sábado, 30 de noviembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON INSTANTES PRODIGIOSOS
Querida Mariana: ¿qué hacer en Comitán? Miles y miles de opciones. Comitán es un pueblo prodigioso.
¿Te cuento qué hice el miércoles? Te contaré lo que hice por la tarde. Fui a un restaurante, al parque central para que lustraran mis zapatos y a una galería.
Así como lo escribí parecería no tener mucho interés. ¿Qué de emocionante puede tener asistir a esos tres lugares en el pueblo?
Trataré de describir en forma ligera lo que viví. Vos sabés que las palabras no alcanzan a dimensionar lo que sucede en el cuerpo y en el espíritu. Tienen razón quienes dicen que la vida ¡hay que vivirla!
Primero diré que Paty Cajcam y yo comimos en casa, degustamos (qué palabra tan bonita: degustar) unas “sudadas” que hizo mi mamá, que son tortillas con frijolitos. La receta que usa mi mamá la copió de mi suegra, Doña Amelia, quien era experta en “sudadas” (en el buen sentido de la palabra, en el sentido gastronómico, quién sabe de dónde ella pepenó la receta original). Ah, ricas sudadas con una salsa de tomate rojo, con cebolla, que (no sé bien) pasa por un proceso de freído. Quedamos de vernos con Roberto a las tres y media para ir al restaurante. Cuando terminamos de comer salimos de casa, caminamos por la bajada del templo de Guadalupe y llegamos al parque central. Ahí esperamos a Roberto Carlos, trepamos a su auto y nos dirigimos al restaurante. Acá debo hacer una ligera explicación, fuimos a un espacio que no conocía; es decir, no fuimos a cualquier restaurante, sino a un espacio prodigioso, no alcanzan las palabras para describir este lugar único, sublime. El lugar se llama “Tarima, cafetería resto-bar” y está en el barrio de San Miguel. ¿Ubicás el barrio? Es donde está la mítica “Piedra de la ametralladora”. Este barrio está ubicado en lo alto de Comitán, es vecino de La Cruz Grande, segunda sección, asimismo del gran cerro Junchavín. Esto que digo es para que veás que en el recorrido para llegar a “Tarima” hicimos una ruta no tradicional. Salimos del parque central, bajamos al parque de La Pila y luego, ya muy cerca de Las Siete Esquinas, Roberto dio vuelta a la izquierda y fuimos derecho, derecho, subiendo, llegó el momento donde la mirada se topó con un letrero que indicaba doblar para llegar al restaurante. En mi vida había estado por ahí, tal vez de niño, en alguna excursión escolar, porque antes contaban mucho acerca de “la piedra de la ametralladora” (no sé bien la historia, pero cuentan que en un piedrón colocaron una ametralladora en no sé qué batalla). Por fin llegamos a “Tarima, cafetería resto-bar”, Roberto estacionó su carro en el interior y subimos. En ese momento no sabía la sorpresa que me tenía reservado el destino, saludamos a dos personas del servicio y llegamos al espacio donde los comensales disfrutan los platillos que ofrecen. ¡Ahí fue el deslumbre! Un verdadero deleite para el espíritu. No alcanzan las palabras, todo intento de descripción es un mero tatarateo. Entendí el motivo del nombre: tarima, es como si la persona estuviera en el principal escenario del mundo, una gran ventana. El salón está diseñado de tal manera que Comitán está al alcance de la vista. No es exagerado decir que Comitán se vuelve uno con la mirada y lo contrario, la vista es un pájaro que vuela por todo el valle, hermosísimo valle; el caserío junto con las calles, avenidas, plazas y templos son como granos de una hermosa granada, que se deshace en los labios del alma. ¡Qué prodigio de panorámica! ¡Qué estupenda postal para el disfrute! Todo el pueblo en la lejanía, pero, asimismo, en lo más cercano. Todo Comitán visto a vuelo de pájaro, pero con los pies bien puestos sobre la tierra, sobre la tarima, la tarima más hermosa del mundo, porque recordá que Comitán es el centro del universo, de nuestro universo.
¿Qué hacer en Comitán? Hay mil cosas para hacer. Cuando estuve en Tarima cafetería resto-bar pensé que era un niño privilegiado, que el destino me tenía reservado una gran sorpresa ese miércoles; pensé, de igual manera, que me encantaría que todo mundo (y decir todo mundo es ¡todo mundo!) vaya a este espacio, tome alguna bebida, coma algo y llene su espíritu con la esencia más sublime de nuestro pueblo.
