jueves, 10 de abril de 2025
CARTA A MARIANA, CON LA PRESENCIA DE HERNÁN LEÓN VELASCO
Querida Mariana: seguimos con los actos de reconocimiento a Rosario Castellanos, en el Centenario de su nacimiento. 1925 fue el año donde apareció la pichita consentida de Comitán (apareció en la Ciudad de México); ahora, en el 2025 todo mundo la celebra, la lee, la relee, la piensa, le avienta palabras como papalotes, para que su esencia esté presente en todos los cielos.
El doctor Hernán León Velasco, connotado intelectual chiapaneco, agrega su nombre al de amigos y amigas que han compartido con nosotros su homenaje a la gran Chayito (como cariñosamente le decían su palomilla en Comitán). El nombre de Hernán León Velasco, presidente de la Asociación de Escritores y Poetas de Chiapas, se une a los nombres del licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, presidente del Congreso del estado de Chiapas; del profe Denis Solís, presidente municipal de La Trinitaria; de la promotora cultural María Elena Jiménez Guillén; del escritor Jorge Mandujano; del escultor Luis Aguilar; de la escritora y poeta Marvey Altuzar Figueroa; del comitequísimo Raúl Macal Cancino, gran viajero; y de Iván Ibáñez, maestro de la comunicación.
Personas ilustres de Comitán y de la región han escrito papelitos para dejar en el nicho de Rosario Castellanos, la gran escritora. Son papelitos de china, de todos los colores; papelitos que hacen un sonido como de galleta, como de palma de nido de pájaro.
Te comparto el texto que escribió Hernán León Velasco. Va:
A nuestra entrañable Rosario Castellanos
Aquí estoy, desde este siglo XXI, escribiéndote como quien le escribe a una hermana mayor que nunca conoció, pero que ha estado siempre en la memoria. Porque en Chiapas, Rosario, tú no eres solo un nombre en los libros: eres la voz que nos habla al oído cada vez que miramos nuestra tierra y sus silencios.
Te llevamos en la piel, en el corazón, en cada palabra que intentamos decir con dignidad. Nos enseñaste que la literatura no es un adorno, sino un acto de conciencia. Que el oficio de escribir es el oficio de dolerse y de amar al mismo tiempo.
Por eso, hoy que celebramos tu centenario, no te recordamos como quien evoca el pasado, sino como quien reconoce a quien nunca se ha ido. Estás aquí, Rosario, en el aire que cruza Comitán, en la dignidad que defendiste, en la justicia que todavía nos falta.
Tu palabra sigue naciendo entre nosotros. Gracias por quedarte.
Posdata: Hernán dice que Rosario nos enseñó que la literatura es un acto de conciencia; por esto, en estas fechas de celebración, todo mundo reflexiona acerca de lo que ella escribió, de lo que ella nos legó. Por esto, desde acá, desde “el aire que cruza Comitán”, agradecemos a todos quienes han dedicado minutos de su valioso tiempo para bordar esta flor que, en nombre del mundo, le entregamos a la gran escritora.
¡Tzatz Comitán!