lunes, 31 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, DESDE COMITÁN DE LAS FLORES

Querida Mariana: ya era justo presentarte una imagen así. ¿Ya viste qué belleza? Ángel Vidal subió esta fotografía en redes sociales. Imagino que la fotografía es reciente y, ¡qué prodigio!, es de Comitán, de tu Comitán ¡de las flores! Las rejas, tan frías, tan de penal, tomaron vida para dar vida a la vida. ¡Ah, qué belleza! Desde casa siento la mano de la naturaleza, siento cómo cada flor se embarra en mi espíritu y lo llena de aromas y colores. Comitán no registra el nombre oficial de Comitán de Las Flores, pero muchas personas así lo conocieron y así lo siguen llamando. Lejos de la oficialidad, el nombre invoca una imagen muy cercana. ¿Por qué se llama así el pueblo? Le preguntaron a una persona y ésta dijo: por la belleza de sus jardines y por la belleza de sus mujeres. ¡Ah, qué bello, qué certero! Porque, en efecto, Comitán se distinguió por la belleza de sus jardines y de sus mujeres. La canción que es como un himno para los comitecos: Comitán, del tapachulteco Roberto Cordero Citalán, comienza así: “Comitán, Comitán de Las Flores, donde están mis amores, donde quieren de verdad…” Y esta letra la canta medio mundo. Viene la Orquesta Sinfónica de Chiapas y, al término del concierto, el director tiene la galantería de ofrecer la canción Comitán y la audiencia aplaude, se emociona, y canta “Comitán, Comitán de Las Flores…”; y la canción la canta la gran Eugenia León y todo el occipucio del escucha se deshace en tiras; y los comitecos que radican fuera de nuestra ciudad, los fines de semana, cuando toman su traguito, escuchan la canción y la cantan y gritan ¡cotz!, y lloran y la nostalgia los envuelve en su sábana amorosa. Comitán, Comitán de Las Flores, así cantamos al pueblo, así nos lo enseñó el maestro Cordero Citalán y nosotros, ovejas fieles, seguimos esa trilla luminosa. Y ahora, Ángel (qué nombre tan acorde a su espíritu) ha sembrado luz en estos tiempos de pandemia y, en un cachito mínimo, ha recuperado la bendición de este pueblo. Varias personas del pueblo han insistido en hacerlo. Pero ahora que vi la imagen pensé que esto debe ser una campaña de todo el pueblo, una siembra permanente, para recuperar el prestigio de nuestra ciudad. Tengo hermosas vecinas en el barrio que han sembrado flores frente a su casa, que le han dado el toque humano a nuestra ciudad. Y no sólo han colocado macetas en las banquetas, también han pintado versos y frases en las fachadas y la palabra también ha sido como una flor del jardín mayor. En la calle donde está el restaurante Camino Secreto también hay fachadas con frases. Sí, no es cosa de los gobernantes. ¡No! Recuperar la dignidad de nuestro pueblo es tarea de todos los comitecos, del pueblo de a pie. Acá está la muestra. Imaginá, sólo imaginá, que todas las casas del pueblo tuvieran esta imagen, que las ventanas y balcones estuvieran llenos de macetas con flores de la región y que las fachadas tuvieran versos y frases con palabras de este pueblo maravilloso. Imaginá que las calles tuvieran nombres de flores. Es muy difícil conseguir la nomenclatura que tuvo Comitán en el siglo XIX, cuando, de esto sí hay registro, las calles de Comitán tenían nombres de flores, pero sí es posible que, en un ejercicio democrático, volvamos a bautizar las calles con nombres de flores, sin interrumpir la nomenclatura actual; es decir, que la calle central siga teniendo ese nombre, pero que en cada esquina se escriba calle del tenocté. Ah, sonaría hermoso. Imaginá un Comitán que recupere poco a poco su identidad cultural y que comience con lo que ahora ha hecho este negocio en la avenida central, antes de llegar a Correos de México. Claro, cuando digo que recuperemos los jardines comitecos no hablo del exceso, porque, precisamente en el techo de la casa donde está Correos de México siempre hay un gran jardín: ramas que han crecido en el techo, que provocan humedad y ponen en riesgo la estructura y con ello ponen en peligro a los peatones. ¡No! El rescate de la dignidad tiene que darse en la forma que acá se ve. Posdata: Al subir la fotografía, Ángel escribió: ¿Y si vandalizamos con flores a nuestro pueblito?” ¡Genial! Sí, vandalizar es cometer acciones destructivas contra un bien público. Acá, el pueblo vandaliza las fachadas con mensajes positivos. ¿Se vale decir: sembremos flores en el cemento y en el hierro? ¡Se vale! Acá está la muestra. Me fascinó, además, el trato que Ángel le dio a Comitán, a Comitán de Las Flores: pueblito. Sí, en la medida que olvidemos los sueños ilusos de ser una gran ciudad y recuperemos el orgullo de pueblo, nuestra ciudad será grande, ¡enorme!, como enorme es su gente, su historia y su tradición cultural. Me encantó la propuesta. Sí, que todos los jóvenes y adultos y niños vandalicen el pueblito con flores. ¡Que viva Comitán! ¡Comitán de Las Flores!

sábado, 29 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON TARJETAS CULTURALES

Querida Mariana: en nuestro país es tradicional el juego de la Lotería Mexicana, es un juego sencillo que requiere sencillas tarjetas y granos de maíz o de frijol. En cada una de las imágenes del juego hay rasgos importantes de la cultura mexicana. Cuando era niño jugaba lotería en casa y, cuando se celebraba la feria de agosto, iba al parque central y jugaba en el local de don Enrique Constantino. Nunca gané un premio, pero siempre me divertí muchísimo. Don Enrique colocaba larguísimas mesas y bancas de madera, donde nos sentábamos los jugadores. Pagabas la entrada y te daban una tarjeta con dieciséis figuras y un montoncito de maíz; don Enrique iba “cantando” cada figura que sacaba de un mazo y los jugadores buscábamos la figura en nuestro tarjetón y si ahí estaba la figura colocabas un granito. Ganaba, por supuesto, quien llenaba todos los cuadritos, en ese momento el feliz ganador gritaba ¡lotería, lotería! El azar y la buena suerte son elementos presentes en el juego, lo mismo que la mala suerte y el pesar en los demás jugadores. Yo siempre jugué para divertirme, tal vez por eso siempre lo disfruté. Vi a varias personas que lamentaban no ganar, sufrían el juego. Bien lo dice el dicho: quien juega por necesidad, pierde por obligación. ¿Vos has jugado el juego de la lotería? ¿Jugarán algo similar en Japón? No lo sé. En muchos países hay un juego que se llama Lotto y que es una lotería, semejante a la lotería nacional que tenemos acá y que sortea millones de pesos a través de lo que le llamamos cachitos. Este tipo de juegos entrega dinero a los ganadores. La lotería que jugábamos en el local de don Enrique entregaba trastos. Juan Carlos Gómez Aranda recuerda que don Enrique anunciaba con mucho orgullo que los jarrones eran de cristal de Murano. ¿Murano? Sí, una isla italiana, famosa por los cristales que fabrica. Por ahí, en alguna casa comiteca debe haber algún jarrón de esos. Esa lotería de pueblo permitía un gozo moderado. Quien obtenía un premio llegaba a su casa y compartía con su familia su alegría. Cuando el premio era una olla se recibía con más emoción, porque era un objeto utilitario que serviría para el uso diario. ¿Un jarrón? El jarrón siempre ha sido un objeto un tanto ingrato, porque al ser de cristal es un objeto quebradizo. Algunos de los niños de aquel tiempo debieron recibir una buena tunda de cintarazos al quebrar con el balón de fútbol el famoso jarrón de cristal de Murano, ganado en la modesta lotería de don Enrique. ¿Qué sucede con la Lotto de todo el mundo? ¿Qué pasa con la persona que compró una sábana completa de la lotería (veinte cachitos) y, al revisar la lista al día siguiente del sorteo, se entera que obtuvo el ¡premio mayor, premio mayor, premio mayor! Cuatro, ocho, seis, dos, uno. Cuatro, ocho, seis, dos, uno: ¡cien millones de pesos, cien millones de pesos! Cuatro, ocho, seis, dos, uno: ¡cien millones de pesos, cien millones de pesos! Uf. Casi casi como ganarse la rifa del avión presidencial. ¡La vida se modifica! Ese dinero, siempre soñado, pero jamás imaginado modifica la vida del ganador, porque junto a la alegría por ser millonario aparece la nube de la incertidumbre. Juan equis pasa a tener un apellido con signo de pesos, ya es millonario y el dinero, vos lo sabés, arrastra envidias. Digo que el azar siempre está presente. En el juego de la lotería mexicana, cuando se juega en forma familiar, no existe la posibilidad estadística de que existan dos o más ganadores. ¡No! Sólo un jugador es quien grita ¡lotería! y gana el juego y se lleva el premio. Lo mismo sucede con el Lotto del mundo. Sólo un número es el que obtiene el premio mayor. Claro, en la lotería nacional, por ejemplo, cada número se fracciona en veinte cachitos. Por eso, el premio puede caer sólo en una persona, compradora de la serie completa o repartirse en los que compraron fracciones. De igual manera, hay sorteos donde se imprimen dos o tres series; es decir, las cantidades a repartir se duplican o triplican. En nuestro país, la lotería nacional reconoce el talento de personajes o la belleza de sus paisajes y de su arquitectura o la riqueza de su gastronomía o de sus tradiciones o artesanías; es decir, los cachitos le permiten a ese instituto honrar la cultura mexicana. El pasado 25 de mayo, el país celebró el cumpleaños 96 de Rosario Castellanos y el ya nombrado Juan Carlos Gómez Aranda compartió en redes sociales la fotografía del día que, siendo secretario general del gobierno de Chiapas acudió al edificio de la Lotería Nacional para ser testigo de honor de la emisión del cachito de lotería donde se honró a Rosario Castellanos en su cumpleaños número 90. Por ahí estuvieron Zoé Robledo (senador en ese momento), Rutilio Escandón (presidente del poder Judicial de Chiapas), Gabriel Guerra Castellanos (hijo de la escritora), Martín Guerra Villaseñor (nieto de Rosario Castellanos), Jorge Luis Aguilar Gómez (presidente interino de Comitán de Domínguez) y Violeta Pinto Burguete (quien tuvo mucho que ver con el reconocimiento que la Lotería Nacional le dedicó a Rosario). Como sabés, ARENILLA-Revista hizo un ejercicio cultural democrático. Invitamos a los once candidatos a la presidencia municipal de Comitán de Domínguez a reflexionar acerca del concepto cultura. Ocho candidatos aceptaron nuestra invitación y contestaron con agrado las preguntas. La quinta y última pregunta fue: Escoja una figura de la Lotería Mexicana y diga por qué la eligió. De la amplia variedad de imágenes de la Lotería Mexicana, los candidatos eligieron una. En esta elección presentan rasgos de su carácter. Gracias por jugar, por ser parte del pueblo al que desean gobernar. Acá están las respuestas: • Omar Alejandro Anzueto, candidato del Partido Fuerza por México: “Escojo dos: el árbol, porque nos da vida, sin árboles la especie se va a extinguir; y el sol, porque cada día nos enseña que hay una nueva oportunidad para salir a brillar”. • Luis Campos, candidato del Partido Encuentro Solidario: “¡El valiente! Me considero una persona valiente y, también, así somos los comitecos; las mujeres y hombres somos valientes, defendemos a nuestra familia, defendemos a nuestro Comitán”. • Jesús Guillén, candidato del Partido Redes Sociales Progresistas: “Yo escogería el mundo, es la casa donde vivimos, es la casa de todos, que tenemos prestada para las siguientes generaciones y que tenemos que cuidar. Debemos ser responsables con el Medio Ambiente; y con toda nuestra infancia, dándoles una educación de calidad y calidez. Por eso me identifico con el mundo. El mundo es la casa donde vivimos y al cual debemos proteger”. • Mario Francisco Guillén, candidato del Partido del Trabajo: “Yo escojo al valiente, porque creo que hay que ser valiente para enfrentar los múltiples retos que tiene Comitán, pero ¡lo vamos a hacer!” • Víctor Hugo Guillén Meza, candidato del Partido Movimiento Ciudadano: “Sin lugar a dudas: el valiente, porque me considero un hombre de retos y que he sabido salir adelante a todas las adversidades; y ese es el pueblo de Comitán, que se distingue por la valentía y que es un pueblo que ha tenido muchos problemas, pero que ha salido adelante”. • Estrella Yamileth Molina, candidata del Partido Verde Ecologista: “La estrella, porque me viene a la mente la mujer maravilla, alguien que cuida, protege a su gente, da resultados y siempre está al pendiente de todo.” • María Candelaria Rodríguez, candidata del Partido Chiapas Unido: “La bandera, porque representa nuestra identidad, tanto como comitecos y mexicanos. Es parte de una educación y también es la lealtad que tenemos para nuestro pueblo”. • Osvaldo Sandoval, candidato del Partido Nueva Alianza: “Una figura muy representativa de la lotería que nos identificaría como comitecos es el cantarito, es una tierra de alfareros. El cantarito está hecho por manos de alfareros, y en Comitán, la alfarería es algo que nos representa”. Posdata: El desarrollo armónico de un pueblo está sustentado en sus raíces culturales, que son la savia que da identidad al árbol de los deseos y de los logros. Cuando se olvidan las tradiciones se entierra el rostro auténtico. Ahora ya no se juega la lotería mexicana como antes, juego que permitía la convivencia amistosa y la integración familiar. Nosotros rescatamos el juego y lo jugamos un instante. La palabra extendió sus luminosas alas y voló por el cielo comiteco. ¡Que viva Comitán, pueblo de inmensa cultura!

