domingo, 19 de mayo de 2024

CARTA A MARIANA, CON CUENTOS

Querida Mariana: antier estuve con Alfonso. Lo hallé boleándose los zapatos en el parque de La Pila. En cuanto me vio me preguntó: “Si digo rento un departamento ¿lo estoy dando en renta o estoy solicitándolo?” Como no sabía la respuesta quise salirme por la tangente con una broma, pero cuando vi que su pregunta era seria le confesé que desconocía la respuesta. Si digo: rento un departamento, ¿lo estoy dando en renta o estoy solicitándolo? Parecería que significa lo primero, pero no tengo precisión. Lo mismo sucede cuando alguien pregunta si se escribe “se vende paletas o se venden paletas”. ¿Qué decir? Como no soy experto en estas vainas siempre que me veo en estos bretes busco alguna otra salida. Siempre hay una. Por ejemplo, con lo de la renta digo: “Busco un departamento”, aunque algún payaso bromee: ¿dónde lo perdiste? Tal vez sea mejor decir: “Solicito un departamento", esto, digo yo, evita las ambigüedades. Para lo otro digo: “Ofrezco un departamento”. ¿Se venden paletas o se vende paletas? Escribo “Venta de paletas”. Y con esto también evito confusiones. Pero siempre me queda la duda, porque sé que los expertos en lenguaje saben la respuesta. Tal vez si acudo a la definición de la palabra pueda deducir algo. A ver, busco: “Renta: aquello que paga en dinero o en frutos un arrendatario”. Ya me da una pista, porque arrendataria es la persona que usa un local que le ofrece un arrendador. La arrendataria paga cada mes al arrendador, quien es el dueño de la propiedad. Y el diccionario dice que lo que paga se le llama renta. ¡Perfecto! Tan claro como el agua del río grande (inexistente y que era agua de lodo). Ya aprendí algo, pero aún no tengo respuesta a lo que Alfonso preguntó. Si hay un letrero que dice: “Rento un departamento” lo escribió alguien que ¿ofrece un departamento o alguien que solicita un departamento? ¿A quién preguntarle? Pues hallé algo en la Academia Mexicana de La Lengua. A ver si me podés ayudar a desentrañar este problemilla. Mirá qué dice la Academia: “Alquilar es adquirir (o dar), temporalmente, algo; rentar es obtener utilidades. Por el alquiler de una casa se obtiene una renta”. Pucha, sigo enredado en la liana del lenguaje. Parece que el verbo más adecuado es alquilar y no rentar. La renta se aplica al producto obtenido; es decir, la pregunta de Alfonso debió ser: “alquilo un departamento”, pero, ah, qué lenguaje tan jodón, el verbo alquilar se aplica a adquirir o dar. Es muy confuso, el que alquila da o adquiere. En México usamos el término renta como sinónimo de alquiler. Por ahí es donde se hace más grande la grieta. Juan, tal vez sin mucho conocimiento, tenía razón cuando alardeaba: “alquilo mi corazón”, no lo daba rentado, sabía que la renta era el beneficio obtenido. Debe haber en el mundo un experto lingüista que dé luce al tema, que nos explique cómo debe decirse. Hoy, cuando menos ya aprendí que quien da un local en alquiler se le llama arrendador y el que “alquila” dicho local es un arrendatario. En este país hay millones de arrendatarios que cada mes hacen equilibrios para pagar la renta. Al final le pregunté a Alfonso el porqué de la pregunta, ¿estaba buscando un departamento para vivir o buscaba un arrendatario que le pagara una renta? Dijo que nada de eso, era una duda de lenguaje. Si ahora me preguntara le diría que el término renta no es el correcto, que el correcto es alquilar, pero igual no sabría responder en forma precisa, porque (lo dice la Academia) el término alquilar se usa para el que da o el que recibe. Pucha. Qué juego tan simpático. Manolo, quien siempre ha sido un travieso, diría: mirá, compa, el que da es activo y el que recibe es pasivo. ¿Y el que da y recibe? ¡Ah, ya, ya! Basta, esto se está convirtiendo en algo subido de tono. Posdata: el dicho es común: “Vivís en mi corazón y no pagás renta”. Qué bueno que en cosas de amor todo es claro, tan claro como el agua inexistente del río grande y que cuando fluyó era del color del lodo. ¡Tzatz Comitán!