sábado, 29 de noviembre de 2008

La luz de Las Margaritas

Existe una ciudad que se llama Las Margaritas. Ahora, y desde siempre, es un pueblo lleno de luz tojolabal.
En una película de Clint Eastwood, "Los puentes de Madison", sale un puente similar a uno que existe en Las Margaritas. Sí, lo escribí bien, el puente de la película se parece mucho al puente cubierto que existe por el rumbo del barrio de Guadalupe y no viceversa. Esto es asi porque estos universos de madera existen desde mucho antes que existiera el hormigón.
Ayer fui a Las Margaritas. Tenía más de quince años que no andaba por ahí. Caminé por su parque, en una noche limpia. Frente al templo hay una gran pochota. Ahí estaban varias parejas. Dos hombres miraban el árbol que, a las siete de la noche, era como un enjambre de zanates. El cielo estaba lleno de estrellas y el mundo se movía lento, al ritmo con que se movían los jóvenes. Alrededor del parque hay dos o tres cibercafés, dos sucursales bancarias, tres o cuatro estanquillos, una tienda de ropa, tres cenadurías, dos farmacias y dos locales con videojuegos. Los jóvenes se movían como en una película de cámara lenta. Los viernes por la noche, en Las Margaritas, la prisa da paso a la pausa. Sobre un volkswagen cuatro muchachas bonitas se dedicaban a dar vuelta al parque.
Tenía más de quince años que no andaba por ahí. Ayer respiré un cielo limpio tojolabal. Me sentí bien.
La ciudad de Las Margaritas es vecina de Comitán. ¿Veinte kilómetros? ¿Un poco más, un poco menos? Justo donde comienza el municipio, la carretera se amplía y al llegar a la ciudad un bulevar bien cuidado recibe a propios y extraños. La ciudad ha crecido, ha crecido en luz.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Las piedras de Mario



Se inauguró la Casa del Arte el viernes pasado. En medio de la bulla y de los nombres literarios que suenan, como Juan Bañuelos, Polo Borrás, Óscar Palacios, Óscar Bonifaz, Arvey Ribera, hubo una presencia casi no advertida: Mario Escobar.
Mario logró mimetizarse entre tanta gente y sonrió, dijo unas cuántas palabras, tomó vino (ya había tomado un tequila al medio día), salió en la foto y atendió a todos los invitados.
Al día siguiente hallé a Mario en un acto de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez.
Hoy, primero Dios, me lo toparé en el patio central de la escuela primaria del Colegio Mariano N. Ruiz, a las siete y media de la noche. Mario aceptó presentar su libro de cuentos: "Los días por venir y otras ficciones". Sé que hoy sonreirá, dirá unas cuantas palabras y saldrá en la foto. Hoy nos toca atenderlo a él, hoy nos toca ofrecerle café en lugar de vino (bueno, nadie es perfecto).

martes, 25 de noviembre de 2008

¿Conocen un chunche que se llama podómetro? Es un aparato que sirve para medir los pasos, me explica Jaime; es decir, lo metés en una bolsa de tu pantalón y te indica cuántos pasos caminaste desde el lugar de origen hasta tu destino. Al principio me pareció un chunche inútil, pero luego lo pensé como el extremo del velocímetro de un carro. Un velocímetro indica cuándo debemos llevar el carro a servicio, parece que el podómetro puede servir para lo contrario, mientras más pasos acumulemos en la vida más vida tenemos.
Ayer pensé que podía improvisar un podómetro y al salir de casa comencé a contar mis pasos. De la puerta de mi casa a la puerta del templo de San José contabilicé mil veintidós pasos, y a la puerta del colegio Mariano N. Ruiz (lugar donde trabajo) mil trescientos dos pasos.
De regreso hice más porque caminé por otro lado.
Me gusta caminar, sólo uso el carro cuando es muy indispensable. Si no llueve prefiero caminar, es uno de los privilegios que me da la vida. Me encanta mirar esos remates visuales que son el disfrute de este pueblo maravilloso.
Cuando voy al Colegio en la mañana y en la tarde camino más de cinco mil pasos en el día (también me encanta mi trabajo y como tengo mucho qué hacer -gracias a Dios- voy a laborar en la tarde, aun cuando no tengo obligación. Por el momento preparamos en la Universidad una Colección de Cuadernos Universitarios en tres series: Testimonio, Creación y Especiales).
Un materialista diría: "Si por cada paso te dieran un peso"; tal vez un optimista pensaría: "Si por cada paso un piso de nube"; por el momento soy realista y pienso que cada paso es un instante de vida multiplicado. En cada paso doy gracias a Dios por el privilegio de caminar estas calles. Ayer, muy de mañana, di mil trescientos dos agradecimientos a Dios. Comencé al salir de mi casa y terminé en la puerta del Colegio. Dios estuvo conmigo en cada paso, en cada piso, en cada nube. Que Dios bendiga esos chunches que se llaman podómetros.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Un árbol espléndido

