jueves, 26 de junio de 2025
CARTA A MARIANA, CON PREGUNTAS
Querida Mariana: el Platicatorio lo cerramos con el Cuestionario Molinari. Una de las preguntas dice: ¿Qué soñaste de niño que serías de grande?
¿Vos soñabas con ser algo cuando crecieras? Hay gente que sí, que desde niño sintió la pasión por algo. ¿Cómo se da ese llamado vocacional? En muchos casos es porque alguien cercano inspira o algo en los genes hace el llamado; en ocasiones alguien encuentra el llamado en el interior de un salón de clases.
No siempre es así, conozco gente que nunca se planteó la pregunta: ¿qué voy a ser de grande? Romeo me dijo: ¡Ser! Claro, eso ya es una respuesta.
Quien compra un cachito de lotería y no gana ¡se frustra!, porque hubo un instante en que soñó qué haría con toda la paga. Lo mismo resulta cuando hubo alguien que, de niño, soñó con ser alguien en la vida. Nadie sueña con ser un mediocre, ¡no! El niño que soñó con ser futbolista se soñó un triunfador, el futuro Messi (en mis tiempos soñaban con ser como Pelé); asimismo, la niña que soñó con ser actriz no se soñó haciendo papeles secundarios sino siendo una gran estrella, alguien que una noche subiera al escenario para recibir, en medio de estruendosa ovación, la codiciada estatuilla del Óscar; y así con los cantantes, los toreros, los sacerdotes, los bomberos, los arquitectos, los artistas plásticos, las danzantes, las fotógrafas.
Y mencioné fotógrafas, porque hace días nos enteramos que nuestra paisana Graciela Iturbide obtuvo el premio Princesa de Asturias de Las Artes 2025, reconocimiento que entrega la fundación española. ¿Recordás que el año pasado celebramos que este mismo premio se le concediera al cantante Joan Manuel Serrat? ¡Puro grande, pura hoja de oro del árbol supremo!
La biografía de Graciela dice que nació en 1942 y en 1969 entró a la UNAM para estudiar dirección de cine. Pero al mismo tiempo comenzó a trabajar como asistente del gran fotógrafo Manuel Álvarez Bravo.
En estos días se inauguró una exposición con obra de Graciela. Mirá el título de la exposición: “Cuando habla la luz”, ah, qué bello modo de decir lo que la fotografía significa.
¿Graciela niña soñó con ser fotógrafa, con oír el lenguaje de la luz y traducirlo en imágenes? No lo sé. Ahora que ganó el premio español, en una entrevista dijo que ella fotografía lo que le sorprende. Los críticos dicen que ella toma fotos con su mirada y con su corazón.
Los niños y niñas que soñaron ser algo grande cuando fueran adultos y lo lograron, es porque su mirada no cambió de foco y le pusieron alma y corazón para lograr el objetivo.
Ahora, con la muerte de Vargas Llosa me he acercado mucho a su vida y obra, releo sus novelas y ensayos (acabo de darle otra vuelta a la novelilla “Travesuras de la niña mala”) y a cada rato me encuentro que él sí soñó con ser escritor y, al final del camino, logró ser un gran escritor, porque lo tomó con profesionalismo desde el primer día. Al margen te cuento que en la relectura de la novela “Travesuras de la niña mala” hallé que los peruanos comen con frecuencia “butifarra de chancho con pan francés”. Mirá qué semejanza con lo nuestro. Claro, lo que ellos llaman butifarra no es un embutido sino algo como lo que acá llamamos “pierna”, pero el pan francés tiene mucha semejanza con lo que acá comemos. Pucha, este famoso pan francés se ha dado una gran paseada por toda Latinoamérica. Buscando en Internet hallé que la butifarra de chancho con pan francés está catalogada en el segundo lugar de las mejores tortas a nivel mundial, la torta mexicana aparece en un lugar más abajo. La butifarra peruana es como una torta, como un sándwich y, como ya dije, es uno de los antojos favoritos de los peruanos, hacé de cuenta como el pan compuesto de acá (a propósito, ya te he contado que en el restaurante July preparan tortas de butifarra, que tienen un sabor exquisito).
A cada rato veo a los trabajadores y pienso si ese trabajo es el que soñaron de niños. No. Hay muchas vidas frustradas. El gran escritor Julito Cortázar decía que era un músico frustrado, porque le habría gustado ser músico. Bueno, en su caso, no estuvo mal el canje, se convirtió en uno de los mejores escritores del mundo y ser uno de los mejores en el rubro profesional significa haber pegado un home run en el juego de la vida y él vivió feliz escribiendo.
Posdata: vos sos feliz, porque soñaste con dedicarte al cine y lo hacés. ¿Serás una grande? ¿Recibirás alguna vez el Princesa de Asturias? No lo sé, pero miro que vos no vivís para el reconocimiento sino para el conocimiento.
Yo soy feliz por la actividad que realizo, mirá qué bonita relación de pasiones: soy lector, cinéfilo, escritor, pintor, dibujante. Pucha, soy un consentido de Dios. ¿Qué de esto soñé ser cuando niño? Nada, dejé que la vida me pusiera en el lugar correcto. No todo mundo posee esta gracia divina.
¡Tzatz Comitán!