lunes, 30 de septiembre de 2024

CARTA A MARIANA, CON UN PERSONAJE DE LEYENDA

Querida Mariana: cuando mi amado Gutmita menciona a algún personaje importante del pueblo dice que es “un personaje de leyenda”. Me encanta oír eso, porque las leyendas sobrepasan el tiempo, van más allá de sus tiempos, así, estos personajes trascienden sus épocas y nos llegan íntegros en su grandeza, con sus agregados mitológicos. Rafita es uno de estos personajes, se ha vuelto una figura esencial en el pueblo, todas las mañanas anda por el parque central, camina de un lado a otro. Lo conocí porque le encantaba llegar a la Dirección de Cultura, cuando anduve por ahí, en el Pabellón Municipal. Entraba a todas las oficinas, como no es amigo del agua, pasan días y no se baña, los amigos de la Dirección de Salud Municipal lo llevaban a los sanitarios del pabellón y ahí lo bañaban, ya salía con otro rostro, pero con su misma esencia. Tiene alguna deficiencia mental, los especialistas deben saber. Es enemigo de las cámaras, siempre que alguien lo enfoca y él se da cuenta levanta la mano y hace caracolitos; de igual manera es amante de las chicas, es un enamorado irredento, cuando llegaba a la oficina siempre llevaba una rosa y la entregaba a la primera chica que se le presentara en su camino. Rafita es un personaje de leyenda en nuestra ciudad. ¿Cuántos años tiene? No lo sé. Como lo ves en la fotografía que te anexo, él no usa zapatos, tal vez nunca los ha usado. En esto se parece a otro personaje de leyenda: Mario Mocoso, quien tampoco usó zapatos. Una de las características de Mario era que somataba los pies en el piso y cada vez que lo hacía sonaba como si alguien disparara balazos, quienes no lo conocían se llevaban el susto de su vida. Rafita, durante un tiempo, usó una bolsa en uno de sus pies, muchos pensaron que tenía alguna dolencia, ¡no!, tal vez alguien le hizo la travesura y le colocó una bolsa, días después ya no era una sino dos bolsas de plástico que tenía amarradas a sus pies, y luego tres, en septiembre de 2024 se ve tal como está en la foto. Siempre carga bolsas. Nadie puede saber el contenido de ellas. Si los ejecutivos de la Coca Cola se enteraran le darían un pago mensual, porque la chamarra que lleva tiene el logotipo de la empresa refresquera y es un anuncio viviente permanente. Hay personas que le dan una atención especial, a veces desayuna con ellas. En los últimos tiempos se dio cuenta que tengo corazón de pollo y donde me ve me pide que lo invite a desayunar, el otro día fue pollito campestre, luego una orden de tacos por donde está una terminal de combis. Me ve pasar en mi tsurito y con su mano, la que usa para hacer caracolitos, me indica con un movimiento de dedos sobre su boca que desea desayunar. Siempre está con el cabello enmarañado, tiene la manía de meterse el dedo gordo de su mano en la boca, los otros cuatro la cubren, usa bigote ralo y una chivita. No sólo la Coca Cola debería pagarle regalías, también el presidente de Comitán (presidente que ya también se volvió personaje de leyenda, porque mañana iniciará lo que será su tercer periodo gubernamental, hasta donde se sabe no ha habido un caso similar en el pueblo), y digo que el presidente debería darle una paguita porque Rafita usa una mochila en su espalda con un lema del Señor Fox: “Trabajando por lo que más quieres”. Lo que sí es una certeza es que Rafita no aceptaría jamás promocionar los zapatos Flexi. Ya se acostumbró a caminar descalzo, siguiendo la tradición de Mario Mocoso, el gran amigo de mi amiga Eva Morante, quien, cuando la veía sola la acompañaba a su casa, en el Comitán afectuoso de los años setenta. Mi amado Gutmita tiene razón, hay personajes de leyenda en los pueblos, son parte esencial de la historia de ellos. Rafita es un personaje de leyenda, es amistoso, puede quedarse mucho tiempo viendo hacia el frente, pensando quién sabe qué cosa. Si alguien quiere tomarle una foto, él, de inmediato, muestra la mano y hace caracolitos. En esto se parece al difunto Nene, personaje de leyenda que vivió en el barrio de Guadalupe, El Nene tampoco era amigo de las fotografías, en los últimos tiempos de vida, alguien le obsequió una camarita de plástico y cuando él veía a alguien tomándole una foto levantaba su cámara y hacía el juego de tomar una foto al fotógrafo. Ah, qué bonito juego. Posdata: Raúl, el gran caricaturista comiteco, tiene una serie dedicada a estos personajes de leyenda, que él bautizó como los Pito Pérez de Comitán. Larga vida a los personajes que dan esencia a los pueblos, que se vuelven parte esencial del imaginario colectivo. ¡Tzatz Comitán!