Ayer estuve con Pepe Utrilla en la Casa Museo Doctor Belisario Domínguez. Pepe es hermano de Lupita y de Javier, y ellos son hijos de doña María Antonieta Utrilla de Alvarado. Pepe me dijo algo como: ¿Te acordás de mí?, y yo dije que sí, por supuesto que sí. Vivimos el Comitán de los sesentas y setentas donde medio mundo se conocía con el otro medio mundo. A cada rato nos topeteábamos, a cada rato nos mirábamos con afecto. Pepe y yo nos topeteamos muchas veces en la calle o en el parque o en el patio de alguna casa. Por supuesto que sí. Y ayer, como una bendición, volví a topetearme con él. Mientras éste llamaba al mesero para comer unos bocadillos ("Sin duda que las Morales trajeron de Guatemala esta receta", comentó) yo veía lleno de gente uno de los corredores de la casa museo. Fue un poco como en los años sesentas donde todo era como un pozo de agua limpia, donde todo mundo se conocía con todo mundo.
En una Arenilla ya escribí algo acerca de Lupita, la hermana de Pepe.
Y ayer me topé con Pepe porque asistimos a un acto en donde su mamá recibió el nombramiento como Delegada de la Asociación de Escritores y Poetas Chiapanecos. Fue un acto sencillo pero lleno de una luz de esas que ahora llaman "soft" ("Ahora todo es "light" -comentó Pepe- mientras volvía a llamar al mesero y se servía uno de esos pequeños panecillos preparados por "las Morales"). Una luz de esas que no deslumbra pero que ilumina lo suficiente para saber que doña María Antonieta es un camino digno para recorrer.
Doña María Antonieta, a sus ochenta y tantos años de edad, sigue siendo como un viento de esos que refrescan las estancias sin botar ningún chunche.
Hace varios años leí un libro de doña María Antonieta en donde comparte su experiencia de un viaje a Europa. Ayer me enteré que además de los libros de cuentos infantiles (que ya leí), tiene un libro que desconozco: Un libro donde, de igual manera que lo hizo con el de Europa, comparte su experiencia de un viaje al Oriente. Se me antojó leer el libro, de igual manera que a Pepe se le "antojaron" todos los antojitos que sirvieron junto al vino para celebrar el acto.
Escribí de Lupita en una Arenilla ya hace tiempo. Dije esa vez que la mitad de la escuela "Matías de Córdova" estaba enamorada de ella porque fue una niña muy bonita. A veces, durante los homenajes a la bandera, Lupita participaba en el programa. El maestro Víctor -nuestro Director- la anunciaba y cuando ello sucedía todos nos iluminábamos. Lupita se paraba junto al micrófono, en un extremo del amplio patio siempre azul por el reflejo de este maravilloso cielo, y, mientras con una mano cogía un chal de percal, y con la otra mano movía una canasta de mimbre, cantaba aquella de "la patita va al mercado con rebozo...", y ¡nunca, nunca, don Gabilondo Soler supo que Lupita era para él como Toña La Negra para Agustín Lara: la mejor intérprete!
Y ahora resulta que una hija de Lupita es soprano. No dudo que medio mundo termine enamorado de la artista. El mundo, para la nieta de doña María Antonieta, debe ser algo como una cancha de escuela, como un simple patio a la hora del homenaje.
Me dio mucho gusto que ayer Blanca Margarita, presidenta de la Asociación, le rindiera un homenaje a doña Antonieta. Con este acto Blanca nos recordó a los comitecos que a veces no le damos el valor suficiente a quienes, con rebozo y canasta de mimbre en las manos, nos entregan algo de su luz.
Cuando me despedí, Pepe me dijo, emocionado, que la próxima semana se casa su hijo mayor (tiene algo así como treinta años) y su cara se iluminó cuando vislumbró el porvenir y vaticinó que un día de estos tendrá nietos. Y este nieto, sin duda, será un gajo fuerte de este árbol espléndido, en el que una de las ramas (la mamá de doña María Antonieta) fue pianista. ¡Con razón, con razón, tanto aire por esos cielos!

viernes, 21 de noviembre de 2008

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Continúa el Ciclo del Arte


Esperamos a medio mundo con mucho gusto.

