sábado, 17 de noviembre de 2012


CARTA A MARIANA, DONDE SE CUENTA CÓMO EL MUNDO ES UNA ESQUINA LLENA DE LUZ

Querida Mariana: a veces el mundo camina por el sendero correcto. Cuando esto sucede ¡el mundo tiene certezas! El sábado pasado escuchamos a la Orquesta Sinfónica del estado de Chiapas. El escenario se montó a lado del templo de Santo Domingo. ¡En el corazón de Comitán!
Los parques y las plazas públicas son los espacios sagrados de los pueblos. Mi querido amigo Víctor me contó que a mediados del siglo pasado, el 10 de noviembre, en el parque central de Comitán se efectuaba el Día de Venta de Muletos. Gente de toda la región traía las bestias que eran amarradas en la plaza para su venta y compra. La plaza tomaba vida. Bueno, el sábado pasado, a partir de las siete de la noche, la vida fue el brinco alegre que tuvo el corazón del comiteco que disfrutó el concierto. ¡Así, a cielo abierto, a pecho abierto! Fue una noche sublime.
¿Te cuento cómo inició esta idea? Una mañana mi amigo Mario me dijo que don Héctor Flores, Gerente General de San Marcos, había decidido celebrar los cuarenta y dos años de su negociación brindando un concierto para Comitán. Fui a ver a don Héctor, subimos a su oficina y me enseñó un video. En plaza pública de una ciudad europea un grupo de ejecutantes de música clásica ofrecía un concierto. A medida que los ejecutantes se integraban así se integraba el auditorio. El compa que pasaba por ahí se detenía y escuchaba. ¡Siempre es así! ¡Todo es por contagio! ¡Lo bueno y lo malo! Esta idea de don Héctor era una flor de luz. ¡Ah -pensé- si don Héctor lo logra, Comitán será una ciudad que se contagiará de arte! ¿Por qué en otras ciudades del mundo la gente se topetea con grupos de jazz, con representaciones teatrales de primer nivel, con exposiciones de grandes pintores, con conciertos de sinfónicas y con ballet, y con ferias de libros, y con foros académicos, y con charlas de importantes escritores y con cientos y cientos de actos que tienen que ver con el espíritu? Así como don Héctor imaginó a una Sinfónica en el parque de Comitán, así tengo amigos que sueñan con que exista una pantalla gigante que trasmita conciertos los domingos en la mañana. Sin anuncio previo, como si eso fuese cosa de todos los días, a la hora en que el señor se lustra los zapatos; a la hora en que la señora mira cómo juega su hijo en el brincolín; a la hora en que los chavos de la Prepa o del CBTis juegan y platican, la Orquesta Sinfónica de Londres interpreta un Preludio de Bach. ¿Imaginás el prodigio? Lo mejor del arte mundial estaría a la vuelta de la esquina, al alcance de la mano. El arte sería como el aire, lo respiraríamos a diario. Ya luego no podríamos vivir sin ese viento de vida, sin ese contagio. ¿Y por qué no lo procuramos? ¿Qué nos falta? ¿Por qué no abrimos estas ventanas a nuestros niños y jóvenes? ¿Por qué no contrarrestamos estos huracanes de ignorancia que nos llegan a todas horas a través de la mediocre y perversa televisión comercial? ¿Por qué no abonamos a las carreteras inteligentes de la televisión propositiva, como TvUNAM o como el Canal 22? La idea de don Héctor germinó en buena tierra. Angélica Altuzar Constantino, Directora de Coneculta-Chiapas, apoyó de manera decidida; el Licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez, nuestro Presidente Municipal, hizo lo propio con gran decisión; y María Elena Jiménez Guillén, Directora del Centro Cultural Rosario Castellanos, sirvió de enlace ante la instancia estatal. Tres comitecos comprometidos con el arte y con su pueblo caminando en un solo sentido: ¡en el sentido correcto!
En el video que don Héctor me enseñó un hombre, vestido con frac, muy solemne, cargando un violoncelo, se paró en una esquina de la plaza y tocó. Apenas iniciada la música de las cuerdas, una niña bonita, como de siete años, de cabello color de elote, se paró frente al músico y lo vio, fascinada. La niña levantó la vista y vio al hombre que movía de un lado para otro el arco de su instrumento. Una violinista (ella sin solemnidad, con paso de güet, con pantalón de mezclilla y blusa blanca) se acercó al chelista y acompañó al primer ejecutante. La niña ya no estaba sola, otras personas se detenían a escuchar. Uno a uno fueron llegando los ejecutantes, con sonrisas y pasos de pinza saltarina. La gente que por ahí pasaba se detenía. ¡El contagio, mi niña, el contagio! Ya ni te cuento el final, cuarenta o cincuenta ejecutantes tocando y cientos de caminantes advenedizos ¡escuchando y aplaudiendo a rabiar al término! ¿Adónde se dirigía esa gente? ¿Y yo qué voy a saber? Por unos minutos detuvieron su prisa y se llenaron del suspenso máximo: el Arte (¿mirás que escribo arte con mayúscula?, un poco como para llenar el buche de granos de luz a la hora de pronunciar la palabra, en el instante de mascar el concepto).
Te digo que es por contagio. Un día después los Margaritenses hicieron convenio con la Orquesta y la disfrutaron en su parque central. ¡Todo por contagio! Gracias a la iniciativa comiteca el lazo de luz apersogó a otros espíritus. ¿Qué porvenir le espera a una sociedad que cultiva huertos con calabazas de Bach, con elotes de Mozart, con calabacines de Debussy?
