martes, 30 de septiembre de 2025
CARTA A MARIANA, CON BOTANITAS
Querida Mariana: esta foto con Teo Hernández Carrascosa es de privilegio, pero, si me das permiso, bordo un comentario alrededor. El domingo fui al parque de Guadalupe, me topé con un tianguis. Mi Paty y yo siempre recordamos que en el dos mil y feria participamos en un tianguis en Puebla, el famoso bazar Los Sapos. Ah, fue una experiencia sensacional, los domingos salíamos de casa con nuestras bolsas, trepábamos al urbano y bajábamos a cuadra y media de Los Sapos. Paty se divertía mucho, su carácter permitió que hiciera muchas amistades, yo (cara de piedra, escaso para las relaciones) me dedicaba a leer, tomar notas y atender el changarro con venta de cajitas pintadas. Sí, fue la gran experiencia.
El domingo, en la primera mesa compré un litro de miel de abeja, pura, muy rica; y en la segunda mesa me topé con la querida amiga Gina Carrascosa, de inmediato me presentó a su hijo, ¡Teo!
Sí, vos conocés a Gina, se mantiene muy bien físicamente, me dijo que siempre bromean con lo que dije: parecen hermanos. Teo escribe poesía, es poeta, es cositía, durante un tiempo dejó el pueblo, mientras estudiaba arquitectura, en Mérida. Ahora se dedica al diseño y a promover el producto de su naciente empresa: PERRO ZOQUE.
¿Qué ofrece PERRO ZOQUE? Teo me dijo que su empresa ofrece Snacks para chuchitos.
No me sorprendió la palabra, porque en los últimos tiempos muchos chicos y chicas la usan, es el anglicismo que significa botana; donde sí abrí mi boca para demostrar sorpresa fue al saber que hay botanas para chuchitos.
Esto se debe a que Teo es amante de los chuchitos y piensa que hay muchas personas que también aman, cuidan, protegen y consienten a sus mascotas, porque éstas son parte de la familia, se convierten en integrantes amados. Sé que en la Ciudad de México hay restaurantes especiales para mascotas, ahora, en nuestro Comitán, ya tenemos botanas PERRO ZOQUE.
No quise probar el sabor de estos snacks, pero imagino que para los chuchitos debe ser una gran fiesta. Ahora, cuando el perrito ladre y diga: ¡me toca sobre!, el sobre debe ser de PERRO ZOQUE, una botanita rica y saludable.
Posdata: ahora están de moda los botaneros en Comitán, pero también está de moda el término inglés Snack (no sé cómo le hacen los gringos, porque en español es bien fácil: ¿el local vende botanas?, se llama botanero. ¿Cómo se llama el local que ofrece Snacks?
En fin, lo que quiero decir es que si querés consentir a tus dos chuchitos hablale a Teo, al 999-900-5991, y pedí los snacks. Ah, lo disfrutarán.
¡Tzatz Comitán!
viernes, 12 de septiembre de 2025
CARTA A MARIANA, CON TARJETAS
Querida Mariana: siempre he sido buen lector. Me refiero al placer de la lectura solitaria, a estar en la sala de casa con una taza de té; pero también me refiero a la lectura en voz alta, para compartir con una audiencia. Me resulta una experiencia ingrata escuchar a un lector que tataratea al leer en público o quién “se clava en el texto” y no levanta la mirada, a este último grupo de lectores lo he bautizado como los “lectores de taza”, porque parece que estuvieran leyendo sentados en la taza del baño. Soy un admirador de la lectura respetuosa; es decir, del lector que lee y ve a su audiencia, que es respetuoso con los escuchas.
Antes era mejor lector que ahora, cuando no usaba lentes y no usaba placa dental; no obstante sigo leyendo en forma clara, levantando la vista, en intento de enganchar la atención de los oyentes. Cuando leo en la intimidad lo hago sólo para mí. Chundo me dijo que ese tipo de lectura es un acto onanista, como una masturbación mental. Tal vez tenga razón. La masturbación es un acto personal que produce máximo placer, la lectura es lo mismo, con la diferencia que aquel acto se concentra en el cuerpo y éste en el espíritu.
