es la diferencia entre una feria y un festival? No sé. Lo que sí sé es que para ir a la feria es necesario tener “feria” en la bolsa; para ir al festival también se necesita “feria”, para todo acto la “feria” es necesaria. En Oaxaca celebran la Feria del Mezcal. En Comitán no hemos llegado ni a Festival del Comiteco. Algo pasa en nuestra sociedad. En Juncaná sí celebran la Feria del Elote. ¡Genial! Las ferias que visito son las de libros, me encanta el aroma de los libros, sobre todo de los nuevos. Me convierto en un muchachito feliz al recorrer los pasillos y ver tanto fruto de ese árbol maravilloso que es la literatura. En Comitán hemos tenido algunas Ferias de Libros, sobre todo la que presentan en el Festival Rosario Castellanos (que, a pesar de las ganas que le echa mi amigo Mancilla, cada vez es más pishcul). Pishcul es un término que se aplica a lo que es medianón. Hasta donde sé no hay ferias dedicadas a autores literarios, pero sí hay Ferias de Libros que honran a escritores y escritoras. Muchos intelectuales y estudiosos de la obra de Rosario Castellanos han insistido en que el Festival que se realiza en Comitán debería convertirse en la gran Feria del Libro para que la presencia de la literatura estuviera como punto nodal. En las Ferias de Libros, además de una generosa oferta editorial hay presentaciones de libros, conferencias, charlas, actos musicales, presentación de ballet, dramatizaciones de textos, títeres, talleres de dibujo, de realización de historias a través de ilustraciones, lecturas en voz alta, juegos, en fin, una serie de actividades relacionadas con la creación literaria. No recuerdo qué amiga o amigo me contó que estuvo en la ciudad donde nació Mozart (¡ah, no me preguntés, no sé qué ciudad es!) y dice que ahí se realiza, cada año, un gran festival donde la esencia es, precisamente, la obra del genial músico. ¿En el mundo hay alguna ciudad que realice un festival o una feria dedicada a un autor o autora? ¿Qué tiene la música de Mozart que no tenga la palabra de Rosario Castellanos? Entiendo que, por primera vez, la UNACH (mi universidad) tendrá una sede en Comitán en la celebración de la décima primera versión de la Feria Internacional del Libro, que se efectuará del 14 al 18 de octubre de 2024. Esto es una noticia sensacional. ¿Mirás? Tendremos oportunidad de asistir a presentaciones de libros y de conferencias. La UNACH celebra sus cincuenta años con actos relevantes, la Feria Internacional del Libro es uno de ellos. Genial. Por el momento aún no hay una programación, pero te invito a que estés pendiente para ver los actos que habrá en nuestro Comitán y demás sedes. En esta ocasión habrá varias sedes: Tuxtla, San Cristóbal, Tapachula, Pichucalco, Tonalá, Catazajá y nuestra ciudad. ¡Una gran celebración! Mi universidad abona a la descentralización, abre los brazos para extender su luz. Para asistir y celebrar esta feria no necesitás “feria”, basta con llevar el espíritu abierto. Me encantan las ferias de libros porque ahí el libro se coloca al centro del escenario, todo lo que sucede en una feria del libro gira en torno a ese maravilloso objeto cultural. Mi universidad me ha honrado al invitarme en dos ocasiones anteriores. No recuerdo en qué años acudí a Tuxtla Gutiérrez a presentar mis librincillos, pero fueron experiencias magníficas. Ahora, en este 2024 estoy invitado para participar. Decidí presentar el número cuarenta y dos de nuestra revista Arenilla, la edición conmemorativa de los cincuenta años del fallecimiento de Rosario. Vos sabés que nosotros, en nombre de todo Comitán, honramos en el 2024 a Rosario. Nos preparamos para celebrar en 2025 el cumpleaños cien de nuestra escritora. Posdata: hay de ferias a ferias. Armandito me contó que él asistió, en la Ciudad de México, a la que es conocida como la Feria del Sexo, dijo que se la pasó bomba. Le pregunté si vendían de esas bombitas que dicen usaba el actor que interpretó a mi admirado Chanoc. De todo, me dijo, vendían de todo, era una cosa sensacional. ¡Tzatz Comitán!

