martes, 20 de noviembre de 2012


PARA LA ALACENA

I.- “El Buen Fin” es campaña comercial. Don Eulogio creyó que era un propósito para terminar la vida y escribió una relación ideal para llegar a tener un “Buen fin”.

II.- El verdugo se acercó al condenado y le pidió su última voluntad. El condenado se subió la venda que le cubría los ojos y dijo: “En lugar de ser hombre quiero ser tomate”. El verdugo se rascó la cabeza y dijo que no entendía. Entonces, el condenado comenzó a cantar y a bailar un jingle muy famoso que creó el gran escritor Fernando del Paso: “Estaban los tomatitos bien contentitos, cuando llegó el verdugo a hacerlos jugo. ¡Qué me importa la muerte!, dicen a coro, si muero con decoro en los productos Del Fuerte”. ¡Va!, dijo el verdugo: ¡Toma tomate!, y con la cimitarra le voló la cabeza.

III.- Cuentan dos testigos de la ejecución en la plaza pública que todo mundo creyó que en lugar de sangre el cuerpo del condenado expulsó jugo de tomate. La multitud subió al cadalso, se aventó sobre los planchones de madera y comenzó a lamerlos.

IV.- Primer propósito de don Eulogio para “El Buen Fin”: “Revivir el Partido Comunista Mexicano y lograr que la bandera de la hoz y del martillo cubra su ataúd”.

V.- El condenado salvó la vida en el último instante. ¿Cómo fue esto? Cuando el verdugo cibernético preguntó al condenado: “¿Cuál es tu última voluntad?”, el condenado dijo: “¡Ah, cómo te quiero condenadote!”. El Ejecutor Virtual escuchó esto y dirigió el Rayo Letal sobre el “condenadote”.

VI.- Segundo propósito de don Eulogio para “El Buen Fin”: “Pedir al genio que la Eternidad reencarne en el cuerpo de Marilyn Monroe para morir en los brazos de ésta”.

VII.- La palabra “artículo” fue condenada a desaparecer del diccionario. Cuando el ejecutor le dijo que pidiera su última voluntad, ella dijo que deseaba morir partida a la mitad. De ahí la palabra “culo” siguió campante en las páginas del diccionario, pero la palabra “arti” pasó a mejor vida (sin albur, por favor, lo de “paso” no tiene alguna alusión).

VIII.- El río, desesperado por la polución, decidió suicidarse. Subió al puente y se aventó. Los médicos que realizaron la necropsia dijeron que no murió ahogado (¿?).

IX.- La palabra “martillo” fue condenada a desaparecer. Ella, como última voluntad, pidió ser partida a la mitad. Desde entonces “Martí cultiva una rosa blanca…” y “Yo… ¡yo ya me voy!”.