lunes, 17 de noviembre de 2008

En la casa de Paty y Paco

Ayer fui a comer a la casa de Paty y Paco. A la entrada llamó mi atención un murete que está a la derecha y que es como un muro aparente, casi casi como un aparente muro. El espacio que está detrás de ese murete se me hizo un espacio para jugar escondidas o para cubrirse del viento cuando corre el viento, porque en la casa de Paty y Paco corre el viento, no hay un solo espacio en donde el rumor del óxido esté concentrado. La casa está llena de luz, tal vez le falta una o dos plantas (no de luz, sino de esas que están sembradas en todos los jardines de las casas comitecas). Paty aseguró que ahora en navidad tendrá una nochebuena a mitad de la sala.
Ahí me topé con Rosy, quien, a mitad de la plática, entre bocado y bocado de la ensalada con berros y zanahoria, me preguntó si conocía la página electrónica de Samuel. Le dije que no. No sé si los jóvenes tienen algo como un directorio de páginas electrónicas, pero yo no, nunca sé lo que debo ver. Por esto sólo visito algunas que han existido desde siempre, incluso desde antes del invento de este chunche.
Lo de la página de Samuel fue un comentario más entre cientos, pero a mí me sucede que hay elementos que me marcan más que otros. He comprobado que cuando entro a un cuarto por primera vez mis ojos y mi atención se fijan en algo que, en apariencia,no tiene la menor importancia y sin embargo luego resulta que contienen la gran historia. El otro día entré a la casa de Faby y fijé mi atención en una caja de cerillos que estaba debajo de una mesa, casi casi como si estuviera tirada, olvidada. Cuando a Faby le pregunté por esa caja me contó ¡la gran historia! Resultó una cajita casi casi como si hubiera pertenecido al Pípila para prender fuego a la alhóndiga (prometo que un día de estos cuento la historia, porque Faby me dijo que podía hacerlo). Así ayer lo primero que llamó mi atención fue el murete y luego la página de Samuel. Aun ahora está el murete en mi memoria, aletea como la última hoja seca de un árbol en otoño. No sé, algo debe tener ese pequeño muro para seguir horadando la piedra de mi memoria.
En cuanto regresé a la casa prendí este chunche y entré a ver la página de Samuel. El murete, entonces, tomó forma de mariposa y voló. Claro, claro, pensé, esta página la conocía, desde hace cuatro años. Sucede que desde Puebla entraba a este chunche a buscar todo lo que tenía relación con Comitán y un día hallé la página de Samuel. En ese tiempo me enteré que él había llegado a Jalapa para estudiar letras en la Universidad y ayer, en tarde de domingo, me enteré que Samuel ya terminó la carrera. No sé, algo en mi corazón brincó como canario alborotado, al leer su blog fue como si hubiera soñado que en la esquina de algún pueblo desconocido me topara con alguien que de pronto, sin motivo aparente, detuviera mi caminata y me dijera: "¿Tú sabes que existe un pueblo en Chiapas donde hablan de vos?" y yo, todavía sorprendido, le respondiera en otro idioma sin saber bien a bien porqué; es decir, entendería perfectamente el castellano en que me hablaba, identificaría perfectamente la relación con Comitán y sin embargo yo hablaría en otra lengua, como si estuviera detrás de un muro aparente, deseando brincar ese muro que sería como el de Berlín. Detrás del muro hay mucho por conocer.
¿Puedo decir que estuve en la entrada de la Universidad el día que Samuel entró por primera vez a ese campus? Tal vez sí, tal vez lo acompañé por tramos. Sé que para Samuel Sol no es el simple sol que nos alumbra cada día, sé que Samuel ahora ya leyó más, mucho más, que los contados autores que leyó acá en el pueblo, y todo porque un día Samuel decidió compartir, abrir la ventana de su cuarto para que otros (en saber qué lugares del mundo) pudiéramos hurgar un poco en sus libros, en las paredes de los muros que comenzaba a levantar.
Salì a las 6 de la tarde de la casa de Paty y Paco. Al salir miré a mi izquierda para comprobar que el murete no lo había inventado. El murete es como la extensión de la pared de un cuarto y se corta justo en donde comienza algo como un pasillo que ahora ya no conduce a ninguna parte (porque Paco me cuenta que antes, donde ahora está una pared, había una puerta que permitía el paso a otra casa de la familia). Ahora sé que me gustó el murete porque no impide el paso, al contrario, es como invitación permanente a pasar al otro espacio que es apenas un patio de dos metros cuadrados. Sirve para jugar escondidas, para protegerse del viento, para sentarse y hacer nada o leer un libro o prender la laptop para leer la página de Samuel.

domingo, 16 de noviembre de 2008

De Maese Sabines

Y acá está un ejemplo de cómo los poetas han volado junto con las moscas. El poema que copio a continuación es de Sabines, de Jaime, ya se sabe, de Jaime. ¡Buen provecho!

Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.

De todos los tiempos


En la mañana, a las cinco, todo es más íntimo. Prendo este chunche y prendo la televisión. El único ronroneo es el del CPU de la computadora. En la televisión encuentro una entrevista con el pintor Vlady. Busco en este chunche algo de lo que ayer fue mi obsesión temporal: la mosca en la literatura.
Bernardo Ruiz -destacado escritor mexicano-, en su blog, habla de esto también y, entonces, descubro que existe un librincillo que tiene a la mosca como el hilo conductor de varios textos. El libro tiene la siguiente ficha

Moscas, niñas y otros muertos
Antología de cuento joven
Punto de partida, UNAM, México, 2004 (Antologías 1)

Lo pongo por si algún lector también está interesado en estas cosas mínimas.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Las alas nauseabundas de la literatura

Hace dos o tres días escribí una Arenilla para El Heraldo de Chiapas donde hablo de las moscas. Retomé un verso de Machado donde se refiere a las moscas. Escribí que las moscas son personajes de la literatura mundial. Ahora mismo, ahora que estoy leyendo el blog de la escritora Ángeles Mastretta me encuentro con un párrafo donde aparece la multicitada mosca. Ahora se me ocurre que iniciaré el juego de buscar fragmentos de cuentos, poemas o novelas donde aparezca citada la mosca y lo compartiré con ustedes. El estudiante de literatura que desee hacer su tesis acerca del importantísimo tema: "La mosca dentro de la literatura" hallará acá un material de primera. No hay necesidad de que me dé las gracias.