viernes, 28 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN PUEBLO MÁGICO

Querida Mariana: la Secretaría de Turismo ponderó las virtudes de nuestro pueblo y lo nombró como Pueblo Mágico. Comitán, Chiapa de Corzo, Palenque y San Cristóbal de Las Casas son los cuatro Pueblos Mágicos de Chiapas. Cada uno de estos pueblos ha sido reconocido por la salvaguarda de sus características culturales únicas. ¿Quiénes hacen a los pueblos? ¡Sus habitantes! Cuando Comitán recibió el nombramiento, las autoridades federales reconocieron que la magia la aportan las personas que habitan este pueblo glorioso. Los mayores legaron un tesoro cultural de gran valía, tesoro que han sabido conservar los herederos, quienes, en el presente, tienen la encomienda de preservarlo, fomentarlo y enriquecerlo. ARENILLA-Revista preguntó a los once candidatos a la presidencia municipal de Comitán de Domínguez lo siguiente: En 2012, Comitán recibió el nombramiento de Pueblo Mágico, y se hizo énfasis en la importancia de su gente, ¿cómo participan los comitecos en el desarrollo de este pueblo? Acá están las respuestas de quienes, amablemente, aceptaron nuestra invitación: • Omar Alejandro Anzueto, candidato del Partido Fuerza por México: “Sin duda alguna ¡con valores! Hoy en día se han ido perdiendo un poquito los valores, pero si nosotros comenzamos a fomentar eso, Comitán empezará a cambiar. Si nos proponemos como meta vivir plenamente los valores: honestidad, ética, confianza, tolerancia, lealtad, respeto, humildad, generosidad, equidad, libertad, gratitud, armonía, comprensión e idealismo, entre otros muchos más, tendremos la certeza de que toda la humanidad encontrará la solución de fondo a todos sus dolores, males y problemas y el mundo se convertirá en un mejor lugar para vivir; aunque, no olvidemos que los antivalores también tienen su propia oferta. Con valores ¡se identifican los comitecos!” • Luis Campos, candidato del Partido Encuentro Solidario: “En las tradiciones, en la gran riqueza cultural que acá tenemos, en nuestra gastronomía, en nuestra gente y, sobre todo, en nuestra arquitectura colonial, que es representativa”. • Jesús Guillén, candidato del Partido Redes Sociales Progresistas: “Desde nuestra identidad. Como pueblo mágico y de ahí partir por todos los grandes artistas que ha dado este Comitán; la cultura gastronómica y los artesanos. Todos participamos y debemos seguir teniendo esa calidad y calidez humana que siempre nos ha caracterizado; debemos de juntarnos y de sumarnos todos para sacar a Comitán de este bache en que está metido y recuperar esa gran magia que Comitán siempre ha tenido”. • Mario Francisco Guillén, candidato del Partido del Trabajo: “Yo creo que siendo mejores ciudadanos, limpiando las calles, no tirando basura, respetando a nuestros vecinos, no teniendo puestos ambulantes, prestando mejores servicios, ¡hablando bien de Comitán en general!” • Víctor Hugo Guillén Meza, candidato del Partido Movimiento Ciudadano: “Definitivamente, el factor ciudadano es el ingrediente principal para poder ser Pueblo Mágico. Comitán es un pueblo hospitalario, es un pueblo honesto, es un pueblo trabajador; sin embargo, tenemos muchas cosas por hacer. Para poder ser Pueblo Mágico tenemos que resolver primero los problemas que nos aquejan durante años, problemas de infraestructura carretera, problemas de inseguridad, problemas de agua potable y problemas de imagen urbana. Después de ello podemos mostrarnos al mundo como un verdadero Pueblo Mágico; y nuestra gente es el factor primordial para que así sea”. • Estrella Yamileth Molina, candidata del Partido Verde Ecologista: “Recibiendo siempre al turismo con calidez humana, mostrando calles limpias; mostrando que realmente tenemos cultura y ofertando lo que es ¡Comitán! Comitán es historia, gastronomía, hotelería, alfarería y artesanía”. • María Candelaria Rodríguez, candidata del Partido Chiapas Unido: “Participamos en la difusión de los espacios sociales y culturales, transmitiendo nuestros valores, nuestras tradiciones y costumbres, que son parte muy importante de nuestro pueblo y de nuestras familias”. • Osvaldo Sandoval, candidato del Partido Nueva Alianza: “Hay que seguir construyendo y manteniendo el título de Pueblo Mágico a través de la romería, de sus tradiciones que los comitecos debemos transmitir de generación en generación para no perder lo que nos identifica precisamente y nos da identidad como Pueblo Mágico”. Posdata: Comitán es para siempre, querida niña. Muchas generaciones han pasado, muchas seguirán pasando y Comitán, pueblo, seguirá luminoso por los siglos de los siglos.

jueves, 27 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON SEÑALES DE IDENTIDAD

Querida Mariana: todos coincidimos en lo siguiente: lo valioso del mundo es la diferencia. ¡Ah, qué mundo tan aburrido y absurdo sería un mundo parejo, uniforme! La riqueza de los pueblos radica en sus rasgos culturales. Cuando viajamos nos llenamos de otras formas de ser. Acá, a la vuelta de la esquina, hallamos esencias y sustancias diferentes en los otros pueblos. Comitán, lo sabe todo mundo, es un pueblo rico en sus rasgos culturales. Nuestro modo de ser se distingue entre todos los demás pueblos del mundo, eso nos otorga identidad. En el juego democrático que propusimos a los once candidatos a la presidencia municipal de Comitán, ocho de ellos respondieron, con agrado, con solidaridad, con interés, a la pregunta número tres: ¿Cuál es el principal rasgo de identidad del pueblo comiteco? Acá están sus respuestas: • Omar Alejandro Anzueto, candidato del Partido Fuerza por México: “Hablar de vos, sin duda alguna. En los diferentes municipios del estado de Chiapas, incluso, en el país vecino, les causa gracia el hablar cantadito y siempre nos dicen ¿qué pensás que estoy pensando? Sin duda, ese es el rasgo fundamental de los comitecos: hablar de vos, y cantadito”. • Luis Campos, candidato del Partido Encuentro Solidario: “Que somos de gran corazón, que somos solidarios. Los comitecos somos buenos”. • Jesús Guillén, candidato del Partido Redes Sociales Progresistas: “El rasgo principal que nos distingue a los comitecos es la calidad y la calidez que tenemos como seres humanos, eso es lo que nos hace grandes, eso es lo que le da la magia y la grandeza a nuestro querido Comitán”. • Mario Francisco Guillén, candidato del Partido del Trabajo: “Uno es nuestra gastronomía, desde el pan compuesto, las butifarras; otro es el traguito: el comiteco; y hablando de comiteco ¡nuestro acento! ¿Cómo estás, pue’, vos? ¡Qué tal eso! ¡Ya ‘ta mucho ya!” • Víctor Hugo Guillén Meza, candidato del Partido Movimiento Ciudadano: “Definitivamente ¡nuestra expresión! La forma muy peculiar que tenemos al hablar, el cantadito o cariñoso, como: oí, vos; vení, vos; además de muchas cosas que nos identifican, como nuestra gastronomía, o la diversidad étnica cultural que tenemos, por eso digo: ¡soy orgullosamente cositía!”. • Estrella Yamileth Molina, candidata del Partido Verde Ecologista: “Nuestra calidez humana, nuestra sencillez, que somos gente de respeto y, sobre todo, gente de tradición”. • María Candelaria Rodríguez, candidata del Partido Chiapas Unido: “Solidarios. Somos un pueblo unido para buscar alternativas, para todo aquel que está en desgracia y poder ayudarlo; trabajador, donde sumamos conocimientos, valores, tradiciones y costumbres, para beneficio de nuestras familias y de nuestro pueblo”. • Osvaldo Sandoval, candidato del Partido Nueva Alianza: “Yo creo que el principal rasgo que nos caracteriza como comitecos es la manera de hablar, el cantadito, y siempre expresándonos de manera diminutiva, como cositía”. Posdata: el interés fundamental es el desarrollo pleno del pueblo. Todos los ciudadanos debemos impulsar iniciativas que consoliden el avance armónico del pueblo. La agenda de gobierno debe sustentarse en la gran agenda ciudadana. La identidad de Comitán debe fortalecerse, para que nuestro pueblo mágico siga siendo el hogar plácido para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

miércoles, 26 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, DONDE LA CULTURA SE ASOMA