Desde siempre he sido un buen lector. Hace tiempo el licenciado David me pasó copia de un programa de los años sesenta, donde aparece mi nombre como participante de un acto oficial, celebrado en el parque central, el maestro de ceremonias (que fue Don Rubén Domínguez Domínguez, el eterno secretario municipal), anunció “pieza por la marimba” y al término de la ejecución musical anunció al niño Alejandro Molinari para que pasara al podio a leer. Leí un texto que preparó mi maestro, tuve un ligero lapsus que propició algunas risas (al nerviosismo le encanta poner el pie para que tropecemos). Al final salí victorioso.
Digo que soy buen lector. He sido buen lector desde siempre. Así que aprovecho ese don. Por el contrario, soy mal orador. Ahí sí tatarateo, pero como también soy escritor descubrí que si uno mis dos virtudes siempre salgo avante. Siempre llevo unas tarjetas pequeñas. ¿Alguien me pide que diga unas palabras ante una audiencia? Tomo una tarjeta y redacto lo que leeré, a esa tarjeta la he bautizado con el nombre de “porsilasmoscas”. Entonces, subo al podio, leo y me doy por bien servido. Mi participación es breve, honro al querido maestro Jorge, quien siempre repitió la frase: lo breve es placentero.
El otro día estuve con la poeta Marvey Altuzar, ella lee muy bien. No todos los poetas tienen esa gracia. Otra poeta estupenda es Mónica Zepeda, gran lectora en voz alta, gran “decidora”.
Posdata: desde siempre he sido buen lector. La lectura ha sido mi placer. Ahora estoy enredado en los pliegues de la obra de Mario Vargas Llosa, mi compa Quique me ha obsequiado dos libros del autor peruano. Sí, le atinaste, uno de los libros es la gran novela “Conversación en la catedral”.
¡Tzatz Comitán!
jueves, 11 de septiembre de 2025
CARTA A MARIANA, CON CHIAPAS MARAVILLOSO
Querida Mariana: ¡viva Chiapas! Fue el grito jubiloso, unánime, cuando nuestro gobernador Eduardo Ramírez Aguilar inauguró Casa Chiapas, en la CDMX. ¡Viva Chiapas!, porque durante muchos años dicha casa estuvo cerrada. El 6 de septiembre 2025 queda registrado como un día fastuoso, porque en la colonia Juárez, de la alcaldía Cuauhtémoc, Chiapas tiene una residencia para que los visitantes encuentren el corazón de nuestro estado y los paisanos tengan un punto de encuentro, porque Casa Chiapas es ya un centro cultural que muestra un poco de lo mejor de nuestra tierra.
Que viva Chiapas. Coincidencia de tres nombres relevantes, el de nuestro estado y el de dos hombres preclaros de nuestra historia: Cuauhtémoc y Juárez, acá están unidas tres épocas históricas: la precortesiana, La Reforma y el tiempo infinito de la tierra bendita.
En la inauguración de Casa Chiapas hubo la tradicional reja de papel de china, la reja comiteca; amenizó la internacional y comitequísima marimba Águilas de Chiapas. Fue un gran guateque. No podía faltar el antojito para el hoyito de la muela, las exquisiteces de la gastronomía comiteca, preparadas por manos expertas, por espíritus que han abrevado la savia de la ceiba, árbol sagrado de los mayas. Nuestro paisano gobernador abrió la Casa Chiapas, sabe de la necesidad de que en la gran Ciudad de México exista una ventana con el aire limpio de nuestra tierra, para que los pulmones de los habitantes de aquella maravillosa ciudad se llenen con el aroma de la butifarra, del café, del comiteco, de la juncia; que se escuche el sonido de la selva, del jaguar, del vuelo de las guacamayas, de los ríos que, gloriosos, descienden en cascadas. A partir de hoy, Casa Chiapas es una gran ventana, un balcón, donde está posada el ave suprema del sureste de México; es un papalote, el mismo que voló en Nicalococ el hermanito de Rosario Castellanos; es la burbuja que lleva a todas partes la esencia libertaria de tío Belis, el máximo héroe civil de la patria.
