lunes, 22 de julio de 2024

CARTA A MARIANA, CON RENUEVOS

Querida Mariana: todos de pie, los árboles y los renuevos azules. Luego de la misa de acción de gracias, por un ciclo concluido, los docentes y los estudiantes del Colegio Mariano N. Ruiz se apropiaron, temporalmente, de las gradas principales del parque central. Ah, parvadas de chiquitíos y jóvenes volaron para pararse en las ramas del aire. Los papás y las mamás levantaron los celulares y tomaron la foto del recuerdo. Si ponés atención a esta foto que me robé del muro de Preescolar del colegio, verás muchas manos que detienen los celulares para inmortalizar el instante, instante supremo, de sentimientos indecibles: ¡la graduación de sus hijos e hijas! Los pichitos y pichitas terminaron su educación preescolar, ya pasarán a primaria, ¡ah, qué momento! Y los de sexto de primaria van a secundaria y los de secundaria a bachillerato y los de bachillerato a universidad y los de universidad a los posgrados. Alas para el vuelo, para la vida. Los Marianitos y las Marianitas estuvieron juntos, pero no revueltos, la misma posición indica la esencia de la vida: los de preescolar están en el primer escalón, los universitarios están en la parte de arriba, ya cerca de las frondas de los árboles. Algunos universitarios continuarán su educación, estudiarán diplomados, maestrías, doctorados, otros se integrarán ya de lleno al mercado laboral y comenzarán a sembrar semillas sapientes. De pie, como los árboles, siempre tendiendo hacia las alturas. Esos árboles del parque también estuvieron un día en el preescolar de la naturaleza, fueron pequeños y, gracias al cuidado, a la lluvia y al sol ahora están enormes y dan sombra a los paseantes y ponen ungüento en la mirada para acariciar el espíritu. ¡Árboles que dan oxígeno! Así, los estudiantes se nutren de la savia del conocimiento y de los valores. De pie, siempre. Cada uno de estos chicos y chicas tienen historias sublimes. Sus papás y mamás decidieron inscribirlos en un colegio particular, esto significó destinar una cierta cantidad de dinero para cubrir las mensualidades. Pregunté a una mamá por dicha decisión y me dijo que ese dinero había sido invertido en lo mejor de la vida: la educación de su niña, y que así continuará en la secundaria y todo lo demás. Ella es maestra y me confió que tiene un apartadito de su salario mensual, está ahorrando para cuando la hija llegue al nivel profesional, me confió que desea poder ofrecerle la mejor opción del país o del mundo. Cuando me lo contó vi su carita llena de una luz majestuosa, su rostro era una montaña con muchos árboles, con mucho aire. Le deseé mucho éxito, mucha vida, que se cumplan todos los sueños, ella no gasta en su hija, ella invierte en su educación para garantizarle una vida más plena. El cielo comiteco fue testigo de este momento, una lluvia de luz fue la salva para celebrar el instante. ¡Que vivan estos chicos y chicas que, como corredores de cien metros, llegaron a la meta! Más carreras les esperan, por eso, ellos deben continuar con su preparación, cada día es un peldaño para alcanzar la cumbre. El colegio les provee las herramientas para construir sus mundos, los universos alternos. ¡Que vivan los padres y madres de familia! Porque ellos son quienes jalan el hilo del papalote y controlan los vientos, para que la hoja no suspenda su vuelo. A veces, la vida es así, los hilos se cortan, pero siempre existe la posibilidad de injertar nuevas alas. ¡Que vivan los maestros, las maestras y el personal directivo! Son ellos quienes facilitan las alas, he sido testigo que las costuran con el mejor hilo, no están pegadas con Diurex ni con cera cantul, las alas de estos estudiantes son bordadas con hilo de oro, por eso los bordados que consiguen son tan bellos como los que hacen las artesanas chiapanecas. ¡Que viva Comitán y la región! ¡Que viva Chiapas! Estos chicos y chicas, estoy seguro, abonarán para que nuestro estado tenga un mejor destino, ellos se apropian ahora de la esencia que, como alquimistas, abrirá la ventana de la ciencia en forma plena. Posdata: cada año en todos los planteles del mundo se dan fotografías similares. Millones de niños y niñas son felicitados por sus amigos y familiares y les desean parabienes. Acá, en esta foto, una célula de nuestra sociedad posó para que los celulares de los amigos se activaran, para que se activarán los corazones en una plegaria de agradecimiento. ¡Tzatz Comitán!