Querida Mariana: ¿con qué se come la cultura? ¿Por qué su sabor es tan exquisito y su esencia tan nutritiva para el espíritu? Del tema de cultura podemos hablar largo y tendido, porque tiene mil caminos y, diría el poeta, al caminar, el ser humano hace cultura. Los comitecos nos enorgullecemos de la cultura de nuestro pueblo y reconocemos y respetamos las demás manifestaciones culturales del mundo, porque el espíritu se enriquece con frutos de los árboles que crecen en otros sitios. Vos, ¿qué pensás cuando escuchás la palabra cultura? En el ejercicio democrático e intelectual al que invitamos a los once candidatos a la presidencia municipal, les preguntamos: ¿qué piensan cuando escuchan la palabra cultura? Acá te presento las respuestas de los ocho candidatos que aceptaron nuestra invitación; a esos ocho candidatos comitecos agradecemos su buena disposición para compartir sus pensamientos e ideologías con el pueblo que desean gobernar. Las respuestas las presentamos en estricto orden alfabético. • Alejandro Anzueto, candidato del partido Fuerza por México: “Lo primero que pensaría es en el doctor Belisario Domínguez Palencia, Libre por la Palabra Libre; y también pensaría en una gran figura: don Eleuterio Aguilar, que fue gobierno en 1904 e hizo muchas obras de relevancia para Comitán, pero aterrizaría hoy en día con el maestro Amín Guillén Flores, una excelente persona, un gran ser humano, y que escribió un libro llamado “Cántaro y yagual”, único en Comitán”. • Luis Campos, candidato del Partido Encuentro Solidario: “Pienso en las tradiciones, en las costumbres, que nos dan una verdadera identidad como pueblo”. • Jesús Guillén, candidato del Partido Redes Sociales Progresistas: “Cultura: un nombramiento que tuvimos en algún momento y que se olvidó en este pueblo. Hay que recuperar nuestra cultura, hay que darle oportunidad a nuestros artistas, a nuestros artesanos, hay que reconocer a nuestros pueblos originarios para devolver toda esa grandeza que Comitán siempre ha tenido. La cultura es la base de una sociedad que quiere salir adelante”. • Mario Francisco Guillén, candidato del Partido del Trabajo: “Cultura es todo lo que hacemos como seres humanos, desde la forma en que comemos, la forma en que vestimos, eso es cultura. Cantar es cultura, cultura son las artes. Todo lo que hacemos forma parte de la identidad cultural. En Comitán nos identificamos, porque es un pueblo que se prepara, es un pueblo culto, un pueblo que estudia, es el Atenas de Chiapas, para mí. Cuando escucho la palabra cultura creo que es la esencia que todos deberíamos buscar. Si somos un pueblo culto, seguramente avanzaríamos más en los múltiples retos que tiene Comitán”. • Víctor Hugo Guillén Meza, candidato del Partido Movimiento Ciudadano: “Pienso en el fervor de la romería de San Caralampio, la gastronomía inmensa que tenemos, y que somos un pueblo mágico, ¡único! Nuestro pan compuesto, nuestras butifarras, el picle, el pan con temperante, una infinidad de cosas. Veo los artistas maravillosos que tenemos en Comitán, nuestros escritores, siempre hemos tenido una buena representación, pero también veo que nos hace falta mucho, nos hace falta que los artistas y escritores sean tomados en cuenta, porque no les hacen caso y sobre eso tenemos que trabajar”. • Estrella Yamileth Molina, candidata del Partido Verde Ecologista: “Para mí, cultura es lo que nos representa, es lo que somos, nuestras raíces, los grandes monumentos históricos que tenemos, grandes personajes como Rosario Castellanos, el doctor Belisario Domínguez. Es todo lo que representamos los comitecos”. • María Candelaria Rodríguez, candidata del Partido Chiapas Unido: “Tradiciones, usos y costumbres, bellas artes. Un ejemplo sería la romería de San Caralampio, el Festival Rosario Castellanos, la arquitectura de nuestros templos, uno de ellos, la iglesia de San José”. • Osvaldo Sandoval, candidato del Partido Nueva Alianza: “La cultura comiteca se caracteriza, primeramente, por nuestra gente, gente educada, gente respetuosa y que siempre recibe a la gente que nos visita, con los brazos abiertos. Una educación muy fina de los comitecos”. Posdata: ¡Ah, cuántos caminos! ¿Con qué se come la cultura? Con las manos, con la mirada, con el intelecto, con todos los sentidos y con el espíritu iluminado.

martes, 25 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN AVE QUE SE LLAMA CULTURA

Querida Mariana: los seres humanos son los únicos animales racionales sobre la tierra. Esta capacidad de raciocinio les permite crear cultura. ARENILLA-Revista es una ventana donde vuela esa ave libertaria: la cultura. Comitán es un pueblo riquísimo en rasgos culturales. En la medida que todos los comitecos estén conscientes de ese tesoro, la sociedad podrá crecer en forma sana, armónica, libre. Invitamos a los once candidatos a la presidencia municipal de Comitán de Domínguez a reflexionar tantito en este tema prioritario para el avance de los pueblos. Los invitamos a traducir en palabras su pensamiento, su identidad. De los once invitados, ocho aceptaron nuestra invitación. Cada uno de ellos, en treinta segundos respondió a cinco preguntitas juguetonas, pero aleccionadoras. A cada uno de ellos, expresamos nuestro agradecimiento. Sus respuestas demuestran un acercamiento al pueblo que desean gobernar. La primera pregunta fue: Jaime Sabines, en uno de sus poemas, se preguntó: “¿Cómo puede decirse un amanecer en Comitán?” Los candidatos respondieron a esa pregunta y acá se consignan sus respuestas para la historia del pueblo. Se comparte en riguroso orden alfabético: • Omar Alejandro Anzueto, candidato del Partido Fuerza por México: “Un amanecer en Comitán, para mí es levantarme muy temprano, salir a hacer ejercicio, correr, y una vez terminando de correr, llegar al mercado de San Agustín y tomar un buen jugo de naranja y compartir unas palabras con los buenos amigos”. • Luis Campos, candidato del Partido Encuentro Solidario: “En un amanecer en Comitán hay mucha paz, se respira mucha paz. Tenemos la gran dicha todos los comitecos de escuchar el canto de los pájaros, de disfrutar de un cielo azul y, sobre todo, un frío muy rico, y eso nos permite despertar y tomar un buen café con pan”. • Jesús Guillén, candidato del Partido Redes Sociales Progresistas: “Un amanecer en Comitán no se podría decir de otra manera, más que ver el amanecer con una taza de café, un buen trasto de pan y ver a su gente caminar por las calles de Comitán”. • Mario Francisco Guillén, candidato del Partido del Trabajo: “Un amanecer es una oportunidad que tenemos todos los días de reiniciar, de comenzar de nuevo, de tener una esperanza, de volvernos a reinventar. Cada amanecer, al momento de despertar, nosotros decidimos qué queremos, tenemos dos opciones: pasarla bien o sufrirla. Yo creo que debemos ser felices, entonces, cada amanecer es una oportunidad de ser felices”. • Víctor Hugo Guillén Meza, candidato del Partido Movimiento Ciudadano: “Que es el mejor lugar para despertar, un lugar maravilloso. Un escritor comiteco, como es Óscar Bonifaz. ¿Cómo definiría yo a Comitán? Definitivamente es algo extraordinario, ver a los ciudadanos caminar, ver al campesino prepararse para ir a trabajar su tierra, a los empleados y a los alumnos para iniciar su jornada, a la madre que prepara el desayuno para sus hijos, ver el cielo ¡tan despejado!, y ver lo maravilloso que hemos sido al tener a nuestro Comitán”. • Estrella Yamileth Molina, candidata del Partido Verde Ecologista: “Un amanecer en nuestro Comitán es dándole, principalmente, gracias a Dios por un día más de vida, viendo a mis hijas, atendiendo a mis dos hijas, haciendo las actividades que hace toda mujer, yendo al mercado, haciendo las compras, haciendo las actividades en el hogar y, principalmente, tomando un vasito de atol de granillo, disfrutándolo”. • María Candelaria Rodríguez, candidata del Partido Chiapas Unido: “Enervante aroma del tenocté, gente madrugando y bendiciendo uno un nuevo día, saboreando una deliciosa taza de café con pan y viendo salir el sol, por subidas y bajadas”. • Osvaldo Sandoval, candidato del partido Nueva Alianza: “Un amanecer en Comitán inicia con su magia de todos los días, con su gente cálida, siempre pidiendo su café con pan”. Posdata: querida niña, Comitán es nuestro orgullo, nuestro tema principal, el punto común de unión. Nuestro pueblo es un pueblo con una cultura única en el mundo. Nuestro raciocinio ha permitido formar un árbol enormísimo. Venimos de la tradición, la fomentamos, la preservamos. ¡Viva Comitán!

lunes, 24 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, DONDE SE DEMUESTRA QUE SOMOS PEQUEÑOS, PERO INMENSOS

Querida Mariana: hoy vuelvo a enviarte una fotografía. En los últimos tiempos he enviado fotografías muy terrenales, ahora tocó una del espacio, digamos de acá, a la vuelta de la esquina del universo. Es una fotografía que tomó mi amigo Jorge Arturo Quevedo Isla, quien, hará cosa de tres o cuatro años le dio por cultivar este arte. En ese tiempo ha logrado fotos espléndidas, pero esta fotografía me dejó con los ojos más abiertos, como si fueran claraboyas de un trasatlántico. Jorge Arturo compartió en redes sociales esta imagen que raya en lo genial. Quiero pensar que esta imagen la logró desde nuestro pueblo, Comitán. Y esto es lo que me maravilla. Desde un pequeño punto terrícola, Jorge Arturo logró captar este punto espacial, que, a simple vista, jamás logramos pepenar. Cuando el cielo está clarísimo (en muchas ocasiones, al contrario de lo que sucede en la Ciudad de México, por ejemplo), los comitecos vemos el cielo y logramos ver muchas estrellas y algunos planetas; no falta el aficionado a la astronomía que, con el dedo, señala a Marte o a la Osa Mayor, y nosotros, legos, admiramos lo que se nos presenta como un don de la naturaleza. ¡Miramos el cielo! Jorge comenzó a tomar fotografías del entorno, lo que está frente a la vista, árboles, paisajes, personas, animales; un día su vista se amplió y el horizonte fue la playa, el mar, las gaviotas, el cielo, las nubes, el sol, la luna; pero ahora, entiendo que por vez primera, su ojo ha ido más allá, ha volado a distancias incomprensibles. Estas fotografías las he visto en libros de astronomía o en documentales en la televisión, pero jamás había visto que un fotógrafo comiteco se atreviera a capturar esta grandeza. Los fotógrafos comitecos nos han regalado muchas imágenes de la luna, pero nosotros ya nos hemos vuelto exigentes, antes, los enamorados prometían bajar la luna y las estrellas a sus amadas y éstas quedaban conformes; en estos dorados tiempos queremos más, y Jorge, amante de la fotografía, nos ha complacido, en esta ocasión nos bajó una galaxia, ¡la gran flauta estelar! En la información que dio dijo que es la Galaxia M51, que, así parece, está un poquito más allá de Chacaljocom. Jorge Arturo dice que esta galaxia es conocida como la Galaxia del Remolino, pues sí, es un trompo luminoso con una estela arremolinada. ¡Ah, genial! Marcos Gerardo le preguntó de inmediato a Jorge cómo logró esta imagen, y Jorge, generoso, como siempre ha sido, le explicó cómo la logró. Marcos debió entender la explicación. ¿Yo? No, mi niña, mi cabeza no da, tal vez vos, que también sos gran aficionada a la imagen, porque sos experta en cine, podés entender el proceso para lograr este prodigio. Jorge la logró al captar 30 tomas de 150 segundos cada una, con una cámara réflex Nikon 7500 y un lente de 500 milímetros. Entiendo que esa cámara es un poquito más elaborada que la cámara del celular. Quise entrar al Internet para ver de qué cámara se trata, pero no lo hice, mejor me quedo con lo que mi imaginación me brinda, porque imaginar al fotógrafo con la cámara sobre el tripié no me resulta difícil, lo difícil es la explicación siguiente: para lograr las tomas de 150 segundos, Jorge dice que utiliza un aparato que contrarresta el movimiento de rotación de la tierra. ¿Qué? Al estilo del personaje de Derbez grito: ¡que alguien me explique! No, mejor no, de todos modos no lo entenderé. ¿Imaginás un chunche que contrarresta el movimiento de rotación de la tierra? Es como si nuestro planeta jugara a los encantados y se paralizara por segundos, como si el movimiento universal se detuviera. ¡Pucha! Sí, no, no me lo expliquen, no dará mi cabeza. Sólo los sobrinos de Einstein le pueden pepenar a esta vaina interestelar. Lo que sí no me cuesta trabajo es admirar la fotografía y el talento de Jorge Arturo. Hizo lo que hacemos millones de seres en el mundo, vio hacia arriba y admiró el cielo; pero hizo lo que pocos hacemos o imaginamos hacer: captar la imagen de la Galaxia del Remolino. Los datos astronómicos que Jorge dio me dejaron turulato: la dichosa galaxia está a 31 millones de años luz. ¡Dios de mi vida! Lo dijo como si contara una anécdota comiteca. La chica enamorada puede preguntar a su amado: ¿cuánto me querés? Ahora, el amado ya tiene la respuesta: te quiero de ida y vuelta a la Galaxia del Remolino; es decir, 62 millones de años luz. Después de las 30 tomas de 150 segundos cada una, Jorge le explicó a Marco que junta el montoncito de treinta y procesa las fotos en un programa de astrofotografía. Posdata: admiro mucho el arte de don Enrique Cancino, el fotógrafo que en los años setenta tomaba las fotografías de los estudiantes del Colegio Mariano N. Ruiz, en la casa donde ahora mi ahijado Javier tiene su botanero, la casona donde está sembrado un espléndido árbol de jacaranda; pero, estoy seguro, el gran fotógrafo don Enrique jamás hubiera hecho un trabajo similar al que ahora Jorge Arturo nos regaló. Jorge Arturo nos regaló un cachito de cielo, de una galaxia que está a 31 millones de años luz de Comitán. ¡La gran flauta helicoidal!