Amigos y amigas de mucho afecto han sabido, desde siempre, que esta altura es prodigiosa. Por ahí tuvo su casa mi querida Paty Díaz (a quien yo le decía Paty Noches), el arquitecto Luis David Ramírez diseñó la residencia, en dos o tres ocasiones estuve ahí. Paty falleció y en esa casa habitó mi querido amigo Marco Polo, quien, igual que Paty Díaz, ya falleció. Cuando platicaba con Marco Polo le decía que, igual que su tocayo, el famoso viajero, al conocer la Muralla China debió recibir el mismo impacto visual que él tenía al ser el dueño de Comitán desde la altura. Los ricos del pueblo hipotecan su vida adquiriendo terrenos, cuando los verdaderos millonarios son los que, a través de la mirada, se convierten en dueños no sólo de la ciudad sino de todo el valle. Los propietarios de Tarima cafetería resto-bar son generosos con el pueblo, diseñaron un espacio para el disfrute, para untar bálsamo en el alma, para sentirse árbol, colibrí, orquídea, mata de chipilín. Roberto y Paty trabajaron el video que estaba pendiente y juro que cuando llegó el momento del retiro no quería hacerlo, estaba tan a gusto sintiéndome el hombre más rico del pueblo, el hombre más rico del universo; di una última mirada tratando de tomar lo más y me prometí volver, volver muy pronto. Desde ahí, desde la cumbre más alta, la más hermosa, tomaré un té y me sentiré pleno. Si medio mundo está enamorado de Comitán, el broche de oro del enamoramiento se dará al ver al pueblo desde esta altura. Querida Mariana, subí, conocé este espacio, llevá a tu novio, a tus amigos y amigas, a tus familiares y, sobre todo, a quienes te visiten desde otros lugares de la república y del mundo. Llevalos a que, con sus ojos y espíritu, comprueben lo que todo mundo dice: Comitán es una piedra preciosa, engarzada en una piedra mayor, cerca de la piedra de la ametralladora.
Subimos al carro y Paty Cajcam y yo le pedimos a Roberto que nos dejara en el parque central. Ahí me senté frente al bolero y éste se encargó de dejar como nuevos mis zapatos. Ya me conocés, sabés que soy un cochinón y no siempre tengo impecables mis papos, lo hice porque a las cinco teníamos la invitación de Manuelito de Jesús Aguilar Díaz, el gran ceramista de la región, para la inauguración de su galería Comitlán, que está a dos cuadras del Tanque de Caballos. Mientras lustraban mis zapatos escuché que una persona que estaba sentada en una banca cercana me preguntó cuál era la canción que más me gustaba, le dije que me ponía en un aprieto, pero repasé en mi catálogo de favoritas y asomó “Santa Lucía”, de Miguel Ríos. Él la buscó en su celular, activó el bluetooth y la canción sonó en alto en una bocina que llevaba. No podía creerlo, estaba en el pueblo, frente al maravilloso templo de Santo Domingo, en una tarde sublime, y Ríos cantaba: “…dame una cita, vamos al parque…” Minutos antes había estado, como águila, en la cima, y ahora, como paloma comía granos de luz en el piso del parque central, mi parque. Me dijo que su nombre es Noé Aguilar, nació en el pueblo, luego vivió en otros lugares y esa tarde estaba recién desempacado.
Nos despedimos y bajamos hacia el barrio de La Pila. La inauguración de la galería del artista Manuel de Jesús Aguilar fue uno de los actos más luminosos del 2024. Comitán tiene dos librerías: Porrúa y la Proveedora Cultural; ahora tiene dos galerías, la que abrió el gran ceramista de Yalumá y la que tiene Malena Jiménez (desde hace varios años) en Casa Rosario. Estos centros culturales deberían tener todo el apoyo de la comunidad, porque hacen la diferencia. Todo mundo se llena la boca cuando presume que Comitán es la Capital Cultural de Chiapas. ¿De veras? Tal nombramiento se reafirmará en la medida que la gente apoye a estas empresas, que la gente compre libros, muchos libros y que compre arte, mucho arte. Hoy es buen día para empezar una gran campaña a favor de la cultura en nuestra sociedad, que la gente obsequie libros y arte en navidad, que las canastas navideñas tengan trago, está bien, pero también que lleven libros y piezas de arte. La obra del ceramista es proverbial, de gran calidad, su obra es reconocida por todos los conocedores del arte. Invitá a tus amigos y amigas para que se den una vueltita a la Galería de Manuelito, está en la misma avenida donde está el Tanque de Los Caballos. Estoy seguro que hallarán algo bello que será un presente de gran dignidad.
Posdata: si no hay apoyo a nuestros creadores, por parte de la sociedad y de las autoridades, de nada sirve adjudicarnos el membrete de capital de la cultura. ¡Compremos y difundamos lo local! Hay mucho talento en este pueblo, hay que apoyarlo.
¡Tzatz Comitán!