sábado, 13 de julio de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN RECONOCIMIENTO

Querida Mariana: recibí una invitación que llamó mi atención. El 11 de julio reconocerían al personal de la brigada de combatientes de incendios forestales. ¿Mirás lo que digo? Un reconocimiento a integrantes de la brigada de combatientes de incendios forestales. Fue una iniciativa de la regidora Magaly del Rocío Guillén Zepeda, quien preside la Comisión de Medio Ambiente y Cambio Climático, del Ayuntamiento comiteco, al lado de un grupo de personas comprometidas con la humanidad, por ahí saludé al maestro Roberto Pinto y al ingeniero Guillermo Herrera. Hice un huequito en mi agenda y fui al acto, que se celebró en el patio principal del Museo Rosario Castellanos. Fui para corresponder a la gentileza de la invitación y porque quise conocer el trabajo que realiza esa brigada. Supe que algo pepenaría de la labor. ¿Vos habías oído acerca de esa brigada? Yo no. A veces, en el rebumbio del día a día, no reflexionamos acerca de las personas que se dedican a labores delicadas, que, en apariencia, están lejos de nuestra cotidianidad. Pero, vos y yo, como medio mundo, nos dimos cuenta, antes de la llegada de las lluvias, de cómo el cielo presentaba una bruma que, luego supimos, era ocasionada por los incendios. La etapa de estío provocó que hubiese mucha paja seca donde el fuego iniciaba con gran facilidad. Paty Espinosa Vázquez, la editora ejecutiva de nuestra revista Arenilla, escribió un testimonio valiosísimo de un incendio que llegó hasta un cerro que ella acostumbra visitar, porque está cerca de su comunidad: Cajcam. Te invito a que lo leás en su muro de Facebook. Nunca he estado cerca de un incendio de esas proporciones, un incendio que arrasa bosques y con ello destroza la vida que ahí se concentra. Pero, con la lectura del texto de Paty entendí la gravedad de esos incendios y, aparejado, la labor que realizan los brigadistas y la gente de a pie. El 11 de julio el grupo de brigadistas fue reconocido, acto que fue muy emotivo y que se realizó en nuestra ciudad por primera vez. Paty y yo llegamos a las diez con cinco minutos, aún no comenzaba el acto, saludamos a las personas que ahí estaban y buscamos asiento. Leí el panel que estaba en el podio: “Entrega de reconocimientos a miembros de la Brigada CONAFOR – Día Nacional del Combatiente Contra Incendios Forestales”. Ah, cuánto conocimiento lejos de mi esfera. Al llegar a casa busqué en el Internet qué significa CONAFOR y hallé que es la sigla de la Comisión Nacional Forestal, organismo público descentralizado, cuyo objetivo es desarrollar, favorecer e impulsar las actividades productivas, de conservación y restauración en materia forestal. Me di dos zapes por ignorar la existencia de esta Comisión, pero luego experimenté una satisfacción por ser uno de los testigos del acto donde fueron reconocidos los integrantes de la brigada de combatientes de incendios forestales. Como no me gusta solazarme en mi ignorancia, una vez que estuvimos sentados y que entraron los integrantes de la brigada con su uniforme amarillo me acerqué a uno de ellos, así al azar, y tuve la suerte de que resultó ser el mero mero de la brigada, el ingeniero Aldrin de Jesús Cruz Morales, él me contó que la Brigada tiene su sede en la 11ª calle Sur Pte. número 25, barrio Nicalococ, casi casi frente a la Farmacia Guadalajara y su personal consta de catorce personas, diez se dedican al programa de combate de incendios forestales y cuatro personas al desarrollo forestal, que entendí consiste en la siembra y cuidado de arbolitos. En la mesa de honor estuvieron la bióloga Cristina Villatoro, el licenciado Gilberto de La Cruz Villalobos, biólogo Jesús León Mendoza, el ingeniero Aldrin de Jesús Cruz Morales, el licenciado Francisco Javier Simuta y la regidora Magaly del Rocío Guillén Zepeda. El acto fue breve y emotivo (dos esencias maravillosas). Los reconocidos se sintieron felices, algunos estuvieron acompañados por sus esposas e hijos. En su mensaje, el ingeniero Aldrin reconoció, a su vez, el acompañamiento de las mujeres en su actividad profesional, porque (así se entiende) los brigadistas salen muy temprano de su casa y vuelven muy tarde, su trabajo no es sencillo. Ellos tienen al fuego como su principal enemigo, ellos son los héroes que deben vencerlo, apagarlo, para que no consuma los árboles, los seres que nos otorgan vida, que dan sombra, que son cobijo de animalitos, que son la casa de las aves. Ellos dan su vida para salvar la vida de la tierra, de todos los demás moradores, de nosotros. Por eso, todos los asistentes, más los que se enteren del acto, estarán de acuerdo en reconocer su valentía. Vi rostros felices. Los brigadistas dijeron que se sentían complacidos porque, por primera vez en Comitán, se les reconocía. Actualmente, poco a poco, el mundo reconoce la importancia del cuidado de los árboles. La conductora del acto mencionó que hace diez años se instituyó el Día Nacional del Combatiente Contra Incendios Forestales. Qué justo es reconocer a los brigadistas. Llamó mi atención la palabra combatiente, siempre la apliqué a aquellas personas que batallan en guerras, te he contado que de niño me gustaba ver un programa en televisión que se llamó “Combate”, que contaba aventuras de combatientes norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial. Acá, los combatientes de la CONAFOR dan vida, la cuidan, la protegen. Por eso, estos combatientes merecen todo nuestro reconocimiento. ¿Quiénes fueron los combatientes reconocidos? Acá te paso los nombres de estos hombres generosos y valientes: Aldrin de Jesús Cruz Morales, Jesús García Hernández, José López Calvo, César Enrique Morales Gordillo, Dagoberto Pascacio Marroquín, José Pérez Aguilar, Rulfo Morales, José Alberto Santiz López y José Francisco Santiz López. Casi al final del acto, uno de los brigadistas hizo uso de la palabra, un buen uso de la palabra, porque su mensaje fue emotivo, hizo un llamado a toda la población, a todo el mundo, al cuidado de la naturaleza. Dijo que no es necesario vestir un uniforme amarillo para ser un brigadista, porque, como dirían los sabios con respecto a la medicina, la prevención es fundamental. ¿Qué pasaría si cada ciudadano aporta su grano de arena? Él dijo que bien podemos recoger basura, no tirar colillas encendidas y cuidar los bosques. El mensaje fue aleccionador. Recuerdo que, en una ocasión, la regidora Magaly llegó al Colegio Mariano N. Ruiz encabezando una brigada de sembradores de árboles; en el bosque de la institución los alumnos, con la enseñanza de los expertos, realizaron una siembra. Muchos de esos arbolitos han crecido. El bosque del colegio es parte de esa labor de conciencia de amor a la naturaleza, hace muchos años niños y niñas llegaban a lo que ahora son las instalaciones de la secundaria, bachillerato y universidad y, divertidos, emocionados, sembraron arbolitos que ahora son grandes árboles que hacen un maravilloso espacio. Estoy seguro que esos niños y niñas recuerdan con agrado esa acción y son personas adultas que ahora reconocen el valor del cuidado de la naturaleza. Nuestro brigadista dijo que todos podemos aportar, ¡todos!, y que dichas acciones benefician a todos. ¿Mirás? El mensaje fue muy claro, muy aleccionador. Invento, invento mucho, puede ser que lo que diga a continuación no corresponda a la frase que el brigadista dijo, y no recuerdo con precisión la frase, porque me emocionó cuando dijo que a él le gusta mucho una frase que dijo Vincent Van Gogh. ¡Qué genialidad! Cuando mencionó al gran pintor impresionista yo quedé ¡impresionado! Busqué frases de Van Gogh en el Internet y hallé ésta, ojalá sea la que nos compartió el brigadista: “La belleza está en todas partes, sólo necesitas tener ojos para verla”. Posdata: la frase es el colofón del acto. Fue un acto bello, sin protocolos pomposos, los brigadistas fueron el centro de atención y ellos estuvieron felices, vi sus rostros contentos. Por primera vez en Comitán se celebró por lo alto el Día Nacional del Combatiente Contra Incendios Forestales, por primera vez conocí algo de su labor en beneficio de México. ¡Felicidades! Felicidades a los organizadores del acto y a los brigadistas reconocidos. ¡Tzatz Comitán!