sábado, 25 de marzo de 2023

CARTA A MARIANA, DONDE SE HABLA DE LOS TODÓLOGOS

Querida Mariana: hay una proliferación exagerada de todólogos. Los que creen saberlo todo le hacen mucho daño a la patria. Todo mundo habla de funcionarios improvisados, en gobiernos municipales o estatales de toda la república. Hay personas que son amigas del gobernante en turno y éste los coloca en una posición de privilegio, sin que reúnan el perfil profesional. Esto le hace daño a la patria. Porque lo deseable sería que los más capaces estén en los puestos adecuados. Un ejemplo, aparentemente mínimo, pero de consecuencias deleznables es lo que escribió el otro día mi admirado amigo Álex Domínguez, orador de excelencia. Álex fue secretario particular del poeta Jaime Sabines. ¿Mirás bien lo que digo? ¡Secretario particular del gran Sabines! Álex conoció al poeta en la cercanía, por lo que le tuvo admiración y un gran afecto. Existen miles y miles de lectores que reverencian la poesía de don Jaime, por la dificilísima sencillez que logra y por el maravilloso ritmo que posee. Don Jaime nació en Tuxtla Gutiérrez (a pesar de ello, prefirió tener un ranchito, “Yuria”, rumbo a los Lagos de Montebello y tal vez, digo sólo que tal vez, el poema más bello que escribió como homenaje a una ciudad no fue a su pueblo natal sino a Comitán. Hemos platicado la belleza del poema “Cómo puede decirse un amanecer en Comitán”). Pero, digo, al nacer en Tuxtla, su ciudad le rindió varios homenajes, uno de ellos es el Centro Cultural más importante que lleva su nombre y otro fue una escultura de él en el mirador que, también en su memoria, se llama “Los amorosos”, título de uno de sus poemas más conocidos y alabados. Digo que Álex hizo una petición atenta, respetuosa y razonable, que el ayuntamiento tuxtleco le cambie color de pintura a la estatua. Esto me brincó de inmediato. Ah, sucede que algún todólogo se le ocurrió pintar con un color negro chapopote a la escultura de bronce. ¡Dios mío! De esto sabe bien mi amigo Luis Aguilar, el escultor comiteco (quien hizo un busto de don Jaime y que está expuesto en el vestíbulo del Centro Cultural en Tuxtla). Ya en una ocasión sucedió lo mismo en Comitán. Algún todólogo vio que una escultura en bronce realizada por Luis estaba deteriorada. Ah, se le hizo muy fácil dictar la orden de que “la pintaran”, de que le dieran su “manita de gato”. Qué irreverencia. Pero es muestra de lo que digo: hay todólogos que están en puestos de decisión y deciden según su real saber, que va contra lo que los expertos señalarían. Lo ideal sería que las personas con conocimiento intervengan en ese tipo de cuestiones. Los todólogos (que todo lo saben) toman decisiones absurdas, porque en realidad ¡no saben! Desde su espacio lo ven todo tan sencillo, su soberbia les impide ver que hay conocimientos especializados, pero, como su amigo gobernante los puso en un lugar donde no tienen ni remota idea de cómo debe hacerse el trabajo piensan que todo es semejante; piensan: “si yo, que no tengo la especialidad estoy acá, todo se puede hacer desde acá”. Vi dos fotografías que subió Álex a redes sociales: en una está la escultura recién inaugurada y en otra como está actualmente. Dios mío. En la primera foto la estatua tiene el color del bronce y en la segunda don Jaime está realmente enchapopotado. ¡Qué vergüenza! Sin duda que el funcionario que dio la orden de “pintarla” nunca ha leído la poesía de don Jaime, porque la palabra de Sabines es amorosa y el acto que realizó este tipo fue todo, menos amoroso. El cumpleaños de don Jaime es el 25 de marzo, él nació en Tuxtla ese día en 1926, dentro de tres años el mundo celebrará su centenario. Álex pide, como si fuera trabalenguas infantil, “que lo desenchapopoten, quien lo haga será buen desenchapopotador”. Porque si su estatua sigue con ese horrible color, Chiapas no está honrando a uno de sus máximos poetas; le está dando la razón a quien mandó a “pintar” la escultura de bronce. Álex no lo dijo, pero, ya cercano al centenario de don Jaime, algunas personas