lunes, 12 de agosto de 2024

CARTA A MARIANA, CON UNA FOTO SORPRENDENTE

Querida Mariana: la poeta Clarita del Carmen Guillén compartió esta foto en redes sociales. Dice que pertenece al álbum particular de su hermana Loli. Francisco Domínguez ya dijo que la foto corresponde a principios de los años ochenta. ¿Mirás? ¡Pucha, qué maravilla! Así era esta parte del pueblo en esos años. Se ve parte de una jardinera del tramo peatonal que iba de esta esquina hasta el término del portal, frente a Casa de Cultura. Óscar Manuel, quien laboró en el banco, comentó que a él le tocó pasar a este edificio, porque (lo hemos comentado) antes, el Banco de Comercio de Chiapas estuvo en el portal, como a treinta pasos de este lugar. Bancomer es actualmente el BBVA, y la sucursal del centro está, precisamente, frente al Centro Cultural Rosario Castellanos. Ve cuántos cambios de nombre: Banco de Comercio de Chiapas se transformó en Bancomer y ahora es BBVA; y la Casa de la Cultura actualmente tiene el nombre de Centro Cultural Rosario Castellanos; y no sólo cambio de nombres, también cambio de vialidades, lo que era un hermoso andador lo eliminaron y ahora es una calle súper transitadísima de autos, motos, bicicletas y demás automotores. En la parte superior del portal se mira el logotipo de Banrural, banco que, según información que hallé en Internet, inició en 1975 y pasó a mejor vida en 2023. En el pueblo tenemos amigos y amigas que laboraron en ambas instituciones bancarias: Banrural y Bancomer. Sus testimonios sirven para hallar otras piezas de nuestro rompecabezas. Clarita está cumpliendo, porque al compartir ésta y otras fotografías nos regala instantes valiosos. A mí me encantó esta foto. No me hagás caso, pero en la parte superior del edificio de Bancomer veo dos palabras, la primera “concesionario” y la segunda “Cairo”, así que imagino era el anuncio de alguna bebida que se vendía en la vinatería de Don Luis Bonifaz: “El Cairo”. Sí, tenés razón, lo que más llamó mi atención fue el gran letrero de bandera que está más allá y que dice: “Cine Comitán”. Esta imagen jaló mi espíritu, porque no recordaba la existencia de dicho anuncio. Mi cabeza torcida siempre imaginó que el letrero del cine estaba en una marquesina en la parte superior de la entrada. ¡Naranjas de Chicomuselo! Como acá se ve había un gran letrero de bandera que podíamos ver todos los peatones, bien bajáramos hacia el Hotel Internacional o subiéramos hacia el parque central. ¿Mirás lo que te contado? Era un verdadero privilegio para los cinéfilos de esos tiempos que el Cine Comitán estuviera a media cuadra del parque central. Ahora, donde estuvo el cine existe una tienda de ropa, está justo frente a la Casa Museo Doctor Belisario Domínguez. Te he contado que en los años sesenta vivía en la que luego fue la casa de Don Juanito Torres (hoy, la casa ya es de otro propietario). Mi papá y mi mamá me injertaron el gusto por el cine. En las tardes íbamos al Cine Comitán, recuerdo con emoción que, en ocasiones, antes de entrar al cine pasábamos a la Cenaduría Yuly (que atendía la mamá de mi querido amigo el arquitecto Memo Castañeda) y comprábamos unas tortas de pierna, Dios mío, eso era una delicia. Ya luego entrábamos al cine, con un amplio vestíbulo y en la taquilla mi papá compraba los boletos, que nos daban derecho a ver dos películas, con permanencia voluntaria. Antes del letrero del cine hay otra bandera que anuncia una farmacia. No, no, por favor, no me exijás que diga el nombre de dicha farmacia, no la recuerdo. Gracias a la divinidad acá tenemos un testimonio que da cuenta precisa de que el cine tuvo un anuncio de bandera, grande, con letras claras, pero no sé decirte si dicho anuncio se iluminaba en las noches. En estos tiempos hubiera llegado con nuestro querido y admirado Don Rafa Pascacio y le habría solicitado que a Comitán le pusieran su tilde y, en forma discreta, le preguntaría si el anuncio se iluminaba en las noches, al estilo de las grandes marquesinas de Broadway. ¿Qué hace el hombre con sombrero que está inclinado, que aparece en primer plano? Debe ser un nevero, ¿verdad? Donde están las dos personas, casi debajo del letrero del cine, recuerdo que había una gran vidriera donde el papá de Memo Castañeda (que laboraba en el cine) colocaba los carteles que llegaban de las casas productoras cinematográficas (carteles que ahora son ampliamente codiciados y que los coleccionistas encuentran en los tianguis de la Ciudad de México, como el de La Lagunilla). Los cinéfilos y toda la gente curioseaban ahí y se enteraban de los estrenos nacionales. Ah, sé que te hubiese gustado vivir esos tiempos, pero vos sos muy joven. En el año que fue tomada esta fotografía vos todavía no eras proyecto de vida. Por estos años yo andaba de novio con mi Paty. Por fortuna, ella también ha sido gran aficionada al cine (antes de pandemia íbamos todos los domingos a las salas de la Plaza Las Flores), recuerdo que en el Cine Comitán, en los tiempos de la fotografía, vimos una película con la vida de Elvis Presley. Posdata: no recordaba ese anuncio de bandera, bandera que siempre estuvo izada, que siempre me recordó que bastaba entrar en ese espacio para vivir lo mejor de la vida. ¡Tzatz Comitán!