domingo, 27 de agosto de 2023

CARTA A MARIANA, CON UN ¡SALVE!

Querida Mariana: ¡Salve, oh, Roberto, salve! ¡Sálvalos! Y la Real, querida mía, explica que el ¡salve!, significa ¡tené salud!, pero, también, es un saludo o un reconocimiento. El 26 de agosto 2023, el doctor Roberto Antonio Gómez Alfaro fue nombrado Hijo Predilecto de Comitán, su ciudad, su tierra. La amorosa madre lo reconoció como uno de sus hijos más amados, lo tomó entre los brazos y le dijo que él es uno de sus consentidos, porque él ha consentido a muchas personas. El doctor Omar Gómez Cruz, hijo del doctor Gómez Alfaro, ha dicho que su amado padre fue fundador del concepto Hospital sin paredes. Cuando los familiares del paciente llegaban hasta el pabellón, el médico Gómez Alfaro tomaba el maletín y caminaba en medio del lodo, bajo la lluvia, en medio de la cortina del viento, hasta llegar a la vivienda de madera, con techo de láminas de zinc, entraba y pedía que acercaran la vela de cebo para que iluminara el rostro del enfermo. Cuando la gente miraba que llegaba el doctorcito sentían la caricia de una mano divina y el acto de sanación iniciaba, porque su sola presencia era ya un bálsamo, una caricia, un aire de esperanza. ¿Cuántas veces el doctor Gómez Alfaro llegó a casas de comunidades distantes? ¿Muchísimas veces? Muchísimas, muchísimas veces. Con el mismo espíritu que animó al doctor Belisario Domínguez, de la “Farmacia Fraternidad”, el doctor Gómez Alfaro, del “Sanatorio Fraternidad”, ha llevado alivio a miles de personas. Su caminar ha sido intenso, pródigo. Nunca ha mostrado cansancio. Ese bendito caminar le fue reconocido por su madre nutricia. Su ciudad, su tierra, lo ha tomado entre sus brazos, lo ha envuelto en un chal amoroso y le ha dicho, con júbilo, con una sonrisa infinita: “Sos uno de mis hijos consentidos”, y el médico se ha dejado apapachar, porque sabe que la cosecha es eterna. Ha recibido el homenaje para decirle al mundo que la esperanza es una semilla que nunca debe abandonarse. Hace muchos años dos o tres personas aventaron piedras a su cristal, las aventaron para quebrar la transparencia, para agrietarla, lo hicieron con el grito de “¡comunista!”, él, impecable, impoluto, siguió caminando y, como establecen los clásicos, utilizó las piedras para cimentar un camino donde la dignidad y el humanismo son esencia de los grandes espíritus. El acto celebratorio se efectuó en el Museo Rosario Castellanos, el museo que honra la memoria de nuestra escritora, quien, en “Balún Canán”, escribió que la nana le dijo a su niña que El Viento es uno de los nueve guardianes del pueblo. Los actos del doctor Roberto Antonio Gómez Alfaro nos han enseñado que otro de los guardianes de nuestra ciudad es La Generosidad, porque él ha dado sin medida, ha sembrado espigas de aire bueno donde la miseria es territorio para la zarza. Su caminar ha cercenado el dolor humano y ha untado esencias buenas, con aroma a yerbabuena. El Comité Ciudadano Regional Fronterizo por La Salud impulsó la candidatura del doctor Gómez Alfaro para que recibiera la Medalla Rosario Castellanos, que otorga el Congreso del Estado; y, asimismo, empujó la iniciativa para que el doctor Gómez Alfaro recibiera el nombramiento de Hijo Predilecto de Comitán. Ambas propuestas tuvieron aceptación, porque su palabra no fue más que el eco de lo que miles de personas enviaban al aire: ¡Salve, oh, Roberto, salve! El reconocimiento que le hace su pueblo al doctor Gómez Alfaro, el pueblo todo de Comitán y de Chiapas, no es más que el saludo a los hombres grandes, a los espíritus buenos, a los que abandonan intereses personales y destinan su vida al servicio de los demás, sobre todo, de los más necesitados. Él ha sido la mano que les lleva un poco de esperanza, que les dice que no están solos. ¡Salve, oh, Roberto, salve! ¡Sálvalos! Y el doctor Gómez Alfaro salía a media noche, en madrugada, iba al auxilio de la población más indefensa, iba a sembrar la luz de una de las estrellas protectoras de Balún Canán: La Generosidad. Posdata: la vida del doctor Roberto Antonio Gómez Alfaro ha sido ejemplar, sus actos mandan un rayo de conciencia en estos tiempos tan alejados de los valores esenciales. Él es uno de los grandes, así le fue reconocido, su madre abrió los brazos y le dijo que él es uno de sus consentidos, que él ha hecho mucho bien a la humanidad desde la pequeña parcela que es este territorio. Hombre de izquierda, hombre digno, congruente con su ideología. ¡Salve, oh, Roberto, salve! ¡Sálvalos! ¡Tzatz Comitán!