solicitan que la estatua no sólo sea dignificada en su material original, sino que también sea cambiada a otro espacio. La idea inicial fue que ese mirador honrara la memoria del poeta, pero muchos ciudadanos aseguran que el espacio ya dejó de ser lo que al principio fue: un lugar sano; ahora, dicen, es un lugar sucio, donde a veces hay delincuentes. Algunas personas piden que la autoridad baje la estatua, que la coloque en un espacio más visible de Tuxtla, en un lugar donde sea apreciada. Hay, lo sabés, querida mía, en muchas ciudades del mundo, estatuas de personajes célebres donde la gente se toma la foto del recuerdo. Y ahora que escribí la palabra recuerdo, recordé que he visto fotografías de amigos que se han tomado la del recuerdo al lado de la estatua de la famosa Mafalda, en la ciudad de Buenos Aires. Igual que don Jaime, Mafalda está sentada en una banquita, lo que permite que los fans se sienten a su lado, la abracen y se tomen la foto. Así está don Jaime en la estatua del mirador, sentado en una banca, con el cuerpo echado para adelante (como debe ser), con las piernas abiertas, los brazos descansando en sus muslos, las manos entrelazadas, viendo hacia el horizonte. La escultura (no sé quién la hizo) es de gran calidad, porque tiene gran parecido con el poeta. Digo esto, porque la amiga de Jaime, nuestra Rosario, no corrió con la misma suerte con la imagen de bulto, hecha con cera (entiendo), que está en el museo que lleva su nombre. La Rosario no se parece, ¡no! Qué pena, bueno, ni siquiera se parece en la imagen que usaron en el cachito de la Lotería Nacional que la honró. ¿Cómo debe cuidarse y protegerse una escultura de bronce? No lo sé. Tampoco lo sabía el tipo que ordenó enchapopotar la escultura de Sabines, y sin embargo él, por el poder que ostentaba (u ostenta, no lo sé) dictó la orden y ofendieron la memoria del gran poeta chiapaneco. Querido y admirado Álex, por favor, anexá en tu solicitud que sea retirada la estatua del Mirador, además de que le quiten esa capa horrible de pintura que vos definiste como “color negro chapopote”. Hay gente inconsciente en todos lados. Álex dice que alguien le quitó los lentes que el escultor le adosó a la estatua de Jaime; y que otra persona se robó el cigarro que Sabines tenía entre manos, porque ya se sabe que el cigarro fue uno de sus grandes vicios, vicio que logró eliminar al final de su existencia. La escultura que está en el parquecito de San José, en Comitán, escultura que hizo Luis Aguilar, también está mutilada, los bolillos del marimbista ya no existen. Hay gente que es del club de los sabelotodo, que joden a la patria, que joden al patrimonio cultural de nuestros pueblos. ¡Ah, cómo lastiman el espíritu del genio creador! También he visto fotografías de amigos que se han sentado al lado de una escultura en bronce de Fernando Pessoa, maravilloso poeta portugués. El poeta está sentado al lado de una mesa y en el otro extremo hay una silla para que el fan se siente y se tome la foto del recuerdo. El escenario es magnífico, porque permite que el lector juegue a que está sentado al lado del poeta y platica con él, a la hora que el poeta tomaba un café. En el caso de Mafalda y Sabines, ellos están sentados en una banca, como si estuvieran en un parque, viendo el atardecer, las palomas, los niños con un globo o comiendo un helado. La petición del maestro Álex Domínguez debe ser suscrita por todos los intelectuales y poetas de Tuxtla, de Chiapas. Así como está la estatua es una ofensa a la memoria. No hacer algo al respecto es permitir que los sabelotodo, los todólogos, sigan haciendo de las suyas, desde los espacios de poder. Ahora sí que como dijera tía Chusy: no abonan ni riegan la planta y ahora quieren quitarla. Posdata: el 25 de marzo de 2023 debemos celebrar con dignidad y alegría el cumpleaños 97 de Jaime Sabines, el gran poeta que regaló un excelso poema a Comitán: “¿Cómo puede decirse un amanecer en Comitán? ¿En mayo, en la quietud, en la frescura, en el aire? ¿Cómo amanecer en el aire? …” ¡Tzatz Comitán!