miércoles, 28 de mayo de 2025
CARTA A MARIANA, CON PALOMITAS
Querida Mariana: ¡fuimos al cine! Hablo en plural porque fuimos Paty Cajcam, Malena Jiménez, Rosa Cancino y yo. ¡Fuimos al cinito que presentó San Marcos!
Mi amigo, el licenciado Héctor Flores, me dijo que, a las seis de la tarde, del 23 de mayo 2025, propiciaría la proyección de un documental de Rosario Castellanos, un prodigioso documental que realizó Zarape Films hace años.
Cuando me enteré que habría cinito a la entrada de la tienda San Marcos, en esa breve e íntima placita que se forma en el vestíbulo, invité a Paty, Malena y Rosa. ¡Vonós!, les dije, y fuimos, nos sentamos en las gradas del parque central, donde había decenas de personas viendo la proyección.
¡Ah, qué maravillosa sensación! Sin dudar digo que ha sido uno de los grandes actos para celebrar el Centenario del Nacimiento de Rosario Castellanos, porque lo importante es propiciar el acercamiento de su vida y obra. El licenciado Héctor lo logró. Siempre ha tenido iniciativas que nos acercan al arte. Ya te conté, en dos ocasiones, que una vez trajo a la Orquesta Sinfónica de Chiapas, montó un templete al lado del templo de Santo Domingo y cientos de personas disfrutaron de un maravilloso concierto. Ahora fue la proyección de un documental hecho por talentosos comitecos, donde expertos hablan de la vida y obra de la niña más amada de Comitán: Rosario Castellanos.
Fuimos al cinito, en una tarde prodigiosa. El licenciado Héctor pidió que no lloviera ¡y no llovió! Yo también pedí que no lloviera, porque antes, a las cinco de la tarde, en el Museo Rosario Castellanos, hicimos la presentación del número más reciente de Arenilla impresa. Bueno, sí llovió, llovió arte, imágenes bellas, palabras precisas e inteligentes; llovieron motivos de reflexión. Así, con dos actos sencillos, pero grandiosos, celebramos a la Chayito, lo hicimos en su tierra.
Apenas concluyó la presentación de nuestra revista, dije a mis tres amigas que fuéramos al cinito y aceptaron de inmediato, caminamos hacia el parque y disfrutamos del cinito al aire libre. La esposa del licenciado Héctor tenía su puestecito genial donde ofrecía palomitas (calientitas, en bolsas de papel) y aguas en vasitos desechables, todo de cortesía. Pucha, ¿mirás qué acto tan maravilloso? En nombre de Rosario, por su centenario del nacimiento, San Marcos proyectó un documental en forma gratuita y, mojol de lujo, ofreció palomitas y aguas.
Vi a la gente que disfrutó esa tarde. Mucha gente se paraba tantito, algunas personas se enganchaban y se detenían, otras seguían su camino. Cinito al aire libre. Recordé lo que te he platicado, las funciones de los años sesenta, donde la gente de Comitán llevaba su silla y se sentaba a mitad de la calle (que era cerrada) para ver películas proyectadas en la pared altísima de una casa. Te conté que nuestro admirado amigo Jaimes Sanchirico trabajaba para la Coca Cola y su chamba consistía en ir a dar proyecciones a diversos pueblos de México, Comitán incluido. Te conté que, como mi papá era el distribuidor de este refresco, una vez me llevó al patio central del Hotel Los Lagos donde proyectaron una película de Tarzán, ah, qué emocionante ver cómo el rey de la selva iba de una liana a otra, yo pensaba que en cualquier momento (como sucede en la película “La rosa púrpura del Cairo”, de Woody Allen), Johnny Weismüller saldría de la pantalla y se detendría sobre una rama de los imponentes árboles del hotel.
Recordé, era inevitable, la gran cinta “Cinema Paradiso”, donde ocurre un acto similar. La sala del cine está repleta, en la plaza hay mucha gente que desea entrar. ¡Imposible! Entonces, el proyeccionista, el recordado Alfredo, hace un juego de espejos y proyecta la película en la barda de una casa, las personas descubren ese prodigio y se sientan en sus sillas plegadizas. ¡Ah, la magia de la imagen sale de las salas y encuentra su nicho en una plaza! Esto propició San Marcos.
El documental realizado por Zarape Films, empresa orgullosamente comiteca, es de factura impecable. Se proyectó en una gran pantalla de 3 x 3, con sonido estupendo. Todo bien hecho, pues, como deben hacerse las cosas.
Así, con esa emoción, disfruté la tarde de cinito. Había decenas de personas sentadas en las gradas. ¡Un éxito!
Posdata: me encanta lo que hace San Marcos, todo con inteligencia, poniendo al paso de los peatones lo mejor de la cultura. Un día, Héctor dijo que presentaría el documental y lo hizo, por Rosario, por Comitán, para la gente y a los espectadores les convidó palomitas y aguas. ¡Ah, qué alegría!
Por esto seguimos en la siembra, porque hay necesidad de hacer públicos, de regar más semillas. El campo está lleno de cardos.
¡Tzatz Comitán!