miércoles, 23 de abril de 2008

Del otro lado

Es posible que haya alguien enfrente de este cuaderno. Es posible que, a la hora que escribo, un lector esté leyendo estas líneas. Para él, para quien hace posible este intento de comunicación, escribo hoy. Para vos, ¡van estas líneas!
Mi regreso a Comitán significó movimiento. Boté un poco del polvo que me cubría, pero también muchos objetos se extraviaron en el camino. Uno de estos objetos es la computadora. Por el momento no dispongo de un chunche para platicar con vos, así a pierna suelta. Espero en Dios que pronto recupere yo este chunche y pueda restablecer el diálogo que comenzamos. No sólo esto, espero que este espacio se enriquezca, poco a poco estoy trabajando en ello. Te quiero contar un poco más de mi pueblo, de lo que acá pasa día con día, quiero mostrarte fotos de este Comitán de todos los cielos. Por esto agradezco tu tolerancia, el tiempo que dedicás para esta página. Sin vos nada tiene sentido, vos le dás sentido a este cuaderno, por eso, creo, te debía esta aclaración. Seguimos en contacto. Para no perderlo (y hasta el momento en que recupere mi computadora con todos sus aditamentos) seguiré mandándote estos telegramas, a manera de decirte que no te olvido, que sigo cultivando tu afecto, que es muy grato regar esta planta a diario.