.- Por mi rumbo ladra un perro chiquito. Y aúlla uno grande. Imagino que el chiquito va dichoso, peleando con alguna mosca o tratando de jugar con un niño. El grande está siempre encerrado. Hay dos. Uno en el patio de la vecina izquierda y otro en la azotea de la casa que está cruzando la calle. Me dan pena. ¿Por qué la gente tiene perros grandes en lugares pequeños? ¿Por qué los dejan solos? Siempre que estos aúllan algo me duele a mí. Salgo a mi terraza y desde ahí les hablo. A veces consigo silenciarlos diciéndoles ternuras en voz baja. Entonces me entra una paz de alma que sólo me provoca la luna. ÁNGELES MASTRETTA

Sólo por compartir

Paso copia del textillo que leí la noche de la presentación de mi libro: "Un sitio ll-amado Comitán". En el texto hallarán la mención de imágenes, sucede que apoyé la lectura con la presentación de algunas imágenes de este maravilloso pueblo.


Buenas noches.

Agradezco la asistencia de ustedes. El libro que presento es una recopilación de Arenillas publicadas en El Heraldo de Chiapas. La contraportada de este libro señala que cada una de estas Arenillas tiene que ver con Comitán; es decir, tiene que ver con los cielos que nos iluminan todos los días.

¿Por qué en esta ocasión mi palabra se apoya en la imagen? Porque estas imágenes están muy cercanas al corazón de nosotros.

El otro día, varios amigos nos preguntábamos por qué Comitán produce una especie de encantamiento en sus habitantes y en las personas que llegan de otros lados. Alguien comentó que su antiguo nombre resume todo: Comitán de las Flores. Pero ¿de veras tiene sustento esta versión? Nadie puede negar la belleza de las mujeres comitecas ni negar la belleza de sus jardínes, pero, hablando en plata, existen ciudades que poseen mujeres más bellas y jardines más bellos, basta mencionar ahora el nombre de Guadalajara. Esto indica que su encanto no se sustenta en esas flores ¡No! El encanto de este pueblo se sustenta en otras enredaderas, en otras aguas. ¿Son sus cielos? ¿Sus subidas y bajadas? ¿Sus balcones desparramados como bugambilias sobre las paredes? Sé que ahora medio mundo coincidirá conmigo en decir que la magia de este pueblo está dada por cada uno de sus elementos. El prodigio de este pueblo es su singular amalgama. Cada uno de sus elementos y cada uno de sus hijos forman el milagro que inspira. La gracia de este pueblo, por ejemplo, está en su lengua, en el cantadito, en el afectuoso voseo.

Para hallar la piedra luminosa de Comitán no basta elevar la mirada y mirar sus cielos, a veces es preciso bajar la vista, como si uno buscara una moneda, como si tuviera el convencimiento de que las huellas también se esconden en sus suelos. Comitán también es sus pisos. Esos pisos que están lejos de las inmaculadas lozetas que anuncia esa muchacha bonita que se llama Christian Bach. Todavía en muchas casas comitecas hay pisos de ladrillo, pisos con mosaicos gruesos de las fábricas de don Juan Cancino o del maestro Paquito García o de don Augusto Caralampio García. El prodigio de Comitán está en sus cielos, en sus paredes, en sus suelos, en sus techos, en sus balcones, en sus patios, en sus corredores y en sus sitios. En suma, el espíritu de Comitán está desparramado en sus casas, en sus calles y en sus plazas. De ahí los comitecos bebemos nuestra esencia, nuestro jocoatol de cada madrugada. En la medida que estos elementos desaparezcan ¡desapareceremos nosotros!, desaparecerá Comitán. El día que todas nuestras huellas queden impresas en pisos interceramic, ese día ya no seremos más. Ese día una estrella habrá desaparecido en el universo. Ya nunca más se oirá el canto de este cenzontle que canta de vos y que convirtió en agudos todos los sueños de nuestro mundo. Porque Dios un día, un día que estuvo de buenas, inauguró el universo y le dijo al hombre: Andá a Comitán y mirá, bebé, tomá, viví. Y el hombre le hizo caso y vivió cada día sólo para agradecer la bendición de beber estas nubes y estos cielos comitecos.

