viernes, 22 de noviembre de 2024
CARTA A MARIANA, CON COME GENTE
Querida Mariana: sé que pensaste que me equivoqué, que quise escribir “comején”. ¡No! Quise escribir lo que escribí “come gente”. ¿Conocés algún bicho de estos?
El otro día, en las redes sociales, mi amigo Carlos Gordillo escribió: “somos lo que comemos”. Coincido con lo que dijo. Pensé entonces, sólo de broma y de veras, que hay personas que la sociedad denomina así: “come gente”, porque son chismosas, es gente que le encanta joder la honra del prójimo. En este caso también se aplica lo que Carlos dijo: “son lo que comen”, son personas malvadas, se delatan solas. Que las compre quien no las conozca.
Tal vez debo hacer la aclaración que no me refiero a que en nuestro país haya gente que se dedica al canibalismo, alguien podría pensarlo porque pues, antes de La Conquista, los pobladores de esta región del mundo comían gente, en sentido literal. Me cuentan que los chicos y chicas de estos tiempos tienen el referente de los zombis, que le entran a los humanos. No sé.
Ahora bien, el tema da para más. El otro día (ay, chismoso) escuché la plática de dos chicas en el parque, yo estaba sentado en una banca contigua, una de ellas, con una blusa de tirantes y un tatuaje en el hombro, le dijo a la otra que se andaba comiendo a tal chico. Ya soy viejo, pero no soy tonto, de inmediato supe a qué se refería. Los chicos se comen a las chicas y las chicas se comen a los chicos y, también, hay muchos chicos a quienes les encanta comer a chicos y muchas chicas que se comen a las chicas. Cada quien sus gustos. Acá el término comer no es literal, es un término juguetón. Cuando pasa un chico con una chica de muy buen ver, no falta el comentario machista de alguien: “mirá, qué buena chuleta se está comiendo el bato”.
Por supuesto que Carlos no se refería a esto, él, hombre digno, hablaba del concepto de salud. “Somos lo que comemos”, si comemos comida chatarra somos personas chatarra; si comemos comida sana somos personas sanas. Él siempre sugiere que todos debemos comer una manzana en el desayuno. Ya te conté que el abuelo de mi querido amigo Jorge (ambos descansan en paz) siempre decía la siguiente frase: “manzana y miel de abeja ¡la muerte aleja!”
Pregunté: ¿conocés algún come gente? Estoy seguro que sí. El admirado maestro Alfredo Palacios, destacado intelectual chiapaneco, dijo que Comitán es la Capital Chiapaneca del Apodo. Gracias, maestro Palacios, honor bien merecido, nuestro ingenio nos ha costado, todos los pueblos del mundo son pone apodos, pero el gran poeta Enoch Cancino Casahonda, dijo que el apodo comiteco es de los más ingeniosos del estado de Chiapas. ¿Mirás? No es gratuita la fama, dos talentosos chiapanecos valoraron lo que todo mundo reconoce, los cositías somos abusados para esto de aplicar el ingenio en los sobrenombres. Ahora falta que alguna personalidad diga que Comitán es la Capital Americana de Los Come Gente, porque, no nos hagamos, en el pueblo hay muchas personas que les encanta joder honras ajenas, tijeretear. Está en nuestra sangre. Es tarea de historiadores, sociólogos, antropólogos, cronistas y demás vainas culturales hurgar entre el pasado para identificar la raíz de nuestra forma de ser, única, exclusiva, bendita. Somos un lugar privilegiado, somos un pueblo de valientes, porque, la mera verdad, quiere ganas para sobrevivir en un pueblo que es jodoncito. Ante tanto embate, los comitecos y las comitecas hemos desarrollado un gran caparazón, que ni las golfinas lo poseen, así es que ahí vamos, sonriendo, botándonos de la risa, disfrutando cada instante, sin tomar nada personal, nada a pecho (salvo que la chica que pase frente a nosotros tenga un respetabilísimo par de encantos).
Posdata: somos lo que comemos, dijo Carlos. Tiene razón. El mundo de los sabios recomienda que la comida debe ser nutritiva. No se necesita ser sabio para reconocer que quien come verdura está jodiendo menos a su cuerpo que quien le está metiendo cuchito. Los come gente comen carne y eso les provoca agruras, les llena de grasa su espíritu. Que los compre el que no los conozca.
¡Tzatz Comitán!