¡Viva Chiapas! fue el grito que rebotó como pelota de frontenis en los muros del espíritu.
¿Ya viste que también, al lado de la chef Karla, del Restaurante 1813, estuvo presente otra comiteca? Sí, la licenciada Kenia Arroyo Muñiz, representante del gobierno de Chiapas en la CDMX, tiene nuestra revista en sus manos. Ah qué emoción, presentamos un cachito de nuestra tierra. Como expresa el cartel promocional que aparece en contraportada: Chiapas es extraordinario por naturaleza. Esto lo sabemos muy bien los que vivimos acá, ahora gracias a la iniciativa de nuestro gobernador se enterará toda la Ciudad de México.
La chef Karla Albores no sólo llevó esencias gastronómicas, también, generosa, hizo favor de llevar algunos ejemplares de nuestra revista y con ello llevó el homenaje a Rosario Castellanos y a Óscar Bonifaz; y llevó el testimonio de vida de la comiteca Julia Torres y Richard Riding, que hace poco estuvieron en Nepal, al lado del Everest, la montaña más alta del mundo. Alto fue el mensaje que Eduardo Ramírez envió al país desde la colonia Juárez. Ahí estuvimos también, otro pedacito hermoso de Comitán estuvo presente en la inauguración de Casa Chiapas en la CDMX.
Posdata: que viva Chiapas, ¡que viva!
¡Tzatz Comitán!
miércoles, 10 de septiembre de 2025
CARTA A MARIANA, CON FRASE
Querida Mariana: ¿en dónde lo escuché? No recuerdo. La frase es: “Mi mente es como la tierra, depende de la siembra”. La escuché y la anoté. Ahora la comparto con vos. Ya sabés, a la hora que la escuché llegó a mi memoria la frase de Kalimán, personaje maravilloso de los cómics: “Quien domina la mente ¡domina todo!”
Alguien dijo que el ser humano debería hurgar más en el funcionamiento del cerebro, antes que intentar un viaje con personas a Marte.
Ahora que dije Marte también recordé que tío Humberto tenía certeza de vida extraterrestre y comentaba que los seres de otros planetas lejanísimos de la Tierra se comunicaban a través de la mente y lo hacían a distancia, por supuesto. Lo decía mientras tomaba una caguama en el patio, con butifarras de botana, el platito tenía como veinte rodajas de butifarra aderezadas con pico de gallo bien picante. Mamá Herlinda, su esposa, decía que él alucinaba. No le contés esas burradas a los niños, le reclamaba desde la puerta de la cocina, mientras se limpiaba las manos con el mandil de tela. Mamá Herlinda decía que su marido contaba mentiras que le aparecían en la botella de la cerveza. En realidad jamás vi bolo al tío, se entonaba, pero todo lo que platicaba parecía digno de una mejor atención, era simpático e inteligente, siempre tuvo un espíritu de aventurero y de investigación, todo lo que había en el mundo llamaba su atención. Mamá Herlinda decía que sus viajes constantes no eran para conocer el mundo, ella juraba que se iba de pinta con una querida que tenía en el barrio de La Pila. Nosotros, niños esponjados, le creíamos más al tío que a ella, porque cuando volvía de sus viajes nos traía dulces y nos contaba muchas historias de todo lo vivido, que había visto estrellas en un telescopio que era gigantesco, que había comido caldo de caimán, que había trepado en un globo aerostático; nunca nos contaba de alguna querida, jamás.
