jueves, 7 de noviembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON EL SUR Y EL NORTE

Querida Mariana: ¿y nosotros qué? ¡Cómo que y nosotros qué! América es un todo y Chiapas está inmerso en esa unidad. Desde Alaska hasta Tierra del Fuego respiramos los mismos aires. Lo que sucede en USA afecta a todo el continente. ¿No es suficiente ver todos los días el intenso fluir de ese río llamado migración? Millones de latinoamericanos tienen sus pies y sus miradas puestos hacia los Estados Unidos de Norteamérica. No hay movimiento semejante en la historia de la humanidad. Millones de hispanohablantes balbucean la lengua inglesa en intento de hacerse entender, hay un proceso de apropiación de una lengua extranjera por necesidad. Desde hace muchos años hemos escuchado la frase “Sueño Americano”, que no es precisamente el que soñó Bolívar, sino el sueño, más bien pesadilla, que significa cruzar la frontera del Río Bravo, en intento de lograr un mejor nivel económico de vida. Los millones de migrantes no privilegian el rasgo cultural de los gringos, les atrae, sobremanera, los dólares. De esos millones de soñadores pocos logran el milagro, la mayoría que logra cruzar la frontera es sometida a vejaciones y tratos despectivos; es normal, llegan a una tierra donde no fueron invitados, se internan de manera subrepticia. Por eso, quien ahora fue electo de nuevo como presidente de la todavía nación más poderosa del continente, con la mano en la cintura, los llama delincuentes y amenaza con expulsarlos de su país. En esta amenaza está explícitamente expresado cómo son vistos y tratados esos millones de latinoamericanos. Hace muchos años, en el Cine Comitán, vi una cinta con El Piporro, la historia trataba de la aventura de unos “mojados”. Crecí escuchando este término. ¿El nombre se debía a que se “mojaban” al cruzar el río? ¿Cómo se llamaban los centroamericanos que también cruzaban el río Suchiate para llegar a México y seguir el camino hacia el Río Bravo? Sus vidas estaban marcadas por el agua del sur y del norte. Millones de “mojados” han soñado con “secarse” en una tierra donde no son bienvenidos, ni siquiera tolerados o reconocidos en su aporte laboral. Otra película mexicana, dirigida por Sergio Arau: “Un día sin mexicanos”, muestra cómo la poderosa nación se paralizaría si no contara con la fuerza laboral de los paisanos. ¿Trump aplicará aranceles exorbitantes a los productos mexicanos? Bastaría un paro de brazos caídos de todos los migrantes mexicanos para que el nuevo presidente lo pensara dos veces. Pero, acá en el sur lo sabemos, esa protesta es imposible, porque nuestros paisanos siguen hablando español, pero ya “mascan” el inglés, al apropiarse de una nueva lengua también se han apropiado del espíritu de aquella nación. En el fondo extrañan a su México, pero, por las buenas, por decisión propia, jamás regresarían, porque el sueño mexicano es una pesadilla infernal. Posdata: Matilde me dijo un día que le daba cierta pena decirlo, pero que estaríamos mejor si los pinches gringos no sólo hubieran expropiado la parte norte de nuestro país, sino todo México, hasta Chiapas y luego, botándose de la risa, cerró su discurso diciendo que podría leer a Shakespeare en inglés. Por supuesto que nos interesa lo que pasa con el país vecino del norte, así como nos interesa todo lo que pasa en los países del sur, porque también hubo un sueño latinoamericano, un sueño Bolivariano, que no debemos olvidar, un sueño en nuestro propio idioma. ¡Tzatz Comitán!