Tal vez no nos hemos dado cuenta, Comitán no es de las flores, Comitán no es de Domínguez, ¡Comitán es de Dios! Por eso seduce a propios y extraños. Gracias por su complicidad, gracias querido Maestro Óscar. Buenas noches.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Presentación de librincillo


Anoche presenté el librincillo: "Un sitio ll-amado Comitán". El maestro Oscar Bonifaz dio unas palabras acerca del trabajo. Para compartir con mis lectores paso copia de su texto.

13 de noviembre de 2008.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO “UN SITIO LL-AMADO COMITÁN”
¿Sabrá Alejandro Molinari que hay momentos en que me cae muy mal y no puedo soportarlo?, ¿lo sabrá? No sé, pero sí es preciso que ustedes lo sepan y estoy seguro de que me van a dar la razón.
A cada chico rato Alejandro Molinari se le ocurre devaluarse mucho más que nuestro débil peso mexicano. Según él, lo que hace no tiene valor alguno, y eso, naturalmente que me cae mal porque si a alguien lo podemos condecorar con la medalla del mérito legítimo, es precisamente a él, porque su colaboración intelectual, sea en la docencia, en la literatura o en la pintura, Alejandro tiene toda la pinta de un genio guardado en el bolsillo de quienes reconocemos sus méritos y lo estimamos no solamente por ellos, sino por la altísima calidad y calidez de su persona.
Y cómo no me va a caer mal cuando él y por su propia voz me informa que aquellas memorables libretas que acarició con ternura paternal durante mucho tiempo, olímpicamente las quemó. Buena parte de nuestra historia comiteca que se perpetuaba en esas letras, se perdió para siempre, simplemente porque a Alejandro le pareció un material de segunda o sin importancia.
Los sucesos ínfimos, las pequeñeces, son precisamente los que van bordando nuestra verdadera historia; Alejandro durante buen tiempo fue pepenando esos retazos de nuestra vida comiteca para que, según sus limpios propósitos, vivieran en esas memorables libretas. No había suceso que no estuviera guardado ahí, vivo y latente. Ah no, pero en un ataque de su temperamental locura, destruyó todo eso. Díganme ustedes cómo no me va a dar un coraje que no puedo disimular y que me deja en mi calidad de chucho con rabia.
En su propia confesión él nos dice (y lo copio textualmente) “En el patio de mi casa, metí en un tambo todas las libretas, las regué con gasolina y aventé un cerillo. Después de unas horas las cincuenta y dos libretas se convirtieron en un kilo de cenizas”, ¡ah, qué bonito!, ¿no es esta una manera de que Alejandro haga mal algunas cosas? Este moderno Nerón comiteco no supo lo que hizo, quemó una buena parte de nuestra historia, la que había atesorado durante muchísimos días.
Bueno, pues después de mi justificado berrinche, me voy a referir a su libro “Un sitio ll-amado Comitán”.
Ya hacía algún tiempo que él había depositado este libro en mis manos y bien recuerdo que lo leí en un pedazo de noche; al terminar, acaricié el libro y me fui a la cama con un montón de imágenes que despertaron en mi imaginación como luces de Bengala.
Es difícil de resumir lo que contiene este libro, a mi manera de ver, es un servicio gratuito para quienes saben ver y saborear lo que es nuestro.
Aquí Alejandro -ahora generoso- nos entrega un tesoro en el que hay lunas, estrellas y soles; cielos y mares, todo esto a nuestra franca disposición. Las pequeñas cosas con que a diario nos regala la vida pero que no podemos ver por nuestra increíble miopía. Desfilan ahí desde la mirada de Angelina Beloff hasta Santo El Enmascarado de Plata, vistos a través de una lente que acaricia los temas para regocijarnos, o sorpresivamente, nos vemos retratados en el espejo fiel de sus letras, porque por fin, y después de algunos tanteos y desvíos, naturales de su primera juventud, Molinari ha encontrado la estructura de sus letras, una diáfana personalidad literaria.
En este libro, Comitán está presente en cada una de sus letras, él mismo así lo reconoce porque “es un papalote que atraviesa los cielos de Comitán”, es, en cierta manera, don Concho “que saca su silla a la calle para mirar cómo pasa el mundo”.
149 son los títulos que aprisiona este magnífico libro. En lo particular me identifico -y mucho- con uno que se titula “Días planos”; exactamente cuando no hay nada qué hacer y uno se convierte en una perinola loca que busca en los rincones un segundo de reposo.
Los demás temas son, todos, para meditar o sonreír; pequeños temas donde se justifica aquello de que en la brevedad está el gusto. No es lo mismo el paladeo de un buen vino que una borrachera extrema.
Por eso mismo, salud Alejandro, que al fin de cuentas me caes muy bien.

