domingo, 24 de abril de 2011

LOS PERPETUOS DE LA VELA PERPETUA



¡Si me lo cuentan no lo creo! ¡En pleno 2011 la censura está a todo lo que da!
En enero de 2010 subimos a la Red el primer número de DIEZ, una Revista Digital, de esas que son llamadas “culturales”. La DIEZ ahora va en el número 70.
La revista advierte, en la página número dos, que es una revista catorcenal (pero aparece semanalmente). El concepto editorial se basa en la estructura de una casa comiteca, las secciones fijas son: zaguán, patio, balcones, corredores, sitio y tapanco (de vez en vez le metemos su “mojol”, que es como el “coitán” tuxtleco o como el “pilón” defeño).
Nosotros, los niños, adolescentes y adultos, que siempre sacamos seises o sietes en la escuela (cuando no cincos), nos regodeamos en sacar DIEZ cada semana. Esto hace que nuestros lectores sean, también, ¡de DIEZ! Aunque no todos, porque por ahí apareció un lector de cinco que bloqueó uno de nuestros números e impidió su “circulación” (¡si me lo cuentan no lo creo!).
Resulta que como ya vamos en el número 70, la semana pasada fue el número 69. Nosotros, perversos e inocentes, como siempre, decidimos jugar con la simbología sicalíptica de tal número. Los mexicanos y mexicanas (diría Fox), mayores de dieciocho años, saben que el 69 alude a una posición de juego sexual. Así pues, el editorial jugó con ello, dijimos que existen números mágicos, como el 41 (que tiene connotación homosexual) y el 13 (que posee el maravilloso don de la ubicuidad de colocarse en el lado de los números de mala suerte o en el extremo de los de buena suerte). En la galería de arte colocamos pinturas famosas con diálogos imaginarios, siempre cachondeando con la idea y, por último, colocamos en la sección “patio” frases en homenaje a tal número, por ejemplo: “¿Cuál es la cantante que se recomienda escuchar antes de hacer el 69? Shakira”. Pues resulta que más tardamos en subir el famoso número que éste en desaparecer del servidor en donde aparece la DIEZ cada semana (issuu.com). Esto nos llamó la atención y nos pusimos el gorro de Sherlock Holmes e investigamos. Resulta que un lector (¡uno solo, Dios mío!) se ofendió con el contenido y le colocó una banderita de advertencia al número. Esto hizo que, de manera automática, el servidor bloqueara el acceso de los lectores a tal número. ¡Dios mío, qué pena! En estos tiempos en que el mundo está plagado de pornografía, un alma “impoluta” (a ver si no ofende esta palabra porque rima con otra que daña buenas conciencias) se escandalizó con un juego inocente y se convirtió en un gran censor. Es una pena porque impidió que los demás lectores tuvieran el acceso al número y se perdieran, por ejemplo, de un maravilloso artículo que da cuenta de la vida y obra del querido comiteco don Chepón, Campeón Estatal de Boxeo, que escribió Alejandro Morales Torres.
Son famosos los casos donde gente del gobierno “compra” todos los números de la revista “Proceso”, por ejemplo, para evitar que una información se conozca. El acto es contraproducente, porque igual de famoso es el caso en que dicho número comienza a circular en fotocopia y ¡más gente se entera! El caso del número 69 de la DIEZ no es el caso, porque, en Internet, un solo lector logró bloquear el acceso de un universo de lectores. Claro, la misma Red proporciona el remedio. Podemos enviar el número, en PDF, a todos nuestros contactos con la recomendación de que ésta se reenvíe a fin de que el contenido de dicho número no se extravíe. ¡Por supuesto que lo podemos hacer! Pero, llamó nuestra atención que alguien se ofendiera con algo que, en estos tiempos, fue como una paleta de dulce para un niño. En ningún momento se usó una de esas palabras llamadas “altisonantes”, en ningún momento se colocó una imagen que tuviera siquiera un atisbo ofensivo de desnudo (se utilizaron obras de arte, ¡Dios mío!). Fue un simple juego sicalíptico, pero nuestro lector, suponemos amante de la historia negra de la Inquisición, se ofendió. ¡Así estará su cabecita! Debe ser de esos lectores que nunca envían un correo electrónico porque se ruborizan ante la idea de usar el ¡hot mail! ¡Es la primera vez en la historia de la humanidad que una revista “Light” es considerada “Hard”! ¡Qué bonita historia!