domingo, 29 de junio de 2025

CARTA A MARIANA, CON EL QUIJOTE Y MARY POPPINS

Querida Mariana: vi la película “Mary Poppins” en el Cine Montebello; leí “El Quijote” en mi casa comiteca, cerca de la Escuela Fray Matías de Córdova (hoy, el Cine Montebello es el Teatro de la Ciudad y mi casa es un hotel de la familia Bermúdez). En estos días estoy releyendo “El Quijote” y volví a ver la película “Mary Poppins”; una cascada de recuerdos cayó sobre mi alma. ¿Puedo unir a ambas personalidades, digo, Mary Poppins y El Quijote? Sí, porque ambos personajes son lo que se dice inspiradores. Ambos son personajes de ficción que tocan a los de su entorno (basta decir lo que El Quijote logró con Sancho Panza, y lo que Mary logró con los niños Jane y Michael); y ya no le sigo, porque del universo de lectores y cinéfilos, sé que muchísimos han sido tocados con las personalidades de tan famosos personajes. Sí, querida mía, hay gente que inspira, gente que con su hacer hace diferencia, que toca, que mueve espíritus. Claro, no sólo son los grandes personajes del cine y de la literatura, ni los grandes nombres de personajes relevantes en el mundo; hay gente inspiradora en todas partes, en los lugares menos predecibles. Hay padres y madres que son verdaderos modelos para sus criaturas; hay maestros que motivan a sus alumnos (la versión que leo de “El Quijote” es una edición conmemorativa. El presidente Vicente Fox se aventó una dedicatoria, porque el libro fue distribuido en forma gratuita al magisterio, ahí él dijo que también los maestros y maestras son de espíritu quijotesco). El Quijote y Mary Poppins, desde la ficción, hicieron más amable este mundo ingrato (lo siguen haciendo). El mundo es una mierda. Ellos, los seres inspiradores, lo hacen más respirable. ¿Qué podemos decir en estos tiempos de guerra? ¿Qué imágenes procesa el mundo ante los ataques de Israel y de Irán? ¿En dónde los Quijotes y las Mary Poppins que inspiren un mundo mejor? Un lugar común sostiene que “la realidad siempre supera a la ficción”, es cierto, cada día lo atestiguamos, pero es la ficción la ventana que nos da un aire humano; todo lo demás parece estar liderado por bestias. Los líderes de los países se enferman de poder y éste los lleva a hacer cosas inimaginables. Al mundo le hace falta seres inspiradores de grandes acciones, acciones que beneficien al mundo y no lo destruyan. Mary Poppins sembró semillas de imaginación en los niños; El Quijote sembró justicia y, sobre todo, el ideal de libertad. Los líderes de hoy siembran terror, miseria. No puede ser de otra manera, quien tiene mierda en su corazón defeca lo mismo. ¡Qué pena! El mundo necesita a líderes inspiradores, luminosos, que siembren flores en los campos donde vuelan las abejas. Al mundo le hace falta otro Cristo, otro Che, otro Fidel, otra Madre Teresa, otro Pelé, otra Thatcher, otro Gandhi (sí, también librerías). Los ateos no creen en Dios, en su negación existe la soberbia de creer que ellos son dioses, por eso se creen dueños de las vidas de los demás. ¿Qué es lo que hacen ahora quienes tienen a la Tierra metida en otro gran conflicto bélico? Mencioné algunos nombres de personajes inspiradores. Ahora a vos te toca repasarlos y decir quiénes realmente hicieron más bien a la humanidad, porque en el mundo, ¡qué bueno!, hay para todos los gustos. Si ahora anotara una relación de grupos musicales veríamos cuáles son verdaderamente inspiradores, sólo como un mero ejercicio digo Los Beatles, digo Chicago, digo Los Xochimilcas, digo Los Ángeles Azules. Para todos los gustos. Como viste, no mencioné a Bach, Beethoven. ¿Por qué? Porque, tal vez, ningún músico actual piense que estos clásicos son inspiradores. En estos tiempos, tan desechables, tan mediocres, la inspiración de los chicos y chicas está señalada no en la tradición sino en lo actual. ¿Quién escucha a Mozart? Todo mundo escucha a Maluma y éste se convierte en el modelo a seguir. ¿Qué produce la mediocridad? Eso, eso, querida mía. Posdata: son tiempos confusos, porque la mercadotecnia nos impulsa a lo soso (iba a decir zonzo). El Che tuvo muchos defectos, muchísimos, pero tuvo virtudes que sirvieron para motivar a muchos jóvenes que se rebelaron contra el sistema. Tuve muchos amigos que dibujaban la efigie del Che y colgaban esos dibujos en las paredes de sus recámaras. Ahora, ¿qué personas inspiran la contracorriente, el pensamiento reflexivo? Cualquier agnóstico diría que no hace falta un personaje como Cristo, hijo de Dios, pero yo digo que sí, este compa tuvo más virtudes que defectos, bastaría retomar eso de amar al prójimo como a uno mismo para tener un mundo más amable, menos lleno de mierda. ¡Tzatz Comitán!