Oscar Bonifaz

martes, 11 de noviembre de 2008

De rebote



A veces me topo con el balón en la cancha.
Para el jueves 13 de noviembre, teníamos programada la participación de la Doctora María Elena Tovar González, ex rectora de la UNICACH, dentro del Ciclo del Arte que promueve la Universidad Mariano N. Ruiz.
Hoy martes, en la mañana, la Doctora comunicó que un asunto de urgencia impedía su participación.
¿Qué hacemos?, nos preguntamos de inmediato.
¿Y si presento mi librincillo? El Consejo dijo: ¿Por qué no?
Así entonces, el próximo jueves 13 de noviembre, a las siete de la noche, el Maestro Óscar Bonifaz hará favor de hacer la presentación del librincillo "Un sitio ll-amado Comitán". Así pues, de rebote, logro un deseo esperado.
Ojalá que los lectores de este cuaderno que viven en este maravilloso pueblo me acompañen. Será un gusto contar con su complicidad.
La cita entonces es este jueves 13, a las siete de la noche, en el patio central de la primaria del Colegio Mariano N. Ruiz (frente al santuario del Niñito Fundador).
Gracias de antemano por su asistencia.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Poesía erótica


POETAS CHIAPANECAS PRESENTAN

LA ANTOLOGÍA “AL FILO DEL GOZO” EN BELLAS ARTES

Antología de poesía erótica

Elisa Rodríguez García





El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes invitan a la presentación de la antología erótica escrita por mujeres en lengua castellana, Al filo del gozo (Guadalajara: Editorial “Viento al hombro”, 2008), compilada por las escritoras chiapanecas Socorro y Marisa Trejo Sirvent, que tendrá lugar el miércoles 12 de noviembre, a las 19:00 horas, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.



En esta presentación que tendrá lugar en el Palacio de las Bellas Artes de México participarán aparte de las compiladoras: Eliseo Alberto, Dolores Castro, Lina Zerón y Lucía Rivadeneyra, además de realizarse también un recital poético con algunas de las poetas que radican en México, donde también se hará presente la voz de algunas autoras chiapanecas.



De acuerdo a la presentación de este trabajo de investigación hecho durante cuatro años por estas destacadas creadoras: “las poetas seleccionadas para esta antología forman parte de un corpus muy preciso que se hizo a partir de una amplia convocatoria difundida por Internet gracias a muchos poetas que la hicieron conocer a las autoras interesadas en participar en un proyecto no institucional, apoyado por la Editorial “Viento al hombro” y basado en una investigación que se circunscribió al material recibido. Es por esa razón que los textos de las poetas de algunos países son más abundantes que de otros. La convocatoria se fue difundiendo por sí misma a través de dos continentes: América y Europa. Se solicitaron diez poemas mínimos de cada autora, con temática erótica, de poetas vivas, con deseos de publicar sus textos en una antología erótica, a la cual se le ha puesto por título: “Al filo del gozo”, en homenaje a Rosario Castellanos y en referencia a uno de sus textos eróticos”.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Las Trejo en Bellas Artes


Socorro y Marissa Trejo Sirvent presentarán la antología de poesía erótica que prepararon.
Hace dos o tres minutos llegó a mi bandeja de entrada la invitación que comparto con los lectores de este cuaderno de apuntes:




INVITACIÓN



PRESENTACIÓN DE LA ANTOLOGÍA



AL FILO DEL GOZO



DE MARISA Y SOCORRO TREJO SIRVENT



COMPILADORES



ANTOLOGÍA DE POESÍA ERÓTICA

ESCRITA POR MUJERES EN LENGUA CASTELLANA



PARTICIPAN

DOLORES CASTRO

LINA ZERÓN

ELISEO ALBERTO

LUCIA RIVADENEYRA



SALA ADAMO BOARI

19 HORAS

PALACIO DE BELLAS ARTES

MIÉRCOLES 12 DE NOVIEMBRE DE 2008

viernes, 7 de noviembre de 2008

Presentación exitosa


Gracias a Dios, la presentación de don Enrique García Cuéllar fue un éxito.
Más de ciento veinte personas nos reunimos para escuchar una plática muy interesante y aleccionadora.
Acá subo una fotografía que da testimonio de este acto.

CHAYITO DE TODOS (segunda y última parte)




