viernes, 15 de noviembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON ANTORCHAS
Querida Mariana: ¿conocés al licenciado Pepe Morales Domínguez? Tuve el gusto de conocerlo cuando laboró en la secretaría del Ayuntamiento Comiteco, hace años. Desde entonces cuento con el privilegio de su amistad. Él ya participó en un Platicatorio, tiene muchas vivencias. Es coleccionista de figuritas con personajes de películas, además es un gran conocedor de cine y un experto DJ.
Siempre que comparte algún video en redes sociales saluda diciendo: “buen día ¡antorchero!, ¡antorchera!” ¡No! Este saludo no está relacionado con las antorchas que año con año se realizan en nuestro país, o tal vez sí, en parte.
Él saluda así porque, ya me explicó, un antorchero o una antorchera es una persona que va delante de él, iluminando su camino, rasgando la oscuridad para que él camine en forma más segura.
No sé qué pensés vos, pero a mí me encanta su saludo, porque lleva implícito un reconocimiento a quienes, a través de su vida, en el camino han pepenado la sabiduría y la transmiten.
No todo antorchero o antorchera es una persona iluminadora, hay gente que usa la antorcha para provocar incendios.
El licenciado Pepe saluda a los espíritus nobles, a quienes poseen la sabiduría, a quienes son maestros o maestras.
Te invito a que cerrés tantito los ojos y pensés en esos espíritus antorcheros que han iluminado tu camino. ¿Cómo vos llegaste a ser lo que sos? Vos, lo digo yo, pero mucha gente lo reconoce, sos una chica que le hace bien al mundo. Estás dedicada a iluminar tu alma y con tu pasión cinematográfica querés un día iluminar el corazón de los espectadores, así como lo han hecho los grandes de la cinematografía mundial: Kurozawa, Fellini, la Copolla y demás iluminadores, antorcheros y antorcheras geniales.
Pepe es un melómano, esa es su chamba, su pasión, la mezcla de antorcheros y antorcheras melódicas. Siempre he dicho que Los Beatles han sido inspiradores. El otro día escuché una declaración de Sir Paul McCartney: ¡no estudió música! Pues no, la genialidad armoniosa se trae, hay, digo yo, antorcheros mayores que determinan destinos, tal vez mucho antes de nacer, porque ellos mandan su luz a través de los genes, genes que vienen del Principio de todo. Pepe reconoce que en su vida han existido ancestros que han contribuido para que ahora él sea lo que es.
A mí me encanta su saludo: buen día, ¡antorcheros!, ¡antorcheras!; es decir, ¡buen día, seres que inspiran!
El mundo, querida mía, necesita más antorcheros y antorcheras y más gente que reconozca tales influencias luminosas, porque hay muchos seres que pasan de noche, que no reconocen la sabiduría de los otros.
Por eso, cuando escucho el saludo de gente positiva, como Pepe, es cuando insisto en que Comitán no debe regatear el reconocimiento para la gente que, como él dice, ilumina los caminos. Los antorcheros y antorcheras no quitan piedras en el camino, pero sí dan luz para que los caminantes vean por dónde está el sendero certero.
Pepe, como experto oyente de música, recordó a grandes compositores en lengua española, me habló de Cabral, de Cortés y de Serrat; mencionó una partecita de una canción de Joan Manuel, que no es más que un verso del gran poeta español Antonio Machado, un antorchero maravilloso: “se hace camino al andar”.
Posdata: Pepe no lo sabe bien a bien, pero él ya es un antorchero, porque su saludo ilumina las mañanas de sus contlapaches (uso este término náhuatl, no en el sentido de encubridor, sino en el sentido afectuoso de compa, de acompañante de camino; la uso porque es una palabra linda, que viene de siglos, de gente antorchera de esta patria que hoy habitamos).
¡Tzatz Comitán!