sábado, 22 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, DONDE SE HONRA A ROSARIO CASTELLANOS Y AL PUEBLO DONDE CRECIÓ DE PICHITA

Querida Mariana: no podemos ocultarlo, los comitecos nos sentimos orgullosos de nuestro pueblo y de su gente; nos sentimos chentos de la gente más renombrada y del más humilde de sus moradores. Todos, a final de cuentas, tejemos el hermoso chal que nos cobija. Admiramos a la gente trabajadora, a los comitecos que aportan su talento y su dedicación para construir nuestra sociedad, por eso nos caen mal los que no aportan, los que se dedican a joder al prójimo. Dentro de los personajes relevantes honramos la memoria de Rosario Castellanos. No falta el que pregunta: pero, ¿qué hizo la tal Castellanos por Comitán? Este preguntón es el clásico compa que todo lo ve a través de lo material, de lo tangible. Rosario Castellanos, con su genio literario, puso a nuestro Balún Canán en la ventana de todo el mundo. Visitantes de Japón, por ejemplo, han llegado a Comitán porque leyeron (en la traducción japonesa) la novela que escribió nuestra autora. ¿Cómo explicarle a ese compa que Rosario, como si lo conservara en una cajita laqueada, resguardó parte de nuestra identidad, riquísima en modismos y en otros rasgos culturales? Es difícil explicarlo, pero lo que sí puede entender es que esos visitantes japoneses dejan sus yenes en este pueblo y eso hace que la paguita fluya. Ya si esto tampoco lo entiende, nos declaramos incapaces de sacarlo del pozo donde está metido. Los hijos de la sombra no soportan la luz del entendimiento. Pero hoy te cuento sólo del aire limpio que sigue corriendo por este territorio. A pesar del polvo y de los terrones secos, Comitán sigue conservando la luz que la ha hecho famosa en todo el mundo. Hoy te platico que en el número más reciente de la revista ARENILLA honramos a Rosario Castellanos y a Comitán. Sí, el Consejo Editorial de ARENILLA se siente orgulloso de sus raíces y procura, de igual manera, salvaguardar lo mejor de este pueblo mágico. Los valores de nuestra sociedad son auténticos, únicos, ejemplares, prodigiosos. ¡Ah, su gente es, en su mayoría, gente de bien, gente que aporta, con cariño, su talento en favor de lo mejor! Somos cotzeros, sí, a mucha honra; somos argüenderos, sí, con el favor de Dios. Nos sentimos chentos de nuestras tradiciones, de nuestros elementos culturales; honramos la tradición, el legado de nuestros mayores, por eso seguimos amando la marimba, el traguito al lado de los amigos y compas, las butifarras, el kujchil, las chalupas, la plática en la sobremesa, el café con pan, el pan compuesto, la reja de papel de china, los papalotes, el hueso estilo Tío Jul, las orquídeas, el aire, el cielo azul, azulísimo, las paletas de chimbo y mil doscientas treinta y dos sustancias más. Cada una de estas sustancias es una joya de la corona. Ya está en distribución el número más reciente de la revista ARENILLA, que se reparte en forma gratuita, gracias a la generosidad de nuestros patrocinadores, personas comprometidas con el avance cultural de nuestro pueblo. Las instituciones patrocinadoras son empresas que le apuestan a nuestro pueblo, saben que juntos podemos seguir abonando al crecimiento sano de nuestra sociedad. Comitán es nuestro pueblo, el pueblo donde crecen los hijos, los nietos. ¿Qué queremos para ellos? ¡Lo mejor! Debemos seguir abonando este enormísimo árbol que heredamos, herencia privilegiada. El número 23, correspondiente al bimestre mayo-junio de 2021 está de lujo. Perdón por la inmodestia, pero vos sabés que hacemos un producto cultural de excelencia. Todo nuestro trabajo lo hacemos ¡a la comiteca!; es decir, bien hecho, mero lek. La fotografía de portada es de Carlos Gordillo, gran fotógrafo comiteco, y la chica modelo es la bella Mariela Ochoa, ella porta un traje regional y abraza el libro “Balún Canán”, de Rosario Castellanos. El 25 de mayo de 2021 está a la vuelta de la esquina, ese día, el mundo entero celebra el cumpleaños 96 de Rosario Castellanos, nosotros la recordamos, la honramos acá en su pueblo, echamos triques virtuales para festejarla. Por eso, en la carta que te mando, te cuento que Rosario usó una palabra bien comiteca: compatiada. Vos ¿has escuchado esa palabra? Los mayores la usaban, ahora está en desuso. Asimismo, compartimos con nuestros lectores un artículo que se llama el “Ciclo Comitán”, de Rosario Castellanos, donde sugerimos que se nombre así a la obra narrativa que tiene a nuestro pueblo como entorno principal. En este número hablamos de Tzimol, tierra prodigiosa. Tzimol, lo sabés, es uno de los pueblos más bellos de Chiapas, del mundo, acá honramos ese pueblo generoso, con rico aroma a panela. Celebramos los treinta años de la empresa Auditivos de Comitán, que durante seis lustros ha servido a la sociedad de Comitán y de la región. El reportaje es una manera de agradecer a mi amiga Aurorita Avendaño Román, gerente de Auditivos, todo el amor que pone en su profesión para auxiliar a quienes tienen alguna deficiencia auditiva. Ya hicimos trato de celebrar, dentro de diez años, los cuarenta años de Auditivos de Comitán. Y como el tzisim es parte importante de nuestra gastronomía, acá damos unos datos sobre “la vida y obra” de esta hormiga tan deseada. Pero la fauna comiteca tiene más integrantes, así que elegimos algunos animales para presentarlos en este zoológico donde se mueven con total libertad. ¿Vos sabés qué es un tzucumo, un cucuyutz o un yol? ¿Sí?, felicidades. ¿No? Pues para eso tenemos este breve muestrario de nombres de fauna comiteca. Y traemos para nuestros lectores una entrevista que tuvimos con Roberto Culebro Jiménez, un orgullo comiteco. Roberto es un excelente traductor, escritor y lector. En esta plática nos comparte algunos conceptos que nos lo muestran de cuerpo y mente completos. ¿Quién respondió las diez preguntas juguetonas? En esta ocasión jugó Carlos Román García, destacado intelectual chiapaneco, quien es escritor, melómano y se asume como dueño de una biografía improbable. Ah, este juego de la palabra abre ventanas imposibles, es imaginativo e inteligente. No puede faltar la clásica sección de “La tiendita de doña Pifa”. En esta ocasión hallamos en los estantes papelitos de colores que nos recuerdan el acto cívico que celebraremos el próximo 28 de agosto: el Bicentenario de la Independencia de Chiapas y de Centroamérica. Como sabe medio mundo, Comitán, nuestro Comitán, es la cuna de la independencia. Y tampoco puede faltar el cuentito del bimestre. Este cuentito hará la delicia de chicos y grandes y se llama “El elefante olvidadizo”. Los elefantes poseen una memoria prodigiosa, pero acá resulta que un día Altiki (así se llama el elefantito) comenzó a perder la memoria. ¿Por qué? Nadie sabe qué ocurrió. Pero de lo que sí nos enteraremos es del proceso que siguió para recuperar la memoria. El cuentito está ilustrado por nuestro dibujante favorito: Carlitos Espinosa Jiménez, quien tiene ocho años de edad, y le encanta dibujar. Como lo prometimos, publicamos los dos trabajos seleccionados en el concurso de dibujo “Abusado el que lea”. Los dibujos de Ana Victoria Román Rivera y de Josué Berzaín Ortiz López engalanan nuestra edición. ¡Felicidades! Al final tenemos una miscelánea de pildoritas culturales que ARENILLA comparte en redes sociales. En esta ocasión hablamos del inolvidable Tío Tavo Penagos, el creador de la famosa bebida “Macharnuda”. Sí, el que preparaba riquísimas botanas, pero las servía en forma moderada, como verdadero gourmet, y cuando algún cliente reclamaba lo escaso de la botana, el tío Tavo decía: “Es botana, no es comida”. Viene algo de doña Lolita Albores, la queridísima cronista vitalicia de Comitán, quien fue amiga personal de Rosario Castellanos y honró a este pueblo con sus crónicas al estilo de la casa. Y así como acá tenemos el atol de granillo y el jocoatol, en Huehuetenango, Guatemala, tienen una bebida muy popular: el atol de súchil. Nuestro director comercial en Guatemala, Carlos Rivas, envió información donde nuestros lectores conocerán la hechura de esta riquísima bebida. Posdata: nosotros hacemos lo que nos corresponde. Somos expertos en vainas editoriales. Nos encanta entregar productos de máxima calidad a nuestros lectores. Como siempre, querida mía, te pido que les digás a tus amigos que la lean, que consigan la versión digital o la revista impresa. Ahora hay varios puntos de distribución para la revista impresa: la Proveedora Cultural, el restaurante La Casita y la estética Vanity. Recordales que el ejemplar es gratuito, es una galantería de nuestros patrocinadores, para que la cultura llegue a todos los integrantes de nuestra comunidad y ésta crezca más bella, más sana.

viernes, 21 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA CON UNA VENTANA SENSACIONAL