Betty cumple lo dicho. En toda la plática nunca menciona el nombre de Rosario Castellanos, siempre se refiere a ella como Chayito, con cariño, como si el nombre de la escritora no fuera más que un referente para libros o para plazas o para festivales, y el Chayito fuera el nombre ideal para injertar en la mente y en el corazón.
“Yo recuerdo que Chayito era muy chistosa, siempre contaba cuentos. Cuando miraba una cosa que no le gustaba se agarraba su frente y decía: ¡Ya caí, cadáver! Vestía de manera muy sencilla. Una vez, cuando se quemó el Teatro Belisario Domínguez, donde ahora está el Teatro de la Ciudad, miré a Chayito con unos zapatos muy bonitos y le pedí que me prestara uno para que me hicieran un par igual. Chayito, ya en su casa, me prestó un zapato y lo llevé para que me hicieran un par igual, con tacón puente corrido, color vino y una franja beige”.
Uno de los temas más recurrentes es la relación de Rosario con sus papás. Betty comenta: “Se llevaba muy bien con su papá. Yo miraba pasar a su papá con un ramo de claveles que le llevaba a su hijo al panteón. No creo eso de que sus papás no la quisieran, ni tampoco que doña Adriana fuera menospreciada. Lo que pasa es que el ingeniero no le hacía mucho caso a las cosas que hacía su mujer. El ingeniero comentaba lo del periódico mientras doña Adriana estaba esperando que le dijeran: ¡Qué rica la costillita que preparaste!, como que eran mundos diferentes. Chayito se llevaba más con su nana, siempre que su nana regresaba de la finca Chapatengo le traía piedritas del río envueltas en su pañuelo viejo y moqueado”.
Betty dice que cuando Chayito se fue a vivir a la ciudad de México le llevaron serenata, los amigos se cooperaron con cinco pesos cada uno, dice que Frenesí fue la pieza que tocaron tres veces. “Sólo una vez volví a ver a Chayito. En 1953 me casé y fui a San Cristóbal a comprar la vajilla. En el parque me encontré con Chayito: Vonós a platicar a aquella banca, me dijo. Me platicó que estaba con los chamulas haciendo teatro guiñol y me preguntó que quiénes ya se habían casado. Nos acordamos que en Comitán vacilaba a un viejito de apellido Vera, que era medio veletía. Siempre estaba con un traje que brillaba de tanto sebo. Una tarde estábamos sentadas la Chayito, Angelina, Zoilita, Tere Solís y yo, cuando el viejito se apareció y le dijo a Chayito: ¿Se va usted a casar conmigo?, y la Chayito le dijo: ¿Y de qué influencias goza usted?, pero el viejito oyó mal y dijo: ¿Influenzas? No, señorita, el catarro ya me pasó, ahora lo que tengo es tos”.
Betty no lo supo bien en ese entonces, pero a Chayito volvió a hallarla en la ciudad de México, en medio de un cuaderno todo deshojado. “Tuve en mis manos su diario. Fui a la ciudad de México para que me operaran de las anginas y quedé en casa de mi tío Francisco Bermúdez. No sé cómo llegaron hasta allá un montón de revistas y libros viejos. Tal vez doña Margarita Tovar, hermana de tía Luz, llevó todo y por ahí estaba el diario de Chayito. Me puse a leer, ahí estaba lo de Chapatengo que se los habían quitado los agraristas; que don César era muy enamorado, se enamoraba de las criadas. También contaba de cuando los indios le prendieron fuego a la finca y de cuando recibió la noticia de la enfermedad de su mamá, decía que cuando recibió la noticia las letras brincaban”.
Cuando le pregunto qué pasó con ese diario, tía Betty me queda viendo como si yo estuviera arriba de un cerro y responde: “Lo han de haber echado a la basura”.
Y es que la memoria de los pueblos, más que en las bibliotecas o en la mente de los hombres, está adentro de los basureros. Por esto a veces leemos en los periódicos la noticia que da cuenta de un pepenador que halló un manuscrito del siglo XII o un cuadro de Picasso o un diario de algún famoso escritor.
Antes que nos despidamos, Maricruz va a la cocina y regresa con un capuchino para mi mamá y dos mandarinas para mí. Le digo que las llevaré para la cena. Mi tía envuelve cada fruta en una servilleta, me las ofrece y, como si volviera a meterse al río de agua tibia, me dice: “¿Te acordás de Chepito, el que trabajaba en la huerta de tía Juanita Bermúdez? Pues la Chayito fue la que le puso eso de Chepe de todos”.

martes, 4 de noviembre de 2008

CHAYITO DE TODOS (primera de dos partes).


