miércoles, 19 de noviembre de 2025

CARTA A MARIANA, CON UNA PLÁTICA MARAVILLOSA

Querida Mariana: las autoridades del Colegio Mariano N. Ruiz invitaron al arquitecto José Alberto Gómez Conde para un conversatorio. El arquitecto Gómez Conde, que tiene un doctorado en su especialidad, aceptó. Debo decir que el antecedente es que él es distinguido ex alumno del colegio, estudió ahí la educación primaria y la secundaria. José Alberto llegó a las nueve en punto del 13 de noviembre 2025, al plantel de Los Sabinos, ahí ya lo esperaban estudiantes de secundaria y de bachillerato, el maestro Paulo César Sánchez (quien conversó con él) Dora Patricia Espinosa (encargada de la transmisión en vivo en la página de Arenilla) y el Maestro José Hugo Campos Guillén, director general de la institución, quien fue el encargado de darle la bienvenida. La plática consistió en cinco preguntas anotadas en papelitos, que al azar Paulo sacó de una pecera. El arquitecto José Alberto dijo sentirse bien, al regresar al colegio donde hizo tantas amistades y vivió momentos intensos. El maestro Paulo le preguntó: ¿qué valores recibiste en tu educación inicial? El entrevistado habló del humanismo y de la ética. El arquitecto dijo: “antes de hablar de los valores que me dieron los maestros, debo hablar de los valores que me dieron mis compas, mis cuates, mi tribu (…) ellos me ayudaban a hacer tareas, me ayudaban a entender cosas que los maestros no explicaban”, y abundó, dirigiéndose ya en forma directa a la audiencia: “ustedes tienen una gran ventaja como amigos, acuérpense de sus amigos, ahí hay muchos valores intrínsecos. Siéntanse como un equipo de fútbol, por eso yo tendría que hablar de esos valores que se generan en una comunidad, los amigos comparten valores…” La plática giró en torno a sus recuerdos, a su forma de recibir las enseñanzas, de vivir esa época, manifestó que en días pasados se reunió con muchos compañeros de generación del colegio, para reencontrarse, para seguirse viendo como ese equipo que formaron en años distantes. Les dijo a los alumnos que una mañana había estado como ellos, sentado, escuchando alguna clase o plática; compartió sus experiencias profesionales, les dijo que Comitán es un pequeño núcleo social, alejado de las grandes urbes, pero él (con modestia, sólo reconociendo el valor del esfuerzo) ha impartido conferencias en muchas partes de Latinoamérica e hizo una invitación especial a los chicos y chicas de bachillerato, que tienen el deseo de estudiar arquitectura, a platicar con él al término de la charla, ¡así sucedió! Al final tres chicos y una chica se acercaron a platicar con él y el doctor les compartió emociones por la profesión, sin duda que la audiencia en general se llevó elementos de análisis y de reflexión, pero los chicos del final lograron pepenar esencias sublimes, porque cuando alguien te motiva y te inspira se agradece. Posdata: la charla fluyó bien bonito, los estudiantes estuvieron atentos (labor compleja, no cualquiera lo logra). Al final, el Maestro José Hugo Campos Guillén, en nombre de la comunidad escolar, le impuso la medalla conmemorativa. José Alberto volvió a la escuela donde recibió su educación inicial, dijo que él siempre se ha sorprendido de ese enorme acto donde un maestro enseña a leer y a escribir a un niño de escasos cinco años de edad. Recordé que Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, repetía una y otra vez en las entrevistas que concedía, que el momento más importante de su vida fue aprender a leer a los cinco años de edad, porque la lectura le permitió apropiarse del mundo. José Alberto dio herramientas para que, si lo desean, estos chicos y chicas del colegio se apropien del mundo, en la rama vocacional que elijan. ¡Tzatz Comitán!