Querida Mariana: te comparto una fotografía genial, soberbia. La tomó Ricardo Castro. Ricardo (es mi opinión) es el mejor fotógrafo de aves, de Comitán y puntos intermedios. Su trabajo merece estar en las mejores ventanas del mundo. National Geographic se llenaría de luz con su obra. Nosotros somos privilegiados al poder apreciar su obra fotográfica. El otro día me compartió por WhatsApp esta belleza de fotografía. La impresión a primera vista es impactante. Cada espectador puede hacer una lectura personal. A mí, lo sabés, me gusta escribir cuentos. Esta imagen bien puede dar para mil cuentos, desde cuentos de gran ternura hasta cuentos de misterio. Si no se sabe el contexto puede pensarse que este trío está confabulando algo misterioso. ¿Ya viste la actitud del pájaro de en medio? Los tres pájaros, hermosos, tienen unas gorgueras que recuerdan a los cuellos de lechuguilla que usaban los personajes de la Edad Media. En los libros de Historia vimos imágenes de virreyes de la Nueva España que llevaban unos espléndidos cuellos de lechuguilla. Son aves soberbias que, algunas personas en estas regiones, consideran de mal agüero, y esto es así, por lo imponente de su presencia y el traje negro que siempre visten. Un poco como aquella leyenda de los gatos negros. Leyendas sin sustento, pero que son cobijadas en algunas culturas. Yo debo ser muy sincero, jamás había visto a estas aves, son pijuyes. Te he platicado que en mi adolescencia conocí a una mujer que tenía ese apodo, doña Esperanza, Esperanza Pijuy. No faltaban los malcriados que mandaban a un muchacho iluso a comprar un pijuy en su tienda. El iluso llegaba: Buenos días, vendame’sté un pijuy, por respuesta, doña Esperanza lanzaba un cubetazo de agua que ya tenía preparado, porque la molestaban mucho. Era una señora que vendía dulces tradicionales y tenía su tienda frente a la Escuela Preparatoria, donde hoy está el Centro Cultural Rosario Castellanos. Jamás había visto un pijuy. Ahora que recibí la fotografía de Ricardo quedé impresionado por la belleza indescifrable de estas aves. Indescifrable, porque el enigma de su mirada y de su actitud es proverbial, viene de quién sabe cuántos siglos. No sé qué pensó la familia de las jirafas cuando los tres pijuyes entraron al Arca de Noé, y, en esta misma posición, se acomodaron en una regla del interior. Pero, como siempre sucede en el vecindario, hay historias que son falsas. Dije al principio que al ver esta imagen voló mi imaginación y pensé que bien podía escribir un cuento donde los tres pijuyes fueran los protagonistas de una historia abracadabrante. ¿Qué le está diciendo el pijuy de en medio que es el poderoso del grupo? ¡Nada, nada de esto! Ricardo me envió el nombre científico del pijuy: crotophaga sulcirostris y me platicó que este pájaro tiene este sentido de grupo para dormir. Ricardo, después del gran aguacero que cayó en la región el otro día, captó este trío de pijuyes, dijo que estos pajaritos estaban aletargados, así, bien juntitos, con los ojos cerrados, dormitando, recibiendo los primeros rayos del sol. El aguacero que recibieron fue intenso. Pobres pijuyes. Al amanecer, bien esponjaditos, se preparaban a iniciar el día, a continuar la vida. Ricardo, con ese ojo experto los vio y capturó este momento insólito ¡para siempre! Su talento y paciencia lograron hacer eterno el instante donde la vida es un renuevo, donde las aves secan sus plumas para emprender el vuelo y escribir líneas, con tinta china, en el cielo. Posdata: pensé que sólo en estas regiones llamábamos pijuy al pijuy, pero ya me explicaron que es el nombre que le dan en muchas partes de América. El nombre se lo colocó alguien que, al oírlo cantar, tradujo pi – juy, pi – juy, pi – juy. Escuché un audio en el Internet y sí se escucha que su canto tiene dos emisiones, pero bien pueden ser otras dos sílabas; es decir, cuando este pájaro subió al Arca tenía otro nombre, pero cuando voló sobre la tierra seca cantó y el primer ser humano que lo escuchó dijo que en su canto decía pi – juy y así lo bautizó y desde entonces. A mí me encantaría saber cuándo inició Ricardo con este maravilloso entretenimiento. ¿Hace cuánto tiempo lleva recorriendo este territorio para captar fotografías de aves? Esta afición es carambola de tres bandas, porque aparte de provocarle satisfacción y permitir que tenga un registro de los pájaros que existen en esta zona (registro de excelsa calidad fotográfica), también contribuye a que los espectadores tengan conciencia del respeto que debemos tenerle a la naturaleza y por cada uno, diría mi abuela Esperanza, de los hijos que Dios mandó a la tierra.

jueves, 20 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN LEGADO

Querida Mariana: el respetado amigo doctor Hernán Esquinca Carpio falleció hace meses. Amigo querido por muchos, porque su vida fue un legado de luz para los cercanos y para el pueblo de Comitán. Fue un hombre generoso, agradable, amiguero, inteligente y profesional en el ejercicio de la medicina. Su fallecimiento fue muy lamentable. Hace dos días me enteré de un acto que honra la memoria de Hernán. Celebré la noticia donde se indica que los hijos del doctor Esquinca -Andrea, Paola y Hernán Esquinca Rovelo- donaron a la UDS (Universidad del Sureste) cientos de libros de medicina que fueron propiedad de su papá. Y la celebración es doble, porque el rector de la UDS, doctor Víctor Albores, anunció que una sala de lectura llevará el nombre del doctor y, más adelante, la biblioteca de la licenciatura de Medicina Humana se llamará Biblioteca Doctor Hernán Esquinca Carpio. Gracias a estas acciones, el pesar deja el luto y se vuelve faro de luz. Nadie hubiese querido la ausencia de Hernán, pero cuando el destino lo tocó con su mano fría, sus hijos decidieron que los libros donde abrevó conocimientos servirán, como lo dijo el rector, para la formación de las nuevas generaciones de médicos. La UDS es la única universidad en Comitán que ofrece la carrera de Medicina Humana. Hoy, la pandemia nos recuerda la necesidad mundial de profesionales en el campo de la salud: medicina, enfermería y trabajo social. En la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar, institución que, sabés, es mi casa, los catedráticos se esmeran en formar excelentes profesionales en Trabajo Social. La UDS y la Mariano N. Ruiz aportan su pasión y experiencia para formar gente de bien que le hace bien a la patria. Me alegró enterarme del acto generoso de los hijos de Hernán. ¡No podía ser menos! Honran el árbol enormísimo del cual son bellos renuevos. Ahora, cada vez que un estudiante de medicina de la UDS abra un libro donado por los muchachos Esquinca Rovelo, una raya de luz bendecirá la memoria de Hernán y alumbrará la mente del lector. Y como en el universo existe una ley divina, algo de la ética profesional de Hernán brincará al espíritu del futuro profesional de la salud. Sí, nuestra patria exige más profesionales de la salud. Los científicos nos han explicado que los tiempos por venir serán tiempos de emergencias sanitarias cada vez más agresivas. El mundo debe prepararse para enfrentar esos retos, con pasión, con inteligencia, con convicción. Nuestra patria, y el mundo, necesita actos generosos como el que se dio hace días en Comitán. ¡Qué bueno que los libros de Hernán ahora estén en un lugar donde harán bien! Como integrante de la sociedad comiteca me conmueve este hecho; me conmueve la calidad humana de los hijos de Hernán. Los imagino ahora bajando libros de los estantes de la biblioteca personal de su papá, limpiándolos, desinfectándolos y colocándolos en cajas para llevarlos a la universidad. Ahora veo los rostros luminosos e iluminados de ellos y de los miembros de la comunidad universitaria al abrir las cajas y hacer una entrega simbólica de ese legado. ¡Ah, cuántos años para formar esa biblioteca, cuántos esfuerzos para conseguir la paga! El espíritu de Hernán siempre estuvo al lado de nichos de santos. Digo esto porque nació en el barrio de San Sebastián y fue un orgulloso bataneco (así, bataneco, le dicen a los oriundos de ese bellísimo barrio), pero luego fue vecino, durante muchos años, de San José, ya que su clínica está a media cuadra del templo dedicado al papá de Jesús. El 19 de marzo, día de San José, Hernán compartía tamales y atoles con los fieles que llegaban, en medio de juncia fresca y de las notas de la marimba. Hernán aprovechó al máximo el jardín frente al templo y con frecuencia realizó campañas de sanidad para la población. ¡Ah, cómo lamentamos la ausencia de este buen hombre! Él, que siempre estuvo al servicio de sus pacientes, y que logró arrebatar a la muerte tantas vidas, perdió la batalla ante quien pierden todos los seres humanos. La muerte es implacable. Por eso, porque el camino es apenas un instante, un parpadeo en el universo, celebramos todos los actos amorosos que las personas buenas realizan en ese guiño que llamamos vida. Posdata: Hernán nos dejó y, como es sentencia divina, ¡nada se llevó! Nos dejó su cariño, su armonía, su sonrisa y sus propiedades. Sus hijos compartieron parte de su herencia. Donaron su biblioteca de medicina a la UDS. Brindemos por ello, digamos salud, brindemos por los hijos de Hernán que honran la memoria de su bendito padre. ¡Que viva el doctor Hernán Esquinca Carpio! ¡Por siempre!

miércoles, 19 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON UN FESTEJO

Querida Mariana: ¿cómo te gustaría celebrar tu cumpleaños? Digo esto, porque el día del cumpleaños los festejados dependen un poco de los otros; digo esto, porque el 25 de mayo es el cumpleaños 96 de nuestra Rosario Castellanos. ¡Noventa y seis! Pucha, estamos a cuatro de celebrar su cumpleaños cien, ¡cien! Ah, nos preparamos para echar la casa por la ventana, para festejar a la mujer que hizo de Comitán su casa y que puso a Comitán en la ventana del mundo. Hay amigos que preparan fiestas sorpresas a los cumpleañeros. El cumpleañero llega a su casa después de partir el pastel en el trabajo, con sus compañeros; sabe que en su casa lo esperan su esposa y los hijos, mete la llave, abre la puerta y todo está en oscuras, busca el interruptor de la energía eléctrica y cuando la luz se hace asoma el grito de veinte o más amigos: ¡sorpresa! Y le echan confeti, le cantan las mañanitas, lo hacen pasar por la reja de papel de china y llueven los abrazos y los vasos se llenan con refresco de toronja y un generoso chorro de vodka. ¿Cómo pensás que sería lo ideal para celebrar el cumpleaños 96 de Rosario Castellanos? A vos, ¿cómo te celebran el día de tu cumpleaños? ¿Cómo te gustaría celebrarlo? Tal vez, digo sólo que tal vez, te gustaría una celebración diferente. Tengo amigos a quienes les encanta invitar a sus compas y preparan una gran mesa, llena de frijolitos refritos, tostaditas de manteca, butifarras, chicharroncito de hebra, salsita molcajeteada y hartas cervezas y cubitas, todo al ritmo de la marimba o, de perdida, con acompañamiento de un tecladista que imita a José José y a Paquita, la del barrio. Pero, asimismo, tengo amigos que se desaparecen el día de su cumpleaños. Tengo un amigo que va solo a la zona de Los Lagos, se trepa a su auto y se baja en Tziscao y ahí se recarga en un pino y recibe el abrazo del aire, el rumor del agua, la lluvia bendita del aroma de la juncia fresca. Los conocedores siempre recomiendan que ante el fallecimiento de un escritor se le honre leyendo su obra literaria. ¿Cuál es la recomendación para celebrar el nacimiento, aunque sea en ausencia, de Rosario Castellanos? Sí, por supuesto, con la lectura de su obra. Los lectores comitecos podemos, el 25 de mayo, abrir un libro de Rosario y leerlo. De esta forma celebraremos por todo lo alto su cumpleaños 96. En este cumpleaños no se recomienda el festejo multitudinario, ¡no!, seguimos en pandemia, no debemos bajar la guardia. Sé que las autoridades colocarán una corona de flores en el busto de Rosario y harán una guardia de honor. Espero que en el cumpleaños 97, el próximo año, podamos celebrar a Rosario por todo lo alto y que, en 2025, la pandemia sea un recuerdo ingrato, pero que ya la luz de la vida se riegue sin diques y volvamos a reunirnos en forma presencial y le hagamos una fiesta sorpresa a nuestra autora comiteca. Por el momento, ¡leamos su obra! Leamos sus cuentos, sus novelas (“Balún Canan”, sobre todo), su poesía, sí, leamos uno o dos de sus poemas. Antes de la pandemia acudía a escuelas de educación primaria y de educación secundaria y compartía con los alumnos el poema “Autorretrato”. Ah, cómo me divertía, porque, en el escenario del auditorio o al frente del salón, hacía la pantomima de convertirme en Rosario para interpretar su autorretrato. El otro día presentaron en redes sociales el libro “Guardiana de los vientos. Comitán en Balún Canán, de Rosario Castellanos”, de la autoría de Angélica Altuzar Constantino e ilustrado por Zoraida Vleeschouver. Los interesados pueden pasar a la Bizcochería Pan de mi amor, que está en la calle que va hacia la Cruz Roja; a media cuadra del bulevar está la bizcochería, para recibir un ejemplar, en forma gratuita. Es una edición del Senado de la República. ¡Sí, celebremos el cumpleaños noventa y seis de Rosario leyendo su obra! Leamos sus ensayos, publicados en el periódico Excélsior; leamos las cartas que le envió a su amado Ricardo Guerra. Esta manera de celebrarla la honra y permite que sus lectores abrevemos en una obra divertida, sarcástica, inteligente. Ya Angélica remarcó la presencia de la cultura comiteca en la obra de Rosario. Rosario pepenó muchas nubes de este cielo y las desplegó en su obra narrativa. Posdata: y bueno, a vos ¿cómo te gustaría celebrar tu cumpleaños? Si pudieras elegir, ¿cómo celebrarías el día de tu nacimiento? ¿Con un festejo donde llegara todo el pueblo? ¿O algo más modesto, una comida con tus amigos y parientes cercanos? ¿Una cena donde estés sola con tu novio? O ¿te gustaría estar sola, sola, con la única compañía de tu Dios? No te pregunto qué te gustaría de regalo, porque sé de sobra que sos igual que yo, con un buen libro ¡sos feliz! Ah, el libro, el tejido que bordó la Castellanos. Leamos a Rosario, festejemos así su cumpleaños 96. ¡Felicidades Rosario, nuestra Rosario!

