miércoles, 31 de octubre de 2007

EPIGRAMA DEL 31 DE OCTUBRE

Acá va el EPIGRAMA que leí el día de hoy en el programa de radio: "Revista 1280", que se difunde en Radio ABC, de Puebla. El programa lo conduce el periodista Jesús Ramos.

En reunión con el Consejo Coordinador Empresarial, algunos candidatos a diputados locales se mostraron a favor de la reelección de presidentes municipales y, por supuesto, de diputados locales.


Sale EPIGRAMA


Parte importante del credo,

de un diputado flamante,

es tener chamba elegante

donde levante su dedo.


“Dieta” le llama al salario

que le llena las carnitas,

y es que más de mil cemitas

él se desayuna a diario.


¡Qué trabajo más sabroso!

¡Qué chamba tan más chambona!,

Sentado en vieja poltrona

¡le vale si hace “el oso”!


Pero no bastan tres años,

¡tres años se van volando!,

quiere continuar mamando

sin reparar en los daños.


Por eso interpreta el son

que es muy revolucionario,

vaya que él sí vota a diario

pero por la reelección.


Y no es que lo haga por vicio

ni porque sea muy chambeador,

él quiere ser aviador,

con un cargo vitalicio.

martes, 30 de octubre de 2007

Montebello

Dicen que los lagos de Montebello están perdiendo su color original.
Siempre serán "los lagos de colores", pero, tal vez, un día no muy lejano sus colores dominantes serán los grises y los negros. El azul turquesa sólo será un sueño, un simple mecate en la memoria.
Tal vez el día de mañana los turistas y nativos llegaremos a ver algo como un lunar húmedo o como una costra de petróleo.
Parece que el mundo lo estamos convirtiendo en una inmensa nata negra.
Cuando viajo a la ciudad de México (la otrora región más transparente del aire) miro el cielo y miro un gran zanate que cubre todo el cielo. Los colibríes y las tiucas son aves que ya no vuelan nuestros cielos.
Los lagos de colores, dicen, ahora son como un esputo de tuberculoso, como un gargajo de fumador empedernido.
En los años ochentas fui un día a los lagos. Justo en la caseta de entrada al parque me detuve. En el carril contrario estaba estacionado un camión del ejército nacional. Los guardianes del parque hacían la rutina de revisión. Me bastó acercarme a cinco metros del camión del ejército para ver que los soldados llevaban cientos de loros verdes. El ejército también ha contribuido a depredar esa reserva natural.
Sí, poco a poco, los hombres le robamos sus plumas a ese árbol de follaje hermoso.
Un día de estos, los lagos de colores serán el reflejo de la noche sin estrellas, el hedor del túnel sin salida.

lunes, 29 de octubre de 2007

Huecos blancos

La ciencia habla de "agujeros negros" en el universo, entidades incomprensibles para los que no somos cientificos. Los agujeros negros "chupan" la energía y la llevan quién sabe a dónde.
No sé, pero en esta dimensión hay algo que bien puede llamarse "hueco blanco". Hay huecos incomprensibles.
Como todo pasadizo permite el paso de aquí para allá y viceversa. A veces algo de lo nuestro debe colarse (¿quién sabe qué travesuras hace nuestra energía en otra dimensión?); a veces algo de los "otros" universos se cuela y hace travesuras en nuestra dimensión.
Angelina jura y perjura que tiene un "fantasmita" en su casa. La casa es de construcción reciente y sin embargo una entidad se mueve por entre sus muros. A veces, en plena madrugada, el fantasmita se pone a jugar con los trastos de la cocina. El esposo de Angelina se desespera en ocasiones y grita: "¡Ya cabrón, no chingues, deja dormir!", y Angelina jura que el fantasmita deja de jugar, como si el regaño lo enviara a una esquina. Angelina, entonces, siente compasión, se levanta y, en voz baja, le canta canciones infantiles. Apenas unos minutos, no vaya a enojarse su esposo y le vaya a gritar a ella también.
Hay huecos, sé que hay huecos que bien pudieran llamarse huecos blancos.
En Comitán también oí varias historias de éstas. Una vez (ya lo conté en mi libro "Crónica de un viaje a Comitán") el hueco se abrió y un "fantasmita" me volvió a la vida, ¡a esta dimensión!

La columna periodística

Acabo de recibir la columna periodística de Roberto Coello Trejo. ¡Va copia para los lectores de este cuaderno de apuntes!

Guillén Vicente y la “impunidad institucionalizada”

Roberto Coello Trejo

Es evidente que el llamado “Marcos”, conocido como Rafael Sebastián Guillén Vicente, va de nueva cuenta tras los reflectores de la prensa amarillista que en su momento medraron de lo lindo con “la farsa de la selva”; que no sólo es cuestión del pasado con falsa historia, sino en la que aún, entre otras cosas, esta por definirse quién se benefició más con el sueño guajiro del maximato que ambicionaba Salinas de Gortari para redondear su proyecto de 18 años. Es evidente que quien llevó bastante agua a su molino con esa farsa fue Samuel Ruiz García; el obispón rojo que se montó en la “farsa de la selva” protagonizada por Guillén Vicente, para tratar de implantar la teología de la liberación y de paso convertirse en el Papa de los Indios, no sólo de las comunidades indígenas de los altos chiapanecos, sino de la conocida como ruta Maya teniendo como sede la diócesis de San Cristóbal de las Casas, y desde luego cargando a cuestas, lo más grave esencialmente para la Iglesia Católica; su presunta participación, que pesa como una loza sobre de ellos, como es el caso Acteal del que no son nada ajenos y que en unas semanas más cumplirá diez años de haberse llevado a cabo, en la que la cuota de sangre la aportaron los indígenas sacrificados en forma salvaje, como producto de una perversidad deleznable y desquiciadora..

Naturalmente que el “encapuchado”, quien viola la ley a su real albedrío, no sólo ante la justicia del hombre sino también la divina, sigue cargando sobre su conciencia una ensarta de rapacidades y que con una osadía complicitoria persiste en burlarse de nuestras fuerzas armadas, institución a la que le declaró la guerra sin que, después de 13 años, la haya retirado hecho que implica más burlas y al margen de ello, no sólo el trastocamiento el Estado de Derecho que tanto se cacarea, al iniciar un nuevo periplo por el territorio nacional bajo tintes indefinidos pero cuyo fondo es encabezar las inconformidades sociales producto de la crisis política y económica que se confronta en el país, aprovechando la desesperación de la ala eperrista que ya esta buscando vías que les permita “salir” del agujero en el que se encuentran después de los “bombazos” que le echaron a perder la fiesta al gobierno calderonista.

Como conocedor de la mercadotecnia, aunque para sus objetivos ya no funcionan, salió nuevamente a la aventura lanzando pestes contra el presidente Calderón y su ex aliado Andrés Manuel López Obrador. No tiene el menor empacho incluso en decirse aliado de otros grupos armados de izquierda, cuyos resultados ya son conocidos. Con esa postura de “impunidad institucionalizada”, trata de hacer creer -de ahí la urgencia de los reflectores- de que con el apoyo de organizaciones sociales, unas reales como el EPR y otras de membrete que avala la Frayba, que tiene nuevamente los hilos que le prestaron en el 94 desde las esferas del poder, pretenderá si el ejército se lo permite, volverlos a poner de rodillas y se convierta nuevamente en la estrella por la que sueña Olver Stone.

Se olvidó el señor Guillén que los tiempos son otros y que hoy en día no fluyen los miles de millones de dólares que en sus inicios recibió al lado de su socio Ruiz García, mismos que le hacían llegar organizaciones internacionales de izquierda, recursos que si se hubiesen destinado realmente para sacar de la marginación y la miseria a los indígenas chiapanecos otro sería su destino. Por cierto ¿quién o quienes pueden informar el destino que tuvo esa ayuda millonaria internacional, al margen de los millones que cada jueves y domingos el gobierno federal le hacía llegar a través de Francisco Rojas, uno de los cómplices del salinismo?

La realidad es otra aunque la miseria persiste. Nada es gratuito; vamos ni las recientes declaraciones del ex presidente Salinas quien pronosticó negros nubarrones sobre el país, en los que seguramente él podría estar detrás. Con catorce años de experiencia podría dejar sentir su peso, con toda su fuerza y crudeza, en el 2012 si los que detentan el poder no aprenden a ejercerlo como ya quedó demostrado, al menos en Chiapas el pasado siete de octubre.

Guillén Vicente ni como leyenda pasará a la historia porque lo cubre el más terrible mal que golpea a los mexicanos y que se ha enraizado hasta la médula como lo constituye la impunidad y la corrupción. Es obvio que al salir del enclaustramiento en el que “sus verdades” lo han confinado, busca, repetimos, de agarrarse de clavos ardientes y hacer suyas o cuando menos de su autoría fantasiosa, los sucesos que han ennegrecido el ambiente en el país y de paso, ya con los reflectores del amarillismo, el seguir medrando entre los incautos.