Los niños de los años sesenta, que corríamos a comprar la revista “Kalimán”, en la Proveedora Cultural, repetíamos a cada rato la frase del famoso personaje: “Quien domina la mente ¡domina todo!”, según el héroe mexicano todo consistía en dominar la mente, eso bastaba para dominar el mundo. Ah, qué difícil lograrlo. Kalimán siempre meditaba, así “descontaminaba” su mente, porque la mente es una gran viajera, imita al tío Humberto, le encanta irse de pinta, nunca está sentada tranquila en un sofá, ¡jamás!, es incansable, Mamá Herlinda diría que piensa mucha burrada, pero, asimismo, piensa mucha genialidad. Ahí está concentrado todo el conocimiento. Freud, igual que Kalimán, nos enseñó que ahí se concentra la genialidad y la maldad; el gran Carl C. G Jung nos enseñó, a la vez, que en la mente está el Inconsciente Colectivo, espacio prodigioso donde está el pasado, el presente y el futuro. A mí me queda claro que en la mente está la ventanita de la creatividad y de la imaginación, hay que alimentarlas con delicadeza. Por eso llamó mi atención la frase: “Mi mente es como la tierra, depende de la siembra”, si planto cardos, así será mi personalidad, en cambio, si siembro ceibas mi carácter será de triunfador. Los agricultores saben con precisión lo que se necesita para que un campo sembrado tenga éxito, desde mi escritorio imagino que es una labor compleja, difícil, con mucho trabajo, hay plagas (así lo he leído en grandes novelas, bueno, basta recordar la Biblia, el libro de libros), hay sequía, hay maleza dañina, ¡ay, cuántos elementos dañinos! Pues así es la mente, debemos plantar buenos árboles y prodigarles cariño, atención, cuidados permanentes, porque la mente también es cocha que se va al monte, es juguetona, cabroncita, tiene tendencia a imaginar tragedias, penas, a ver de más. ¿La mente ve? Claro, es el gran telescopio humano, mira lejos, lejísimo. Si mira estrellas es prodigiosa, si mira insolencias ¡se estrella! El genio es producto de una mente cuidada, protegida.
Posdata: ahora que recordé la frase: “Mi mente es como la tierra, depende de la siembra”, parece que también apareció la mente humana que la dijo, pero no quiero equivocarme. Es un paisano, es un médico ilustre, en la plática soltó la frase que compendia todo el conocimiento humano. No diré el nombre que apareció ahora en mi mente, pero sí diré que reconozco su genialidad. Es muy buena frase. Si todo mundo cuidara lo que siembra en la mente habría un mundo mejor.
¡Tzatz Comitán!
martes, 9 de septiembre de 2025
CARTA A MARIANA, CON UN PROFESOR DE LUJO
Querida Mariana: acá estoy con el maestro Cicerón Argüello. Permití que maestro lo escriba con mayúscula, corrijo: estoy con el Maestro Cicerón Argüello. Sí, esta fotografía es de privilegio, pero precisa un breve comentario.
Estamos en el vestíbulo del Restaurante 1813, él iba de salida, al lado de familiares, Paty Cajcam y yo entrábamos, porque íbamos a realizar un video promocional del restaurante. Vi al Maestro y me dio mucho gusto, un gran placer, tenía rato que no lo saludaba, él en sus actividades y yo en las mías, pero el destino permitió que nos saludáramos. Luego supe que habían llegado a celebrar su cumpleaños, es un hombre que ya pasó la línea de los ochenta años y camina por la senda de los noventa, con gran lucidez, con gran emoción por la vida. Me dio mucho gusto saludarlo, platicamos un ratito y se despidió. Lo vi retirarse, supe que había estado ante un profesor de excelencia.
