lunes, 17 de junio de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA PORRA

Querida Mariana: llegué y pensé que lo construyeron especialmente para mí; luego pensé que muchísimas personas pensarán lo mismo, porque hay miles y miles de personas que aman los espacios agradables, amplios, con árboles. El restaurante Mahi Mahi estrenará local. Tuve el privilegio de estar días antes de la apertura. Me senté en una poltrona y desde ahí vi el cielo comiteco, los árboles circundantes (un maravilloso ciprés y un ococ tradicional) y los cerros que abrazan nuestro pueblo (incluido el cerro de Nehuestic). No sé cómo se escribe ococ, lo escribo tal como suena. Me encantan los espacios donde mi mirada, como pajarito, vuela y encuentra lo que los urbanistas llaman remates visuales. Sé que a los propietarios de Mahi Mahi les irá muy bien en su nuevo local. Pocas veces se tienen unidas tantas virtudes: un espacio genial en un barrio tradicional: Yalchivol, con una vista privilegiada y una comida de lujo, comida de mar. A todo mundo le encanta comer rico, muchos amigos y amigas me han dicho que han estado en el restaurante y han gozado las exquisiteces que ahí ofrecen. Ahora, los platillos serán más agradables por el entorno. Vos sabés que una buena comida se disfruta al compartirla con afectos en un espacio armonioso. A partir del día dos de julio de 2024 podrás ir con tus amigos y amigas y novio para disfrutar lo que acá digo. Ya sé que cuando vayamos con mi Paty y mi mamá, ellas, antes de llegar al salón y pedir la carta, se entretendrán en ver un arriate que está alrededor del ococ, lleno de plantas hermosas (nunca había sentido el aroma de canela que expide una pequeña orquídea, es una delicia). ¿Mirás lo que digo? Este restaurante cumple con la tendencia universal: vivir la emoción de la experiencia. Acá, la naturaleza se volvió cómplice del chef José Luis Cortés y de su hermana Tania y cada detalle se convierte en una gran experiencia. Insisto, todos los comensales disfrutarán los platillos y el entorno. Hablo del tradicional barrio de Yalchivol. He conocido dos restaurantes con espacios generosos en el barrio, pero algo les ha hecho falta, porque ahora están cerrados. Ya sé qué les hizo falta: pasión. Pasión, cariño y amor es lo que les sobra a los propietarios del Mahi Mahi. Auguro gran éxito para ellos, porque quien los visite saldrá satisfecho, por todo, ¡de todo! Si los comensales han salido satisfechos del local donde iniciaron, ahora, en el nuevo local saldrán doblemente satisfechos. La casa donde estarán ofreciendo sus servicios (a partir del dos de julio) tiene rampas de acceso para los comensales que lleguen en silla de ruedas; cuenta con un amplísimo estacionamiento y demás servicios. Me encantó que hay un mural pintado por un artista del mismo barrio: el famoso Pincelito. ¿Otro mojol? Detalles arquitectónicos están hechos por el maestro albañil, Don Vilo, quien tiene sesenta y dos años de edad, lleva ejerciendo el oficio desde hace 45 años y nació, ¡faltaba más!, en el barrio de Yalchivol. Lo dicho, como decía el famoso grupo musical: “de Yalchivol ¡para el mundo!” Me encantan los espacios abiertos. Sé que a medio mundo le gusta un entorno lleno de armonía. Donde estuvo una galera tradicional para hacer ladrillos, hoy, el sueño que vivió José Luis hace pocos años es una hermosa realidad. Una cinta de emoción envolvió mi espíritu la mañana que estuve en el nuevo Mahi Mahi, viendo los magueyes, árbol de chaya, de guanábana y de maracuyá. Ah, es toda una experiencia. El nuevo restaurante estará en la casa que fue de los bisabuelos de José Luis y Tania. Los bisabuelos se sienten agradecidos con los bisnietos por esta raya de luz que continúa. No hay otro espacio igual en Yalchivol, en Comitán, ¡es un lugar único! Posdata: sé que es difícil esperarse hasta el dos de julio. Mientras llega el día, podés seguir degustando los platillos en el local de siempre, pero a partir de la reinauguración no podés reprimir tu gusto, andá y dale una sobadita de energía a tu pancita y a tu corazón. ¿Cómo es la porra del Politécnico? ¡Huelum, huelum! La porra de la buena comida del mar en Comitán es: ¡Mahi Mahi, Mahi Mahi! ¡Tzatz Comitán!