Lo que se esta viviendo aquí’, allá y acullá tiene muchas lecturas. Será cuestión de tratar de entenderlas y desentrañarlas. Aquí se habla de represión en momentos cuando lo que busca Guillén Vicente es medrar con el dolor de los familiares de las mujeres, ancianos y niños -necesariamente inducidos por “alguien” que tenía ascendencia sobre de ellos- que cayeron en Acteal, en tanto los varones acudían a Polhó donde dos días antes se habían “suspendido” las pláticas dizque por falta de “garantías”.

El farsante de la Selva es naturalmente cómplice de esa perversidad bien orquestada y que los gobiernos federal y estatal, por así convenir a intereses malévolos de los hombres de la sotana, insisten en hacerla verdad sin importarles, ya se sabe de que pié cojean, que los que están purgando condena sean inocentes.

Hablar de aplicar las leyes son eufemismos. Hay dos tipos de justicia, la que realmente se aplica a los culpables de delitos y la justicia política. Está más que visto que las dos operan aquí, allá y acullá. Esta visto que hay muchos hilos de la política sueltos que podrían generar el retroceso al pasado. Eso quiere decir que nuestra democracia es más que endeble y que los responsables de la política, local y nacional, deben hacer un alto en su camino, hacer los ajustes pertinentes y gobernar con la cabeza fría y no con el corazón, y menos con el hígado.

No debe olvidarse, así operan las democracias sean estas de izquierda, del centro o de derechas, que el Poder se ejerce no se comparte, apegados naturalmente a las leyes que nos rigen.

domingo, 28 de octubre de 2007

La luz de Eugenio Cifuentes

Recibí un correo del comiteco Juan Carlos Gómez Aranda, donde me anexa copia de un texto escrito por el comiteco Eugenio Cifuentes. Juan Carlos dice: "...te escribo ahora para enviarte el siguiente artículo que escribió nuestro querido Geno Cifuentes que seguramente hará que se te haga agua la boca y de todos aquellos comitecos que lo lean".
Gracias a Juan Carlos y a Eugenio, por compartir estos ríos de contentura, arrechura y -dijera Cortázar- demás "turas".
Acá va la copia, para disfrute de los visitantes a este cuaderno de apuntes:

LAS “HAMBRITAS” Y LOS “ AGUAJES “ EN LA TIERRA COMITECA.

Muy probablemente por sus aportaciones históricas, sus figuras cívicas y culturales, su clima templado húmedo a 1630 msnm, la belleza de sus criaturas femeninas. A más de todo ello, Comitán, es admirable por su estampa provinciana con sus toboganes urbanos, su lenguaje argentinesco, su vocación humorística, lo carismático de su gente, su tradicional bebida – el comiteco --; así como sus muy interesantes ruinas arqueológicas de Tenán Puente y Junchavín y las muy cercanas e importantes de Chincultic, en el Mpio de la Trinitaria.

Nuestro pueblito Comitán de Domínguez, posee, entre sus tradiciones más sólidas la celebración de sus ya casi desaparecidas “hambritas “, eventos de carácter festivo organizados para agasajar a los amigos, familiares o visitantes distinguidos con la ricura de bocadillos típicos -- llamadas “boquitas”, término andaluz que es de uso común en algunos países de Centroamérica y que en los tiempos actuales se sirven a discreción en los llamados y conocidos – Aguajes --, descritos en renglones más adelante.

Las hambritas comitecas, a diferencia de las popularmente llamadas – botanizas -- que se improvisan regularmente con chelas, cheladas, micheladas y alimentos chatarra a pastos, aquellas en cambio constituyen verdaderos festines para los paladares mas exigentes. Se trata de bocadillos auténticos regionales, guisados y preparados con la probada habilidad y gusto excepcional de cocineras tradicionalistas y por ello muy diferentes a los productos enlatados e industrializados.

Este trabajo lleva como finalidad el objetivo de conservar y promocionar nuestras mejores tradiciones provincianas y estimular también la actividad económica y gastronómica de las principales Ciudades de Chiapas, proporcionando a turistas y visitantes la información más atractiva de – las hambritas y aguajes – que éstas poseen. Acciones que sería deseable coordinarlas y encaminarlas por conducto de las autoridades, empresas y prestadores de servicios turísticos, agencias de viajes, transportistas, taxistas, hoteleros y restauranteros,

BOCADILLOS TÍPICOS QUE SUELEN SER DEGUSTADOS EN LAS ”HAMBRITAS COMITECAS DE MAYOR RELEVANCIA “

n La Olla Podrida ó – Frijoles Comitecos -- que es todo un –Tachilguil –o revoltijo de guisados a base de frijoles coloraditos, pulpa y cáscara de chicharrón de hijar – o de panza -- , manitas de puerco, ubre de res, carne salada, adobada, chorizo, longaniza, ajopuerros, jamón ahumado, chile chipotle, epazote, y las especias

n Las Tortillitas con asiento de manteca – o pellizcadas –, con salsa verde picosa, son como para voltear los ojos

n Guisado de sangre de cordero a la comiteca, a base de tomatito verde, yerbabuena, ajo, cebolla picada, chile al gusto y perejil – ñacas ñacas --

n Guisado de Lengua en Pebre

n Los Chinculguajes – o tortitas de maza rellenas de frijoles refritos con cebolla, chile y cilantro, cocidos en comal

n Pitaúles – tamalitos de frijoles frescos de la zona --

n La Chanfaina Comiteca

n Guisado de Ropa Vieja – Carne y verduras del cocido, picados y revueltos con huevo acompañados con frijoles de la olla

n Los chorizos y longanizas asados en brazas o guisados en salsa verde o roja

n La ubre de res asada o frita

n Tortitas de plátano rellenas de frijoles refritos o queso de la zona

n Las Tripitas o visceras de cerdo asadas o fritas

n Consomé Levantamuertos. Cocinado a base de – caracol de la zona – en guiso de ajo, cebolla, epazote y chile chipotle

n Tzitzimes – bien doraditos al sartén

n El Pico de Gallo, preparado con trocitos de naranja, cebolla y otras frutas

n Chilito Pastor a base de chiles – sietecaldos, cebolla y perejil picados, sal al gusto, limón o naranja agria y agregarle agua hirviente al servirse

n Zaquil – Salsa riquísima a base de pepita de calabaza molida, con tomatito verde, cilantro y cebolla picados. Es el aderezo ideal de los huevos fritos

n Butifarras, huesos de Tio Jul, chalupas y panes compuestos con pan francés, en su tamaño normal o en miniatura

n Ajopuerros, asados en braza o revueltos con huevo, exquisitos

…. Y, otros antojitos más que ya no caben acá

NOMBRE Y UBICACIÓN APROXIMADA DE LOS --- AGUAJES --- MAS VISITADOS DENTRO Y FUERA DE LA CIUDAD DE COMITAN

n --- La Castalia, al sur de la Ciudad. Barrio de Yalchibol.

n --- Las Cabañas y el Restorancito, al sur y fuera de la ciudad cercano a la comunidad de –Jatón –por la carretera internacional

n --- La Granja, en el barrio de la Candelaria

n --- La Casa Rosada, al oriente del Centro de la Ciudad

n --- La Casa al Final de la Calle, al oriente de la Ciudad por el rumbo de La Cienaga

n --- El Agus y Lucy IV, en el barrio de Nicalocóc, al sur poniente de Ciudad.

n --- El Paraje, carretera a Margaritas antes del entronque con la de Ocosingo – sólo para adultos con criterio –

n --- Las Chozas, carretera a Margaritas por el rumbo del CBTIS

n --- Tono Gallo, frente a la Colonia Miguel Alemán

n --- Comitán, que Lindo y que Rico, frente a la entrada a la Colonia Burocrática Miguel Alemán

n --- El Portón, dentro de la Colonia Miguel Alemán

n --- Viajero 1, entre la 1ª. Y 2ª Pte. Nte. Barrio de Guadalupe

n --- Camino Secreto y La Cama de Piedra, 1ª Calle Norte Poniente. Barrio de Guadalupe

n--- El Viajero III, en la comunidad y balneario de aguas salobres San Francisco Uninajab, cercano a la cabecera municipal de Tzimol

LIC.EUGENIO CIFUENTES GUILLÉN

NOTA: En su versión ampliada, este trabajo fue presentado en la Mesa de Folklor y Música Típica del XXX Congreso Nacional de Ciudades Mexicanas en la Cd. de Matamoros, Tamps., los dias del 25 al 27 de julio del actual.

¡Vida, vida por todos lados!