Paty Cajcam de inmediato me dijo que su papá Abelardo le tiene una profunda admiración al Maestro Cicerón y Paty me contó que el Maestro dio clases en su pueblo: Cajcam; a Abelardo le tocó ser alumno del Maestro, en la Escuela Joaquín Miguel Gutiérrez, en el viejo edificio, el que ya está desocupado, que está en ruinas, porque (por fortuna) el grupo de profesores se encargó de solicitar aulas nuevas y cuando les dijeron que les construirían dos o tres aulas, ellos insistieron que deseaban una escuela bonita, con más aulas, y las autoridades, al ver el entusiasmo, hicieron las gestiones para que se hiciera lo que hoy es, en efecto ¡una escuela bonita! En tiempo de mi ex jefe, el expresidente Emmanuel Cordero Sánchez, estrenaron un domo donde ahora juegan los niños y niñas de la escuela y la comunidad hace sus reuniones.
El papá de Paty Cajcam, Abelardo niño, estudió en la escuela y le tocó como profesor el admirado Maestro Cicerón. Abelardo niño era un niño aplicado, sobresalía por su inteligencia y dedicación. Cuando llegó el fin de la educación primaria, Don Noé, papá del niño Abelardo, pensó que ya estaba bien de estudios. ¡No!, dijo el Maestro Cicerón, no era justo que un niño tan aplicado se quedara sólo con la primaria. Profesor comprometido, con vocación de sembrador, una tarde llegó a la casa de Don Noé. Adelante, profesor, bienvenido. Y le ofrecieron una silla y un vaso de agua de chilacayote. ¿Cómo se está portando Abelardo?, preguntó Don Noé, tal vez pensó que el Maestro llevaba una queja, pero no, en el bolso del espíritu, él llevaba una petición atenta: Don Noé, con todo respeto, le digo que debe usted permitir que Abelardo siga sus estudios, que estudie la secundaria. Don Noé iba a decir algo, pero el Maestro lo interrumpió, tomó un sorbo del agua (que estaba riquísima, fresca) y dijo: yo llevaré a Abelardo a inscribirlo en la secundaria vespertina, para que él lo ayude en las labores del campo durante la mañana. Al ver el entusiasmo del profesor, el papá de Abelardo aceptó y un buen día, Abelardo fue al lado del Maestro para que él hiciera los trámites de inscripción. Abelardo niño estaba emocionado, porque a él le gustaba mucho el estudio. Ah, qué galán, ya estaba en secundaria, en Comitán. Con ilusión, el primer día de clases, subió a su bicicleta y pedaleó hasta llegar a su nueva escuela (no me preguntés cuántos kilómetros son de Cajcam a Comitán, pero son varios. Muchos años después, los hijos de Abelardo, también treparían a bicicletas para ir a la secundaria, ya en La Independencia). Llegó a su nueva escuela con una bolsa donde llevaba sus útiles. Los compañeros lo vieron y no faltó el cabroncito que dijo: “¿en dónde quedó el mercado?”, Abelardo no le hizo caso, pero al llegar a su casa comentó las incidencias del día y en casa una des sus hermanas cortó un pantalón de mezclilla y le costuró un precioso y juvenil bolso donde llevó sus cuadernos. Cesaron las burlas. Pronto Abelardo hizo amigos, porque todo mundo reconoció su dedicación para el estudio, el prodigio estaba hecho, gracias a la bondad de un profesor bueno.
Posdata: tengo el privilegio de conocer desde hace años al Maestro Cicerón, un hombre de gran sapiencia, de conocimiento profundo de los misterios de la vida. Me dio mucho gusto saludarlo, tenía rato que no lo veía. Digo que él está en sus actividades y yo en las mías, pero esa mañana coincidimos, esa mañana celebraron su cumpleaños, un año más de una vida fecunda, hermosa, compartida. Al despedirnos tuve la oportunidad de darle un abrazo y desearle muchas felicidades. No sabía que la vida me reservaba ese día esa oportunidad; Abelardo no supo que el Maestro bueno, en forma por demás generosa, lo ayudaría a continuar con sus estudios.
¡Tzatz Comitán!
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)




