miércoles, 19 de octubre de 2016

¿Y SI BOB DICE NO?





¿Qué pasa con quienes están por encima de honores? Ahora está de moda canonizar a hombres y mujeres virtuosos. A la iglesia católica le conviene subir a personajes ilustres a los altares.
Un año reciente, el papa nombró santa a la madre Teresa. Mechitas dice que si la madre viviera y se enterara que el papa había decidido nombrarla santa, ella, con respeto, pero con decisión, se postraría ante el sumo pontífice y le pediría que, por favor, no le hiciera eso.
¿Qué pasa con quienes están por encima de honores? Mechitas dice que poseen el valor de la congruencia. Si la madre Teresa se asumió como una mujer humilde al servicio de los demás, la congruencia dictaría que no aspiraría a esos honores mundanos, porque, en esencia la santidad es un mero producto terrenal, alejado del territorio de los cielos.
Mechitas concluye diciendo que la madre Teresa estaba por encima de esos homenajes, ella aspiraba a servir a Dios y punto; es decir, a la iglesia le conviene esa canonización para mantener viva la llama de la santidad, de la esperanza, y mantener llenas las alcancías que colocan en sus templos.
Armando me dijo ayer que si ya me había enterado: es posible que Bob Dylan no acuda a la ceremonia de entrega del Nobel; no sólo eso, existe la posibilidad de que no acepte tal honor. Mientras Armando me decía eso, yo recordaba a Mechitas con el ejemplo de la madre Teresa. ¿Es posible que Bob esté por encima de ese honor? Armando dice que es posible, porque Bob se ha caracterizado por ir contracorriente del establishment.
Mi amigo dijo que imagináramos los dos escenarios. El escenario A muestra a Bob, de frac, recibiendo la medalla de manos del rey de Suecia; el escenario B muestra a Bob rechazando tal honor. El rechazo lo hace a través de una misiva firmada por su jefe de relaciones. Dicha carta explica que agradece el honor pero declina aceptar porque él, durante toda su vida, ha enaltecido, a través de su canto, las cosas sencillas de la vida; ha procurado que las sociedades sean más justas. Su canto es el aire y el camino; el sol y la nube. En esa misiva estaría explícito el rechazo a hacer el juego al protocolo donde la nobleza se erige como la dadora de prebendas. Porque quien acepta el Nobel acepta que su vida cambia por gracia del rey.
¿Qué pasa con quienes están por encima de honores? Son personas que caminan con dignidad y que son congruentes con su ideario de vida.
Ah, qué difícil comportarse con dignidad y ser, como dice el epígrafe del cuento El Perseguidor, de Cortázar: “fiel hasta la muerte”.
La mayoría de personas tenemos un precio y, al final, vendemos (hipotecamos) nuestra dignidad y nuestra congruencia. Las personas que están por encima de honores terrenales son contadas con las ramas de los abedules en desiertos.
Armando casi casi ya está apostando porque Bob Dylan rechazará el premio. Dice que lo hará por cuestiones de mercadotecnia y porque será una lección de dignidad y de congruencia. Armando se pregunta: “¿Necesita Bob el Nobel de Literatura o es la Academia la que, ahora, necesita de Bob?”. Mi amigo no tarda ni un segundo en responder. Coincide con Mechitas. La madre Teresa no necesitaba el honor de su santificación, ella ya era grande, enorme. Bob es grande -dice Armando- y será más grande si rechaza el Nobel.
Cuando me pregunta qué opino, yo callo. Esperaré la decisión de Bob. ¿Dará la lección de dignidad y congruencia que Armando vislumbra?
El silencio del cantante poeta demuestra que hay gente que no se muere por los premios. Ellos son los dignos. Los indignos son los que se arrastran mendigando premios.