Voy en contra de la tradición. Me resisto a llamar "Día de muertos" a tal día. ¿Cómo llamar día de muertos a un día con ¡tanta vida!?
¿Cómo invocar a la muerte cuando todo invoca a la vida, a la alegría, a la contentura del espíritu y del cuerpo?
¿Cómo cubrir de negro algo que está tan lleno de color?
¿Cómo llamar flor de día de muertos al cempazúchitl tan lleno de trigo, tan dorado de Van Gogh, tan mancha de Tamayo, tan tierra del doctor Atl?
Sé que hay huecos, laberintos, por donde esta luz terrenal fluye eterna. Por esos huecos, los que ya no están reciben esta luz que enviamos con marimba, con tamboras, con botellas de trago, paquetes de cigarros y toneladas de mandarinas y trozos de cañas de azúcar.
Hay un hueco en donde el doble de la fotografía del altar recibe el aliento del copal.
Nube de incienso, camino de luz. ¡Todo es tintineo de vida!, como si este pasadizo no fuese más que un campanario sobre el mar, sobre la trenza del viento.
¿Cómo llamar día de muertos al río de luz que muestra el camino por donde se regresa a la vida?
Me resisto a la tradición de llamar negro al sol; me resisto a colgar murciélago donde hay tanto colibrí. Me resisto, me resisto.

sábado, 27 de octubre de 2007

El cielo de todos los cielos

Tal vez en los cuadros surrealistas es en donde aparecen más cielos. Los impresionistas dejaron sus buhardillas y salieron ¡a la luz! Pero, tal vez, los surrealistas son los creadores que más cielos han colgado en el cielo.
Mi vida está cifrada en una deliciosa rutina. Hay días en que esa rutina se interrumpe. Ayer dejé mi buhardilla y fui a saludar a Carlos. Carlos participó en un Congreso de Poesía, organizado por la Universidad Autónoma de Puebla (ahí también saludé a más poetas chiapanecos: a Gustavo Ruiz Pascacio (voz mayor), a Marcos Fonz y a su pareja, a Enrique Mellanes y a Óscar Herrán).
¿Cuántos años hace que no veía a Carlos? No sé con certeza, pero tal vez más de diez años. Hallé a Carlos afuera del salón de conferencias, lo saludé y la plática fue como si el espíritu de Fray Luis de León rondara por ahí, y junto con él dijéramos: "y como decíamos ayer", hay cielos que son intocados.
Después de su conferencia, Carlos me acompañó a comprar unas bisagras para unas cajitas de madera. Y es que las bisagras son necesarias en la vida: ayudan a abrir ventanas. Caminamos un poco sin rumbo fijo y en una esquina hallamos un aparador con máscaras de luchadores. Carlos, precisamente, buscaba una máscara para llevarle a su hijo Santiago. Y es que Carlos pone nubes a diario en "El camino de Santiago".
Mientras caminamos de regreso, Carlos se entretuvo en ver la cantera de los edificios circundantes. Son tantos siglos que ahí se dan la mano que de pronto uno piensa que el tiempo tiene huecos. Al llegar al atrio de San Juan, al lado de la rectoría, Carlos dejó de ver el horizonte y miró el cielo. No sé, pero yo creo que Carlos practica a diario un camino de ascención. Su ponencia tuvo esa característica que siempre lo ha definido: la pausa justa. Carlos se detiene a cada instante, en tanto camina, saca la cámara interna y toma la foto de algún cielo que percibe, que se asoma en medio de los árboles, que juguetea en algún patio o en la penumbra de alguna vecindad.
Es simpático leer en la ficha biográfica que Carlos es "candidato a Doctor en Humanidades y Artes", suena a algo como un bordado barroco, pero así es, un día de estos Carlos obtendrá su doctorado y seguirá dando clases en la maestría, en el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica; y seguirá caminando su camino de Santiago; y seguirá colgando cielos en todos los cielos.
Ayer interrumpí mi rutina. A veces vuelo por otros cielos y encuentro que hay hombres que no caminan por la vida con la cabeza agachada, como si buscaran alguna moneda extraviada en el suelo.

jueves, 25 de octubre de 2007

Los basureros del mundo

La noticia es real y simple: "Un Tamayo fue hallado en un bote de basura".
El hecho crudo es que un cuadro robado veinte años atrás fue encontrado por una persona que caminaba al lado de un basurero.
Pero hay algo más atrás de este suceso.
En principio la historia de la persona que halló el cuadro tiene muchas inconsistencias, pero no quiero hablar de éstas.
Quiero hablar, brevemente, del simbolismo que encierra el hecho de que "una pintura famosa esté adentro de la basura".
Un cuadro valioso, tanto en valor artístico como en valor económico, apareció en medio de la basura.
Si lo vemos bien, muchas cosas valiosas las botamos a diario en el bote de basura.
Lo esencial de la vida es como ese cuadro de Tamayo.
A veces no nos damos cuenta de que alguien nos roba lo esencial; a veces no nos damos cuenta de que extraviamos lo más importante.
A veces hay gente que camina y halla nuestros mejores colores adentro del basurero.
Otros son los que levantan esos brillos y los vuelven a pulir.
¿Ejemplos? Hay muchos. No sólo en el plano personal, sino también en el comunitario.
Cientos de comitecos hablamos del caso Comitán-San Cristóbal, por ejemplo.
Los comitecos hemos tirado a la basura muchos Tamayos. Y lo peor es que lo hemos hecho porque no hemos valorado el tesoro que poseemos.
En el pueblo, valga el símil, tenemos miles de Picassos, miles de Chagalls, miles de Tamayos, miles de Van Goghs, y ¡no nos hemos dado cuenta!


miércoles, 24 de octubre de 2007

En la radio de Puebla

Comparto con los lectores el epigrama que escribí, y leí hoy en "Revista Doce Ochenta", programa radiofónico que conduce Jesús Ramos, en la estación 1280, radio ABC, de Puebla.

Anoche se llevó a cabo el debate entre los seis candidatos a la presidencia municipal de Puebla.

Sale EPIGRAMA


Con las manos amarradas

estuvieron formalitos,

como si fueran santitos

que no hicieran cochinadas.


Contaron puras hazañas,

juego de pago por ver,

y no se pudo saber

quién tiene más malas mañas.


¿Qué buscan con tanta fruición?

¿Qué con tan buena presencia?

¿Acaso la presidencia?

¿O la canonización?


En la escena del debate

ninguno de ellos brilló,

y desde lejos se oyó:

“¡Ni lo mueven, ni se bate!”.


El teleauditorio vio

un debatido de entuertos.

Acá en Puebla el día de muertos

ya se nos adelantó.


Día de muertos celebrando

con coronas y mortaja,

cinco estarán en su caja,

y uno ¡vivito y coleando!



Fue debate sin rodillos

que nos dio una pena ajena,

y sólo valió la pena

¡el queso de bocadillos!

martes, 23 de octubre de 2007

Las cosas simples

¿Cómo comienza un sueño? No lo sé. Ahora, mientras escribo, hago una pausa y voy a la ventana. Veo el cartel pegado sobre el poste de luz. Ayer no estaba. Debieron colgarlo durante la noche. El cartel promociona el concierto de Sabina y Serrat. Se presentarán en Puebla un día de noviembre.
¿Cómo comienza un sueño? No sé. Tal vez un día Joaquín y Joan Manuel coincidieron en algún lugar y uno de los dos tuvo una ocurrencia. "¿Y si hacemos tal cosa?", dijo uno y el otro recogió el sueño como si fuera suyo.
Tal vez los sueños comienzan así. Tal vez todo comienza así.
Cada sueño encierra una aventura. Las grandes creaciones del hombre han comenzado como un sueño. "¿Y si...?" se preguntó Gandhi, lo mismo se preguntó Picasso. Lo mismo se pregunta cada hombre que cree que es posible sembrar trigo sobre el cielo.
Raúl Espinosa, con sus caricaturas, se hizo algún día esa pregunta; Luis Armando, con su "Entretejas", igual. Lo mismo hicieron Cadomi, Carlos Rojas y demás periodistas que hoy conforman la red. Lo mismo hizo Carlos Gordillo con su página de Comitecos punto com.
Desde mi ventana veo el cartel. El poste es de esos arbotantes especiales para bulevard, de esos árboles metálicos que se dividen en dos ramas en su parte superior para iluminar las calles paralelas que divide el camellón. El cartel (¡qué coincidencia!) también tiene esta estructura. De la base salen los torsos unidos de los cantantes. Cuando se abren, se abren en sonora carcajada. Serrat, a la izquierda, y Sabina, a la derecha, tienen los rostros elevados al cielo y ríen, ríen, como si la vida no fuera más que un simple juego, una mera ocurrencia, un instante en donde un hombre se pone serio y dice: "¿Y si...?"
Mientras escribo hago una pausa y me acerco a la ventana. Veo el cartel y oigo la risa de ambos. ¡Qué brutos, parece que disfrutan la vida de más! Parece que disfrutan el juego del sueño.
¿Cómo comienza un sueño? Tal vez basta abrir los ojos, mirar, ponerse de pie y comenzar a caminar.

lunes, 22 de octubre de 2007

La bitácora de Roberto Coello Trejo

Recibí un correo con la columna periodística de don Roberto Coello. Acá va, para el conocimiento de quienes visitan esta libreta de apuntes:

Político el caso Barrios Zea
Roberto Coello Trejo

La verdad, a estas alturas del juego y cuando las cartas ya están sobre la mesa, es difícil pronosticar cuál será el futuro del doctor Ángel Barrios Zea, hasta hace un par de días alcalde de la ciudad de Tapachula, municipio donde se desataron los “demonios” acicateados desde la oficina del “vice gobernador” Rodríguez Lozano, para que los señores legisladores, que volvieron a caminar como corderos sin dueño, se dieran a la tarea y sin trámites legislativos de por medio, a desaforar sin más trámite que la “orden” al hoy ex alcalde y así llevarlo -si lo pescan- a la hoguera para quemarlo vivo.
Los delitos que le imputan al doctor Barrios Zea es, supositoriamente, por haber despilfarrado los recursos del erario público ya que dicen, no los legisladores porque existe malestar profundo entre la mayoría porque la acción fue producto de un “acto autoritario”, dispuso de dinero que se supone es del pueblo y para el pueblo sin haber permeado de por medio la ¿conciliación?; esto es gozar del derecho de audiencia -sin tener la espada sobre la cabeza- para demostrar conforme a los tiempos que el propio Congreso establece y que opera con otros que son tan o peor que el supuesto “pillo” Barrios Zea, en qué se erogaron los recursos que hasta donde se sabe, nos imaginamos para qué, a mediados del año pasado.