martes, 18 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, LOS QUE SÍ, PERO NO

Querida Mariana: ¿qué es el perdón? Ah, es todo un tema. Muchos filósofos se han quebrado el coco al caminar por esa senda del conocimiento. El perdón tiene a su lado la culpa, y la culpa es otro gran tema. Hay personas que se culpan de todo, que se trepan a la cruz a todas horas; en cambio, hay otros cínicos que caminan en medio de sus lodazales como si caminaran en un campito con césped recién cortadito. A mí me encantaba la tía Sofy, quien caminaba sin cargar piedras ajenas. La tía Sofy poseía algo a su favor: sus cuentas bancarias y sus diez casas, era una mujer de paga, y se pagaba sus gustos. Cada año encargaba su casa a la servidumbre y viajaba al Caribe o a España o a Centroamérica o a Sudamérica. ¿Irás a Japón?, le preguntaba yo. ¡No! Allá hablan con los ojos de rendija, decía, con lo cual quería decir que no le gustaba enredarse en lenguajes diferentes. Viajaba a países donde hablaran español. Conoció todos los países de Sudamérica, con excepción de Brasil, por supuesto. Me encantaba su carácter, acostumbrada a vivir sola, a no depender de nadie, trituraba las piedras que le quería cargar el destino. Cuando las cargas de culpa volaban por el cielo, como cuervos, ella se hacía a un lado y dejaba que esas culpas anidaran en otros cuerpos, en otros espíritus. Su hija única, la Marce, era una ladilla, a cada rato la molestaba para que le diera dinero. ¡No!, decía su mamá. Ya te pagué tus estudios en la mejor universidad, ahora vos debés comprar tu parcela y sembrar. Cuando la Marce estaba borracha exigía parte de su herencia. La tía callaba, daba media vuelta y cuando ya estaba a punto de entrar a su recámara soltaba la carcajada que terminaba por cerrar la conversación y eliminaba el cuervo de la culpa. La Marce vomitaba palabras soeces, hirientes, pero todos veíamos cómo esos cuervos negros se deshacían en el vuelo y cuando llegaban a mitad del patio ya eran polvo, ya eran nada. Ya había hecho su testamento y en él dejaba toda su paga y sus propiedades para una fundación que se encarga de auxiliar a ciegos. ¿Y la Marce? ¡Nada!, decía, y contaba cómo la había inscrito en los mejores colegios y en la mejor universidad del país. ¡Ya había cumplido! Ella nada heredó, toda la paga y sus propiedades las había logrado con el producto de su trabajo, había vendido bolis en las calles, repartido pan y cuando vio la posibilidad de hacer jaleas de frutas naturales puso todo su empeño. Ahorró cada centavo que caía en su bolso y poco a poco cimentó su fortuna. Mi hija la tiene más fácil, decía y cortaba la conversación. Cuando la Marce, al día siguiente de una borrachera, llegaba con sentimiento de culpa y con tremenda cruda, se hincaba a mitad del patio, levantaba los brazos al cielo y en voz alta, altísima, suplicaba el perdón de su madre. La tía caminaba al centro, le daba la mano para que se sostuviera y decía con voz de santa: “Perdo – nada”, y seguía con sus ocupaciones habituales, preparando el itinerario de su próximo viaje. A mí siempre me sorprendió esa división que hacía de la palabra, sonaba así: perdo ¡nada! ¿Perdonaba la tía, de verdad? No sé. Como no cogía piedras ajenas, nada tenía que perdonar. Pero sabía de la naturaleza humana, reconocía que la Marce, con la gran cruda física y moral, necesitaba esa divina palabra: perdón. Si los grandes filósofos de la humanidad no han sabido dar respuesta a este tema tan vaporoso, mucho menos los simples mortales. ¿Qué sucede con esa cita bíblica que recomienda poner la otra mejilla cuando hemos recibido una bofetada en la primera? ¡Qué complejo! Tal vez quien sí lo hacía, en forma sutil e inteligente, era la tía. Jamás vi que respondiera a una agresión porque nunca permitió que la flama absurda lamiera su piel, menos su espíritu. Posdata: juro que todos veíamos cómo las palabras, cuervos hirientes, venenosos, se extinguían a mitad del patio. Nunca llegaban a sus orillas. La tía cumplió. Después de años de lucha en el trabajo se dedicó a gozar de su fortuna en mil viajes. Todos a países donde el español era la lengua dominante. Cuando murió, toda su fortuna pasó a manos de la fundación. ¿Para Marce? ¡Nada! Para tu tranquilidad y para que no agarrés culpas ajenas, la historia no terminó mal. Como decimos acá, a la Marce le cayó el veinte y comenzó una pequeña empresa de factura de jaleas. Y ahora no le va mal. Ya tiene una cuenta bancaria respetable y posee su auto y la bodega donde está la fábrica es de su propiedad. Perdo - ¡nada! ¿Y qué pasaría en caso de que no fuera mujer la que solicita el perdón, sino hombre? Perdo - ¡nado! Ah, el universo. Del vacío total al buceo espacial.

lunes, 17 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON MEDALLA INCLUIDA

Querida Mariana: Mario Alberto Trujillo Cordero recibe una medalla de honor. Se la coloca el maestro Jorge Gordillo. El padre Carlos J. Mandujano es testigo del acto trascendental. Y digo trascendental, porque, mirá, la foto fue tomada en 1962. Pronto harán sesenta años de este momento prodigioso, ocurrido en el escenario del Cine Comitán. Gloria Ruiz Albores compartió la fotografía en redes sociales. Es una fotografía histórica, porque hizo eterno un instante de gloria. ¿Ya viste la charola que está sobre la mesa? Ahí están las medallas que el Colegio Mariano N. Ruiz entregaba cada año a los alumnos más sobresalientes. Mario Alberto, sin duda, recibe medalla por obtener uno de los mejores aprovechamientos escolares. Yo, igual que muchos de mis ex compañeros del Colegio, fuimos, también, testigos de este momento importante, cuando el maestro de ceremonias anunciaba el nombre de un alumno y éste se levantaba del asiento y pasaba entre las butacas y nuestras piernas, con los nervios reflejados en su cara llena de orgullo. Porque, al contrario de lo que dice la cita bíblica, en la ceremonia de fin de cursos de nuestro colegio, eran pocos los llamados. Los elegidos lo eran porque, durante todo el ciclo escolar, habían logrado buen aprovechamiento y mostrado una buena conducta. Quienes no recibíamos medalla de honor éramos ignorados, porque, al contrario, nos habíamos distinguido por ser alumnos de seis tirando a siete o cayendo al cinco y no éramos bien portados. El padre Carlos, quien fundó el Colegio Mariano N. Ruiz, en el año 1950, hacía el pedido de medallas a la Ciudad de México y las guardaba hasta el día en que eran entregadas. El llamado subía al escenario del Cine Comitán, en medio de aplausos de los asistentes, que eran más notables en el grupo de sus amigos y de sus papás y abuelos, quienes, chentos, agradecían las felicitaciones que les daban los vecinos de asiento. El maestro Jorge Gordillo Mandujano, director de la escuela del padre, elegía una de las medallas y esperaba que el alumno, como acá está Mario Alberto, estuviera frente al estrado, muy seriecito, para esperar el protocolo del director, que consistía en levantar tantito la tela de la camisa del uniforme para ensartar el ganchillo, que estaba adosado al brevísimo pedazo de tela que sostenía la medalla dorada. Cuando la medalla quedaba colgada de la camisa, la tensión disminuía, el director sonreía, extendía la mano y el alumno, con la carita radiante, daba su mano toda sudorosa. Sin duda que algún ex alumno del Colegio Mariano N. Ruiz conserva una de esas medallas doradas en el baúl de los objetos memorables. En novelas y cuentos leemos que algunos héroes reciben la medalla de honor, en salones de magníficos castillos. En Comitán, el Cine Comitán era el recinto glorioso. El espacio donde todas las tardes y noches, los cinéfilos acudían a ver películas de Santo, el enmascarado de plata, o con la actuación de Gregory Peck, se convertía, la mañana de la ceremonia de fin de cursos del Colegio Mariano N. Ruiz, en el templete donde había bailables, declamaciones, obras de teatro, discursos emotivos y, momento culminante, entrega de medallas de honor. Pocos los llamados, pocos los elegidos. Los más sobresalientes, los que, en escalerita, tenían sus boletas llenas de dieces, los que jamás tuvieron un cinco en alguna materia. ¿Cómo le hacían para descollar en todas las asignaturas? ¿Qué superpoderes poseían? Obtenían diez en química, diez en física, diez en matemáticas, diez en inglés, diez en mecanografía, diez en educación física, diez en astronáutica, diez en mecatrónica, diez en música, diez en japonés y chino. ¡No! Ya exageré. Pero sí obtenían dieces en las asignaturas de cada grado escolar y, además, Padre Eterno, eran bien portados. La santidad los perseguía. Y el mundo sabe que en un grupo de sesenta alumnos, la mayoría es medianona, pocos son los brillantes. Así es el mundo real. Los Albert Einstein no se dan en maceta; bueno, ni siquiera los Maradona nacen todos los días. Los elegidos, los tocados por los dioses, son escasos. Son escasos los alumnos que descuellan en todas las asignaturas, dibujan bien, hacen trabajos manuales perfectos, tienen una letra legible, son muy buenos lectores, expertos oradores, encestan mil canastas, meten dos mil goles, trepan a todas las montañas, al Junchavín y al Everest. ¡No, no! Ya estoy volando otra vez. Posdata: En la fotografía no se distingue quién es el chitirís que acompaña a Mario Alberto, se nota que es el único relajado. El padre Carlos y el maestro Jorge están concentrados en el acto y Mario Alberto siente su corazón que bombea con la fuerza de un carretón en bajada. El otro niño, sin duda, también fue llamado, fue de los elegidos, espera el turno, mientras tanto ve a su compañero y sonríe. Un minuto después le corresponderá el sitio de honor, la gloria de recibir la medalla dorada y será el momento donde le comenzarán a sudar las manos de más y Mario Alberto ya respirará tranquilo.

sábado, 15 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, PARA ALUMBRAR LA NOSTALGIA

