domingo, 15 de septiembre de 2024
CARTA A MARIANA, DONDE SE DICE QUE NADIE SABE PARA QUIÉN TRABAJA
Querida Mariana: Don Fulano se partió el lomo trabajando, al final su hijo dilapidó toda la fortuna. Hay cientos de casos así. Nadie sabe para quién trabaja. Bueno, en caso de Don Fulano todo lo dejó en manos de su hijo cuando él murió. El hijo hizo ¡viva la flor! Don Fulano supo que trabajaba para el hijo. Lo que él no supo fue que el hijo hizo caca el fruto de tantos años de trabajo. Conocemos cientos de casos similares.
Pero no sólo en lo cercano se dan esas historias. El otro día escuché que el Maestro Roberto Ramos dijo que Miguel Hidalgo usurpó un mérito que no le correspondía en realidad. Ahora, Hidalgo es conocido como el Padre de la Patria, cuando antes de 1810 era un simple padre de templo católico, en Dolores, Guanajuato. Una vez fui a Dolores, en compañía de mi papá y de mi mamá. Por ahí tengo la foto del recuerdo que nos tomamos al lado de la estatua de Hidalgo, que está de pie con el estandarte en una mano.
Pues resulta que ya investigué en Internet y hallé una publicación de la UNAM que tiene como título el siguiente: “Agustín de Iturbide: verdadero padre de la patria”. ¡Tómala! Acá hablo como un mero escucha y “leedor”. Parece que la Historia que nos contaron en la escuela no es muy precisa.
Así que cuando en toda la república, en todas las plazas, los presidentes y gobernadores echan el grito desde los balcones y dicen: “¡Viva Hidalgo!”, el espíritu de Iturbide debe corear: Sí, ¡que viva, por vivo!, porque se le adelantó. ¡Camarón que se duerme se lo lleva la corriente! ¡Iturbide que se duerme se lo lleva el Hidalgo!
El texto que hallé fue redactado por José Ángel Valladares, en ese entonces (2018) estudiante de la Maestría en Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Después de todo un choro interesante, donde explica el fracaso de Hidalgo porque “al no tener conocimiento militar ni de estrategia, su ejército era indisciplinado y se limitaba a armar tumultos, masacres y saqueos a los españoles peninsulares, fue fusilado como traidor a la corona y a la iglesia, sin haber visto cumplido su objetivo, y si bien su rebelión es el antecedente de los inicios de los movimientos que dieron pie a pensamientos de independencia por parte de los criollos en la Nueva España, él no debe considerarse como el “PADRE DE LA PATRIA”.
¿Cómo lo ves? Don José Ángel concluye su texto con lo siguiente: ““PADRE DE LA PATRIA” sólo es y habrá uno, Su Majestad AGUSTÍN I, Forjador de México y uno de los pocos personajes de la historia de México que ha triunfado, que ha sido maltratado como villano, exaltando como padre de esta Nación a un Hidalgo que nunca buscó una independencia y solo incitó a la violencia para mantener los privilegios que tanto él como la mayoría de los criollos, gozaban antes de que los franceses detentaran el poder”.
Es complicado explicar todo en esta carta, te invito a buscar más información en Internet. Hidalgo, dijo el Maestro Ramos Maza, se le adelantó a Iturbide.
Don José Ángel repite una y otra vez las frases que diversos historiadores atribuyen a Hidalgo a la hora de incitar el movimiento armado, todas coinciden en que el supuesto Padre de la Patria echó vivas a Fernando VII (quien era en ese momento el Rey de España, Dios mío), echó vivas a la Virgen de Guadalupe y gritó ¡muera el mal gobierno!
Parece (ya lo vimos) que Hidalgo se aventó como El Borras. En su ideario no estaba la prioridad de independizarse, sólo rascó en el hormiguero para que se hiciera el relajito.
La verdad, lo sabemos, es que la Historia la escriben quienes detentan el poder y en muchas ocasiones levantan estatuas a quienes no les corresponde el honor.
Posdata: hoy el grito ha cambiado, el presidente de la república hace agregados que originalmente no existían, pero siempre aparece el grito de: ¡vivan los héroes que nos dieron patria!, pero quien se lleva el mérito es ¡Hidalgo! Iturbide entra en el costal de “los héroes que nos dieron patria”. Parece que deberíamos hacer una revisión precisa de los hechos históricos y darle el lugar de honor a quien le corresponda.
¡Tzatz Comitán!