Al anterior “delito” hay que agregar el verdadero que es “político”, así los panageristas afirmen lo contrario. El no haber acatado la “orden” que emanó de un sátrapa y traidor como Amador Rodríguez Lozano, obviamente no actuando en forma unilateral, para que toda la maquinaria oficial se pusiera el servicio del señor Adolfo Zamora, candidato de Acción Nacional a la alcaldía “huacalera” y con ello, escamoterarle al priista Ezequiel Orduña un “triunfo anunciado” haciendo a Zamora alcalde por “imposición” y “fraude” y así cumplir el compromiso cupular amarrado en lo “oscurito” de entregar al panismo ese reducto de la geografía chiapaneca.
El doctor Barrios Zea tal vez dispuso de los recursos públicos para enriquecerse, hecho que serán las autoridades, llegado el momento, las que lo determinarán si así fue; para obras públicas que aparecen en la contabilidad pero que Lenguardo y socios se niegan a ver en su afán revanchista, o para otras cuestiones que se mantendrán en el silencio y oscuridad complicitorio porque forman parte del sistema político que pese a la dizque democracia sigue permeando con valores agregados.
La verdad no creemos que el doctor Barrios haya sido un pésimo gobernante y que se haya enriquecido en forma descarada. Creemos, como todos, que tiene defectos, quizá grandes y graves, pero que con todos esos defectos tiene dignidad situación que hacía más que imposible y hasta aberrante, así la orden haya provenido de los más altos círculos de poder, que pusiera al servicio del que lo golpee, con todo la impunidad del mundo a través de su medio informativo desde el mismo momento en que asumió el cargo, hace ya casi tres años, no sólo los recursos públicos de los tapachultecos sino de sus colaboradores y de el mismo,
La verdad s—lo alguien fuera de sus cabales puede pedir el que un hombre se rebaje y denigre a esos niveles.
Simplemente el doctor Barrios Zea prestó oídos sordos. Siguió trabajando o ¿robando?, como quiera que sea, y dejó que fuera la sociedad tapachulteca la que en las urnas determinara si un pelafustán como Zamora se alzaba con el triunfo, o que fuera el pueblo, el que finalmente se decidió por el priista Ezequiel “cheque” Pola, que pese a enfrentarse a una elección de Estado y soportar amenazas y toda clase de insultos en los medios escritos y hablados, salió avante porque contó con el apoyo indiscutible del pueblo de Tapachula que ya está cansando de las imposiciones, las amenazas y el autoritarismo que se está dejando sentir a lo largo y ancho de la geografía chiapaneca.
Al redactar estas líneas se desconocía el paradero de Barrios Zea, quien fuera desaforado sin ningún decoro por los “levantadedos”. El sabe perfectamente que en este tipo de negocios le inventan hasta de que se puede uno morir. Sabe que hay dos tipos de justicia; la que aplica a los “raterillos” comunes y los “graduados” en la alta escuela de la delincuencia y la justicia política. Cuando existe la “línea” de “joder” así no existan elementos de peso para consignar, estos afloran de las “chisteras” de los ahora “fiscales” y con ello cumplir el no haber acatado las ordenes que se giraron.
Para bien de los tapachultecos el doctor Barrios Zea aguantó los embates y los golpeteos que sin misericordia recibió de aquí, allá y acullá y no permitió la imposición que hubiese sido letal para un pueblo que tiene todo para ser grande. Sus paisanos, los que llevaron al triunfo a Ezequiel Pola, deberán demostrar con hechos no sólo su lealtad al que impidió se consumiera una rapacidad, sino ir de la mano del “cheque” para dejar de manifiesto -en donde se toman las decisiones- que él sabrá cumplir y sacar adelante con tezón y lealtad lo que Federación y Estado tienen programado y proyectado para esa vasta región de nuestra entidad.

La casa de Maestro Paquito - cuatro (y último)

Así como llega el tiempo de lluvias, nos llegó el tiempo de la preparatoria y de la universidad. Me olvidé de la casa, mi emoción recorrió otras esquinas. En la ciudad de México visité el Museo de Arte Moderno, el Tamayo y demás ventanales que se me ponían enfrente.
Mas un día, sin aviso previo, las lluvias acabaron, los impermeables fueron a dar al fondo del ropero de madera de cedro, y regresé a Comitán. Los museos sólo eran un polvo en la memoria.
Ya para este tiempo - años ochentas- sabía que Maestro Paquito era pintor (los cuadros que vi en la sala habían sido pintados por él). Un día que fui a San Sebastián toqué en la puerta de la casa de Maestro Paquito, su esposa abrió y me dijo que él estaba en su estudio, me indicó la escalera y yo subí. El estudio del maestro estaba en la parte superior. Los amplios ventanales seguían siendo la principal característica. Su estudio estaba lleno de luz, la luz iluminaba los formones, martillos, cepillos y demás chunches de carpintero; la luz iluminaba los tubos de óleo, los aceites, pinceles y demás chunches que él usaba para llenar de luz las telas en blanco.
Muchas veces subí a su estudio, muchas veces me sentí ave. Yalchivol, San Sebastián y Los Sanjones eran el sembradío de trigo que se regaba allá abajo. A veces el maestro sacaba los marcos para barnizarlos y yo me acercaba al pretil de la azotea. Con los codos sobre el murete miraba hacia abajo. A veces eran las dos de la tarde y los alumnos del Colegio Mariano N. Ruiz subían por la calle principal, yo los veía desde esa atalaya. ¿Algún muchacho de esos que caminaban allá abajo soñaba con los trazos de la gruta de Altamira?
¿Con qué agua sacia su sed el hombre que sueña con los colores en Comitán?
Ayer vi una foto del Guggenheim de Bilbao. El museo está edificado a la orilla de un río, es como una inmensa flor metálica. La casa de Maestro Paquito es más modesta, pero también es una nube amable que florece a la orilla del río en donde caminan los alumnos del Colegio Mariano N. Ruiz. Es más modesta, pero tiene una ventaja con respecto al Guggenheim de Bilbao, también sirve como morada.
Muchas de las casas de Comitán tienen esta virtud, antes que habitación son fábricas de objetos. La casa de Maestro Jorge es un vívero, la casa de Luis Felipe es un estudio de grabación. La casa de Maestro Paquito fue un horno en donde, como si fueran panes, los sueños se esponjaron al contacto con la levadura.

domingo, 21 de octubre de 2007

La casa de Maestro Paquito - tres

Mientras medio mundo veía en la televisión cómo los italianos metían cuatro goles en la portería defendida por el "Cuate" Calderón (los perversos le decían "Coladerón"), yo veía hacia la pared de la sala. Ambos cuadros representaban escenas que parecían sacadas de la Biblia.
Sólo otra pared de Comitán me había causado tal impacto. Todos los domingos iba a misa al templo de Santo Domingo. El padre Carlos, que era un hombre amante del arte, mandó a pintar enormes cuadros al óleo que colgó en las paredes del templo.
La casa de maestro Paquito poseía la misma magia. ¡Sí, eso era! La casa de Maestro Paquito era tan diferente a todas las demás casas comitecas porque era una galería que también usaban como habitación.
Muchas casas de Comitán jugaban ese juego. La casa de Armando, por ejemplo, era un taller mecánico, y la casa de Mario era una panadería.
Hay casas que sólo se usan para habitarlas, hay otras, como la casa de Maestro Paquito, cuya vocación escapa de lo cotidiano. La casa de Maestro Paquito era una galería, ¡un museo!
Al final del partido todo mundo estaba enojado, triste. México perdió cuatro goles a uno. Yo no comenté nada, pero sonreía en mi interior: ¡había sido una mañana fantástica! ¡Conoci una galería y vi el juego en donde Italia -tierra de mis ancestros por el lado paterno- le dio una tunda a los mediocres mexicanitos!
Casi casi salí gritando: !Que vivan los azurri! ¡Que viva Florencia! ¡Que viva la galería Uffizi y la galería de la casa de Maestro Paquito!
En ese tiempo el templo de Santo Domingo era el único lugar de Comitán en donde podía mamarse el arte. Los cuadros pintados por el Maestro Güero -comiteco que estudió un rato en la Academia de San Carlos- llenaban de luz la galería siempre en penumbras. Yo acostumbraba sentarme al lado de un cuadro pintado en tonos tierra, en tonos grises. En el centro estaba la imagen de un dominico y al lado de éste un perro famélico. Ambos, el perro y el monje, tenían una mirada triste, como si la esperanza estuviera mucho más allá de la línea del horizonte que, justo a la mitad, cortaba el cuadro en dos partes: la tierra y el cielo.
(Dios mediante, continúo mañana).

