La mujer tocó la puerta y ofreció "lamita". Es elemento fundamental para El Nacimiento. Mi mamá salió y compró. La mujer colocó la lama sobre el piso. Mi mamá le regó agua y fue a preparar el espacio para montar el pequeño nacimiento. De niño yo veía cómo mi mamá iba diseñando cada espacio. El Misho -siempre acalorado- salió al patio y husmeó. ¡Halló la novedad! Se acercó y probó, probó a recostarse. ¡Lo halló húmedo, sabroso! Cerró los ojos y soñó. Mi mamá tuvo que esperar a que El Misho despertara y fuera a la cocina a comer croquetas.
¡Feliz Veinte Once a todos los lectores de este cuaderno de apuntes!