lunes, 9 de mayo de 2011

CARTA ABIERTA A RICARDO CUÉLLAR VALENCIA


Con un abrazo para el poeta Carlos Gutiérrez Alfonzo,
intelectual comprometido con el desarrollo de Chiapas.



Querido Maestro, leí con atención la “Piedra de toque” que publicaste el 5 de mayo en el “Heraldo de Chiapas”. Piedra de toque que ¡me tocó!
Agradezco tu atención al hacer precisiones a un texto que escribí con anterioridad respecto a la participación de ex becarios del Centro Chiapaneco de Escritores en el Festival Rosario Castellanos. Coloqué el nombre del Doctor Andrés Fábregas Puig, donde vos asegurás va el nombre de Javier Espinosa Mandujano como gestor de la formación del CECHE. Instituto donde vos fuiste el organizador inicial. Estas precisiones refrendan la idea que compartí con mis compas ex becarios: la necesidad de escribir la historia del Centro Chiapaneco de Escritores.
Decís que algunos de mis recuerdos son “fragmentarios e imprecisos”. Pues sí, Maestro, definiste mi memoria con exactitud. Pero no sólo es mi memoria ¡es la de Chiapas! La memoria colectiva tiene huecos que urge llenar.
Decís que “es bastante exagerado, querido Alejandro, señalar que Después de la generación del Ateneo no existe un movimiento literario tan importante como el que fundó el Instituto Chiapaneco de Cultura. El Centro fue producto de un proyecto pensado”, mientras vos, líneas antes, generosamente, escribís que la Arenilla es multileída. ¡Vos sos el exagerado!
¿Se te hace exagerado decir que El Centro fue producto de un proyecto pensado cuando vos aclarás que fuiste el encargado de organizar dicho Centro? Entiendo que Pedro negó a Cristo, pero no es sano que vos te negués. Fuiste mi maestro y reconozco que sos un hombre pensante. Insisto en lo que escribí: el CECHE fue una iniciativa con objetivos bien definidos y sustentados, no fue producto de una ocurrencia y por eso me atreví a decir que, después del Ateneo, es el movimiento literario chiapaneco más importante. Claro, ahora falta que brinquen quienes sostengan que a “La espiga amotinada” le corresponde tal honor. Ojalá brinquen críticos y estudiosos que aporten ideas a esta plática que vos pepenaste en el aire y que le hace bien a la salud mental de este Estado.
Uf, se acaba el espacio y con ello la oportunidad de seguir platicando sobre ideas que vos pusiste sobre la mesa. No puedo decir algo sobre lo que escribís acerca de que Jesús Morales Bermúdez “sin ninguna justificación (te) desplazó del Centro y se colocó él”, ni tampoco decir algo cuando expresás que “Joaquín (Vásquez Aguilar) no gozó de protección oficial y menos de aquéllos que quieren aparecer como sus amigos” porque son apreciaciones tuyas. Pero sí puedo decir algo con respecto a esto que escribiste: “Suponer que el actual Consejo Estatal para las Culturas y las Artes reviva el Centro Chiapaneco de escritores es absolutamente iluso (…) Valdría la pena, apreciado Alejandro, que revisaras la lista de los actuales coordinadores para que te enteres de su deplorable estado actual”. Lo que puedo decir, querido Maestro, es que en Chiapas existen muchísimos jóvenes y viejos con talento que bien pueden aprovecharse para beneficio de la sociedad y que siempre existe la esperanza de sembrar en terreno fértil.
Hacer una revisión de los movimientos literarios nos dará luz. Valorar con objetividad el esfuerzo de las propuestas y logros nos otorgará certezas.
Mi querido Maestro, los tiempos actuales son confusos. La sociedad necesita caminos menos pedregosos. Los intelectuales tienen la enorme responsabilidad de diseñar un proyecto lleno de luz. Por esto agradezco mucho tu texto. Ojalá sea el inicio de una revisión sustancial de la historia cultural de Chiapas. Ojalá que, sin apasionamientos desbordados, las ideas dictadas por la razón diseñen un futuro mejor. Un abrazo.