miércoles, 19 de febrero de 2014

LA LITERATURA DESDE LAS LENGUAS MATERNAS Y SU ENTORNO (I de II)





Recibí una invitación para platicar con chavos acerca del tema. Paso copia del textillo que leí:

De entrada, el tema es pretexto para reflexionar acerca de nuestra lengua, del modo que nombramos las cosas. Hay un dicho que dice: “de lengua me como un plato”, bueno, pues el plato que nosotros preparamos y comemos es de lengua castellana, porque, la mayoría de los que estamos acá hablamos español. Ya ustedes saben que esta lengua es una herencia que recibimos. Si algo bueno nos dejó la Conquista fue el idioma español (bueno, no sólo la lengua, también algunos platillos como los embutidos. Acá en Comitán comemos las butifarras que son una especie de embutidos que hemos perfeccionado y comemos con gran gusto. A propósito de lengua, en Comitán la preferimos ¡en pebre!).
Ya los expertos del lenguaje nos han dicho que nuestra lengua, el español, es de las más bellas del mundo.
Existe un escritor que se llama Fabio Morábito. Él nació en Egipto, vivió su infancia en Italia y ya, adolescente, llegó a México. Acá vive. Bueno, no vive en Comitán, vive en la ciudad de México. Él está considerado como uno de los grandes escritores de lengua española. ¿Cómo es posible que sin ser su lengua materna él haya logrado escribir de forma tan excelsa? Son pocos los escritores que han desarrollado tal don, porque el entorno es fundamental en la práctica del lenguaje y, ustedes lo saben, los primeros años de la infancia son los que definen mucho de nuestra experiencia de vida.
Hablamos, escribimos y leemos en nuestra lengua materna. Quienes dominan otro idioma no tienen el ciento por ciento de la esencia. Les cuento algo que me sucedió hace varios años. Asistí a una charla que impartió un escritor norteamericano. El escritor era joven y estaba en México porque estudiaba el tema de la presencia de las aves en la literatura mexicana. Sus análisis eran muy interesantes, pero hubo un momento en que resbaló. Tomó una frase de José Revueltas que mencionaba a un “pájaro de cuenta” e hizo una alusión poética de dicha ave. Un compañero le tuvo que explicar que en México empleamos “pájaro de cuenta” para señalar a un delincuente. El escritor norteamericano dominaba nuestra lengua casi en un ciento por ciento. Ese casi hacía que no fuera experto y careciera del conocimiento de entorno.
Quienes me acompañan en esta mesa nacieron en lugares diferentes, lejos de Comitán, pero los cuatro tenemos al español como lengua materna, no obstante, si digo la palabra tintintop estoy casi seguro que Dámaris no sabrá qué es, porque el entorno donde creció fue otro. No sé cuántos de ustedes saben lo que significa tintintop, pero estoy seguro que sus papás (si nacieron en Comitán) saben el significado. Tintintop es una posición a cuatro patas en donde el culito queda como mirando el cielo. Uf, es una posición muy complicada y muy comprometida. Esto es un ejemplo de la importancia de haber crecido en un determinado entorno. Si a mí alguien me dice que me ponga tintintop lo mando a volar. ¿Para qué quiere que yo ande con mi culito mirando para arriba? ¡Saber qué intenciones tiene!
De igual manera, nuestra herencia lingüística define mucho lo que somos. Los expertos dicen que en México hablamos casi casi como si cantáramos un corrido. Los corridos, por lo regular, constan de versos de ocho sílabas. Nosotros, cuando hablamos, lo hacemos con una pausa cada ocho sílabas. Las bombas yucatecas también son de ocho sílabas. Les paso copia de una bomba romántica, por si algún galán quiere decírsela a la muchacha bonita que le gusta. Pongan atención al silabeo. ¡bomba, bomba! : “Del cielo cayó un pañuelo / bordado con seda negra / aunque tu padre no quiera / tu madre será mi suegra”. Hay otras bombas que son más picaronas: “Quisiera ser zapatito / que calza tu lindo pie / para ver de vez en cuando / lo que el zapatito ve”. Y hay otras que caen en el terreno de lo grosero. ¿Les leo una grosera? Suplico a las muchachas que tengan oídos castos que se los cubran con sus manitas virginales a fin de que no escuchen la perversión que a continuación se dice. Esta bomba es para que las muchachas bonitas la dediquen a esos galanes que andan friegue y friegue sin entender que no son bien vistos: “Qué bonito reloj tienes / Ha de ser de marca cara / Por eso dicen tus amigas / que a ti nunca se te para”. Última: “Cuando vayas a Progreso / no nades bocabajo / porque viene el tiburón / y te come lo de abajo”.
En estas bombas hay una picardía que es innata de nuestra lengua. ¿Cómo traducir al inglés esta picardía? Es muy difícil. Recuerden que el escritor norteamericano creyó que el pájaro de cuenta era un ave, jamás imaginó que era un delincuente.