jueves, 10 de agosto de 2023

CARTA A MARIANA, CON ONDAS METEOROLÓGICAS

Querida Mariana: la televisión estaba encendida en un noticiario. Yo trajinaba en el librero. Escuché a lo lejos: “vamos a la información del clima meteorológico”. Me brincó la frase. ¿Era un pleonasmo? El lenguaje es complicado. Pero, antes de dejar el librero para buscar información en el Internet, recordé que se habla del “clima político”, que, por cierto, ahora anda a tono de la canícula, porque cada vez se calienta más. Pensé que la frase del conductor era correcta y seguí trajinando en el librero. Más tarde busqué la definición de clima: “conjunto de condiciones meteorológicas que caracterizan a un lugar determinado”; es decir, si tomo la definición al pie de la letra es un pleonasmo decir clima meteorológico. Luego pensé, no me preguntés, en el cuerpo humano. Lo hice porque hay lugares de la tierra que son fríos y otros que son calientes. Pensé en dos de mis amigas: una es fría (frígida, dice su novio), y otra es caliente (muy caliente, dice su novio, con cara de quien pide auxilio). Hay chicas que siempre están húmedas, como si sus cielos estuvieran llenos de nubes. Hay chicas que, por el contrario, están secas, como desiertos. ¿Cómo sacia su sed el amante que está con una mujer desierto? Cuando, lleno de esperanza, cree que advierte un maravilloso oasis se da de topes contra la pared porque es un mero espejismo. Nunca he entendido la frase: “esta chica se cree la última coca cola en el desierto”. A mí me perdonan, pero pienso que no es una frase afortunada. ¿Quién es el chico que desea tomar una coca cola, caliente, calientísima, en un desierto? ¿Qué pensás vos? Si alguien dijera que esa chica hermosa se cree la última cerveza helada en el desierto, entendería que al chico se le antojara beberla. Además, no hay problema porque si hay necesidad de orinar lo puede hacer tranquilamente en cualquier duna, sin necesidad de buscar un arbolito, como lo hacemos en lugares donde vivimos. Conozco a varios amigos a quienes les encantaría tener el pronóstico del clima de la chica amada. Si la información pronosticara cómo estará el clima de la pareja se evitarían muchos problemas. ¿Quién andaría rascando la tierra si el pronóstico advierte que se aproxima un ciclón que soltará truenos durante dos días? ¿Quién se atrevería a sugerir juegos de cama si el pronóstico indicara que habrá tormentas? ¿Quién aceptaría jugar si el pronóstico dijera que advierte un clima caluroso de más de cuarenta y cinco grados? Los seres humanos tienen la costumbre de revisar cómo estará el clima durante el día. Así, el mundo puede prepararse. ¿Estará nublado? ¿Habrá chubascos? ¿Tormenta? ¿Caerá granizo? ¿Nevará? ¿El calor abrirá la sucursal del infierno? Dependiendo del clima así es el comportamiento cotidiano. Vemos a la gente tomar paraguas, playeras, shorts, chamarras, impermeables, bufandas, sandalias, botas. ¿No sería bueno, digo yo, que hubiera un pronóstico del clima de la pareja? Tengo un amigo soltero que muy temprano mete en la bolsa de su camisa un par de condones. Es como un ritual. ¿Sabés qué dice al guardar los condones? “Por si el café se calienta rico”. ¿Mirás? Alude a una categoría del clima corporal. A mi amiga frígida no hay calor humano que la ponga a tono de horno para panito sabroso. A mi amiga caliente, calientísima, no hay calor humano que le alcance. Parece que cada ser humano tiene un clima diferente y éste se modifica con diversas situaciones cotidianas. Si tuviéramos un informe meteorológico del clima corporal de la pareja se evitarían muchos conflictos. ¿El pronóstico advierte tremendo granizal? Ni te acerqués a ese territorio, andá a buscar un mejor jardincito. Posdata: además, los seres humanos también responden a los diferentes climas de la tierra y a las estaciones. ¿Conocés personas que aman el frío? ¿Conocés personas que aman el calor? Yo sí, tengo una amiga que es feliz en lugares como Tuxtla Gutiérrez; en cambio otra amiga ama el clima de San Cristóbal. Ésta dice que no soporta estar jugando con una pareja en un clima que lo hace sudar de más, le choca el cuerpo sudado. La otra en cambio disfruta el juego en medio del clima caliente. Hay para todos los climas y para todas las altitudes. Algunos prefieren la montaña, otros son felices en la playa. El conductor del noticiario comentó un partido de fútbol, dijo: “se puso calientito”. Ah, pensé, también hay clima deportivo. ¡Tzatz Comitán!