martes, 1 de agosto de 2023
CARTA A MARIANA, DONDE SE RECONOCE LO QUE ES DEL CÉSAR Y LO QUE ES DE HÉCTOR (I)
Querida Mariana: al César lo que es del César y a Héctor lo que es de él. La mínima ficha biográfica de mi amigo el escritor Héctor Cortés Mandujano dice que “su obra publicada rebasa los 50 títulos y más de una veintena de sus obras de teatro se han puesto en escena”. Héctor es el escritor chiapaneco más prolífico, su talento desborda. En muchas ocasiones hemos dicho que no basta el talento, es necesario aliarlo con la disciplina, pero de igual manera no es suficiente la talacha para hacer una gran obra, el trabajo debe estar unido al genio creativo para alcanzar la cima de los grandes. Héctor posee ambos dones: el del trabajo constante y el de la competencia literaria. Su obra ya es una de las más deslumbrantes de Chiapas, del Sureste, hay que dar al César lo que es del César y a Héctor lo que es de él; hay que reconocer esa obra literaria que, como en el Melate, tiene ya una bolsa muy atractiva, más lo que se acumule en la semana.
Si me das chance quiero comentar con vos menos de un diez por ciento de los libros señalados, que será breve muestra de lo que Héctor escribe. En el buró tengo ahora cuatro libros de Héctor, apenas cuatro de la inmensa obra (tengo más en el librero). Son libros que me llegaron hace días, en una entrega generosa. Por supuesto que tengo más libros de él, pero como es tan prolífico, sus lectores siempre andaremos a la zaga, es imposible ir al paso de su numen creativo; es como si fuera un corredor de fondo al que sólo se le ve la espalda, mientras uno, lector admirado, pepena los libros que él va lanzando al aire.
Reconozco su entrega total a la vocación literaria. Héctor juega con la palabra y la creación, pero su juego es muy serio, lo hace con gran profesionalismo. Sin entregarse al oficio en forma total, porque otras actividades demandan su atención, él destina gran parte de su tiempo a esta actividad. Es incansable, él sí le saca raja a su tiempo, porque además de ser un gran escritor, es un gran lector y ve mucho cine. Cada año da cuenta del total de películas que vio y del total de libros que leyó. Uf, la relación es amplísima, rica en deslumbres. ¿Cómo le hace para que su tiempo le rinda como le rinde? Es el secreto de los grandes. Además de escribir, dirige y actúa en sus obras de teatro, da talleres, acude a presentaciones de libros y realiza una intensa actividad cultural. Tiene buenos amigos con los que se reúne en forma frecuente, cuida el jardín de su casa y juega con su esposa, la querida Güera, su hija y su nieto. No desperdicia flor alguna que la vida le presenta.
Yo agradezco su afecto y su talento, porque mi vida lectora se enriquece con su obra, obra producto de una mente chiapaneca, sagaz, inteligente, atrevida. Y digo que su obra es atrevida porque él busca caminos que no hayan sido caminados con anterioridad. ¿Para qué insistir en trillas que ya están? Así pues, sólo como ejemplo, comienzo con un libro que se llama “El melancólico laúd de un amante”, de la Editorial Tifón, publicado en octubre de 2022. Héctor define a este libro como un libro conceptual. Mirá lo que dice: “…pensé que iniciara con una palabra y fuera ascendiendo hasta llegar, al final, a las 60 palabras”. Pues esto es el libro, tenés que verlo para acercarte a la propuesta, que es una genialidad, característica de Héctor, siempre en busca de abrir ventanas en el aire, para oxigenar más al viento. El libro inicia con la palabra Amor (una), luego hace una pregunta: ¿Te amo? (dos palabras) y así hasta llegar al final, con un texto que contiene 60 palabras. Es un juego, Héctor es juguetón, con espíritu de niño asombrado se plantea juegos donde invita a sus amigos, porque en este libro conceptual invitó a algunos de sus cercanos para que ellos (profesionales o no) realizaran las ilustraciones de cada página. Sesenta textos se acompañan con sesenta ilustraciones, lo que enriquece la propuesta. ¿Ya miraste la ilustración de portada? Es del gran poeta Efraín Bartolomé. ¿Quiénes más ilustran el libro? Ah, la relación es extensa y rica: Roxana Carbajal, Nadia Carolina Cortés Vázquez (hija de Héctor), Mónica Corzo Aguirre, Juan Ángel Esteban Cruz, Alfredo Espinosa, Alejandro Nudding, Raúl Ortega, Paula Ortega Espinosa, Jimena Ortega Espinosa, Luis Daniel Pulido, Juventino Sánchez, el ya mencionado Efraín Bartolomé y el propio autor. Ah, qué generosidad de espíritus, este libro es como una ronda donde el arte convoca a cantar y a danzar.
Posdata: mi querido amigo Héctor Cortés Mandujano hace propuestas editoriales diferentes. Abre caminos, juega y nos invita a jugar con él. A final de cuentas, el acto de creación es el mayor juego que juega el ser humano. El artista propone y el espectador dispone, viene el diablo creativo y todo lo compone.
¡Tzatz Comitán!