Querida Mariana: Don Rubén Guillén Ortiz era una persona muy fina, hasta para el albur. En diciembre de 2000 publicó el texto “Propiedades del cilantro en Comitán”, en el Boletín ImaginARTE, de Xavier González Alonso y Lourdes De La Vega. El texto es muy simpático. ¿Ya viste en qué forma tan fina alburea? Escribió que, al cilantro, “en Comitán se le conoce con el nombre de “culantro”, lo cual se presta…” El texto lo podés consultar en la página electrónica del boletín. Está en el número 109, correspondiente a la segunda quincena de diciembre de 2000. Ya de pasada podés leer textos de Raúl Espinosa (“Los boleros”) y de José Luis González Córdova (“El día que cayó ceniza”) y varios artículos más. Los expertos del lenguaje y de la gastronomía dicen que no es lo mismo el culantro que el cilantro. Los albureros sonríen y dicen que no, una cosa es el culantro y otra el cilantro. Es decir, don Rubén tiene razón, acá en Comitán llamamos culantro al cilantro, sin saber bien a bien que hay otra planta que se llama culantro, por lo que no deberíamos llamar culantro al cilantro, porque un experto chef podría malinterpretar la receta del chinculguaj. La cocinera tradicional puede decir que le eche un puñito de culantro y el chef visitante irá a buscar una planta diferente. Pero, bueno, esta travesura hará que el guiso salga con aroma más intenso y con una ligera variante en su sabor. No pasará de ahí. Sólo los expertos saben dónde conseguir el culantro (bueno, bueno…) En los mercados comitecos abunda el culantro, que en realidad es ¡cilantro! El texto de don Rubén Guillén (quien falleció hace años) es delicioso. No podía ser de otra manera, porque habla de un condimento sensacional y porque Don Rubén fue un comiteco auténtico, con una gran chispa humorística, bohemio, cantante de buena voz. En el texto mencionado, don Rubén jugó con el culantro. No, no lo llevés por ese lado. Quiero decir que jugó con la palabra culantro y la aderezó, por ejemplo, en nombres de películas, en nombres de telenovelas y proverbios y dichos. Hay un apartado muy simpático que se llama “Maneras de cocinar el culantro”. Todo está escrito con gran ingenio, con excelente sentido del humor, un humor que pasa del color verde del culantro al rojo del chile siete caldos. Vos sos muy joven y no identificarás algunos títulos de telenovelas, no es lo mismo con el cine, porque vos sos experta en cine. Hubo una telenovela muy famosa que se llamó “Los ricos también lloran”, bueno con el juego de don Rubén se convierte en “Los culantros también lloran”; otra telenovela se llamó “El pecado de Oyuki”, don Rubén lo cambió por “El culantro de Oyuki”. Acá hizo un doblete, porque además del culantro está el oyuki. ¿Películas? “Allá en el culantro grande”; “Cuando los culantros se van”; y “Lo que el culantro se llevó”. Sólo como ejemplos, porque el texto de don Rubén consigna más. Todos los nombres modificados tienen su encanto. Basta que uno esté dispuesto al juego de imaginación y todo fluye bonito. En proverbios y dichos, hay unos muy buenos y los demás excelentes. Mirá este: “culantro que come huevo, aunque le quemen el pico”. Uno que es de diez es el siguiente: “caras vemos, culantros no sabemos”. ¿Uno más? Acá va: “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon tu culantro a remojar”. Todo es muy fino. Por supuesto que existe un doble sentido, ese es el sentido del juego, pero quien hace la transformación en la mente ¡es el lector! Todo es un divertido juego de la palabra. Dejé al final lo que está al final: “maneras de cocinar el culantro”. De acuerdo con el texto de don Rubén existen mil modos de cocinarlo, una de las recetas es para hacer “picaditas de culantro con huevo duro”. Todo mundo sabe que las picaditas son riquísimas. De acuerdo con la receta de don Rubén se precisa un huevo duro, para que la picadita de culantro salga exquisita. ¿Otra receta? Sí, hay más, muchas más. Don Rubén dice que hay “pellizcadas de culantro tierno”. Don Rubén cierra su texto con las siguientes líneas: “Como usted puede ver, todo se puede sazonar con “culantro”. Próximamente, con el ingenio de otros comitecos, podremos hacer un DICCIONARIO O ENCICLOPEDIA DEL CULANTRO”. Mirá hasta dónde iba la pretensión de don Rubén. Reconoce, por supuesto, el ingenio de los comitecos. Los hijos de esta tierra mágica siempre han sido juguetones con el lenguaje. El apodo comiteco es ingenioso, fruto de esa vocación por jugar con la palabra. Una manera de honrar el ingenio comiteco y de honrar el ingenio de don Rubén Guillén Ortiz sería continuar con su labor. En estos tiempos hay nombres de películas (mexicanas y extranjeras) que bien pueden enriquecer el diccionario que, en broma, en serio, propuso el autor. Vos que sos experta en cine sabés que hay una película que se llama “Cilantro y perejil”, que es una película simpática. Acá, en Comitán, la anunciarían como “Culantro y perejil”. ¿A vos te gusta el culantro? ¿Le das culantro a tu novio? El culantro se lleva muy bien con la maciza. Don Rubén, hombre de memoria bendita, nos quedó a deber más juegos verbales. Siendo un gran amante de la música no jugó con títulos de canciones. Siendo un buen lector no jugó con títulos de libros. Lo hizo a propósito, quiso que los demás ingeniositos le entraran al juego, para completar la Enciclopedia del culantro. Los que saben de gastronomía saben que el culantro que no se atiende se seca, por eso, cuando una mujer tiene buen culantro, en su sitio, quiere decir que la riegan con frecuencia y con cariño. Porque, eso también lo saben los expertos, a las plantas hay que hablarles con cariño para que crezcan frondosas. Nunca está de más que, todas las mañanas, hombres y mujeres, pregunten: ¿Cómo amaneció este culantro rico, hermoso, aromático? ¿Quiere que le dé su regadita? Estoy seguro que los comitecos ingeniosos pueden continuar con esta labor, para enriquecer el juego de la palabra universal. En ese Diccionario también podríamos encontrar títulos de grandes novelas, escritas por los escritores más famosos del mundo. Por ejemplo, del gran Francis Scott Fitzgerald hallaríamos la versión comiteca de su conocidísima novela “El gran Gatsby”, sí, se llamaría “El gran culantro”, que llamaría mucho la atención de los lectores que adoran los grandes traseros. La novela de Alexandre Dumas, en lugar de llamarse “El Conde de Montecristo”, se llamaría “El culantro de Montecristo”; la novela de Marcel Proust: “En busca del tiempo perdido”, se llamaría “En busca del culantro perdido”, y que no fue hallado en el templo, precisamente. Sí, hay más títulos, la novela de la escocesa Magguie O’Farrel, en lugar de llamarse “La extraña desaparición de Esme Lennox”, se llamaría “La extraña desaparición del culantro de Esme”. ¡Qué barbaridad, cuánto culantro extraviado! ¿Cómo se llamaría la famosa novela de Tolstói: “Guerra y paz”? Dos versiones. Una: “Culantro y paz”, para quienes conocen los entresijos diplomáticos; y “Guerra y culantro”, para quienes gustan de emociones fuertes. ¿Y “Madame Bovary”, de Gustave Flaubert? Ah, un aristócrata título: “Madame Culantro”. “El ruido y la furia”, del grandísimo William Faulkner, tendría el sonoro título de “El ruido y el culantro”. El que sería un título maravilloso sería el de la novela de Aldous Huxley: “Un mundo feliz”, sí, querida mía, se llamaría “Un culantro feliz”, que es a lo que aspira medio mundo. Posdata: el mundo está pendiente de las adiciones que los comitecos ingeniosos harán para la Enciclopedia que propuso el recordado y apreciado Rubén Guillén Ortiz. Se trata de jugar. Imagino a los comitecos a la hora de la sobremesa jugando el juego del culantro, y digo sobremesa porque es término gastronómico, pero también se vale que el juego se lleve a la cama y las parejas jueguen el juego del culantro, buscando palabras mientras esperan el sueño reparador, re parador. ¿Vende’sté culantro? ¡Mudo! No lo vendo, lo alquilo. De eso como. Mudenco.

viernes, 14 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, CON PREGUNTA OCIOSA

Querida Mariana: no sé si Mario se molestó con mi respuesta, pero le dije que su pregunta era ociosa. ¿Sabés qué me preguntó? ¿Qué lugar de Comitán extrañaba más en este confinamiento? Y digo que es ociosa, porque Comitán es la madre de todas las ciudades, para quienes nacimos acá, para quienes vivimos acá. Y una madre, lo sabés, no se puede fraccionar. Ahora, además de barrios y colonias hay fraccionamientos, pero esos fraccionamientos, en términos de conjunción no están fraccionados. Comitán es único y está formado por todas sus células, ninguno de sus elementos puede separarse, porque, entonces sí, lo fraccionamos, lo desmembramos. Si te pregunto ¿qué lugar del pueblo extrañás más?, ¿qué responderías? En este tiempo tan raro que nos tocó vivir, donde muchas personas nos confinamos y no salimos ni a la esquina, ¡extrañamos todo! ¡Todo! Cuando viví en Puebla extrañaba todo de Comitán, nuestro amado pueblo. Me sentaba en una banca del zócalo poblano, disfrutaba la belleza de ese espacio, la magnificencia de sus portales, de su catedral, de sus azulejos, de su cielo, pero extrañaba mi pueblito, cada una de sus calles, cada una de sus modestas plazas. Disfrutaba el mole poblano, las chalupas (que allá son fritas en cazos llenos de aceite), los molotes, las semitas con esa hierba sensacional que se llama pápalo; pero extrañaba horrores los panes compuestos, las butifarras, y los nuégados y las tabletas de manía y el atol de granillo y los tamales de bola y las pellizcadas y las otras semitas, las que tienen una su pella de panela en el centro. Vivía frente a Ciudad Universitaria, de la BUAP, y mero enfrente de mi casa estaba un jardín ecológico y una zona arbolada que era mi refugio cada mañana, me bastaba cruzar la avenida, de seis carriles, y entrar a un espacio natural lleno de aire, de pájaros, de vida; pero extrañaba los lugares modestos de Comitán donde, niño, joven, me senté en el césped y me recliné en el tronco de un enormísimo sabino. Bueno, con decirte que extrañé el canto de los gallos en la madrugada. En Puebla, los gallos no estaban por mi rumbo. A veces despertaba temprano y trataba de escuchar algún gallo desorientado, pero no. Cuando, después de varios años, regresé una semana a Comitán, para la presentación de un libro en el Teatro de la Ciudad, desperté a las cuatro, en la casa del barrio de Guadalupe, y escuché el canto del gallo y me sentí feliz. Supe que los gallos se habían salvado de la extinción. Sí, se habían extinguido los dinosaurios, pero, gracias a Dios, los gallos eran sobrevivientes de la glaciación y aún, como hasta hoy, seguían alegrando las madrugadas comitecas. He permanecido trece meses en casa. En ese tiempo he extrañado todos los sitios de Comitán. Cada lugar tiene ahora ese resabio especial de las cosas abandonadas y halladas en el desván de la casa de la abuela. Quienes viven lejos de su pueblo natal extrañan todo. Me he topado con amigos que radican fuera de Comitán y regresan una vez al año, en vacaciones. Los he visto caminar el parque central, el parque de La Pila, San Sebastián; los he visto caminar por la subida de Guadalupe, pararse casi en la cima y volver la mirada para beber el caserío a sus pies; los he visto agacharse, recoger una flor de buganvilia y llevársela al rostro para olerla. Se beben el pueblo completo. Viajan a los nuevos fraccionamientos y dicen: ¡cómo ha crecido Comitán!, y comentan que, en sus tiempos, todos esos terrenos de la orilla del bulevar eran magueyales y cuentan que iban, con la bola de amigos, a robar aguamiel y el dueño les soltaba una tanda de perdigones. Extraño ir al mercado Primero de Mayo; extraño sentarme en la breve rotonda donde está el busto de Josefina García, en el parque de San Sebastián, para leer un cuento de Cortázar; extraño ir a mi colegio, el Mariano N. Ruiz; extraño las risas de los muchachos, la algarabía, sus travesuras; extraño el sonido de los chorros de La Pila, la plática del viento a la hora que, como pájaro, brinca de una rama a otra de la enorme ceiba. Sí, extraño todo. Ninguno tiene preponderancia. Comitán es nuestra ciudad madre y su cuerpo es uno. Cada uno de sus miembros es vital para el funcionamiento de la sociedad. Posdata: sí, querida mía, extraño todo. Extraño cada uno de los aromas, de las calles, de los parques, de las banquetas, de las fachadas, de los rostros de conocidos y desconocidos. Extraño sentarme en las gradas del Centro Cultural Rosario Castellanos para comer esquites y mirar, desde ahí, cómo fluye la vida, una tarde cualquiera de un pueblo que no es cualquiera, que es el pueblo madre, el kujchil que nos acuna a los hijos de esta región. Extraño todo, ¡todo!