sábado, 20 de octubre de 2007

La casa de Maestro Paquito - Dos

La mayoría de casas comitecas tenía un sitio, la casa de Maestro Paquito ¡no!
¿En dónde jugaban, entonces, los niños de esa casa? ¿En qué árbol colgaban sus sueños? Desde la calle no se veía ningún árbol. En lugar de ramas para colgar columpios, sólo se veían enormes ventanales.
Subía y bajaba por la calle de San Sebastián y siempre veía esa casa que era como un faro. ¿A qué barco le indicaba la proximidad de la playa, el peligro del atolón?
Pero un día entré a esa casa. El catorce de junio de 1970 entré por primera vez a la casa de Maestro Paquito.
Mis cuates y yo entramos a la sala y luego al comedor. Lo primero que me sorprendió fue que hallé un lugar en donde parecía haber ¡más luz! ¡Qué raro! Por lo regular, las demás casas comitecas eran oscuras adentro de los cuartos y la casa de Maestro Paquito tenía más luz. Era como si el sol estuviera adentro y no en la calle, como si, en efecto, hubiera algún faro para guiar a los espíritus extraviados. Pero esa luz no provenía de los ventanales que filtraba la luz de afuera, ¡no!, la luz provenía de las paredes de la sala. Dos grandes cuadros pintados al óleo eran como lámparas. Me acerqué con cierta timidez, miré los colores brillantes, casi sin matizar; miré que los cuadros tenían marcos perfectamente barnizados en una laca de color café oscuro.
¿Por qué entramos a la casa de Maestro Paquito ese día? El mundial de fútbol de 1970 estaba en desarrollo. El domingo catorce estaba programado el juego de octavos de final entre México e Italia.
En ese tiempo pocas casas tenían televisor. Era necesario instalar antenas enormes sobre los techos de las casas. Las antenas se orientaban con rumbo a Guatemala y, si había suerte, el televisor detectaba la señal de algún canal Guatemalteco. Alguien nos dijo que en la casa de Maestro Paquito se vería el partido y allá fuimos mis cuates y yo.
(Dios mediante, continúo mañana)

viernes, 19 de octubre de 2007

La casa de Maestro Paquito

A las dos de la tarde salíamos de la secundaria. Éramos alumnos del glorioso Colegio Mariano N. Ruiz. Los que vivíamos "arriba" debíamos caminar por "la subida" de San Sebastián (por la mañana caminábamos "la bajada" de San Sebastián para llegar al Colegio).
Fue por esos tiempos (mil novecientos sesenta y nueve) que me fijé en la casa del Maestro Paquito. Justo al terminar "la subida" aparecía la casa como si fuera la torre del encargado de vigilar el valle extendido a sus pies.
El pueblo de Comitán tiene mucho de la herencia indígena debido a que está construido en un cerro. Sin excepción, los antiguos moradores de esas tierras eligieron lugares altos para construir sus ciudades. Los lugares altos les permitían vigilar el valle y descubrir el asalto de posibles tribus enemigas; y, además, les permitía estar cerca de los Dioses, alcanzar las estrellas.
La casa del Maestro Paquito era la nota discordante, en medio de casas con balcones de madera y de hierro forjado, y con techos de teja color rojo quemado, aparecía esa estructura de tres plantas y amplios ventanales. La casa del Maestro Paquito, junto a otras edificaciones, era la bandera que indicaba nuevos tiempos arquitectónicos para Comitán.
Todos los días veía la casa, me daba una especie de escozor, como si al meter la cuchara en un plato de lentejas yo hallara un grano de algo desconocido.
Como todas las casas del mundo, la casa del Maestro Paquito me resultó distante, hasta que un buen día entré en ella. Entrar a una casa es descubrir el espíritu del que la habita.
(Dios mediante continúo mañana)

jueves, 18 de octubre de 2007

¡No se-a-burra!

Un día, o una noche en el Teatro Junchavín, Óscar Bonifaz dijo que no volvería a presentar un libro, porque las presentaciones son muy aburridas. El 25 de este mes presentarán en Tuxtla un libro de Antonio Ramos, dentro de los presentadores está la narradora Nadia Villafuerte. Nadia dice: "Sé que todas las presentaciones de libros son aburridas...".
¿Por qué los mismos hacedores de libros apuestan por la aburrición?
Las presentaciones son aburridas porque no son como una plática de café o como la plática en la banca de un parque o en la tibieza de una sala familiar.
Las presentaciones de libros son aburridas porque estos tiempos nos han hecho creer que la imagen es la única posibilidad de diálogo.
Algo hay de cierto, o mucho, en lo que dicen Óscar y Nadia. La poesía, por ejemplo, no es fruta para pelar en público, la poesía es flama para la intimidad, para el diálogo con Dios.
El libro es un objeto que expone sus mejores zumos cuando, en medio de las páginas, no hay más aire que el del lector y el aire de la creación.
Pero no debemos darnos por rendidos. No se trata de eliminar las presentaciones de libros (mi amigo Fabio Morábito, enorme poeta, me cuenta que las grandes editoriales ya han cancelado las presentaciones de libros, ahora simplemente formulan un circuito donde los autores presentan sus libros en los medios de comunicación).
Tal vez ha faltado ¡imaginación!
Las presentaciones deben ser algo como un juego. A final de cuentas se trata de compartir y para compartir no hay cosa mejor que invocar a los duendes de la fantasía y de la imaginación.
En algún momento la palabra perdió su brillo, su chapoteo, su capacidad de viento. Los creadores debemos dar una pulidita a la palabra para que tenga el fuego que tuvo antes.

miércoles, 17 de octubre de 2007

De epigramas y otras vainas

El programa radiofónico: "Revista Doce Ochenta" se trasmite de lunes a viernes, de ocho a nueve de la mañana, en la ciudad de Puebla, a través de ABC Radio, 1280 am. El destacado periodista Jesús Ramos conduce dicha emisión. Chucho me invitó a colaborar, y, así, los miércoles de cada semana participo con un epigrama (Chucho dice que es una innovación, ya que en Puebla no se había realizado tal género en radio).
Para compartir con los lectores de este cuaderno de apuntes, copio el epigrama que leí el día de hoy en la radio poblana.

Ayer informaron que costará 32 mil pesos el servicio de café que ofrecerán en el debate de los candidatos a la presidencia de Puebla.

Sale EPIGRAMA

Resulta que en pleno octubre

hay alguien que hará su agosto,

pues con un servicio angosto

ancho se pegó a la ubre.


Con este cobro excesivo

Dios nos coja confesados,

pues los cafés copeteados

son el negocio de un vivo.


Se paró el gasolinazo

pero en Puebla ya asomó

un mesero que ganó

con un simple “cafetazo”.


Será de lujo el debate,

será un debate muy chido,

un debate debatido

con churrito y chocolate.


Será un debate de embrujo,

rostro tapado con burka,

siempre y cuando sea Niurka

nuestra mesera de lujo.


Sólo así se justifica

este cobro con exceso

que Niurka nos mueva “eso”,

eso que pica y repica.