lunes, 2 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN RECONOCIMIENTO

Querida Mariana: “ya llegó diciembre y sus posadas”. No, perdón, querida mía. Lo que llegó fue el mes de septiembre y los actos patrios. Este septiembre, en el pueblo habrá actos de relevancia. El 14 de septiembre, como en todo el país, celebraremos la Federación de Chiapas; el 13, como todos los años, conmemoraremos a Los Niños Héroes; y el 15 el Grito de Independencia. Dije que el 13 como todos los años se hará la conmemoración de Los Niños Héroes, pero este año 2024, Comitán celebrará por todo lo alto la presentación de un libro que es un reconocimiento a un gran héroe comiteco, un hombre que ha dedicado gran parte de su vida a la crónica deportiva comiteca. Te mando la portada del libro que se presentará y que es un texto que debe estar en las bibliotecas particulares de todos los amantes del deporte comiteco. La universidad lo mandó a hacer en la Editorial Fray Bartolomé de Las Casas, de San Cristóbal. El gran Chuy posee una memoria privilegiada, tal vez por esto cuando platica con otra persona o con otro grupo de personas no para de hablar. Un dato lo lleva a otro y éste a uno más y así se va dando la ensarta de anécdotas que suelta como si fuera una ametralladora verbal. Lo simpático es que todo lo cuenta con una alegría sin comparación. He sido de los afortunados testigos de esas pláticas sabrosas, pero llega el momento en que ¡ya, ya, Rica, soltá el micrófono, que hablen los demás! Ahora, la Universidad Mariano N. Ruiz confirma lo que todo mundo reconoce, es la única institución universitaria en Comitán que tiene un programa editorial de valía. Muchos libros se han editado para gloria de nuestro terruño. El 13 de septiembre de 2024, en la Sala de Actos, del plantel Los Sabinos, a las seis de la tarde, se hará la magna presentación del libro “Apuntes deportivos e imágenes del profe Chuy”, un volumen que, generoso, dedicó al Maestro José Hugo Campos Guillén, Rector de la institución. En la foto de portada aparece bien bonito, ve fijamente a la lente de la cámara. En su mirada se advierte que esa ventana es la rama que le ha permitido pepenar cientos y cientos de imágenes que luego, en su estilo muy personal, traslada en palabras. La palabra es su principal herramienta para compartir sus conocimientos, tanto en forma oral (¡ah, cómo habla!), como en forma escrita. Los cientos de crónicas que ha redactado forman el tesoro del deporte. En sus textos están compendiadas muchas anécdotas que ya son parte de la historia. Quienes son lectores asiduos de las crónicas de Rica (el profe Chuy) saben que su estilo es fresco, cotidiano, simpático, picarón. Será difícil que la crónica deportiva futura tenga alguien con ese estilo sabrosón. Por lo regular, los cronistas deportivos se limitan a narrar los hechos y ejercen la crítica con estilo parco y solemne. Luis Armando, primo de Rica, me dijo en una ocasión que Rica escribe como habla, no es cosa sencilla pasar de la oralidad al texto escrito, Rica ¡lo ha logrado! Por eso, la lectura de sus textos da la impresión de estarlo oyendo en la sala familiar o en torno de la mesa de la cantina, al amparo de una caguama. El agua de su talento fluye libre, no encuentra muro que detenga el río de su decir. Todo mundo debe sacar el billetito de doscientos pesos para adquirir su ejemplar. Estará a la venta la tarde de presentación allá en la Universidad Mariano N. Ruiz. ¡Que corra la voz desde ya! Esa tarde el Rector, José Hugo Campos Guillén, hará los comentarios a la obra, que es una breve recopilación de muchos textos que el autor ha escrito en la prensa local. Rica estará presente. Ahora, para desplazarse hace uso de una andadera para personas mayores, pero ha logrado tal destreza como si recordara todos los instantes donde estuvo en las canchas de fútbol soccer, deporte que siempre lo sedujo. Quien no pueda asistir a la presentación podrá adquirir su ejemplar cualquier otro día en las instalaciones de la Universidad Mariano, en Los Sabinos. El libro es un documento histórico. Posdata: ya dije que en la fotografía de portada aparece Ricardo y el otro personaje es un grande del deporte comiteco. El maestro Temo Alcázar, el eterno joven de Comitán, puede dar testimonio de la vida y obra de Don Arturito Gómez (tío de Rica), quien al fondo de su restaurante Río Escondido tuvo un gimnasio donde entrenaban muchos deportistas que soñaban con ser grandes boxeadores y quebrarles sus mandarinas a los grandes del boxeo mundial. Rica siempre despide sus crónicas con cinco palabras. No podía ser de otra manera, su nombre siempre ha tenido cinco palabras, cinco palabras que son la bienvenida infinita. Salve, oh, gran maestro Ricardo de Jesús Aguilar Gómez. ¡Tzatz Comitán!