jueves, 13 de mayo de 2021

CARTA A MARIANA, DONDE SE CUENTA QUE EL MUNDO NO SIEMPRE ES JUSTO

Querida Mariana: no sé si sabés quién es la mujer bonita que aparece en esta foto. La fotografía apareció el otro día en redes sociales. La subió Flor Alfonzo, hermana de Julia Alfonzo, la gran actriz comiteca. Sí, la de la foto es la gran Julia Alfonzo, hija del compositor comiteco Esteban Alfonzo, quien (¡vaya, menos mal!) sí es recordado en el pueblo, porque hay un busto de él en el centro del patio donde está el Museo Arqueológico y la Biblioteca Pública Rosario Castellanos Figueroa. Esta fotografía es muy bella. Quién sabe en dónde se la tomaron a Julia. Llama mi atención que el número de la casa es el cuatro cinco seis, genial seguidoña de números. Pero, digo que el mundo no siempre es justo, porque en Comitán no tenemos una ventana que recuerde u honre a esta mujer que dedicó su vida al teatro. Roberto López Moreno, el poeta huixtleco, Premio Chiapas, fue amigo de Julia. Cuando Julia falleció él le escribió un poema que se titula “Adiós a Julia Alfonzo”. Los tres últimos versos del poema son: “El día, hoy, ha seguido llorando hasta el punto final de estas palabras”. Los actores y actrices no ponen punto final a sus vidas como la mayoría de los mortales, porque ellos concentran sus vidas en el escenario, están acostumbrados a que las luces se apaguen, a que los telones bajen. Pero el mundo no debe bajar el telón al recuerdo de sus inmortales, ni apagar las luces. Muchas personas en Comitán recuerdan a Julia por su participación en una telenovela que fue un éxito en los años ochenta: “Cuna de lobos”, guion de otro talentoso chiapaneco, Carlos Olmos, Premio Chiapas. El poeta López Moreno dice que Televisa no reconoció el talento de la actriz comiteca, porque ella actuó en dos telenovelas, la citada “Cuna de lobos”, de 1986, y “En carne propia”, de 1990, y, en ambas producciones, Julia desempeñó papeles secundarios, menores, muy lejos del talento histriónico que ella poseía. Pero, vos sabés lo que significa aparecer en la pantalla pequeña. La televisión da la posibilidad de que millones de personas te vean. Millones de personas vieron a Julia y esto llena de orgullo a los comitecos. La telenovela “Cuna de lobos” fue tan exitosa que cuando transmitieron el último capítulo muchas ciudades del país se paralizaron, porque todo mundo estaba pendiente del televisor. Lo mismo sucedió en Comitán, la trama había enganchado a millones de telespectadores, miles de comitecos siguieron la historia con interés. Acá había el agregado de ver a la paisana. Pero Julia Alfonzo fue mucho más. Roberto López Moreno dice que ella estudió arte dramático, en la desaparecida Yugoslavia. Allá estuvo becada varios años. No era una improvisada. Fue una mujer que amó el teatro y que conoció los recovecos sagrados de la actuación. Por eso, los críticos y los conocedores reconocen que su labor suprema no estuvo en la pantalla de televisión sino en el escenario teatral. Julia participó en una puesta en escena de la obra “La hija de Rapaccini”, de Octavio Paz. Julia (sigo apoyándome en lo dicho por López Moreno) fue gran amiga de Jaime Sabines, él la consideraba su hermana. Julia montó una obra de teatro con poemas de Jaime Sabines; y, también, montó un espectáculo con fragmentos de las novelas “Oficio de tinieblas” y “Balún Canán”, de Rosario Castellanos. Como mirás, Julia era actriz de altos vuelos, su mundo estaba ligado al mundo de la poesía, de la pintura, de la música y de la literatura. ¿La recordamos en Comitán? Parece que no. La recuerdan quienes la vieron en la televisión, en esas telenovelas. Pero, ya lo dijo López Moreno, ahí estuvo relegada a papeles secundarios. Posdata: el mundo no siempre es justo. Julia debió actuar en telenovelas de Televisa en papeles de mayor impacto, en papeles principales, donde, sin duda, su talento habría brillado con mayor intensidad.

miércoles, 12 de mayo de 2021

HIJAS DEL AIRE

A veces divido el mundo en dos. Ayer lo dividí en: mujeres que calientan sus deseos en ollas, como si fueran tamales, y mujeres que suben la escalera dando brinquitos. La mujer que sube la escalera dando brinquitos no hace cuentas para el futuro, chapotea sobre el presente, tampoco se preocupa por el pasado que abandona a cada paso. Ella elige las escaleras al aire libre, las que, como escalas de incendio, reciben el aire y pueden usarla todos. Ya lo intuyeron, en edificios de menos de cinco pisos elige la escalera y desecha los elevadores; para edificios con mayor número de pisos sube a un helicóptero, desciende en el helipuerto y baja por la escalera hasta el piso donde está el motivo de su deseo. Le encanta recibir regalos, cierra los ojos y se deja sorprender. Abre el paquete, con la misma emoción de cuando fue niña. Le encanta recibir madrugadas, aire saltador, agua nadadora y pájaros con vocación de vuelo. Su instrumento favorito es el piano, porque imagina que sus dedos son como pies que saltan de uno a otro espacio. Su vocación es, al modo del poeta, hacer caminos al brincar, y en cada brinco que da ¡siembra racimos de luz. Prefiere subir y no bajar. Cuando está en la cima de una montaña se siente árbol cuya copa permite nidos de nubes. Su lugar es la azotea, el pent-house, el ala del pájaro que vuela, la gota de lluvia que se regodea en lo alto. Baja a la calle, sin sostenerse del barandal, lo hace dando saltitos de sapito, de chapulín, de dinosaurio jugando a brincar sobre una sola pata. Baja para saludar a los peatones, para tomar un café, para platicar con la abuela que da de comer a palomas en el parque; baja para jugar rayuela en la plaza, para comprar un helado, para dar vueltas alrededor de los árboles y de los postes de luz. Le gusta subir a la bicicleta y jugar a que es repartidora de periódicos, del siglo pasado. Los repartidores de antes lanzaban el periódico con la mano derecha, en movimiento de parábola, y el paquete caía justo en la entrada de la casa del suscriptor. Ella pedalea, recibe el viento en su rostro, y sube el brazo derecho por encima de su cabeza y lanza versos de Walt Whitman, de su poema “Una hoja de hierba”. Se siente bien cuando comparte. Imagina el rostro del muchacho que sale a la puerta de su casa y encuentra ese sol tirado en la entrada: “Creo que una hoja de hierba, no es menos que el día de trabajo de las estrellas, y que una hormiga es perfecta, y un grano de arena, y el huevo del régulo, son igualmente perfectos…” Reconoce la perfección de una raíz, porque sabe que ella es la que sostiene lo que asciende, la flor, el pétalo, la hoja, el tallo. Ella siempre es optimista. Heredó de sus ancestros la mirada ave, la que vuela, la que detesta las alcantarillas y subterráneos. Ella siempre ve hacia arriba, hacia la cúspide, al nido del águila, al fruto que en lugar de ser rastrero, como la fresa o la piña, cuelga en lo alto de la vid, del árbol de jocote, del árbol de naranja, del manzano. Riega su corazón como si regara un jardín, en lugar de agua, emplea puñitos de ámbar, nubes de almíbar y cajitas con aroma de menta. Sale a la calle a la hora que cesa la lluvia, para buscar su imagen en los charcos, para reconocerse y saber que, en el instante de la evaporación, ella, su ser húmedo, ascenderá y se volverá nube, en el ciclo infinito de la vida. La mujer que sube la escalera dando brinquitos se sabe hija del aire, amante del viento. En cada brinco siente que aletea, que le crecen alas. A veces divido el mundo en dos. Mañana lo dividiré en: mujeres que son como vaso de papel que se deshacen con el agua, y mujeres que bailan la bamba a ritmo de bolero.

martes, 11 de mayo de 2021

GOTEROS NATURALES

Imaginá que te llamás gota. No permitás que te albureen. ¡No! Nada de permitir que te pregunten si te gusta ver gotas. Se supone que si sos gota, por supuesto que te mirás en el espejo. Si imaginás que sos gota, la verdadera elección será entre ser gota de agua o de leche, por ejemplo, o de vino, o de alcohol o de vinagre. ¿Mirás el universo tan amplio? Podés elegir entre mil líquidos. Sí, tenés razón, también podés elegir entre ser gota de orín o de semen o de miel o de saliva. ¡Uf! Mil posibilidades, dependiendo de tu gusto. Si elegís ser gota de agua, podés elegir entre muchas opciones. Antes, todo mundo habría dicho que elegiría ser gota de agua de río y con eso habría bastado, pero ahora, con los niveles de contaminación en el mundo sabemos que una cosa es ser gota de agua de un río limpio y otra ser gota de río contaminado. Nunca olvido la imagen final de la película “Sueños”, de Kurosawa. ¿La recordás? Ah, un viejo vive al lado de un río de agua limpia, transparente, inmaculada. Pero, el mundo, qué pena, ahora tiene ríos donde los peces mueren por la contaminación asquerosa que hacen los humanos. ¿Has visto cómo muchos desechos son tirados en forma indiscriminada a los lechos de ríos? Muchas industrias colocan tubos con sus desechos en las orillas de los ríos. Hay muchas historias de personas que, cuando llueve, tiran su basura para que se la lleve el agua. De igual manera, los industriales botan sus asquerosidades para que el río lleve materias que, en muchos casos, son venenosas y dañinas para la salud. Como todos los ríos van a dar al mar, muchas personas que entran a bañarse terminan con daños en la piel. A la hora de tu decisión deberás evaluar el peso específico de cada gota; es decir, no es lo mismo ser una gota de agua que una gota de alcohol. La primera puede mitigar la sed, pero la segunda puede servir como eficaz antiséptico. Ahora, también sabés que no todo el alcohol es igual, hay alcohol para uso hospitalario y alcohol para darle gusto al cuerpecito. No es lo mismo ser gota de alcohol de 70 GL que ser gota de wiski de moderado, pero riquísimo, 40 grados. Podés, por supuesto, elegir ser gota de lluvia y serás feliz porque no hay gota más bella que la gota voladora, la que desciende para bendecir la tierra. No sé si has visto, cuando llueve, que no todas las gotas se comportan igual. Hay muchas gotas que caen en forma directa: de la nube a la tierra o sobre los pisos encementados o con mosaicos. Pero, hay muchas otras gotas que caen sobre los techos de cemento o sobre las tejas o estructuras metálicas, esto hace que la caída se dé en dos tiempos. Y vos sabés que la gota de agua se comporta diferente en cada material. La gota no resbala igual en un cristal que en una plasta de cemento. No sé si en alguna ocasión has visto cómo se comporta una gota de agua en una trabe de cemento y cómo se comporta en una vigueta de aluminio. En el cemento no juega, no se desliza, donde cayó se va resbalando muy sin ganas, como si no le quedara de otra que caer al vacío; en cambio, en el aluminio, las gotas se deslizan, patinan, van de un lado a otro, y cuando ya su pancita cumple su destino de la ley de gravedad, brincan emocionadas al piso donde se integrarán a sus hermanas formando un riachuelo que, en caso de patio de casa, busca la salida a la calle y luego hacia las zonas bajas donde se estanca para ser embebida por la tierra, para cumplir su ciclo vital. Si sos medio perversón podés elegir ser gota de flujo vaginal, limpio, con buen aroma, con aroma seductor. Si tenés espíritu de chef podés elegir ser gota de aceite de comer, y decidirás entre ser aceite de girasol o el bendito aceite de oliva. Si sos aficionado a mirar pechos femeninos, porque tu mamá no te destetó a tiempo y tenés el Síndrome de Edipo, podrás elegir ser gota de leche. Pero, en estos tiempos ya no será tan simple, porque ahora hay leche semidescremada, leche light, leche entera, leche de soya, leche de almendra y leche de, de, de… Claro, también podés ser gota de aceite de motor de auto de carreras. Tu imaginación es la medida para calibrar. Podés, si sos dramático, elegir ser la gota que derrama el vaso, pero si sos perseverante podés elegir ser la gota que horada la piedra. ¿Imaginás el poder que tendrás? Sólo requerirás hacer uso de esa maravilla de vida que se llama disciplina.