(Dos notas:

primera: aludo a la figura de Niurka, porque se presentó en Puebla, el domingo pasado, en un evento popular del candidato del PAN a la presidencia municipal de Puebla;

y segunda: el próximo 23 de octubre se efectuará un debate entre los candiatos para la presidencia de Puebla. El 11 de noviembre los poblanos elegirán a presidentes municipales y diputados locales).

martes, 16 de octubre de 2007

La ruta del taco

Tenían su encanto especial. Eran tacos de carnitas que preparaba Belis. Por algún tiempo, Belis tuvo su taquería al lado del cine Comitán, luego, una tarde desapareció y lo fuimos a hallar como ayudante en la cantina de Tío Tavo. Le preguntábamos por sus tacos, porque los extrañábamos, pero él, por ese tiempo, no estaba dispuesto a darnos gusto. Le perdimos la pista, hasta que un día Javier llegó y nos dijo, con emoción, casi casi como si hubiera hallado un tesoro, que había hallado la pista de Belis. Javier -que siempre ha sido un fanático de los tacos bien hechos- nos dijo que Belis había puesto su "puesto" en la salida a Margaritas. Le dijimos a Javier que nos llevara. A esa hora, ya casi las siete de la noche, nos subimos a su carro y Javier nos llevó. Llegamos a una calle sin pavimento apenas iluminada con una lámpara a mitad de la calle. El local de Belis estaba en una calle perdida a media cuadra de la carretera que va de Comitán a Las Margaritas. Bajamos del carro, hallamos a Belis, detrás de un cristal empañado y un foco cubierto por la parte de arriba con un pedazo de papel estraza. "Que sean dos de maciza, Belis", dijimos todos a la vez. Nos sentamos mientras un hijo de Belis nos servía un plato con rábanos y otro plato con sal y limones partidos a la mitad. Belis puso las tortillas sobre el comal y comenzó a cortar la maciza sobre una rueda de madera de pino.
Belis había cambiado de religión y siempre que llegábamos a su galerón de madera lo oíamos entonar alabados.
A veces estábamos tranquilos en el parque y alguien de nosotros comenzaba con el antojo: "¿cómo les caería unos taquitos?". Nuestras papilas gustativas comenzaban a llenarse de deseo, de carne de cuch, pero de la que preparaba el Belis. No importaba que no tuviéramos carro a la disposición, abandonábamos la banca del parque central y bajábamos hasta La Pilá, ahí torcíamos a la derecha y caminábamos sin parar hasta llegar a la calle que desembocaba en la carretera a Margaritas y bajábamos, como si estuviéramos en un tobogán, hasta llegar al local de Belis. Entrábamos en tropel, nos peléabamos las sillas de madera pintadas en azul, Belis le subía el volumen a la grabadora y le pedíamos cuatro de maciza y dos de surtida. Belis, detrás del cristal empañado, con su rostro sudoroso, con su mandil sucio, calentaba las tortillas mientras cantaba los alabados. Así, oyendo alabados, cenábamos esos tacos que eran como maná. Javier bromeaba, decía que si alguien nos propusiera cambiar de religión con tal de seguir probando los tacos de Belis, él estaba dispuesto a hacerlo.

La columna periodística de Roberto Coello Trejo

Recibí un correo de don Roberto Coello Trejo con su columna periodística. La copio a continuación para el conocimiento de mis lectores.

En Tuxtla, abstencionismo e ilegitimidad

Roberto Coello Trejo

El pasado siete de octubre, día en el que se eligió en forma ¿democrática? a los 118 presidentes municipales y se renovó al Congreso Local, pasó con más pena que gloria especialmente para el partido en el poder, así políticos y panegiristas se quieren llenar la boca afirmando que hubo más votación que el pasado ejercicio electoral, y que desde 1994 no se registraba una votación como la emitida el pasado domingo siete.

Desde luego que cada quien habla como le fue en la fiesta y trata de acomodar las cifras a su real entender como, eso sigue pensado la clase política, si los chiapanecos no tuvieran memoria y fueran una parvada de ignorantes. No hay tal. La elección del domingo siete fue la confirmación, al menos para la capital del Estado, que sigue prevaleciendo el abstencionismo gracias precisamente a la imposición, al autoritarismo, el trapecismo aberrante e insultante, a los amasiatos de acuerdo a los intereses de los partidos políticos, la compra descarada de votos, los golpes sucios y debajo de la mesa, las malas jugadas entre los candidatos, la falta de respeto a la sociedad y naturalmente a las negociaciones en lo “oscurito” que provocó que en Tuxtla Gutiérrez, en el que hubo derroche desmesurado, el abstencionismo fuera del 63 por ciento y lo que se dice a voz a cuello; la elección vinculada al Estado. De lo demás, y que merecería otro comentario por separado, Acción Nacional volvió a respirar, el Revolucionario Institucional le arrebatara una buena cantidad de municipios a la coalición, y que Convergencia se diera el lujo de conquistar, ellos solitos, dos alcaldías.

Son cosas que suelen suceder en las democracias que, como decía Adolfo Suárez, primer presidente del gobierno español después de la caída de Franco, “puede ser más o menos buena, pero lleva en sí unos altos niveles de perfeccionamiento. Y la perfección máxima consiste en la convivencia perfecta. Hay que crear las condiciones necesarias para convivir por encima de las ideas políticas y que las ideologías no dañen las relaciones de amistad y vecindad”.

¿Será posible una convivencia perfecta cuando insistimos, sólo acudió a las urnas el 37 por ciento de tuxtlecos, de la capital del estado, para designar a su alcalde?. Es más que obvio. Tuxla no accedió a los “usos y costumbres” donde los momios compaginan con la imposición y las negociaciones oscurantistas. Tuxtla no sólo no cayó en el juego de la perversidad, si no que fue testigo de una contienda totalmente desigual e inequitativa en casi todos los aspectos, pero esencialmente con la imposición de un ciudadano ciertamente honorable pero desconocido, así haya visto la primera luz en la tierra de sus padres, y que volvió 30 años después para hacerse cargo no de un “rancho” si no de los destinos de un pueblo que sigue siendo vilipendiado y engañado, aunque en estos momentos que redactamos estas líneas si gozamos de agua “todo el día” porque no ha dejado de llover.

La verdad son cosas que ya no deben permitirse ni tolerarse. Los tuxtlecos no acudieron a las urnas porque ya sabían, tal vez beneficiarios de ese don, que se levantaría con el triunfo, aunque en forma más que pírrica, el que llegó hace tres años, como el que lo trajo, para quedarse y seguramente con una agenda política bastante amplia que le permita -si el güero se lo permite- con parte de la generación de jóvenes, con las mismas mañas de los viejos, hacer carrera en el terruño que lo vio nacer. Al menos tiene ese punto a su favor en relación al que le disputa las planas de la prensa al titular del Poder Ejecutivo.

Muchos podrán preguntarse por qué ilegitimidad. Bueno, es que para ser auténtico y sentirse con el derecho de gobernar sin distingos ni compromisos, el porcentaje de votos debió de haber sido más amplio. El tener y contar con la certeza que más del 50 por ciento de los tuxtlecos empadronados que habrá de gobernar incluidos esos viejitos que reciben mes con mes un apoyo; de los jóvenes -muchos profesionistas- a los hizo a un lado, con los que obviamente no hará equipo para tratar de ir resolviendo, sin demagogia y populismo, los graves problemas que confronta una sociedad cosmopolita.

Los cálculos estuvieron equivocados. Tuxtla no sólo esta habitado por tuxtlecos; no señores, Tuxtla lo mismo tiene indígenas de Cancuc o Chenalhó que guatemaltecos, hondureños, etc., etc., que al fracasar en su sueño “americano” determinaron quedarse en tierras chiapanecas con la esperanza de aspirar a gozar de un mejor nivel de vida.

Pero en fin así no se hayan cumplido las expectativas. Tuxtla y Tapachula eran las incógnitas del proceso. Los tapachultecos desde luego no cedieron al chantaje, a la presión, a las amenazas hasta de muerte, y a los despidos injustificados que dictó el “vice gobernador” Amador Rodríguez Lozano -se dice operador político- que aprovechándose de las circunstancias, en un clásico “pinochetazo” se posesionó de la dirección general del Instituto de Administración Pública, hecho que confirma no sólo la clase de “cucaracha” que es, si no que para él no hay amigos, y los que tiene son por intereses con lo que pasa a ocupar un puesto importante en la lista de mitómanos.

Los tapachultecos no cedieron ante los panuchos alentados desde donde usted ya sabe, porque por más que le dieron vuelta al asunto no doblaron a Ezequiel Orduña, priista que sabía que a sus paisanos de convicción lo que les sobra es “testosterona”.

Lo demás quedará para la historia. El PRD, sin decisión de por medio perdió alcaldías aunque mantuvo, por un pelo la mayoría en el Congreso que podría revertirse al convertirse en “independiente” algunos de sus coaligados. Los “verdes” ni se apenan ni se acongojan. Su proyecto camina aunque ya tienen, del mismo corral, otra cuña. Intereses son intereses.

Es hora de definiciones. El gran ganador fue el PAN; los priistas recuperaron terreno, en tanto la coalición, que es gobierno, dejó mucho que desear por cuestiones arriba señaladas. Habrá que tomar en cuenta lo que externa la vox populi, que riñe abiertamente con las encuestas mandadas a hacer a la medida que ordena el cliente.