La gente que disfrutó el concierto del sábado, de manera gratuita, puede dar fe del prodigio. Su corazón (¡segurísimo!) se llenó de una liana de luz. El escenario fue de lujo. Las fotografías muestran panorámicas donde está la orquesta y detrás, apenitas, la fachada de nuestro templo mayor y los arcos del Centro Cultural Rosario Castellanos (hubo quien, ¡nunca falta!, se quejó porque se cerró la calle ese día para montar el escenario y no pudo pasar con su vehículo por ahí. ¡Ay, Dios mío, todo les puede! Se sienten impotentes y callan cuando las organizaciones se apoderan de los espacios o cuando López Obrador monta su espectáculo de cada seis años, pero son incapaces de ir a dar la vuelta con su auto y apoyar una iniciativa que es una ventana para el disfrute del espíritu).
¡Por contagio! Espero, mi niña oboe, mi niña violoncelo, que los empresarios comitecos también se contagien de la buena disposición de don Héctor; que todos pongamos nuestra voluntad al servicio de la causa suprema: ¡Comitán! En la medida que la iniciativa privada fomente e invierta en arte, en esa medida creceremos como sociedad. Vi a la gente disfrutar y embarrar en su corazón cada nota que brincaba del escenario. ¡Eran cientos de muskacs que iluminaban las caritas de los espectadores! Los adultos tenemos la responsabilidad de crear condiciones para que nuestros jóvenes y niños conozcan la otra cara de la luna.
El contagio se está dando. Ahora, lo percibo, mi niña cuerda de violín, existe un natural acercamiento entre la sociedad comiteca y sus autoridades. Como que ya entendimos que sólo unidos lograremos avanzar. Me da pena insistir pero las sociedades altamente desarrolladas han logrado serlo debido a esa natural empatía. Cuando dos sectores vitales jalan para lados opuestos lo único que se logra es un rompimiento. Las grietas no contribuyen a la armonía que desea la mayor parte de la sociedad. Digo que el contagio se está dando. La Fundación de Arte “Alejandra del Castillo Castellanos” inicia sus funciones con la edición del primer libro que aporta datos fundamentales para nuestra sociedad. Mi amigo Guillermo del Castillo aporta paguita para que la Fundación que honra la memoria de su hijita contribuya a la edición de libros en nuestra sociedad. No creo, de veras no creo, que exista alguien que ignore el aporte fundamental que tienen los libros en el crecimiento intelectual de los pueblos. Sin embargo, en nuestra región es difícil la publicación y difusión de libros. La Fundación de Arte “Alejandra del Castillo Castellanos” editará, cada cuatro meses, libros fundamentales para el fortalecimiento de nuestra identidad y para el crecimiento intelectual de nuestra sociedad. Espero, de corazón, muestras de simpatía por este proyecto y que muchos se inscriban como “Amigos Permanente de la Fundación” y compren libros y los compartan. Por el momento, la Fundación trabaja ya en la corrección de estilo del primer número de la Serie. “Efemérides” es el título y corresponde a un trabajo de investigación de nuestro Cronista Municipal: José Gustavo Trujillo Tovar. Y ya estamos preparando el segundo número: “Ciento treinta y tres Casas de Cita”, de Héctor Cortés Mandujano.
¿Qué es Kujchil? Es el chal con que las nanas envuelven a sus críos. A partir del día 12 de noviembre, Kujchil es el nombre de la gaceta oficial de la Dirección de Cultura, del Honorable Ayuntamiento Constitucional de Comitán de Domínguez 2012-2015, que preside el Licenciado Luis Ignacio Avendaño Bermúdez.
Y digo esto porque, de nuevo, ¡qué bueno!, un empresario comiteco aporta paguita para que esta gaceta se edite y se difunda de manera gratuita entre la población. Mi amigo (doy gracias a Dios por la bendición de su luz) don Víctor Manuel Albores Guillén, Gerente General de Abarrotes San Luis, me dijo que apoyaba la iniciativa cuando se la presenté. Sí, dijo, si sirve a mi pueblo ¡yo le sirvo a mi pueblo! Así, de manera generosa, abrió su mano para que las aves de este pueblo picoteen la luz, la semilla del espíritu. Ah, mi niña ola de Beethoven, ¿qué más podemos pedir? Pidamos más bendiciones; pidamos que todo Comitán se dé cuenta de la importancia de compartir y de dar. Demos, demos sin regateo. La recompensa, como dice la Biblia, viene por añadidura. Las sociedades que invierten en deporte, educación y arte son sociedades que viven en armonía. El niño o joven que se enamora del arte difícilmente agredirá a su prójimo.

Posdata: ¿en dónde conviene sembrar? ¿En el campo de la luz o en el campo de la oscuridad? Si queremos luz abonemos y reguemos luz. ¿Queremos oscuridad? Bueno, entonces, ¡callo!
Mi respetado y querido amigo Maestro Roberto Gordillo fungió como Maestro de Ceremonias la noche del concierto. Al final hizo dos amables encargos, uno fue para mí: una Arenilla de lo sucedido esa noche. ¡Con gusto cumplo! Acá está, ¡acá está!, querido Maestro, un abrazo para usted, siempre, con mi afecto y mi admiración. Acá está, querida niña cordel de luz, mi mano sobre el dedo chiquito de tu pie.
El sábado pasado el mundo caminó por el sendero correcto y se llenó de vida. Ojalá siempre así, por el bien de nuestro pueblo y de nuestra sociedad.