Mi tía Betty Córdova me advirtió: “Te voy a hablar de Chayito, no de Rosario”. ¡Y vaya que hay un mundo de diferencia! Porque cuando Chayito era tal, nadie, de veras nadie, podía imaginar que esa muchacha iba a ser un día la famosa Rosario Castellanos. ¿Quién puede imaginar lo que una adolescente llegará a ser en el futuro?
Mi tía fue amiga de Chayito y ahora, a solicitud mía, me cuenta algo de esa convivencia.
De principio debemos dar por hecho que la vida de la tal Chayito sólo fue una historia más entre los millones de historias que existen en el mundo. Pero, también es obvio entender que tiene una relevancia especial por tratarse de quien se trata.
¿El lector hallará en este texto algo que no se haya contado nunca acerca de Rosario Castellanos? No lo sé. Acá, en esta Arenilla, únicamente comparto lo que mi tía me contó una tarde en su casa, una tarde en la que estuve acompañado con mi mamá (quien es uña y carne con mi tía) y en la que mi prima Maricruz me dio dos mandarinas para mi cena; una tarde en que al hablar de Chayito, mi tía recordó algunos de sus caminos; una tarde en que la luz tímida de los años cuarentas y cincuentas volvió a iluminar los patios de la memoria comiteca.
Betty conoció a Chayito cuando aquélla tenía trece y ésta quince años. Tal vez se volvieron amigas porque las mamás de ambas eran muy amigas y porque sus casas estaban distantes apenas media cuadra. Betty vivía en la casa contraesquina del templo de “El Calvario”, donde tiempo después estuvo la tienda de doña Angelita, y Chayito vivió en la casa que hoy ocupa la familia Tovar Serrano. “Todos los domingos nos reuníamos e íbamos a misa mayor. Siempre salíamos Chayito y yo juntas. Aunque te he de decir que la gran amiga de Chayito en esos tiempos fue Angelina Abarca, eran inseparables”.
“Chayito era muy platicadora. Junto con Angelina organizaban fiestecitas de confianza. En ese tiempo Chayito era novia de Guillermo Robles, el que luego fue dentista”. Betty cuenta que Chayito estaba enamorada de Guillermo y en una ocasión le obsequió una fotografía a él. Betty me ve con picardía y recita la dedicatoria, satisfecha de su memoria: “Cuando en tus momentos de calma me recuerdes, dirige una mirada a esta fotografía que te habla con el lenguaje de los seres que te aman. Rosario”.
Así pues, antes del famoso Ricardo, Chayito tuvo otro mar donde aventaba sus barquitos de papel. “Chayito llegó a mi casa y me pidió la máquina de escribir. Ahí escribió la dedicatoria. La hoja quedó en la máquina. Yo la leí y pensé en aprendérmela de memoria para que yo la usara en alguna ocasión. Guardé la hoja en una cajita de jabón de Reuter, por eso me la sé de memoria. Muchos años después llevé a mi hijo Pepe al consultorio de Guillermo para que le arreglara un diente, y le dije: Chayito te dio una foto con esta dedicatoria, y se la dije. Él me quedó viendo y me preguntó: ¿Cómo lo supiste? Ese día fue el día que mataron a Kennedy. Mientras nosotros recordábamos a Chayito, en la radio estaban diciendo que habían matado a Kennedy”.
Los biógrafos de Rosario señalan que por el año de 1963 la escritora intentó suicidarse. ¿Quién puede saber qué pensaba o qué hacía la famosa Rosario Castellanos el día 22 de noviembre de 1963, día en que Betty recordaba en Comitán esa dedicatoria en el consultorio del anteriormente amado Guillermo, día en que asesinaron a Kennedy? ¿Qué hilos recogió Guillermo esa mañana?
Si Dios no dispone otra cosa este texto continúa el próximo viernes.

García Cuéllar en Comitán


Enrique García Cuéllar estará este jueves en la Universidad Mariano N. Ruiz.
Está invitado medio mundo.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Chayito de todos


¿Ya se dijo todo de Rosario Castellanos? No lo creo. En la academia se debe estudiar más su obra, y en Comitán se debe buscar más huellas. Es labor interminable, pero labor interesante.
Acá en Comitán debe crearse un grupo que se avoque a pepenar las huellas que dejó durante su vida. Aún hay gente que la conoció. ¿Qué tan importante es el testimonio de quien la conoció? Tal vez en esta rendija hallemos algo que ayude a conformar ese rompecabezas. Tal vez conocer más al ser humano ayuda a entender más la obra literaria, tal vez.
El otro día fui a casa de mi tía Betty Córdova. Mi tía fue amiga de Rosario cuando ambas fueron adolescentes. Algunos recuerdos serán publicados en el Heraldo de Chiapas mañana lunes y el viernes.
Dos lectores de este cuaderno de apuntes me han preguntado por qué no subo las colaboraciones que aparecen publicadas en el periódico. Antes subían las Arenillas en la página electrónica de El Heraldo de Chiapas, ahora ya no. A fin de que los lectores de otros lugares (donde no circula el periódico impreso) se enteren de lo que escribo en las Arenillas las subiré a este cuaderno. Sé que varios de los lectores habituales de la prensa entran también a este espacio. A éstos les pido tolerancia. Brínquense estas Arenillas.
Así pues, Dios mediante, mañana subiré la primera parte de los recuerdos de mi tía Betty. Es sólo para compartir.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Lluvia

Un día de éstos ya no habrá más lluvia. El agua se irá para volver hasta el mes de mayo del próximo año, aproximadamente. Y así será, aún cuando algunos agoreros predicen que por el "calentamiento global" ahora ya no se sabe cuándo llueve y cuando no. Pero llegarán otras lluvias, sobre todo las de colación que brotan de las panzas de las piñatas. Vienen buenos tiempos, tiempos de jolgorio y de posible reflexión.
En estos tiempos de este siglo XXI a veces suena cursi hablar acerca del verdadero sentido de la navidad, de la natividad. No obstante creo que, sin dogmatismos religiosos, al mundo le hace falta reflexionar un poco en el simbolismo de la fecha. En medio de la piñata y del ponche, tal vez sea justo pensar un rato en el motivo de la festividad. ¿Por qué celebramos las "posadas"?