Horas de definiciones ideológicas y ello amerita pensar, cavilar, tomar decisiones y hacer caso omiso al canto de la sirenas.

lunes, 15 de octubre de 2007

Boquitas y tapas

En Guatemala son "boquitas", en España son "tapas" y en Comitán son "botanas". Son la compañía ideal de los aperitivos (bueno, decir aperitivo es una manera amable de llamar a "los tragos", un eufemismo).
Los términos para designar a los psicolabis son exactos, porque, de una o de otra manera, hablan de "tapar" un huequito, de entretener un vacío. Si busco en el diccionario la palabra "botana" hallo que viene de bota y, en España, se aplica al remiendo que se coloca en los odres para que no se salga el líquido.
Por esto, bendito Tío Tavo (maravilloso cantinero comiteco, creador de "las macharnudas" y de las tortas de lonjas de chicharrón de hebra más sabrosas del mundo).
Tío Tavo pasaba la botana en un plato un poco más grande que una corcholata, cuando uno de los bebedores reclamaba lo miserable de la porción, Tío Tavo se secaba las manos en su mandil y decía: "Es botana, no es comida, hermano".
Frase maravillosa que sintetizaba la esencia de la botana.
Conocí más de mil cantinas, probé más de mil botanas, pero en ningún lado hallé la magia que existía en la cantina de Tío Tavo. El ritual era importante. Cuando terminábamos de comer las botanitas (siempre ensartadas con un palillo a través de un movimiento pulcro y cuidadoso), tomábamos "el caldito" sobrante. El jugo de limón con jitomate, perejil, cebolla, picante y sal, que había marinado los pedacitos de chicharrón o de butifarra, quedaba como una resaca divina en el fondo del plato. Por turnos, cada uno de los comensales tomaba con ambas manos el plato, llevaba éste a la boca y le daba un pequeño sorbo al jugo, y pasaba el plato hacia el compa de la derecha. Era todo un ritual de amistad, de jolgorio, de camaradería. Era toda una lección de vida: siempre hay que compartir, lo mínimo y lo grandioso.
Por todo esto, ¡benditas las botanas! ¡Bendito Tío Tavo! Bendito porque nunca nos dio de comer, simplemente tapó nuestros odres con una botana para que, de viejos, no se riegue el líquido del espíritu.

domingo, 14 de octubre de 2007

Cine al aire libre

Eran otros tiempos. No había llegado la televisión a Comitán. El cine era la única lámpara mágica. Y regaba su luz de tal manera que la empresa Coca-Cola organizaba funciones de cine al aire libre.
Durante la mañana un camión cerrado píntado en rojo, con un altavoz en la parte de arriba de la cabina, anunciaba la función para la noche. Cuando la función era en alguna calle, ésta era cerrada al tráfico y la gente acudía puntual a la cita. Cada espectador cargaba su silla de madera y ocupaba su lugar frente a la pared en donde colgaba la pantalla. Desde una ventana del camión el empleado proyectaba la cinta. En muchas películas se repite una escena similar (ahora recuerdo la escena de la película "Cinema Paradiso" en donde Alfredo -el proyeccionista- hace magia y proyecta la película sobre la pared de una casa situada en una plaza).
Recuerdo, de manera especial, una función que la empresa dio en el patio interior del Hotel Montebello. La pantalla quedó suspendida de los enormes árboles que habían (o hay) en el patio central. En maravilloso blanco y negro, a las ocho en punto de la noche, comenzó la función. El título se escapa de mi memoria, pero lo que está fijo es el actor principal: Tarzán, el rey de los monos (el mítico Johnny Weissmuller)
El patio se llenó de gente. Con los ojos bien abiertos, niños y adultos veíamos cómo Tarzán oteaba desde su atalaya de árbol el río lleno de cocodrilos. Un río basto, enorme garganta ahogada en agua, río impetuoso como el coraje de un bantú o alguna otra raza africana.
No creo que haya existido en el mundo una escenografía similar para una película de Tarzán. Por momentos parecía que Tarzán salía de la pantalla. En su movimiento exacto de simio columpiándose de una a otra liana parecía apersogarse de una de las ramas del inmenso árbol del patio del hotel. Su grito nos recorría la piel como un látigo fantástico. Tal vez algún eco queda de esa noche maravillosa.
Eran otros tiempos.

sábado, 13 de octubre de 2007

Cine Montebello

A veces creo que lo soñé. En la vida hay sustancias muy frágiles. Nadie más habla de esa característica del Cine Montebello.
Yo recuerdo al cine con su fachada de azulejos azules, como si fuera un enorme sanitario. Y esto precisamente es lo que más recuerdo del cine: sus sanitarios.
A veces lo platico en otras ciudades y ¡no lo creen! Los sanitarios del cine Montebello estaban adentro de la sala y todo mundo se daba cuenta de quién entraba o salía.
Pero, no sé. A veces dudo. ¿Algún compa comiteco de mi generación -y cinéfilo igual que yo- puede decirme si esto lo soñé o en realidad así fue?
Recuerdo que compraba el boleto de entrada, luego -en la dulcería- compraba una bolsa de cacahuates japones y un vaso de pepsí (el refresco lo servían en vasos encerados que yo creo ya no hacen), ya luego entraba a la sala (insisto, el color que dominaba era el azul, incluso la cortina que limitaba el lobby con la sala era de ese color).
Me sentaba en la última fila de la sala, cerca de la entrada (por aquello de poder salir pronto en caso de que ocurriera un incendio).
Y recuerdo, como si ahora mismo lo viera, que al lado de la pantalla estaban los sanitarios (en el extremo izquierdo el de damas y en el derecho el de caballeros), de tal suerte que cuando alguien -hombre o mujer- entraba al baño la luz del interior obligaba a todos los espectadores a dejar de mirar la pantalla y, en acto reflejo- ver hacia el baño.
Sé que platicado así ¡no es creíble!
Sin embargo yo recuerdo que así era.
A veces dudo porque repito una y otra vez: ¡no puede ser! Una idea así de loca ¡es increíble!
Sin embargo, a veces estoy dispuesto a apostar doble contra sencillo que así era.
¿Alguien vio lo mismo que yo? ¿Alguien?

viernes, 12 de octubre de 2007

El Museo de la Ciudad

Uno de los candidatos de la pasada contienda electoral propuso hacer un museo de arte contemporáneo en Comitán. Fue una ocurrencia infeliz. Comitán no necesita un museo de esas características. Estos recintos están destinados para las ciudades más cosmopolitas. ¿Por qué no pensar en algo más sencillo? ¿Por qué no, por ejemplo, la nueva autoridad municipal contempla la idea de fundar el Museo de la Ciudad de Comitán? ¿Por qué no acondicionar un lugar en donde se exponga la cultura comiteca?
El lugar podía comenzar de manera modesta. Basta recopilar una serie amplia de fotografías de todos los tiempos y exhibirlas en hermosas vitrinas de madera y cristal, con la debida iluminación. Este acervo podría dar cuenta exacta del carácter del pueblo. En el instante luminoso de la fotografía (en blanco y negro, en sepia o en color) se concentra la vida. Comitán es un pueblo lleno de vitalidad, es un cántaro lleno de agua limpia (aunque a veces hay ingratos que insisten en ensuciar ese agua de La Pila de nuestro corazón).
¿Un museo de arte contemporáneo en Comitán? Mejor algo más sencillo, más nuestro, ¿no?
Creo que es preciso recordar que, en estos tiempos de globalización, la cultura local es lo que hace la diferencia. Acercar la aldea local a la aldea global es el ideal de la civilización.
E l secreto de los escritores más grandes consiste en escribir acercad de pueblos sencillos y cercanos. "El Macondo" de García Márquez tiene dimensión universal y no es más que un pequeño poblado oculto en medio de la selva tropical.
Comitán es un pueblo de ensueño, sólo basta mostrarlo con orgullo a todo el mundo para que todo mundo hable orgullosamente de él.
Antes, antes, los comitecos somos los primeros que debemos sentirnos orgullosos de ese pueblo maravilloso.



jueves, 11 de octubre de 2007

Música de tololoch

Dicen que la música es la más abstracta de las artes. ¿Más que la pintura? Dichoso el cine que tiene el recurso de la música. Ana García Vergua dice que el cine es perverso, le basta agregar un fondo musical con un violín, por ejemplo, para remover las emociones del espectador.
Cuando daba clases en el Colegio Mariano N. Ruiz, un alumno me dijo que el cine era mejor que la literatura, porque en el cine mucha gente lloraba. La literatura no tiene acceso al recurso de la música, a la literatura no le queda más recurso que hacer uso de la palabra para hacer llover música.
El escritor debe emplear palabras para llenar los vacíos silenciosos. El sonido del bongó, la chachalaquería de las tarolas y los fuegos de artificio que brillan en las marimbas deben ser evocados a través de la palabra. El escritor, a diferencia del cineasta, no cuenta con más recursos que un simple recurso: la palabra. La palabra construye toda la escenografía, los espectadores, el ritmo, las nubes y los huecos que sirven como campos de expiación.
Por eso, un escritor es el ángel más luminoso cuando logra colocar una ramita de albahaca o un tizón ardiente en el corazón del hombre empleando simples palabras.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Los hijos del Sub Marcos

