lunes, 13 de mayo de 2024

CARTA A MARIANA, EN UN BOSQUE

Querida Mariana: el Sub Marcos escribía sus cartas “desde un lugar de La Selva”. Esta carta te la escribo desde un lugar lleno de árboles. El inicio del séptimo Festival Internacional de Arte, Literatura y Ecología Balún Canán, organizado por el poeta Arbey Rivera, tuvo diversas sedes. El Maestro José Hugo Campos Guillén, mero mero del Colegio Mariano N. Ruiz, estuvo contento. Una de las sedes elegidas fue el campus de Los Sabinos. Visité temprano al maestro Hugo y me dijo que había destinado cuatro escenarios, que se había puesto de acuerdo con el poeta Arbey para que tres actos fueran simultáneos y el último (la presentación de un corto cinematográfico) sería en el Salón de Actos, al término de los demás. ¡Y así fue! Los participantes llegaron a las nueve de la mañana para degustar el desayuno que Silvia y Carlos les sirvieron en una de las cafeterías, y luego, a partir de las diez de la mañana iniciaron las actividades. En una parte del bosquecito, la maestra Nayeli Benhumea impartió el taller para mujeres: “El cuerpo cierto – Acción de memoria y tejido”. Las participantes se sentaron en el suelo para recibir la luz de la tierra, debajo de la sombra de los árboles. Simultáneamente, el corredor cultural se llenó de chicos y chicas, estudiantes de secundaria y de preparatoria, para escuchar un maravilloso concierto “Sones de viento y marea”, con tres espléndidos músicos oaxaqueños: Fernando Amaya (guitarra), Elian Ruiz (sax) y Esmeralda Fierros (percusiones). Asimismo, en otra parte del bosquecito, cuatro poetas y escritores leímos ante una audiencia de treinta o cuarenta chicos y chicas. Escuché la lectura de textos de mis compañeros de mesa y vi, con agrado, que la audiencia estaba atenta. Digo esto porque, lo sabemos, la música es jaladora por esencia, no existe ser humano que no disfrute la música, la lectura de poesía y de narrativa es una actividad más compleja. Pero esa mañana todo fluyó en forma genial. Nuestra joven audiencia recibió con agrado la música de la palabra. Primero, Pedro Pablo Uvence Rojas leyó unos poemas de su primer libro “El alba y las quimeras”, que recibió el Premio Regional de Poesía La Terrestre Raíz de las Palabras, organizado por el Puente Cultural del Sur Sureste, que es la institución que también promueve el Festival de Arte, Literatura y Ecología Balún Canán. Pedro Pablo estudió la primaria en el Colegio Mariano N. Ruiz, en el plantel de San Sebastián, hace ya algunos añitos. A continuación le tocó leer a Rosy Vázquez, quien se trasladó desde la ciudad capital chiapaneca. Ella leyó poesía. Con una gran capacidad oral jaló la atención de la audiencia y logró que ellos y ellas interactuaran. Al término de la lectura me comentó que también es maestra. Se notó. Posteriormente le tocó leer poesía al poeta Omar Fabián, quien llegó de Oaxaca. Finalmente participé. ¿Qué leí? Pues una de tus cartas, una donde te platico acerca del llamado vocacional. Al final de los tres actos simultáneos nos trasladamos al Salón de Actos, con butaquería y toda la cosa. Ahí disfrutamos la producción del talentoso joven director Diego Salgado. Al final de la exhibición hubo preguntas, respuestas y comentarios acerca de lo que vimos: “Tseb K’anal – Niña Estrella”, una leyenda de San Juan Chamula, realizada con gran profesionalismo. Todo estuvo a pedir de boca, pienso que el poeta Arbey quedó contento, tanto como quedó contento el Maestro Hugo. Rosy Vázquez, en su participación, dijo que le habría gustado que en sus tiempos de estudiante le hubieran llevado actos similares en su escuela. Tiene razón, cuando se dan estos actos culturales en las escuelas, algo de luz ilumina los espacios cotidianos y puede ser que ahí haya descubrimientos importantes para los chicos y chicas que comienzan a volar. Posdata: siembra incesante es la que promueve el poeta Arbey, la ausencia de luz se olvida y aparece un camino de hormiguitas cargando hojas verdes, llenas de savia, para una comunidad que aspira a ser sabia. En la foto, de izquierda a derecha: tu amigo, luego Omar, en seguida Rosy y al final Pedro Pablo, un oaxaqueño y tres chiapanecos (aunque Pedro Pablo nació en Guadalajara). Escribo esta carta en una zona arbolada del Colegio Mariano N. Ruiz, donde leímos, donde la palabra voló más libre, más juguetona, más con espíritu de mariposa. ¡Tzatz Comitán!