viernes, 25 de julio de 2025

CARTA A MARIANA, CON MEDIO SIGLO

Querida Mariana: cuando hablo de cincuenta años digo ¡medio siglo!, para que se vea la rotundez de la fecha. El otro día, mi amiga Roxy Guillén me dijo que hace medio siglo su generación egresó de la Escuela Preparatoria. Sabemos que cada año hay egreso de alumnos de todos los niveles, pero Roxy se refería a que su generación marcó un hecho histórico, porque ellos fueron la primera generación de alumnos que salió del nuevo edificio; es decir, hace medio siglo estos chicos y chicas abandonaron el plantel que se logró gracias al movimiento de huelga que, en 1974, realizaron mis compañeros estudiantes. Vos sabés que hasta 1974 los estudiantes de la secundaria y preparatoria de Comitán asistían al edificio donde ahora está el Centro Cultural Rosario Castellanos. La gran ventaja es que estaba en el centro y los estudiantes salíamos de los salones e íbamos al parque central a dar vueltas o entrábamos al billar de Nevelandia o tomábamos un refresco en el Intermezzo, café que estaba en la parte superior del edificio conocido como Casa Yannini, que en realidad era propiedad no del señor Vicente Yannini, sino de mi papá Augusto Molinari. La gran desventaja del viejo edificio de la secundaria y preparatoria es que ya era insuficiente para el número de alumnos. Digo que andábamos tan amontonados que, el pasillo exterior al lado de la actual Librería Porrúa y que conduce al Archivo Histórico fue convertido en un taller. De manera improvisada se tapó con una puerta el acceso y por ahí pasaban los alumnos de secundaria para tener algunas clases. Donde ahora está la librería Porrúa había salones para los estudiantes de bachillerato, así que a través de las ventanas de estos salones uno podía comunicarse con los estudiantes de secundaria. El espacio ya era insuficiente para tantos estudiantes, por eso mis compañeros, con una gran destreza, planearon un movimiento donde se apoderaron de la escuela, a la hora que medio mundo fue a comer para volver a clases en la tarde, los huelguistas se escondieron en el auditorio y cuando estuvieron cerradas las puertas sacaron las maderas que habían introducido previamente y tapiaron las puertas de madera y ventanas, provocando que a la hora que llegó el maestro Rey a abrir la puerta central (como siempre lo hacía) no pudiera abrirla. Poco a poco medio mundo se enteró que adentro había un grupo de estudiantes que se había posesionado del edificio y comenzó a circular el pliego petitorio, en el cual aparecía como primerísimo punto la demanda de edificios nuevos para la secundaria y preparatoria. El movimiento fue tan de bisturí que exigió la presencia del secretario de educación en ese momento (mi ahora amigo y gran intelectual chiapaneco Javier Espinosa Mandujano). Cuando el secretario estuvo en diálogo con los estudiantes, éstos, prácticamente lo secuestraron, y le dijeron que no saldría hasta que se comprometiera a cumplir con las demandas. Al secretario no le quedó más que firmar y así los chicos y chicas huelguistas lograron que para 1975 los estudiantes comenzaran a estudiar en aulas nuevas, donde ahora están las instalaciones de la secundaria, por un lado, y de la preparatoria, por el otro. Mi amiga Roxy comenzó sus estudios en el edificio del centro, pero inauguró el nuevo edificio, por eso dice que su generación fue la primera que egresó del edificio que se logró por iniciativa de mis compañeros, quienes sembraron el árbol, pero ya no disfrutaron el fruto. Tiene razón Roxy, este hecho no debe pasar desapercibido. La fecha es histórica, Roxy y sus compañeros y compañeras constituyeron la primera generación que egresó del plantel que está al lado de la ETI, al lado del bulevar. Mi amigo Roberto Arriaga, compañero de mi generación, también incide en el tema. Los chicos que lograron la construcción de los nuevos planteles deberían ser objeto de homenaje y de reconocimiento; deberían presentarse en la escuela Preparatoria para platicar esta experiencia maravillosa, para que los estudiantes de ahora sepan que si están en un edificio con aulas ventiladas, con zonas arboladas, con patios centrales generosos, cafeterías y zonas deportivas es porque en 1974 un grupo de estudiantes hizo un movimiento de huelga para exigir mejores condiciones y evitar los salones húmedos y oscuros donde estudiamos. Posdata: vos y yo sabemos que todo es fruto de la tradición y que la historia no debe ser olvidada. Sea esta carta un reconocimiento a mi amiga Rosita Guillén (niña hermosa, linda, que usaba minifalda) por recordar que en este 2025 se cumple medio siglo que ella y sus compañeros y compañeras fueron la primera generación que egresó del nuevo plantel de la Escuela Preparatoria de Comitán. ¡Tzatz Comitán!