En los años setentas el mito del Che estaba en su cima. Muchos de mis amigos usaban playeras con la imagen del guerrillero o pegaban el cartel en las paredes de sus cuartos. Yo mismo, sin saber bien a bien porqué era tan famoso el Che, copiaba en cartulinas la imagen en blanco y negro. Me fascinaba ver la maravilla de la síntesis en donde, con una simple mancha negra, quedaba plasmado el rostro de aquel hombre enigmático.
Mi palomilla nunca tuvo la "conciencia revolucionaria" que otras palomillas sí tuvieron. Todos nos conocíamos, íbamos a la misma escuela o a la de enfrente. Sin embargo, nunca aprecié que otros compas, de la misma generación, veían al Che como algo más que un mero diseño pop. No es casualidad que muchos años despúes (en el levantamiento de los zapatistas en 1994) algunos de los compas de ese tiempo aparecieran como piezas fundamentales en el movimiento del Sub. La labor que hizo el padre Joel fue decisiva. El padre Joel era, en esos tiempos, un sacerdote que tenía un carisma especial para atraer la atención de los jóvenes. No era gratuito su encanto, ya preparaba el camino de la liberación.
Cuando, en mi oficio de periodista, cubrí los diálogos de San Andrés, en Larráinzar, vi a Bárbara y a Hugo. ¡Supe entonces que para algunos el Che había significado más! Ahí estaban dos hombres de mi generación comprometidos en esa lucha! ¡Deben seguir ahí!
Por fortuna, este mundo tiene muchos ríos.
Para mí, el Che nunca dejó de ser lo que fue. Sigue siendo la imagen pulcra y definida de un maravilloso diseño popular. Tal vez algún día deba conocer más de su vida y de su lucha, tal vez un día deba tratar de entenderlo más, mientras tanto lo miro como un icono cultural ¡sorprendente!

martes, 9 de octubre de 2007

Un viento suave

El uso del lenguaje se calificaba de bueno o de malo. Decir "haiga" estaba mal dicho; decir "haya" estaba bien dicho. Hoy ya no se usa tal distinción. Los académicos han establecido que en cosas del lenguaje nada está mal dicho, hoy se dice que el uso de un término es más prestigioso que otro uso. Así, el término "haya" es más prestigioso que el término "haiga". El uso del lenguaje depende mucho del contexto. Si la mayoría de una comunidad hablante usa el "haiga" pues entonces este término es el más prestigioso por la fuerza de la costumbre.
Alguien, que firmó como "informapitecus", entró a este cuaderno de apuntes y dejó su comentario. Entresaco algunas líneas de lo que escribió:

>Hablar de "vos es de menos categoría, lo utilizan las clases incultas", es el argumento que prevalece en Chiapas<

Tiene razón. El uso del vos se ha "desprestigiado". Esto tiene su fundamento histórico. Hubo un tiempo en que dicho uso lingüístico estuvo destinado para el trato a los sirvientes. Pero hubo un tiempo en que dicho uso se extendió al trato cercano y afectuoso entre iguales.
¿Hay alguna diferencia entre el uso del vos de Argentina y el de Comitán? La única diferencia es que en Argentina -en un maravilloso proceso cultural- el vos es una voz prestigiosa. Los argentinos comprendieron que esta voz era un signo cultural aglutinante para la comunidad y un signo de distinción ante el mundo.
¿Qué nos hace falta a los comitecos? Tal vez algo que sobra a los argentinos: ¡orgullo! El día que nos sintamos orgullosos por esta voz y le demos el prestigio que le corresponde el uso del vos será un agua que resfrescará nuestros cielos.
¿Cuándo una voz suena prestigiosa? Cuando dicha voz fluye con la naturalidad del viento. Hay muchas casas comitecas, por fortuna, en donde el uso del vos sigue fluyendo con la naturalidad con que las tiucas cantan.
Agradezco a "informapitecus" su visita y su valioso comentario.

Columna de Roberto Coello Trejo

Recibí un correo de don Roberto Coello Trejo -Director de "La Voz del Sureste"- con su columna periodística. La copio a continuación para que mis lectores estén enterados.

Chiquero electoral

Persiste la manipulación

Roberto Coello Trejo

Las elecciones que se desarrollaron el pasado domingo en la entidad chiapaneca, en la que la ciudadanía renovó el Congreso Local y las 118 presidencias municipales, obviamente al margen de los resultados y dadas las circunstancias que rodearon el proceso antes, durante y seguramente después, pueden calificarse de un auténtico “chiquero electoral” en el que afloró toda la podredumbre y miseria que mantiene a los partidos políticos y a los que -con algunas excepciones- participaron en ellos en donde quedó en evidencia las miserias y desvergüenzas de unas dirigencias que definitivamente no tuvieron el más mínimo decoro para “negociar” cuando menos con dignidad, no propiamente los caprichos e intereses de las “juntas de notables” de aquí’ y de allá, si no del autoritarismo del que hicieron gala los que detentan el poder desde las oficinas gubernamentales, en las que se llevó las “palmas” el bajacaliforniano que se ostenta como “vice gobernador”, mismo que ha hecho de la entidad su reducto desde donde, tal vez más que aburrido y perdido en la penumbra del descrédito, deje colgado de la brocha y con un cúmulo de inconvenientes al gobernador Sabines, quien ocupado en otros menesteres no sólo le dió manga ancha sino que permitió las imposiciones, el trapecismo y que las aguas regaran otros jardines donde ha crecido y podría seguir creciendo la mala hierba.

En la selección de candidatos a ocupar los cargos de elección popular, que estuvieron en juego el pasado siete de octubre, se hizo a un lado la ortodoxia política para caer en el más ruin de los cinismos. Prevaleció en todos los casos, con diferentes actores que detentan el poder, la imposición para privilegiar la inmoralidad y en algunos casos hasta la venganza con el beneplácito de los dirigentes partidistas, que con su actitud e indiferencia avalaron la sin razón y la falta de tacto e inteligencia para en aras de un proceso, eso se suponía, limpio y democrático se fortaleciera el quehacer político del mandatario en turno.

Fue desde luego la ciudadanía, incluidos los viejitos, los que conociendo dónde les aprieta más el zapato tomaron, dentro del “chiquero”, la decisión -según ellos- lo más razonado y consciente cuando de acudir a la urna se trató. Su decisión bien pudo haber sido por el menos malo o tal vez por el más conocido, que sin significar continuidad constituya una garantía de que responderán a las exigencias y a sus ofrecimientos.

Obviamente que concluido el proceso y repartidos los cargos, las dos instancias de gobierno; estatal y municipal, deberán trabajar bajo un común denominador: sus representados. Los 118 municipios estarán gobernados bajo diferentes colores. No puede aventurarse a señalar que alguna de las caricaturas que se ostentan como partido vaya a tener predominio, aunque a la hora de la verdad los 118 tendrán que caminar por el rumbo que les marquen so pena de caer de la gracia de los que dictan las políticas y hasta usurpan funciones.

Se entiende que conquistado el triunfo se dejan atrás preferencias y colores. No pueden ni deben despojarse de convicciones ya que en ellas se sustenta el carácter y se privilegia la moral.

Quisiéramos estar equivocados, pero en el desarrollo de un proceso en el que prevaleció la inquina, los abusos, el odio, el coraje, el chantaje y el revanchismo de la clase política, no se puede dejar de pensar en el “chiquero” en el que muchos se enlodaron, se batieron y más cuando prevalecieron los acuerdos en lo “oscurito”.

De la integración de la legislatura nada cambiara. Quedaron fuera los que cayeron en desgracia gracias a los chismes y rumores malévolos de los que hablan al oído. Se levantaron con el triunfo los que gozaron del apoyo, la beligerancia y hasta la impunidad. Aún no hay conciencia de que hay que recibir lo que obsequien y votar por el preferido o por el menos malo. Los que se van como los que llegaron están cortados con la misma tijera que proporciona el poder omnímodo. Triste papel el que jugaron los partidos políticos. Ya no sólo son “títeres” sino que le entran, con gusto y agrado, a revolcarse en el “chiquero” que representa paz económica.

Qué quienes se alzaron con el triunfo así haya sido pírricamente, es lo de menos. Volvió, así traten de manipular las cifras, a vencer el abstencionismo.

Persiste la manipulación de medios

Los encargados de ¿hacer? la imagen del mandatario en turno siguen cayendo en dislates que atentan contra la libertad de expresión y de información y de paso creyendo, a piejuntillas, que la sociedad a la que deben de servir es un parvada de ignorantes y que como tales no merecen el menor respeto.

El pasado jueves el centro de la ciudad capital fue un verdadero caos. Para tratar de tapar el sol con un dedo “amordazaron” a los medios. La orden, que se cumplió a medias, fue minimizar las manifestaciones de estudiantes y maestros, que con o sin razón demandan respuestas a imposibles y que seguirán en su “onda” en tanto persista la beligerancia, la impunidad y el “si no estás conmigo eres mi enemigo”. Lo cierto es que los recordatorios, que fueron parejos al Diez de Mayo estuvieron a la orden del día. Miles de ciudadanos que acuden día a día a ubicar sus vehículos a los estacionamientos públicos del centro capitalino en tanto cumplen con sus labores, no les quedó más remedio que aguantar con estoicismo y tragarse los hechos más no las palabras.

Concluyó el mitin y los bloqueos, creemos que sin resultados. Al filo de las seis de la tarde retornó la calma con una secuela de daños económicos especialmente al comercio. Los medios escritos y hablados, bien “maiceados”, minimizaron el hecho. Aquí no pasa nada obviamente hasta que pasa. La pregunta sigue vigente ¿hasta cuándo los comunicadores seguirán prestándose a los juegos sucios y maquiavélicos de la manipulación mercantilista?.